Partida Rol por web

Rodríguez escuchó lo que dijo Pyotr y las sugerencias de cada cual. Se mesó la perilla y miró al ussuro recién salido del agua, como si dudara de confiar en él.
Bien... confiaremos en tu palabra, ussuro.
En ese caso, lo mejor será que un grupo pequeño se cuele en el barco, y mejor esperar al amparo de la noche.
Pyotr, guiarás a un grupo formado por Lola, José, Luca, Oleg, Zelinda y Wilfred. El resto regresaremos al Santa Catalina y esperaremos cerca del barco pirata. De noche y protegidos por los acantilados entre los que se encuentran, será imposible que nos vean acercarnos.
Si tenéis problemas, disparad dos veces seguidas y atacaremos por mar. explicó el Capitán.

Si todo va bien, entraréis, tomareis el Orbe y podréis llegar nadando al Santa Catalina. Cabe la posibilidad de que el Orbe ya no esté allí, pero en todo caso necesitaríamos saber dónde. añadió.

Si no hay preguntas, podéis poneros en movimiento. añadió, mirando al grupo que había mencionado. Angelique parecía mareada por la tormenta y el Capitán no la mencionó.

Taylor parecía de acuerdo con el plan, puesto que lo principal era saber dónde estaba lo que habíais venido a buscar.

-Andiamo.- Dijo Luca con su acento Vodaccio mientras hacía una reverencia indicando a Lola y Zelinda que avanzaran ellas primero. -*Prima le donne.-

Bueno, parecía que por el momento teníamos cosas más importantes que hacer que preguntarse cómo había sobrevivido, así que esa parte estaba cubierta.

Cuando el Capitán explicó el plan miré al barco y me rasqué la cabeza. -Perdone Capitán, pero me dejé mis cosas en el Santa Catalina antes de caerme por la borda... Ir y volver puede llevar un tiempo que necesitamos. Aunque creo que sería capaz de alcanzar a la pequeña expedición que ha propuesto, también creo que es mejor que les acompañe para ir reconociendo el terreno. ¿Cree que podría conseguirme un arma? Un cuchillo o un arco podría estar bien, pero me apañaré con lo que me consiga.-

El vodacco dijo algo. Por su reverencia parecía tener que ver con las dos mujeres a las que se había referido el Capitán. Estos vodacco...

Aproveché que estábamos en la playa para dibujar la costa en la arena con el dedo. -Esta parte es la playa, donde estamos nosotros.- dije señalando la parte del dibujo de la playa. -Esta los acantilados. El barco esta más o menos aquí.- mientras señalaba donde estaba. -Yo lo he visto desde el mar, así que no se donde está el paso por tierra para llegar al barco. Creo que lo mejor es seguir el acantilado hasta que estemos casi encima de ellos y ver como llegar. A no ser que queráis ir nadando. Pero, personalmente, ya he nadado bastante por hoy. ¿Alguna otra idea?-

- ¿Por qué no vamos nosotros con un bote de remos? El barco no estará anclado justo en la orilla de la playa, así que necesitaremos algo para llegar por el agua hasta el barco. – propuso ignorando el comentario de Lucca y sin el menor signo de ponerse en marcha como proponía el vodaccio.

-Il barco e anclado. El orbe e in terra.- dijo explicándolo como si de niños pequeños se tratase. -Habran bajado il orbe. Debemos ir per terra.-

- ¿Qué te hace estar seguro de que han bajado el orbe a tierra? - pregunto a Lucca con suspicacia y la mano apoyada en el pomo de la espada - Volved a usar ese tono para dirigiros a mi y comprobaremos si sabeis usar el acero que os habeis agenciado.

Deberíamos ir para alla cuanto antes y una vez allí en función de lo que veamos actuar de una manera o de otra pero el tiempo que perdemos aquí discutiendo es precioso.

Yo personalmente hubiera bajado mi tesoro a tierra y lo habría mantenido oculto hasta el momento de la partida o de la transacción en caso de que llegara a producirse

La castellana, a la que parecía haber insultado el vodacco, tenía algo de razón. -Creo que si queremos salir ya, lo mejor sería ir en bote. Porque si luego lo necesitamos no lo tendremos.- Y todo esto del bote me dió una idea. -No estoy seguro de si es factible o no, pero quizá podríamos cargar un bote con pólvora, acercarlo por la noche al barco y hacer que explote. Puede que fuera suficiente como para hundirlo. No se, eso supongo que tendría que decirlo alguien que entienda más de explosivos que yo...-

-Por cierto. ¿Qué pinta tiene el objeto que buscamos?-

-Por cierto. ¿Qué pinta tiene el objeto que buscamos?-

Luca miró al usuro gesticulando con las manos para definirle tamaño y forma, una esfera del tamaño de una naranja. Pero la verdadera atención del vodacio estaba en Lola y en las palabras que acababa de decir Pepe.

Yo personalmente hubiera bajado mi tesoro a tierra y lo habría mantenido oculto hasta el momento de la partida o de la transacción en caso de que llegara a producirse

-Eco.- Dijo aprobando la explicación del castellano mientras le dedicaba una mirada de interés a la moza. -Mae yo no saber luchare, bambina. E de spada mi famiglia. Non usare, solo per disuadire borrachos.-

- Yo no lo habría sacado de donde lo hubiese escondido en mi barco para que el resto de piratas del barco pudieran verlo transportarlo y darles ideas de traicionarme. Menos aún necesitaría moverlo lejos de mi teniendo un mago capaz de teletransportarse con el orbe a tierra en caso de emergencia y ejecutar el plan que sugerís. Solo enterraría y escondería un tesoro que no tuviera pensado utilizar o comerciar en breve y que no fuera de cómodo de llevar encima. – repuso tranquilamente – Como dice el amigo ussuro, si luego necesitamos el bote no lo tendremos, y en cualquier caso siempre podemos tocar tierra con el bote en algún punto más cercano al barco para explorar la tierra si hace falta.

- Ahora, si has terminado de tocar las narices, vodaccio, responde por favor a la pregunta de Pyotr. Tú fuiste el que lo vio por última vez cuando se lo llevaron. – y ahora que me paraba a pensarlo, ¿qué hacía el maldito vodaccio en el camarote del capitán para ver que se llevaban el orbe? ¿Habría ido él mismo allí a intentar robarlo o a intentar robarle otra cosa? Malditos vodaccios. No se podía confiar en ninguno.

El Capitán escuchó la petición de Pyotr sobre las armas, y miró a uno de sus hombres.
Éste le entregó su sable y su pistola. Los arcos ya no estaban de moda, bueno... en Ussura sí.
Aunque por alguna razón, Lola llevaba uno.

Luego debatisteis sobre cómo acercaros al barco pirata, el Herringston.
Decidisteis quedaros con el bote en el que habíais llegado a la playa, así que el Capitán y sus hombres, además de Taylor y su guardaespaldas, regresaron al Santa Catalina.
Zelinda se subió primera sin decir nada, mirando a Luca con una sonrisa lupina. Ahora no estaba el bueno de Alberto para calmar posibles ofensas, así que debería ser cuidadoso.

Oleg también se subió y cogió una pareja de remos. Wilfred se hizo con la otra y empezaron a remar en la dirección que les indicara Pyotr.
Pyotr, tengo un par de hachas de mano si las quieres. Arcos no, mi padre se enfadaba cuando rompía las cuerdas... dijo en ussuro mientras remaba.

- Si todo son acantilados necesitaremos equipo de escalada o bien para subir el bote antes de llegar o bien para subir nosotros mientras otros esperan en el bote a resguardo. – indicó Lola para recoger el equipo necesario en el Santa Catalina antes de partir.

Una vez en el camino hasta el Herringston Lola no había quitado ojo de Pyotr.

- Bien, ¿nos vas a contar que clase de magia usaste para escapar de ese remolino? – preguntó sin más ambages - ¿Eres capaz de moverte de un sitio a otro sin pasar por el de en medio? ¿De volar? – en su tono no parecía haber animosidad, a pesar de tener cierta severidad.

Gracias al Capitan conseguí un sable y una pistola. Se lo agradecí al soldado que me lo dio. Cuando me dio la pistola la olí sin mucho aprecio. La pólvora no era mi amiga, pero la acepté por no despreciar su oferta de ayudarme.

La idea de llevar cuerdas o algo para escalar era lógica, además, suponía que habría algo así en el bote, así que seguí a Oleg cuando él subió en el bote. Cuando él me ofreció una de sus hachas le dije en ussuro: -Creo que serán mucho más útiles en tus manos que en las miás. Por cierto ¿qué opinas los que nos acompañan?- La verdad es que estaba suponiendo que nadie hablaba ussuro y podría estar equivocado, pero quería saber la opinión de Oleg, sobre todo del otro remero.

No tardó mucho la castellana en volver a sacar el tema de mi supervivencia... -Lola deSan. Os escuché presentaros durante la fiesta, antes de partir y os he visto en más de una ocasión en nuestro pequeño viaje. Pero creo que no hemos sido presentados de forma adecuada.- esperaba que la traducción fuera la correcta y que no se lo tomara a mal, ya que llevaba casi tantas armas como el resto del bote. -Yo soy Pyotr. Aunque supongo que ya lo sabéis.-

-La verdad es que soy un hombre afortunado y, podríamos decir que Matushka cuida de los suyos. No poseo ninguna habilidad que no hayáis visto a vuestro alrededor.- estaba seguro de que había visto peces, pájaros, roedores... -Además, El Capitán Darío Torres me envía como vuestro explorador. Aunque os he de reconocer que todo este tema del orbe “santo” me resulta inquietante. En cuanto lo tengáis volveré a la ciudad por mis propios medios.- No sabía si estaba hablando con “personas religiosas”, así que preferí mantener a Matushka al margen de la conversación. Me gustaban las hogueras pequeñas, en las que no te pueden quemar.

- Desde luego que tenéis alguna habilidad que no pueda ver en otros hombres. Nadie sin magia podría haber sobrevivido a algo así, menos sin que el mar lo escupa con el aspecto de que una manada de bueyes le haya pasado por encima. Si pretendéis que crea en un milagro de vuestro dios Matushka, vais por mal camino. No creo ni en los milagros de Theus, como para creer en los milagros de los dioses de otras tierras. – le dijo manteniendo su suspicacia, pero por su forma de hablar quedaba más que claro que la religión le traía sin cuidado  – Y que estés seguro de que puedes volver por tus propios medios me confirma que es algo en lo que puedes confiar.

Suspiró relajándose un poco.

- Mira Pyotr, a mí me da igual que magia puedas hacer mientras estés de nuestro lado. Estamos en esto juntos y saber con qué cartas contamos nos ayudaría a ganar la partida.

-Siempre he pensado en Matushka más como una diosa que como un dios. Aunque puede que diosa tampoco sea la palabra adecuada... y no quiero ofender a Theus.- me apresuré a decir. Puede que a solas se contase más, pero no había hablado con el resto y el otro remero si que parecía seguir a Theus...

-De todas formas, os aseguro que hay muchas cosas que no entendemos y deberíais estar abierta a otras posibilidades.- Le dije procurando no contrariar a nadie, pero dejando la puerta abierta.

-Sobre lo de volver por mi cuenta. No es cuestión de magia, si no que he tenido tiempo de explorar la selva.- Omito lo de conocer a Narja porque podría ser traición.

Y la conversación dejó de ser interesante para Luca. Asi que se plantó en la playa recorriendo con la mirada toda su extensión. -Belísima.- Fue la única palabra que articuló.

- Ya, claro, y consideras más seguro regresar por la selva llena de salvajes y de animales más seguro que hacerlo a bordo del barco estando a varias jornadas de navegación que a saber cuantas jornadas a pie por la selva serían. – le miró entrecerrando los ojos – Sabes, ussuro, deberías aprender a mentir mejor si no vas a decir la verdad.

Se volvió a relajar poniendo cara de indiferencia.

- Esta bien. Si no quieres contarnos que puedes hacer, no te voy a aplicar el hierro rojo, pero que nos confirmases que puedes volar nos sería de mucha ayuda para explorar por delante nuestra, pero ya veo que estás de tu bando nada más. Ya nos las apañaremos para cumplir sin tu ayuda. – zanjó la conversación para ella con ese tono de indiferencia ofendida que tan bien le sale a algunas personas.

-No necesito volar para ser un buen explorador. Puedes preguntarle al Capitán Darío Torres, que, aunque me conoce poco, me contrató como explorador. Y no me malinterpretes. No creo que sea más seguro volver por la selva que en un barco con vosotros, pero he cruzado medio mundo buscando a unas personas.- No estaba seguro de si debía contarlo, pero bueno, supongo que era un momento tan bueno como cualquier otro. -Mis padres. Y he conseguido una pista de donde pueden estar. Y esa pista me lleva a un lago no muy lejos de aquí. Así que si, estoy de vuestro lado. Pero también tengo mi propia agenda.- Tras una pequeña pausa continué.

-La vedad es que he naufragado algo lejos de donde habéis desembarcado, el la playa. Y he ido solo para daros la información de donde y como estaba el barco enemigo. Podría haber adelantado un día en la búsqueda de mis padres. Pero en lugar de eso he vuelto para ayudaros. Porque le di mi palabra al Capitán Darío Torres. Pero el Capitán Rodríguez dijo que, cuando tuviéramos el orbe, podríamos hacer lo que quisiéramos. Así que cuanto esto acabe pretendo seguir con mi búsqueda.- Estaba seguro de que había hablado demasiado, pero bueno, supongo que la confianza debe empezar por algún lado.