Partida Rol por web

Burlas asiente como respuesta a las preguntas de Elerin.

- Sí, amigo Elerin, es cierto todo lo que digo, has oído bien. Siempre he comerciado en Bree y nunca he tenido problema alguno con sus lugareños, la mayoría de ellos comerciantes de paso, como yo - dice encogiendose de hombros.

- Los ciudadanos de Bree siempre se han mostrado un tanto distantes y desconfiados con los montaraces, pero ahora les atacan verbalmente sin miramientos.

Se dirige a la caravana y saca algunos alimentos que comienza a preparar al fuego.

- Tomad, os sentará bien. Habéis viajado mucho y, con este tiempo ha debido de ser agotador. Elerin, Bree es lugar de encuentro de comerciantes así que no es extraño ver caras nuevas habitualmente.

Abandonando los juegos con la niña fingiendo cansancio al tiempo que le guiña un ojo, Ranëdhel acude al grupo de la conversación y echa una mano a Burlas preparando el fuego.

- Creo que Anäril tiene a un forastero más concreto en mente, Burlas. Un hombre llamado Gailhen que se dice así mismo montaraz.- Ranëdhel le proporciona una breve descripción del mismo- Nos ha ocasionado algunos problemas, y Belegilf asegura no tener noticias de que pertenezca a su orden. ¿Tal vez es él el causante de semejante odio?

Amrod, que ha permanecido ausente, aislado y callado durante horas, durante días, sumido en oscuras reflexiones, y en más oscuros recuerdos, parece volver a la realidad al oír la historia de Bree. Pero de momento calla y escucha, paciente.
Las noticias son malas. Mucho peores de lo que puedan creer los elfos. Y posiblemente mucho peores de lo que pueda creer él mismo. Parece que no acaban las tinieblas.

... esto va mucho más allá de lo inquietante. Parece como si la oscuridad nos siguiera, nos vigilara, nos acechara y nos asfixiara a cada paso que damos... miraría a mi alrededor desconfiado si no supiera que no hay trolls escondidos en la espesura...

Amrod sonríe irónicamente ante si propia ocurrencia absurda.

... la gente de Bree no es así. Nunca lo ha sido. Cierto es que son lugareños campechanos y sencillos, acostumbrado a sus vidas normales, corrientes, tranquilas. Cierto es también que siempre nos han mirado a nosotros, los montaraces, sus protectores silenciosos, con miradas de desdén, como si pensaran que desperdiciamos nuestras vidas en los montes corriendo detrás de los ciervos... pero hay mucha diferencia de ahí al odio...

...mis compañeros tienen razón. No es un cambio espontaneo. hay alguien, tiene que haber alguien que lo haya incitado...

En verdad corren tiempos oscuros para la raza de los Hombres, en los que los hermanos se vuelven contra los hermanos, y las lenguas viperinas proliferan y medran, susurrando en los oídos de la plebe, de la masa manejable...

Al fin, Amrod levanta la cabeza lentamente, y dice, con tono calmado:

- Mi corazón se alegra de verte, Burlas, pero tus palabras me asustan. Te ruego que pongas todo tu empeño en recordar si viste u oíste a alguien azuzar a la gente de Bree. Bien sabes, como yo, que son gente tranquila, cuyos únicos defectos son la desconfianza y la pereza, pero nunca la hostilidad. Siempre han tenido una bien merecida fama de afables

Burlas niega con la cabeza-

- Todo lo que os digo es lo que se, amigos. No recuerdo ningún sospechoso con las características que me decís y mucho menos que arengue a las masas en mi contra. Pero la realidad es como os la cuento - acaba diciendo apesadumbrado.

- Yo partiré hacia mi próximo destino y, supongo, vosotros os dirigiréis a Bree al alba. Extremad la precaución, por favor.

Acaba la comida conversando con vosotros y rápidamente vuelve a colocar las cosas en el carruaje. Alza a la pequeña Rosallow y la sube al carro.

- He de irme, amigos. Espero volver a veros cuando las cosas esten más tranquilas.

Gracias amigo

Acepot las cosas que comparte, aunque enseguida parezco un tanto perdido con la conversacion aunque sin hablar mucho, simplemente me supera
Tened cuidado en el camino, y espero veros pronto con mejor tiempo y mejores animos