Partida Rol por web

Ya habíamos llegado al lago. Parecía bastante tenebroso, pero tenía cierto sentido si había que bañarse en él para ser “digno” de un dios de la muerte... No había rastro de los piratas ¿Habíamos llegado muy tarde? La verdad es que el lugar era bansatante grande. ¿Y de mis padres? ¿Qué habían venido a hacer aquí?

El frio se calaba hasta los huesos, pero hacer una hoguera nos delataría, lo raro es que los piratas estarían igual, pero sin saber que les seguíamos, así que si no veíamos ninguna hoguera es que no estaban cerca.

Me giré hacia el misionero y le pregunté -¿Viste si los piratas llevaban algún tipo de bote?- luego añadí para el resto -Puede que el ritual tenga que hacerse desde el centro del lago...-

-Deberíamos separarnos y rodear el lago, deben estar en algún sitio...-

- Separarnos sería una mala idea. No sabemos cuántos piratas son, ni con cuantos aliados nativos cuentan. Si nos separásemos y embocaran a una mitad de nosotros luego les sería muy fácil emboscar a la otra mitad. Permanezcamos juntos y veamos si podemos encontrar su rastro o algún sitio donde encender un fuego sin que nos vean a kilómetros… - comentó con cierto mal humor por el frío que se le calaba en los huesos. Empezaba a odiar mucho aquella selva y apreciar mucho más Santa Lucrecia.

- No creo que hayan transportado un bote por media selva, aunque podría ser. Tú idea del centro del lago suena plausible… encajaría bien en alguna leyenda. Si no encontramos su rastro quizás mañana podamos construir nosotros mismos una balsa o algo. – añadió antes de ponerse a buscar el rastro de los piratas.

Luca no dijo nada contentándose en acatar cualquier decisión, con un desacostumbrado silencio que no pasó desapercibido para algunos.

El lago era un sitio mucho más grande de lo que hubierais esperado, y localizar a alguien allí en medio de aquella penumbra y densa niebla sería harto complicado.
Pero Lola echó un vistazo a los alrededores y logró ver un ligero resplandor a lo lejos.
Parecía como si un pequeño punto de luz flotara en medio de las aguas.

Una mayor exploración permitió ver cómo aquel punto de luz se movía y aproximaba lentamente a una de las orillas.

- Parece que vuestra intuición era correcta, Pyotr. – dijo señalando la luz en el extremo del lago – Vayamos hacía allá y tratemos de no hacer ruido. Si queréis cuando estemos cerca puedo acercarme sola a explorar o acompañado de alguno que también sea sigiloso. – mirando especialmente a José como posible compañero de incursión.

-Creo que has demostrado ser muy sigilosa, no se si podría serlo tanto. Me puedo acercar pero no tanto como tú. Por cierto, ya que voy a estar más lejos, me sería de mucha utilidad que me dejaras tu arco y unas cuantas flechas. Creo que puedo ser más útil con un arco que con una espada.-

Tras el comentario le dije a Earl -Ahora vamos a acercarnos a donde están los piratas. Tu venganza está cerca, pero vamos ha ir sin hacer ruido. Espera a que te avise para atacar.-

Esperé para que me confirmara que lo había entendido y a que Lola guiase la expedición

- Sí, disculpa - le dijo Lola entregándole el arco y las flechas que le solcitaba por segunda vez - Con las tonterías del vodaccio se me pasó luego dartelo cuando me lo pediste antes, aunque me lo llevaré cuando me infiltre por si las moscas. Si necesito atacar a distancia el arco es mucho más sigiloso y confiable que una pistola. - a pesar de ir cargada con ellas no parecía tenerlas en muy buena estima cuando hablaba de las pistolas.

-Perfetto.- Dijo Luca. -Io quedare aqui entonce, por qui me habilidat non se requiere. E mantendere il camino despejato.- Acabó con una de sus grandes sonrisas.

Decidisteis acercaros a comprobar qué era la fuente de la luz que Lola había visto a lo lejos.
Por lo que tan sólo Lola, Pyotr y José se acercaron, puesto que el resto no eran especialmente sigilosos.

Luca se quedó con Zelinda, Oleg, Fernando y Wilfred, quien le vigilaba de cerca. Ah, y aquel reptil domesticado por Pyotr, que se quedó observando el horizonte fijamente.

Os aproximasteis hacia la fuente de la luz, rodeando el lago. La cercana noche y la niebla os hacían prácticamente invisibles, así que sólo teníais que vigilar de no hacer ruido.

Avanzasteis un buen tramo pero pronto os percatasteis del problema; estabais rodeando el lago pero la luz seguía a la misma distancia aproximadamente. Lo cual quería decir que venía desde dentro del mismo.
José metió una rama para comprobar su profundidad, y aunque al principio no era muy profundo, luego se volvía imposible de cruzar a pie.

¿Tendrán algún bote? No parece muy lejano, quizás llegáramos nadando, pero... no me hace ninguna gracia nadar aquí. expresó José, mirándoos.

Te quedaste con la mayoría de tus compañeros, los cuales se quedaron esperando con cara de aburrimiento algunos, e impacientes otros.
Oleg comenzó a tirar piedrecitas al agua, hasta que Zelinda lo detuvo.
¡No hagas ruido, idiota! le dijo la eisena, bajando la voz.

Oleg puso cara de fastidio y se apoyó en uno de los árboles ennegrecidos.
Fernando observaba el lejano punto de luz expectante.
Tienen que ser ellos... deberíamos ir con el resto y prepararnos para atacar. dijo, nervioso.

Zelinda te miró entonces.
¿No se supone que tú tienes pies ligeros? ¿Porqué no has ido con ellos? ¿No estarás asustado por la castellana? dijo en un tono burlón.

-Io sere mejor sigiloso qui ella, pero, no me quiere.- Dijo con un tono de pena implorante, pero a la vez convincente. -Lola da órdenes y non gustare la gente qui desobedecce pero, ¿acaso non sere ya sue esclavos?¿no gritare cuando no obedecere la sua voluntad?.-

El discurso del Vodaccio manipulaba sutilmente la mente y las voluntades de los que quisieran escucharle. Si conseguía que la fuerza mayor le hiciera caso, su plan al final tendría éxito sin la impedimenta de la castellana.

-Solo esperare qui la sua señal e acudire a salvarla el culo. Para eso servire la sua forza,- dijo señalando a Oleg. -..o la vosa maestría con la espada.- Cogiendo de la mano a Zelinda. -Solo sere sue escudos, músculos a la sua voluntade que obedecen sin rechistare.- Esto Último lo dijo mirando a Wilfred, al que le había asignado la tarea de matarle si intentaba algo.

-Il orbe e per la iglesia, mas Lola no compartere la gloria de recuperare, e non ayudare al poblato. Fora piratas, hola colonos. Il suo pueblo será destruito.- La última parte iba dirigida a Fernando. -Pero si conseguire el orbe per me, sue recompensare a tuto vosotros.

- A mí tampoco me hace gracia ir a nado… no sabemos lo que hay en esas aguas… y al salir podríamos morir del frío que nos dará. – negó con la cabeza – Yo regresaría con los demás para construir una balsa entre todos o esperar a que regresen y asaltarlos en esta orilla, aunque no sabemos exactamente a dónde regresaran, por lo que lo de la balsa sería más seguro.

- ¿Qué opináis?

Miré a mi alrededor. Podía acercarme más a la luz sin ser visto, pero tampoco ganaríamos mucho, así que negué con la cabeza. No me parece buena idea ir nadando. Ellos estarían en la embarcación y nosotros en el agua, en desventaja...

-Estoy de acuerdo contigo. Tienen que volver al templo, así que podemos intentar pensar por donde volverán y prepararnos. Acercarnos... No se muy bien lo que estarán haciendo y puede que nos convenga interrumpirlo, pero creo que es muy peligroso acercarnos a nado. Si hiciéramos una balsa a tiempo podríamos intentar ir a por ellos, pero no creo que de tiempo.-

- Es posible que no nos de tiempo, es cierto, pero sin intentarlo no lo sabremos. Volvamos pues y pongamonos manos a la obra lo antes posible. - contestó Lola dispuesta a emprender el regreso sin más dilación y ponerse manos a la obra con la balsa.

Asentí. - También es importante que no perdamos de vista la luz. Por si acaso.- dije mientras seguía a Lola de vuelta con el resto del grupo.

Tu discurso provocó un incómodo silencio entre tus compañeros.
En cierto momento Lola se había erigido como la líder del grupo sin que nadie la hubiera elegido.
Quizás eso causaba cierto desagrado, además de que supiste hablar del modo que la gente solía hacer caso; dramáticamente.

Zelinda hizo una mueca de desagrado y suspiró.
Es cierto que nadie ha elegido a la castellana como líder y ella actúa como tal. A mí eso no me gusta... aunque tú... te escabulliste como una rata y no veo porqué deberíamos confiar en ti. dijo, expectante.

Oleg se encogió de hombros.
¿Y qué ganaremos si obtienes tú Orbe? preguntó el ussuro.

Wilfred se encogió de hombros, como si no fuera con él la conversación.
Por último Fernando te miró entrecerrando los ojos.
¿Cómo estás tan seguro de que Lola pretende destruir el poblado? Y es más, supongo que sabes que ella no aprobará que te quedes tú el Orbe. Así que, ¿cómo pretendes convencerla? preguntó en un tono expectante.

Decidisteis regresar con el resto ante la dificultad de llegar al foco de luz.
No creo que tengamos suficiente tiempo para fabricar una balsa... además mirad los árboles que hay aquí... están todos como quemados y no sé si aguantarían. dijo José, una vez tomasteis la decisión de no ir nadando.

Fuisteis de regreso al punto donde habíais dejado a al resto de compañeros, pero entonces algo extraño sucedió.
La luz que visteis aumentó en intensidad y su tono se volvió a un rojo intenso. Era como una enorme mancha de sangre resplandeciendo en la oscuridad del lago.

-Primo, Io no decire que ella destruir le poblato, solo que no ayudare le poblato. Secondo, Io no quiero el orbe, la iglesia lo quere e Io voy a dárselo. Si Lola conseguire il orbe será nombrata capitana, masi vos sois la indicata per le puesto.- Dijo directamente a Zelinda. -Pyotr, non ayudare a vos a encontrare a vosos padres, ni se acordare de que vinisteis en su busca. No engañare, per os prometo ayudare en la búsqueda. Eh vos Wilfred, sois un pirata, ayudare a conseguire il orbe e conseguiréis il indulto per vostros pecatos.-

-Quero ayudare, per también quero que ayudare vosos a mi. ¿Trato?.- 

Maldita sea.

- Lleváis razón, José. – se paró a pensar que podrían hacer. Quizás buscar un bote… la luz cambió… a un rojo intenso que no auguraba nada bueno.

- Por Theus, eso no puede ser nada bueno. – dijo Lola que se acercó a un árbol cercano donde dejó sus pistolas y comenzó a quitarse la ropa para quedarse con la mínima imprescindible para no ir desnuda – No hay más tiempo que perder. Que Theus me proteja de no morir de frío cuando salga. Pyotr dadme el arco y las flechas por favor. A ellos no les afecta el agua – otro motivo más por el que no le gustaban las armas de fuego – y si alguno de los dos quiere acompañarme, bienvenido será. Vos al menos podréis volar hasta allí… – dijo con una última mirada antes de adentrarse en el lago maldiciendo no tan por lo bajo deseando poder volar como el ussuro.