Partida Rol por web

El que parece ser el jefe de los bandidos, aguanta como puede nuestros ataques y lanza otro a Gailhen. Tratando de acabar con él cuanto antes, agarro mi espada con las dos manos y le lanzo una estocada contra el pecho.

Malditos sean estos avariciosos humanos y su rastrera codicia!...Gailhen!
Me pareció sospechoso desde el principio, y sin embargo no hice nada...sin embargo nos ha mentido, conoce a estos hombres; si estoy matando para que ese miserable obtenga un tesoro, o algún tipo de venganza, lo pagará caro!

Grito en común intentando que mi voz se oiga por encima de la refriega:

NO LES MATEIS SI NO ES NECESARIO, HAY QUE HACERLES HABLAR!!

En tan poco espacio el combate se hace más y más cansado, pronto estaréis al límite de vuestras fuerzas.

Carster y Anaril mantienen a raya al grupo de bandidos, que parece que comienzan a dar muestras de temor.
Después de una bonita maniobra Anaril da el golpe de gracia a uno de los bandidos. En ese mismo momento, lo dos que no estaban luchando corren fuera de las cuevas. El elfo ha demostrado su valía con el arma y estos no quieren ser su presa... al menos, no hoy.

Amrod y Gailhen, por su parte, parecen tener problemas para lanzar sus armas contra el que parece ser el mandamás de la comitiva. La mirada de este último continua inyectada en sangre y los ataques hacia Gailhen son cada vez más fieros. Parece que no le afecta el cansancio o que su sed de sangre es mayor que cualquier cansancio. Amrod acompaña lanzando su espada con fuerza pero el limitado espacio hace que tenga problemas para impactarle.

- ¡Farsante! ¿De que hablas? Lucha o muere. -, las palabras de Gailhen no hacen sino enfurecer aún más al temerario luchador y lanza aún más golpes con su espada.

En el reducido espacio que la emboscada nos ha dejado, resulta admirable que Elerin todavía tenga la posibilidad de ayudar a nuestros compañeros. Un tercer soldado numenoreano negro ha caido ya hoy, pero ambos extremos del pasadizo siguen bloqueados por guerreros decididos, haciendo imposible cualquier movimiento que no acabe resultando un estorbo a los luchadores de nuestro grupo que se encuentran en los extremos.

Vuelvo a intentar el ataque a dos manos contra el jefe del grupo. Ignoro completamente lo que está sucediendo al otro lado del grupo.

No escapeis, que no me apetece tener que correr para mataros!

grito mientras sigo descargando una tormenta de golpes sobre mi rival

Los guerreros continúan la batalla en ambos frentes fuera de mi alcance mientras lo único que puedo hacer es mirar a sus espaldas.

La furia del supuesto líder de la banda lleva a la muerte del mismo de manos de Gailhen. Primero el fuerte espadazo de Amrod y después el tajo en el costado de Gailhen dan muerte al hombre que, en sus últimos estertores habla unas últimas palabras:

- Lo pagarás algún día, Gai...

En el otro lado del pasillo el resto de bandidos corren desolados por el golpe moral que ha supuesto la fuerza del que sin duda era el más fuerte de todos ellos. Aquel que está luchando frente a Caster suelta su espada y su escudo y corre hacia la salida de la cueva.

El resto de la cueva queda a vuestra disposición, eso sí, no sabéis si limpia de bandidos.

Sin demostrar el mas minimo reparo descargo contra el hombre que comienza a huir una fuerte estocada en la espalda, y si nadie trata de detenerme salgo corriendo detras de los otros dos

Vamos, volved y pelead!!

Tras derrotar al jefe de la banda, me giro para comprobar como están mis compañeros. Veo como Carster sale corriendo detrás de un par de hombres que huyen. Será mejor que no escapen, podrían avisar a más gente y dentro de la cueva no tendríamos salida.

Carster!! Que no escapen.

Observo a Gailhen, está herido, pero en estos momentos es lo que menos me preocupa.
Gailhen, está claro que estos hombres te conocen o te conocían, mejor dicho. ¿Qué nos estás ocultando? Habla!!

Detente Carster, ya no tiene sentido luchar. Hemos vencido. Guarda tu ira para averiguar lo que ha pasado aquí - grito en dirección a Carster cuando veo que tiene intención de perseguir a los bandidos.

Sin esperar a ver lo que hace mi compañero, me giro y me apresuro a llegar frente a Gailhem. Le apunto entre los ojos con la punta de mi espada mientras le digo, con voz fría y mirada decidida:

Te aseguro que si no nos cuentas una historia convincente lo vas a pasar muy mal, escoge bien tus palabras porque seguramente serán las últimas que digas; y esfuerzate para que sean ciertas, o lo sabremos y no habrá piedad para ti.

Gailhen mira sorprendido a Anaril y Amrod. Ambos le acusan de quien sabe qué y el hombre se haya confundido:

- Baja esa espada, noble elfo, en tan reducido espacio podrías hacer algo que no quieres hacer -, retira despacio la espada de Anaril con los dedos y enfunda la suya

- Conozco a este hombre, es cierto, pero no tengo nada que ver con él. Su nombre es Thenin y hace tiempo que andamos buscándole. No tenía claro que él fuera el líder de este grupo pero alguno de los hombres de mi grupo ya me había advertido que había sido visto por esta zona. -, hace una pausa y mira el cuerpo muerto de Thenin y señala su cara, - Fue capitán en uno de los buques de Umbar que fue hundido. Esas marcas de su cara se produjeron en el incendio que hundió su barco.

Carster ante las palabras de Amrod salio a la carrera detras de los que escapaban sin ni siquiera valorar las palabras del elfo que pide tranquilidad

Tu frenética persecución te lleva a una sala (5) con un profundo estanque a modo de pozo. El incesante sonido de goteo que oíais venía de aquí.

En torno a la pared hay una cuerda que los bandidos están usando para cruzar el pozo. Tras el agua una oscura abertura lleva a la siguiente sala.