Partida Rol por web

Un Comisario Naval, conocido, pero con el que no tienes trato, te ha dado una tablilla de órdenes.

La verdad, desprecias al tipo. Es un ególatra estúpido, con aires de grandeza, porque un día guio un destructorcillo, que se había quedado sin sensores. La verdad, es que sobrevivieron gracias a él, pero no es para restregarlo por la cara. Además, ni si quiera le dieron más que unas palmaditas en la espalda. E incluso, en el combate previo, en el que los sensores fueron destruidos, se escondió en la Sala Táctica, bajo la mesa.

Para ti un cobarde.

Al abrir el sobre, te sorprendió mucho. Era el trabajo mas tedioso, peligroso y sucio que te podían encargar. Tenías que ir hasta el Centro de Adiestramiento e Investigación PSI (CAIPSI) de Yashodhan  (Yashodhan 2365) y entregar todos los "aspirantes" que pudieras encontrar.

Muchos tendrían aspirarían a ello. Otros, habría que raptarlos, y los que no hubiera manera, había que neutralizarlos. Una manera de ocultar lo que de verdad querían decir: (o los traes o los matas). Por suerte, tu nave, tenía una cantidad de cápsulas, para ellos, limitada. Era una suerte. O por lo menos, esa era la idea que corría por tu cabeza, ya que, para ti, esto era algo ... mal hecho.

Pero la ley era así. Unos, por suerte, serían salvados, ya que había planetas o sistemas, en los que si localizaban a un PSI, era "neutralizado" o "erradicado". Palabras diferentes para, al final, quedar igual de muerto. Otros, que simplemente querrán vivir su vida, no podrán porque este sistema, hacía que muchos PSI pasasen a funcionar, depender y trabajar exclusivamente par el Gobierno Central de Tercer Imperio. un reclutamiento forzoso. Un rapto.

Pero había algo más.

Tras largarse ese desgraciado... (Cada vez que te cruzabas con él lo aborrecías un poquito más, si cabe) ... y salir de tus ensoñaciones, descubriste algo. Una niña estaba allí. Portaba un petate, como el que te dieron a ti, cuando empezaste a ser adiestrado. - Joder, que es una niña. Parpadeaste, con la intención de regresar a la realidad. Lo hiciste bien, estabas en al realidad. Allí estaba ella. Un rostro delicado, de niña inocente, que vestía un uniforme, que ... una niña no tendría que portar. Sacudes la cabeza lentamente, decepcionada, cada vez más con tu destino.

- Maldita conciencia psíquica. Insultaste a los cuatro viento, mientras intentabas sonreír a ese lindo rostro que te miraba emocionada.

Rebuscabas entre los papeles y órdenes. Lo repasaste todo, y allí estaba. Te entregaban un pupilo. Un crio para adiestrar. Sabías las intenciones que tenían para ella. O un Comisario Naval, o un Psíquico en la High Ward, o incluso un Oficial de la Armada, con poderes y capacidades, con la esperanza de que llegase a algo grande.

- Pobre nena.

También sabías que cuantos mejores resultados diese en sus exámenes de calificación, mejor respetado estarías, te darían misiones más "limpias" y el premio económico, también aumentaría.

- Nacida para ser libre, y obligada a ser una herramienta de la política. Y lo peor, es que no tenías otro remedio. Tenías que ayudar a ello. Tu futuro dependía de ello. De eso, y de traer más almas inocentes al vertedero que era el Servicio.

En cuanto el Comisario Naval desapareció de su vista, se relajó. El tío le caía mal, pero no solo a él. Es lo que pasaba cuando obtienes tu rango y una nave por un "día de suerte". La envidia es un sentimiento universal y era normal que gente que llevaba años de carrera envidiara a alguien que lo había obtenido todo por ese día.

Eso no quitaba que fuera un ególatra consumado, posiblemente una reacción defensiva ante la actitud de sus subordinados.

Le caía mal.

Estaba leyendo los detalles de la nota cuando cayó en la cuenta del pequeño rostro que lo observaba atentamente. No era normal que le pillasen desprevenido. Terminó de leer la carta.

Mentor, por fin. Un sentimiento de orgullo le llenó. Significaba un reconocimiento a su labor, pero sobre todo a su capacidad.

Observó a la niña que le miraba con admiración y pudo ver su reflejo de hace años, cuando él mismo fue reclutado. El no tuvo exactamente un mentor, pero tuvo un montón de maestros para aprender de ellos. Ahora él era el maestro.

La miró de forma neutral, sin externalizar ningún sentimiento.

- Bien pequeña... - buscó en la carta - ...Elisse. - se puso serio, el protocolo es el protocolo y había que hacer las presentaciones formales, él era muy amante de esas pequeñas cosas que él consideraba "civilización" - Yo soy Liam y seré tu mentor a partir de este momento. Me llamarás por mi nombre, sin título alguno. Nada de "maestro" ni "mentor", pero me guardarás siempre el debido respeto. - En la carta no había ninguna alusión a qué estudios, habilidades o potencial tenía la niña, pero el asignarle un mentor personal sugería una capacidad sobresaliente.

La niña le miraba con el rostro serio, quizás había sido demasiado protocolario. Liam tenía buen corazón y quería que la chica estuviera a gusto y no tuviera un concepto demasiado serio de él. 

Se agachó, le tomó por los hombros y le sonrió.

- Bienvenida, estoy seguro que formaremos un buen equipo. ¿Ese es todo tu equipaje? La nave está atracada en el hangar, en cuanto lleguemos te mostraré tu cuarto y podrás instalarte. Luego hablaremos, necesito que me cuentes de dónde vienes, tu potencial, entrenamiento... todo lo que hayas hecho hasta ahora - por su edad no podría ser mucho, pensó Liam - y así establecer tu punto de partida.

- Pero antes, hay que prepararse para un viaje. En cuanto reúna un poco de información saldremos cuanto antes.

Liam se centró en la computadora para establecer una ruta de navegación hasta el sistema Yashodian, pero éste estaba en un sector remoto, fuera del imperio, y no tenía muy clara la ruta a seguir.

Empezó hablando tímidamente. Estaba firme, como un soldado. Al verla, sabías donde había sido adiestrada:

- Don Liam. Sabías que los navales, cuando se les daba margen de confianza, a los mandos que se les tenía cierto trato y eran afables, se les traba así: - He leído todos los libros que había en la biblioteca a cerca del "Arte". He sido instruida en todos los "Canales" y tengo un especial problema con la "Percepción". Otra cosa que pasaba con los psíquicos, era la mente, que por las tensiones y cosas que eran capaces de "ver" ... se les soltaba alguna "tuerca". Miras su ficha en la carta de asignación.

Había recibido el adiestramiento básico como naval, tenía control básico en todos los artes o disciplinas básicas, y un especial trato en "entenderse con las máquinas".

La miras a la cara, y ves algo especial en sus ojos. No sabes lo que es, pero ... te acabas de proponer un reto. Averiguar que dicen esos ojos de inocente mirada y rostro angelical. Además te das cuenta que el petate, como tú lo recuerdas, estaba bastante lleno, y el de esta muchacha ... parece bastante vacío. Además le cuelga una mochilita de bandolera del costado. Es parecida a la de los ordenadores personales.

La respuesta de Elisse fue correcta, era una niña educada y parecía perfectamente disciplinada. Mejor.

Liam observó el exiguo petate de la niña, con cierta duda en su mirada.

- ¿Necesitas alguna cosa? Ahora estamos en una base naval y pueden proveernos de todo, pero vamos a hacer un largo viaje y no siempre estaremos en mundos donde podamos acceder a lo mismo que aquí. Mientras cargan la nave de combustible podemos ir de compras.

La base naval no era un centro comercial donde encontrar lujos, pero tenía de todo lo necesario para estar cómodos en la nave. Liam cargó algunos programas de entretenimiento que consideró adecuados. Contactó con su agente del cuerpo PSI Naval para cargar además algunos programas de entrenamiento. Ahora que era mentor y tenía un pupilo Liam se tomaba las cosas muy en serio.

Una vez recibió el aviso que la carga de combustible estaba completa y todos los permisos en regla, se dirigieron al hangar para proceder al despegue.

Liam mostró a Elisse su cabina, estaba justo enfrente de la suya y eran similares. Acompañó a su nueva compañera al puente para las maniobras de despegue.

El despegue se realizó sin problemas. En esos momentos el espacio alrededor de la estación no estaba especialmente transitado y Liam pudo establecer un vector limpio hacia la periferia del sistema.

- Voy a preparar el salto hacia el sistema Blaide. Es un mundo desértico con apenas un par de cientos de miles de habitantes. Mientras hago los cálculos si quieres puedes instalarte en tu cabina.

Liam hacía tiempo que no planificaba rutas, por lo que le costó bastante hacerse de nuevo con todos los cálculos necesarios, pero consiguió un resultado razonable al primer intento... lo dejó ahí.

Aviso a su pupila de que ya había llegado al límite de 100 radios planetarios, era el momento de saltar. Efectuó el desvío de energía al reactor para el salto, pero una vez más su falta de práctica hizo que cometiera un pequeño error. Liam aguantó el lamzar un par de maldiciones mientras la nave se rodeaba de un halo de hidrógeno ionizado y creaba la burbuja dimensional que les envolvería durante los próximos días. El universo desapareció.

En los días que duró el tránsito, Lian y Elisse aprovecharon el tiempo para conocerse mejor. Liam preparó una serie de ejercicios y entrenamiento que Elisse debía realizar a la par del propio Liam. En estos primeros momentos Liam estaba más interesado en saber qué sabía hacer la muchacha más que en avanzar. Tenía que conocer por dónde empezar.

Justo a la semana de iniciar el tránsito, la computadora de la nave indicó que iban a regresar al espacio normal. Liam tenía ciertas dudas sobre la precisión de su salto, por lo que ocupó al instante el puente mientras que su compañera hacía lo mismo situándose a su lado.

No estaban en Blaise

- Algo ha fallado. - comentó Liam con la cara un tanto descompuesta - No estamos en Blaise, el salto no ha sido correcto y no se dónde estamos.

Frenéticamente Liam conectó todos los sensores para tratar de determinar dónde estaban. La reserva de combustible indicaba 8Tm.... necesitaba al menos 12Tm más para saltar de nuevo.

Su prioridad era ver si estaban cerca de una estrella, en un sistema habitado o al menos con un gigante de gas cercano.

La muchacha tomó algo de lo básico. Un neceser con material de aseo personal y poco más. (Y unos juegos de ropa interior y camisetas).

La Armada, como buen servicio, presenta un par de palés con los suministros (alimentos) y además repostan de los diferentes lubricantes y combustible, como su fuera una unidad propia, pero claro. Lo dejan en el hangar que sea la posición de carga, y si no, en el portalón, para que la propia dotación lo estibe y arranche como crea oportuno. En vuestro caso, alguien, por suerte, conoce la nave, y os lo han dejado todo, tras sacar la voladora, así que os toca arranchar y ordenar.

Por suerte, lo más delicado, los guardáis en un momento, pero, el resto, durante la semana, se ha ido poniendo en el sitio.

Incluso para ti, es la primera vez. No hace ni tres días que te han prestado esta nave, así que, y aún conociendo otras de la misma clase, es nueva. Aún huele a "asquerosamente nueva".

El tránsito empieza sin novedad. Dentro de tu fuero interior, todo va bien, y te dedicas a entrenar con la muchacha, que parece tener un "algo" especial con las máquinas. Incluso de cuando en cuando, te das cuenta, que mira hacia un punto, sobre todo, alguna luz o algo, y dura unos segundos. Ese tiempo queda obnubilada. Luego, "regresa" de su "viaje" y siempre parece ir todo bien.

La muchacha, inocente, pregunta qué es un punto en la pantalla. 16 días para llegar a él. Es un enorme gigante de gas que dispone de tres anillos, que ruedan concéntricamente, pero de manera independiente, y en distintos ejes. Además ruedan bastante rápido, como una rotación cada 30 horas el más rápido, y una rotación cada 44 el más lento, que por cierto, es el más pequeño e interno de todos.

Cuando se produce la reentrada, ella se sienta a tu lado. Espacio hay, al tener el puente dos puestos de control, pero, con las manos en las rodillas, mira las pantallas, como el que está viendo un espectáculo novedoso. Enseguida se abre una situación de posición e indica que estás a más de una semana de camino, en tránsito convencional, para llegar al sistema, y casi el doble para llegar al gigante de gas más cercano (de los tres que dispone el sistema). Pero lo que a ti te llama la atención es otra cosa. Una que está mucho más cerca. Es una nave Tipo X. Una nave correo. Está muy, pero que muy cerca, y lo extraño es que no hubierais chocado en la reentrada del hiperespacio. Inerte, vuela en el espacio, a la deriva.

Liam se tranquilizó cuando gracias a Elisse pudo comprobar que realmente el desvío no había sido mucho y sí que habían llegado al sistema Blaise, pero bastante más lejos del punto de llegada de lo esperado.

- Necesitaremos un tiempo para llegar a los gigantes de gas y reaprovisionarnos de combustible. - Realmente Liam no tenía intención de parar en Blaise, era un sistema de paso.

Una vez más Elisse indicó un punto en la pantalla que llamaba su curiosidad... verdaderamente la niña tenía una empatía especial con las máquinas.

El punto resultó ser una nave correo, tipo X, muy común, pero lo extraño era un encuentro a esa distancia de la estrella, no parecía casual. Quizás la masa de la nave junto con su error de transferencia de energía había propiciado la salida al espacio normal en esta posición.

La nave parecía estar a la deriva.

Liam interaccionó con los sensores de la nave intentando identificarla y comprobar si tenía algún consumo de energía o emitía algún tipo de baliza.

- Elisse, vamos a concentrarnos e intentar detectar algo de vida en esa nave, un pensamiento, lo que sea.

Si la nave llevaba mucho tiempo a la deriva y sin combustible, lo normal es que la tripulación se hubiera congelado. Estas naves pequeñas solían llevar un único tripulante y Liam no recordaba si tenían cápsulas.

Se concentró al igual que su pupila intentando detectar algo mientras los sensores de la nave trabajaban.

La baliza de posicionamiento habría dejado de emitir hacía tiempo ... o jamás llegó a pulsar.

Ni si quiera existía una fuente de radiación o de calor.

Nada. Más fría que un meteorito extraviado, que su impulso se había quedado retenido al haber "olvidado" su curso, y la gravedad ... haberlo perdido. Tras un escaneado visual, tampoco parecía tener daños externos. Al menos, no visibles.

Liam estuvo un momento pensativo tras los resultados de los escáneres. 

- Creo que debería echar un vistazo. Anota posición, fecha, resultados del escaner, y pásalo al cuaderno de bitácora. - comentó a su pupila mientras de dirigía a ponerse el traje.

- Tu quédate aquí por si pasase alguna cosa.

Liam confiaba en los sensores de la nave y sus propios poderes. Percibiría a alguien salvo que estuviera bien escudado, en cuyo caso iría directo a la trampa, pero Elisse podría entonces huir y pedir ayuda.

Marchas a tu camarote, a ponerte tu traje especial. No sueles usar los trajes espaciales de la nave, ya que confías más en el tuyo, y además te permite otras cosas que los "convencionales" no te dan, a pesar de tener una autonomía de aire un tercio de la de estos.

Aún así, como no dispone de un comunicador como tal y testás pensando en buscarte un casco nuevo, o modificar el presente. TE pone un microcomunicador en el oido, que hace mucho que usas, y enlazas con la muchacha que justo empezó a decirte algo:

- ... am, ya está anotado todo en el cuaderno de bitácora. Estamos a 11 metros de la otra nave, y no hay señal alguna ni de vida ni emisión.

Una vez equipado con mi traje, con el que me siento realmente cómodo, no los que vienen con la nave, compruebo tanto los sensores como el armamento. Tras revisar la provisión de oxígeno me dirijo a la exclusa de la nave.

- Todo listo, salgo. - Pruebo la conexión de retorno. Oigo bien a Elisse, pero ella también debe oírme bien. Tras recibir su respuesta abro la escotilla y salgo de la nave.

11 metros es una cantidad demasiado pequeña para mi gusto... la naves están literalmente tocándose y me preocupa cualquier movimiento entre las mismas que pudiera llevar a una colisión.

- Elisse, controla el radar de proximidad, estamos demasiado cerca del correo y no quiero sorpresas.

Liam es metódico, lo cual en el espacio es una gran virtud. Sin prisa observa con sus propios ojos la nave inerte. Es un modelo conocido y con el que muchos pilotos se inician en la navegación espacial, localizar una escotilla no es tarea complicada, pero la ausencia de energía puede ser un problema.

- Elisse, sensores. Necesito saber si hay atmósfera dentro y su presión.

Un fallo en la escotilla supondría, si hay atmósfera, una descompresión explosiva y aumentar el riesgo de muerte de posibles supervivientes que estuvieran congelados a la espera de un rescate. No tenía prisa.

Recorrió los metros hasta la escotilla más cercana del correo y se preparó para una apertura manual. Cerrar primero la escotilla interior antes de abrir la exterior, salvo si Elisse le indicaba la ausencia de atmósfera y presión, en cuyo caso se limitaría simplemente a abrirla al vacío interestelar.

- Controlo, la situación. Sus palabras era como que estaba concentrada. Como que manejaba con sus manitas algo delicado. Te pareció como si fuera algo que ya estaba haciendo. No te extraña, ya que había sido, según el informe, adiestrada en el proceso básico naval. - Se aproximan alrededor de 2 centímetros por minuto.

Tarda un poco, pero cuando empieza a hablar te hace una reseña gaseosa:

Nitrógeno 79%
Oxígeno 6.5%
Argón 1%
Metano 10%
Dióxido de Carbono 3%
otros 0.5% (xenón, ozono, criptón ...)

Presión 1207 milibares.

Te enganchas con el cordón de seguridad, este lo haces firme a una argolla exterior, y te lanzas al vacío, dejando la escotilla interna de la esclusa cerrada, pero abierta la exterior. Mientras volabas te preguntabas como había sido capaz de saber todo eso con los sensores de tu nave. Algo que no te dejase perplejo, pero tampoco indiferente.

En el momento despues de tu "salto" la niña añade. - Se ha reducido a 1 centímetro por minuto de aproximación.

Liam se aproximaba muy lentamente mientras pensaba en lo que Elisse le iba "cantando".

Demasiado metano... descomposición de algo orgánico o una fuga de combustible... pero una posibilidad enorme de inflamación por cualquier chispa ya que aún quedaba oxígeno suficiente.

Pero no para respirar.

Las sondas no habían detectado ninguna vida a bordo. Lo que hubiera dentro seguramente estaba muerto y descompuesto y quizás había sido el origen de tanto metano. Al final tomó una decisión, prefería no correr riesgos.

- Elisse, vamos a drenar esa atmósfera. Retira la nave al menos 100 metros por si hubiera algún movimiento incontrolado al sacar el gas.

Elisse tenía 10 años... mejor si no veía lo que hubiera ahí dentro.

- Y desconectarás las cámaras en cuanto entre a la nave, seguiremos por solo audio. - de todas formas era consciente que si Elisse tenía capacidades telepáticas podría, cuando menos, percibir sus propios sentimientos, pero le ahorraría lo peor.