Partida Rol por web

El oro de Aztlan

Prólogo: En busca del oro

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25/02/2020, 10:40
Almirante Teodoro de Aldana

El Almirante frunció el ceño y replicó rápidamente.
¿Otra vez insinuando que envíe a mis tropas a la bahía perdida de no se donde? preguntó de forma retórica.

Prefiero arriesgar mis tropas en el frente que enviarlas a una muerte segura en los revoltosos mares del sur. dijo algo ofendido.

Hablaremos de recompensas mañana, Señorita Angelique. le contestó.

Y ahora si me disculpáis... Señor, Señoritas... y se marchó saludando a un hombre cercano vestido con un traje de color beige y con una peluca negra, además de un bigote altamente cuidado.

Notas de juego

Editado porque Angie había posteado mientras escribía el post. Saludos!

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25/02/2020, 10:53
Taylor Andrews

Taylor suspiró.
El Almirante es un buen hombre, pero demasiado conformista.
Claro que puedo ver que vosotras, especialmente vos mademoiselle tenéis la ambición necesaria para llegar a ser alguien de quien se escriba en los libros de historia...
insinuó.

Será un gran placer recibiros mañana en mi fiesta.
Pero puedo haceros un adelanto...
A unos cinco días de viaje, al sur, se encuentra una bahía repleta de tesoros.
Yo he estado allí. Y he visto templos con paredes de mármol, altares hechos de oro y diamantes amontonados como si de paja de tratara...
dijo en un tono conspirador.

Si consiguierais reunir a suficiente tripulación... todo lo que hay allí será nuestro.
Ya habéis visto que al Almirante no le interesa.
añadió en un tono triunfal.

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25/02/2020, 11:22
Lola deSan

Ahhh, nobles… siempre con la piel tan fina. Que bien lo sabía Lola por su familia y las fiestas a las que tuvo que asistir… pero eso fue en otra vida, de la que sólo le quedaba su educación y el resentimiento a todo lo que representaban… pero si no quería ganarse la vida en los callejones el resto de sus días había que tragar.
Despidió al Almirante con una leve reverencia y un gesto neutral. Por suerte no se había enfadado demasiado por las impertinencias de Angy, que ni se molestaría en reprender. Si la pequeñaja se quedaba sin su parte del tesoro por pisar los pies que no debía era cosa suya… aunque era cierto que su ayuda con la espada le solía venir bien, cuando tenía a bien participar en las refriegas y no dejarle a Lola todo el trabajo.
Se giró a Taylor.
- Sois muy amable mi Lord y lo que decís me llena de curiosidad. Sin duda algo así iba a proponerle al Almirante antes de que partiese… que quizás enviar una pequeña expedición a esa bahía del sur y dejar que lo soldados vayan a tierras Atzlanas fuera más rentable y pudiéramos abarcar ambas empresas. – dijo con una sonrisa – Creo que sería capaz de reunir a una tripulación para tal empresa, mi Lord. – dijo con total convencimiento, pues sabía que con la promesa del orbe lograría que el capitán dispusiera a sus hombres para la empresa. – [b]Por cierto, ¿cómo habéis dicho que se llama esa bahía?
Iba a preguntar más, pero de momento con que le confirmase el nombre de la bahía era suficiente. No creía que hubiera muchas bahías en la zona de las que se hablara de tesoros, pero a saber…

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27/02/2020, 23:10
Luca Siviero

La dama se abanicó con aire ausente, como si las palabras de Luca la estuvieran aburriendo.
Interesante...
Hay muchos hombres como vos en Lucrecia. Buscadores de tesoros, aventureros, soñadores... los llaman de muchas maneras.
La mayoría terminan siendo unos muertos de hambre...
pronunció en un tono despectivo.

Casi sin darte tiempo a analizar sus palabras, te miró sonriente y levantó una ceja de manera sutil.
Quien sabe... a lo mejor vos triunfáis en vuestras aspiraciones... ¿maese...? dejó la frase a medias, esperando a que te presentaras.

-Siviero,- Respondió el vodaccio mientras, con una reverencia, besaba la mano libre de la dama. -Luca.- La sonrisa del joven no era para conquistar, sino la sonrisa de un zorro antes de entrar al gallinero. -Para serviros. Aunque mi instinto ya me advirtió que teníais demasiados sirvientes muertos de hambre a vuestro servicio, un hambre que no puede sacierse con comida, solo con el deseo irrefrenable de conquistar vuestros ojos.- Luca ya había jugado a ese juego antes, no con damas de tanta experiencia, pero si indiferentes que fingían mostrar poca atención.
Primero había que halagarla para obtener su atención. Y como era una dama que poseía dinero y hombres cuantos quisiera, solo había una cosa que deseara en aquella fiesta. Ser la mejor. -Por eso mismo no pretendo cortejaros para caer en vuestras redes mademoiselle, pues sin duda sois superior a mi en este arte. Soy como un cordero ante un lobo, me rindo a vuestros pies.- Dijo levantando levemente las manos en señal de rendición. Algo que funcionaba con chicas más jóvenes sin duda, sacándolas una sonrisa ante tan temeraria y directa capitulación. Pero ella no sería tan fácil de manejar. Aunque seguro que ahora tenía su atención.

-Como veis, no hay tantos hombres como yo en Santa Lucrecia. Si me lo permitís, seguiré acortando la lista. Ambos buscamos lo mismo. Oro, joyas, poder. Sé de lo que hablo por que tengo el axioma de las tres delante de mi. Sé que estáis pensando que hay muchos hombres ávidos de esas tres cosas, pero yo, al igual que vos, no ansiamos el poder de controlar a muertos de hambre soñadores, sino el verdadero poder de manipular imperios.- Luca se atrevió a acercarse a la mujer lo suficiente como para poner su cara a una cuarta de los labios de ella. Buscando hacerla sentir confidente de un secreto revelador. -Y me han dicho que está cerca de aquí. En una bahía de extraño nombre.-

El joven se distanció de ella hasta lo que sería una conversación normal, para no llamar la atención sobre ellos y para darle ese espacio que un hombre cualquiera de Santa Lucrecia no le daría.

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28/02/2020, 11:12
Angelique du Sancerre

La rubia bostezó sin disimulo. Mucha charla y poco bailar hacen a Angelique una chica aburrida.

Que Lola se encargase de negociarles un buen pellizco. A ella le bastaba con que fuera dinero suficiente para comprarse un vestido bonito. Y bueno también unos zapatos. De hecho mejor que fueran cuatro vestidos y media docena de pares de zapatos. Y los sombreros a juego. Y unos bonitos muebles para guardarlos. Y una mansión para poner los muebles. Y criados para que limpiaran y le preparasen el baño. Y caballos...

Tres bien monsieur Tai-lor. Lola os reúne a una panda de marinos recios y decididos, vamos a esa bahía misteriosa y tot suite de vuelta aquí avec de l’or. ¿Y vos que esperáis a cambio? ¿Nuestra gratitud? ¿Un porcentaje? Y ya que estamos añadió con un brillo de astucia en sus bonitos ojos azul verdoso ¿Qué arriesgáis?

Notas de juego

Show us the guilders Taylor!

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29/02/2020, 20:35
Taylor Andrews

El avalonés sonrió complacido cuando Lola le prometió encontrar una tripulación.
Excellent. Confío en vuestro buen criterio.
La bahía se llama Tchaluk, que en el idioma nativo significa Calavera. La Bahía de las Calaveras. Bah, no le hagáis mucho caso al nombre, lo más peligroso está antes, en el mar.
Es como si los mares quisieran alejar de sus costas a todos los barcos, con tormentas y remolinos marinos, niebla y vientos que fácilmente pueden volcar una embarcación.
Pero yo sé una ruta para evitar todos esos problemas. Así que me necesitareis.
explicó todo orgulloso.

Miró a Angie ante su pregunta y sonrió.
Dividiremos el tesoro a partes iguales, un cincuenta para mí y un cincuenta para vosotras. Y me reservo el derecho de elegir primero. dijo en un tono severo.

No olvidéis que sin mí, jamás podríais llegar a esa bahía... murmuró, dejando claro que no estaba dispuesto a negociar.

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29/02/2020, 21:13
Narrador

Umberto tomó los gremiales con una sonrisa y se levantó.
Estaré atento a cualquier información que pueda interesarte. Seguro que seremos grandes socios. afirmó, y se marchó contento y feliz con su oro.

Te acercaste a los tipos que bebían, parecían también castellanos, posiblemente mercaderes a juzgar por sus ropas, algo más costosas que las de Umberto por ejemplo.
Te miraron con cierto recelo, o quizás miedo, y cuando notaron que venías de buenas, retiraron una silla para que te sentaras.
De por aquí no es nadie, hahaha! Perdón, llevamos unos tres años en la ciudad. Vendemos bebidas alcohólicas, vino, cerveza, aguardiente, whiskey avalonés... lo que sea.
Yo me llamo Juan y él es Augusto.
dijo uno de ellos. Era un tipo delgado y alto, no tanto como tú, con un bigote bien cuidado y el pelo bien peinado hacia atrás.
Augusto era bajo y rechoncho, con un ancho bigote y una poblada barba.
Ambos vestían bien.

¿Y vos? ¿Nuevo en Crecia? Ah, Crecia es como llamamos a Santa Lucrecia... preguntó Juan, mirando de reojo a tus guardaespaldas.

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29/02/2020, 22:37
Lola deSan

- Por supuesto, mi Lord. Me parece un trato justo, pero estoy segura de que será tan galante como para permitir que cada una de nosotras pueda elegir primero un objeto antes de que usted decida qué mitad quedarse, ¿verdad? – preguntó con toda su dulzura y parpadeo coqueto de ojos.

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29/02/2020, 22:46
Mademoiselle Anita Duchamps

La dama enarcó una ceja, señal de que tus palabras habían conseguido generar en ella cierto interés.
Cerró el abanico y lo apoyó en su barbilla.
Parece que sois un hombre que sueña en grande. La cuestión es si esos sueños se quedarán en eso, o se harán realidad... ladeó la cabeza como pensativa.

¿Manipular imperios?... suena interesante. Pero yo siempre he soñado en crear el mío propio. admitió con una sonrisa cómplice.

Entonces volvió a desplegar el abanico y tapó tu oreja, acercando su rostro a ella.
¿Me ayudaréis a cumplir mi sueño, il mio Luca? susurró en tu oído con un tono suave, dulce y picante a la vez, y notaste como sus labios rozaban tu oreja.

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02/03/2020, 07:41
Luca Siviero

-De seguro no podré impedirlo.- Dijo sonriendo. -Vos sabéis todo lo que ocurre en Santa Lucrecia.. y lo que está por ocurrir. Sabéis de qué hablo. Una esfera de oro del tamaño de una manzana. ¿Qué sabéis de ella mademoiselle?.-

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02/03/2020, 12:15
Narrador

Habías llegado a Aztlan hacía una semana a bordo de un barco castellano.
Santa Lucrecia, el único lugar civilizado del Nuevo Mundo (al menos en opinión de los castellanos), te recibió con su clima cálido y húmedo, al que dudabas que jamás llegarías a acostumbrarte.

Habías sido unos siete días de dar vueltas en busca de información sobre tus padres. Y si en algo estabas de suerte era que los ussuros en Santa Lucrecia se contaban con los dedos de una mano prácticamente, y más de un tabernero, astillero o mercader te dijo haber visto a una pareja de extranjeros que no hablaban castellano y cuyas llamativas pintas habían llamado la atención a los lugareños.
El problema era que los lugares en los que te decían haberlos visto se contradecían entre ellos y terminaste por comprender que no había una pista clara de a donde habían ido.

Entre tanto, y a la espera de pistas más concretas, de algo tenías que vivir, y además la guardia local (miembros de la Armada Real castellana), eran muy quisquillosos con la gente que deambulaba sin hacer nada, pues querían prevenir la aparición del crimen organizado.
Así que impulsado por ambas cosas, llegaste al Fuerte de la ciudad, una fortaleza bastante impresionante en la cima de la ciudad.

Allí te habían dicho que alguien con aptitudes de montaraz como tú, sería bienvenido en el ejército que combatía contra los salvajes nativos para expandir las tierras colonizadas.
Al parecer, cada vez era más complicado para los hombres del Almirante abrirse paso a través de las densas selvas donde los nativos atacaban a traición con sus primitivas armas impregnadas en muchos casos de veneno.
Así que alguien que entendiera de terreno salvaje era toda una bendición para los soldados castellanos, y el puñado de mercenarios que habían venido de distintas naciones de Theah.

Prevista para la próxima semana tu primera incursión, habías sido contratado y te hospedabas en el Fuerte.
Pero esa noche era distinta, pues un buque de guerra de la Armada había llegado con cientos de hombres de repuesto y aquello era motivo de celebración.
La recepción era en la mansión del Almirante, una de las casas más impresionantes de la ciudad, en el lujoso barrio de Altamira.

En la fiesta se habían congregado la elite de la ciudad, tanto militar como de nobleza, y los mandos del Santa Catalina, el buque recién llegado.
Entre ellos también estaban los mercenarios recién llegados, un variopinto grupo en el que además de varias mujeres que no parecían precisamente soldados, estaba (cosas del destino) tu viejo conocido Oleg Kerzhakov.
El corpulento ussuro parecía ajeno a tu presencia y se había quedado al lado de una de las mesas en la que los camareros servían las bebidas e iba vaciando copas a la misma velocidad que tardaban en reponerlas.

Notas de juego

Cuando respondas, marca a todos menos a Gizur. Saludos!

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02/03/2020, 21:21
Pyotr

Ya llevaba una semana y parecía que perseguía fantasmas, pero desde que me decidí a abandonar Ussura había tenido claro que sería una búsqueda larga y tediosa. Pero bueno, Matushka tendría sus motivos…

Tras ir al Fuerte a prestar mis servicios me dijeron que quedaba una semana para partir, así que mi intención era explorar los alrededores para irme familiarizando con el ambiente, pero me comentaron que acababa de llegar un buque de la armada y iba a haber una celebración, así que supuse que mi pequeño paseo tendría que esperar hasta mañana…

Al entrar en la fiesta me di cuenta que, pese a haberme arreglado un poco, no iba con atuendos adecuados para relacionarme con la elite local. Así que me preparé para pasar desapercibido… aunque parecía que estaba de suerte, ya que Oleg Kerzhakov estaba aquí. ¡Que sorpresa!

Me acerqué a él y le saludé en ussuro

-¡Hola grandullón! Soy Pyotr (dije por si no se acordaba de mi) de Podshiversk ¿qué te trae por esta calurosa tierra? A parte de acabar con la bodega de estos estirados castellanos.-

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05/03/2020, 07:24
Taylor Andrews

Taylor miró a Lola con una expresión algo cansada.
No, señorita. Yo elegiré el primer objeto. Y vosotras después.
Luego repartiremos el resto del tesoro en mitades iguales.
Creo que es un trato excelente para vosotras; sólo tenéis que llevarme a la bahía y seguir mis consejos y ganaréis montañas de oro.
dijo con una sonrisa lupina.

Prepararé un contrato que firmaremos mañana cuando vengáis a mi fiesta.
Aunque si lo deseáis, puedo enseñaros el sitio hoy mismo... para que mañana no os perdáis.
sugirió en un tono conspirador.

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05/03/2020, 07:58
Mademoiselle Anita Duchamps

Anita abrió los ojos de par en par cuando le hablaste de aquel objeto.
Se calmó y con una sonrisa coqueta respondió.
Eres toda una caja de sorpresas, il mio Luca... pasó a tutearte.

Es un artefacto codiciado por mucha gente... el Orbe de Yedoran... una de las reliquias más sagradas de la Iglesia.
¿Cómo has sabido de él? Acaso... ¿lo has visto?...
preguntó, y notaste cómo sus delicadas manos agarraban tu brazo, toda expectante.

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05/03/2020, 16:39
Luca Siviero

-Asi que tiene un nombre...- mintió Luca, pues esto ya lo conocía de cuando se lo había explicado el capitán. -Bela madonna mía, sabía que vos érais la respuesta a mis preguntas, y no me habéis defraudado.- El vodaccio aprovechó que un sirviente pasaba cerca con una bandeja de copas de vino blanco y recogió dos, tendiéndole una a la dama. 
-Sabía de el artefacto antes de mi viaje, en castilla, y del gran poder que tiene. Sin embargo desconozco todo lo demás...- Luca sorbió un trago de vino pensativo, antes de añadir. -...salvo que está en cierta bahía al sur de aquí. Pero no sé como usarlo, ni que efectos tiene o cómo llegar hasta él. Todos en la ciudad dicen que es imposible llegar a esa bahía y de los que han ido, nadie ha vuelto.- Luca sonrió de manera cómplice a la mujer. -Vos sabréis los peligros del camino. Sin duda habéis oído más que rumores y también sabréis como usarlo cuando llegue el momento....- El joven dejó abierta esa puerta de codicia, en la que, si la señora Duchamps obtenía el orbe por medio de Luca...
Era el cebo perfecto para que le hablara de qué poderes tiene y para qué demonios lo había trasladado la santa iglesia allí.

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05/03/2020, 23:08
Capitán Andrés Rodríguez

Mientras la recepción seguía su paso, y el Almirante iba saludando a uno y otro, El Capitán Rodríguez se aproximó a donde estaban Angelique y Lola.
Con cierto rubor se dirigió a ambas, buscando con la mirada al resto de los mercenarios que había llevado a bordo.
Señoritas, necesitaría de vuestra ayuda...
El... objeto que me han sustraído... debía ser entregado en la Catedral de Santa Lucrecia, pero... eso no será posible...
El Obispo Amadeus lo está esperando... y deberé informarle de que... por ahora... no será posible entregárselo...
Pero voy a prometerle que lo traeré de vuelta y... os necesitaría para hacerle ver que tengo medios para hacerlo...
explicó a trompicones y claramente nervioso.
Estaba claro que ese Obispo debería ser alguien a quien apreciaba o temía en sobremanera.

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06/03/2020, 08:07
Gizur Hrolleif Lepore

Gizur rio un poco. Era cierto; prácticamente nadie en Santa Lucrecia era realmente de Santa Lucrecia, era una ciudad forjada por sudor y sangre extranjera de todas partes del mundo. No le extrañó el hecho de que fuesen vendedores de alcohol, puesto que pudo notar que vestían ropas acordes a las que llevaría un buen mercader. Aún así, no podía evitar preguntarse si su negocio sería legítimo o si como la mayoría de comerciantes exitosos que había conocido durante su vida tenían un buen par de negocios turbios corriendo bajo la mesa. En todo caso, no era el momento ni el lugar para preguntarlo de forma directa ni indirecta, y hacerlo levantaría sospechas sobre los mercaderes que con seguridad resultarían en su alejamiento.

Oh, así que vendedores de alcohol...  —dijo alzando las cejas, como si aquello le resultase de algún modo interesante—. ¿Son los proveedores de esta taberna? —les preguntó señalando los alrededores con el índice—. Yo sí, nuevo en Crecia, ¿tanto se nota? —le responió con una media sonrisa a Juan—. Vine en calidad de mercader, representando a la casa Lepore. —Si eran lo suficientemente avispados, entenderían que aquella presentación les abría las puertas a una buena cantidad de temas de conversación que podrían potencialmente beneficiarlos a ambos. Por supuesto, la reputación de un mercader lo era todo, y ni ellos ni él estarían dispuestos a proponer nada hasta conocer un poco más sobre el otro—. Por cierto, no pude evitar escucharlos hablar sobre una tal Jenny —dijo con una sonrisa de complicidad—, ¿tan buena es? —les preguntó.

Por supuesto, le interesaba más el burdel y la mafia que muy posiblemente se escondiese detrás del mismo que la chica en sí, pero si algo había aprendido en Vodacce era que la sutileza lo era todo a la hora de recavar información.

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08/03/2020, 15:40
Mademoiselle Anita Duchamps

Anita sonrió de forma ligera ante tus palabras.
¿Así que sabías del artefacto y no sobre su nombre? Curioso... dijo en un tono sospechoso.

Supongo que te refieres a la Bahía Tchaluk... sí, es un sitio peligroso por lo que he oído. Una tribu de nativos cuyo nombre no recuerdo habita esas tierras y dicen que practican la brujería... no lo sé, puede que sean alucinaciones de las únicas personas que han estado allí... y se hizo a un lado lentamente para que vieras a Lola charlando con un hombre de mediana edad y cabellos castaños claros que vestía con un caro traje dorado. Se le veía en buena forma.

El otro es su guardaespaldas, no ha venido a la fiesta... pero le conozco muy bien. explicó con un tono enigmático.

Ahora digamos que, estoy interesada en el Orbe... y que si me lo traes, haré que tengas tanto dinero que puedas realizar todos tus sueños.
O aún mejor... podemos unirnos y usar el Orbe para conquistar el Nuevo Mundo y que se convierta en nuestro imperio...
te susurró, tan cerca de la oreja que, quizás sin querer su cuerpo rozó el tuyo, concretamente en la zona pectoral.

Notas de juego

Lo pongo en privado mejor. Saludos!

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08/03/2020, 15:45
Oleg Kerzhakov

Oleg te miró tal y como si acabara de ver un fantasma.
Casi se le cae la copa que sostenía. Cuando por fin comprendió que era real, sonrió de forma exagerada y te dio una fuerte palmada en la espalda que te movió varios pasos hacia delante.
¡Pyotr! ¡¿Qué haces tú por aquí?! ¡Venga, tómate algo! ¡Estos idiotas castellanos no paran de traer zumo de uvas! ¡¿Es que no saben lo que es el alcohol de verdad?! ¡Ah! ¡¿No habrás traído vodka contigo?! te soltó en un tono jocoso.

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08/03/2020, 16:23
Pyotr

Me alegró ver que se acordaba de mí, pues hacía tiempo que no nos veíamos. Tras conseguir mantener el equilibrio y aceptar la bebida que nos traía el camarero le dije (contestando a su primera pregunta)

-Pues llevo aquí una semana, le estoy siguiendo la pista a mis padres y parece que estuvieron por aquí… o puede que sean otros ussuros. Es difícil de saber.-

-No, no tengo vodka, pero he visto por el puerto algunas destilerías, igual allí tienen algo más fuerte, aunque puede que sea un poco caro. Luego podría acompañarte. Yo viajo ligero.-

Era agradable poder hablar con alguien en ussuro, ya que llevaba (prácticamente) una semana hablando en castellano. Además, Oleg era un amigo de la infancia, así que me alegraba de verle.

-¿Y que hay de tí? ¿qué haces tan lejos de nuestra querida Ussura? y… ¿con esta gente?-

Notas de juego

Todo lo digo en ussuro, como es normal.