Partida Rol por web

La tarde comienza a caer. El primer sol rojizo anuncia la llegada de la noche en no demasiadas horas.

- Comandaremos una tropa de 150 de mis elfos - dice Tintestel muy convencido - que dividiremos en tres grupos de 50. Uno de ellos lo comandaré yo, uno más será comandado por Carster en quien Anäril ha depositado toda la confianza. El capitán Anäril comandará al resto de grupo incluidos sus hombres.

Se vuelve y comienza a bajar la escalera.

- Amrod, no existe salida alguna distinta a la puerta por la que entrásteis.

Después de un rato en el que no se oyen más que los pasos de Tintestel bajando la escalera de caracol, vuelve a hablar.

- ¡Vamos! Debemos preparar el campamento. Con suerte les habéis sacado un par de días.

Carster..., quisiera hablar contigo - tomándo del hombro al humano, le llevo aparte del grupo - Tendrás a tu cargo muchas vidas, no solo las nuestras, también las de estos elfos que con tanta valentía afrontarán la batalla, y en última instancia la de aquellos que son nuestros enemigos pero sabemos que se enfrentan a nosotros en contra de su voluntad...

Mucho has aprendido desde nuestro primer encuentro, aquel lejano día en la posada de Bree. Y aquí enfrentaremos nuestro reto más importante. Sé que lo harás bien - termino solemnemente, mirándole con fijeza a los ojos. Después, comienzo a bajar la escalera tras el resto de compañeros.

Mientras subimos las escaleras, no puedo evitar pensar en la desgracia de que Gailhen haya elegido formar su ejercito con víctimas inocentes y no con orcos y otros de esa calaña.
-Si ha habido alguna vez un lugar defendible, son estas escaleras, si no te importa dañar al atacante, claro...

Pero mientras observo la oscura estancia donde puede que se acabe luchando una lucha en la que se dirimirá el destino de la Tierra Media, no puedo evitar pensar que si los planes de mis compañeros acaban mal puede que al final del día de la batalla hayan caído inocentes; Después de todo, muchos más que la población de Bree sucumbirán si finalmente Gaihen se logra sentar en el maldito trono.
-Se trata de un lúgubre lugar en el que morir, sin duda- Pienso mientras me oprime la ominosa penumbra de la habitación- ¿Pero acaso no lo son todos?

Las palabras de mis compañeros me dan esperanza y me apartan de mis desagradables pensamientos, las de Tinestel ya me las esperaba, contra las malas artes del enemigo, es bien sabido que no hay armas eficaces y que el único escudo es la firme voluntad para no caer en sus garras.

-Sinceramente, no creo que las protecciones para los oídos ayuden en demasía contra el oscuro poder que porta Gailhen, sin embargo, toda ayuda será poca en la batalla que se avecina y seríamos necios si no ponemos en práctica todo lo que esté en nuestras manos.-Dicho esto me, inclino ligeramente ante Anäril- Por mi parte, Maese, sabéis cuales son mis habilidades y me pongo en vuestras manos de nuevo para que me ubiquéis en la batalla allí donde sean más necesarias; Por otro lado, añadiré que durante el viaje hacia Bree Maenist me brindó parte de su sabiduría y puede me sea útil para enaltecer a nuestros aliados en batalla. ¡Ay! Si llego a saber el aciago sino que le esperaba en esa aldea, le habría pedido que me enseñase mucho más, mucho me temo que nunca sabremos siquiera lo que perdimos aquel día.

- Tintestel, si tuvierais cuerda me gustaría disponer de ella. Ya que no tenemos seguro que hará Gailhen, prepararemos lo necesario para enlentecer su avance hasta la Voz, pues no creo que tan cerca de su anhelo permita que nos enfrentemos a ellos hasta que nos derrote. Además, si descubre que los defensores de la fortaleza son guerreros preparados, superiores a sus huestes si no en número sí en destreza, se verá obligado a recurrir a estrategias propias. Eso incluirá su magia, la de su bruja y la de la propia Vara de Annatar. Tenemos que preparar defensas para algo más que soldados.

Ranëdhel señala la entrada a Mindon Lamath:- Buen comienzo sería quebrar la inscripción, o bien ocultarla con arcillas o barros ensuciando la entrada. Yo por mi parte necesitaré algo de ayuda para preparar algunos obstáculos al avance por la escalera. Como te pedí Tintestel necesitaré cuerda, y quizá podamos servirnos de algún tronco o piedras de cierto peso. Si logramos atrapar a Gailhen y arrebatarle la Vara creo que podremos vencer. Como sugirió Amrod, la estrategia debería orientarse a este objetivo y no a una resistencia impenetrable. ¿Sería posible en forma alguna ocultar a 150 elfos en esta fortaleza y sorprenderles?

Buena idea, Ranëdhel. Esta te servirá - comento, agachándome para desenganchar la cuerda que llevo colgada en el exterior de mi mochila - Creo que podrías encargarte también de borrar esa inscripción. Los demás tenemos trabajo que hacer, pues si en verdad hemos obtenido dos días de ventaja sobre ellos como dice Tintestel y con los medios de los que disponemos, podremos reconstruir ese muro exterior que bordeaba las antiguas puertas. Sería un buen lugar para establecer la primera linea de defensa, y su número no podría ayudarles... - termino pensativamente - Aunque no podemos estar seguros hasta el regreso de los exploradores.

- Sigo opinando -dice Amrod, concentrado- que los pobres diablos que acompañen a Gailhen no son ni el objetivo ni el problema. Creo sinceramente que el plan ideal sería crear una distracción, o un señuelo (por ejemplo, la defensa misma) y posteriormente apañárnosla de la manera que sea, para pillar a Gailhen por sorpresa. Con una flecha en la garganta no hablará muy bien, que digamos...

El plan de Ranedhel me parece muy acertado. De hecho, esa inesperada resistencia con trampas, troncos, y demás parafernalia bien podría desconcertar al enemigo lo suficiente como para poder pillarle por sorpresa.
Tinestel... ¿Cuantos de tus guerreros son arqueros diestros? Pues los necesitaremos, sin duda alguna

Despues de una pequeña conversacion con anaril, vuelvo, todavia mirando apreciativamente la fortaleza
Un ataque directo seria suicida, y aunque la idea de las trampas me parece muy buena, creo que deberia quedar como la segunda linea de defensa

Los elfos tienen una merecida fama como arqueros, y esos arboles son una muy buena cobertura, desde alli podran hostigar un buen grupo de arqueros a los enemigos, sobre todo si les entretenemos en la puerta, puede que la podamos bloquear o al menos reforzar con madera, cada latido que tarden en llegar hasta aqui seran mas flechas que puedan alcanzarles

Despues señalo a los muros derruidos
si bloqueamos las puertas tendran que subir por ahi, y eso les convertira en blancos perfectos

Parezco pensativo por un instante
Si pudieramos hacer algo con los muros podrian tener que subir de pocos en pocos o tener que ir por el agua, lo que les hara esperar mas tiempo, despues si no hemos conseguido pararles del todo deberiamos replegarnos, las escaleras son el aliado de los que estamos en inferioridad de numero, mientras que desde arriba se podria seguir hostigandoles

Niego ligeramente con la cabeza ante las palabras de mi compañero:
-Sin duda las oportunidades de defendernos en este lugar son muchas, Carster, y más todavía teniendo en cuenta que nos enfrentamos a simples campesinos o bandidos sin armaduras, escudos y apenas armas. Ciertamente, a poco que fortifiquemos el muro y nos concentremos en pequeñas áreas de defensa con los arqueros, simplemente será una masacre y habremos vencido.-Suspiro- ¿Pero a qué coste y para qué? Cuando Gailhen vea que la batalla se vuelve en su contra huirá como la rata que es, y la próxima vez que vuelva no lo hará con campesinos y bandidos, sino con orcos y trolls que encontrará en las montañas nubladas, y entonces será mucho más difícil pararle.

-Mi estrategia sería la siguiente; Debemos dar la impresión de que vence y nos obliga a retirarnos a la ciudadela, Gailhen cuenta con que no dañaremos a los campesinos, ya que de lo contrario no nos atacaría con este ejercito, y cuando vea que sus planes salen a la perfección se confiará, y pensando que tiene la victoria al alcance de la mano es posible que cometa un error y se muestre, entonces sería cuando un grupo reducido podrá llegar hasta él para matarle y arrebatarle la vara. -Hago una pausa mientras frunzo el ceño- Considero importante que Gailhen no se acerque a la ciudadela, debe saber que en el último momento mataremos a los que haga falta, aún inocentes, para evitar que coloque la vara en el trono; O confía mucho en los poderes de la vara, o sabe algo que nosotros no sobre la torre que cree le dará ventaja, sea como sea, no me gustan ninguna de las opciones.

Si encuentra poca resistencia puede temer por una trampa, y ademas... no acabo de entenderte, si esto es tan peligroso como dices, no creo que deba ser nuestra mayor preocupacion, si dejamos que eso se convierta en su ventaja puede que muera muchisima mas gente. Si de verdad nuestra preocupacion solo fueran los que le acompañan, si es asi, seria tan facil como irnos y dejarle el trono, pero si no es asi debemos luchar lo mejor que podamos

Señalo a las posiciones de disparo que decia antes

No podemos acercarnos, no si usa esa vara, nuestra oportunidad son las flechas, y si es necesario perseguirle despues, si hacemos lo que tu propones, haremos justamente lo que el espera y le sera tan facil como madar a todos esos por delante a la torre, donde nos obligara a mtar a todos hasta que estemos tan cansados como para no poder seguir haciendolo y entonces le bastara con acercarse para tener a cinco nuevos reclutas en su ejercito

Parece que la estrategia para la batalla es capaz de hacer que Carster hable muchisimo mas que con cualquiera de las cosas quese han hablado en otras ocasiones

Se me ocurre otra opción..., aunque peligrosa, podría funcionar - digo mientras camino de un lado a otro pensativamente - Podríamos alejar un grupo de tus arqueros, Tintestel, lo suficiente para que permanecieran ocultos a los exploradores de Gailhen, mientras los demás presentan batalla en las puertas. A una señal, quizá una flecha ardiente en el cielo, acudiría este grupo para atacarle por la retaguardia y tratar de capturar o eliminar al portador y a la bruja antes de que puedan usar la vara. Es arriesgado, lo sé... - termino, dejando que mis compañeros consideren mis palabras.

Amrod replica de forma inmediata:

- Tendrían que ser muy buenos, o muy rápidos, o si no ya no solo serían carniceros y leñadores los que atacasen nuestras puertas...

y si en vez de acercarse convierten la retaguardia en un alfiletero?, delante o detras, en algun sitio tendran que estar esos dos desgraciados

-Estén donde estén, se hallarán rodeados de seguidores, además, lo más probable es que escojan a los más débiles e inocentes para ser sus guardaespaldas, confiando en que así no les ataquemos. -Reprimo un escalofrío- Si se hace, deberían extremarse las precauciones, un montón de niños muertos después de la batalla sería un escenario lamentable.

Tintestel se muestra pensativo unos instantes valorando todas y cada una de las alternativas que ofreceis.

- Ranëdhel, es una buena idea la que propones. Mis hombres te proporcionarán buenas cuerdas si las requieres. Preparalo todo, por favor.

Todavía pensativo se dirige al resto del grupo.

- De todo lo que decís sin duda la opción de Carster es la que más resultado puede darnos, pero tiene un gran inconveniente que no estoy seguro de querer asumir. De todos modos no sabemos todavía el grupo que ha formado ese Gailhen así que creo que lo mejor será esperar a mañana. Mis exploradores traerán noticias. No obstante, me parece muy oportuno ocultar a un gran número de mis arqueros sobre los árboles. En todo caso detendrán el avance debilitando al enemigo antes del asalto.

Se hace un momento de silencio. Tintestel, al igual que vosotros, está preocupado por la situación. Es mucho lo que os jugais y no es propio tomar decisiones a la ligera.

- Anäril, en otro momento mandaría a mis hombres como sugieres por muy arriesgado que pudiera parecer. Pero en esta ocasión somos pocos, no podemos permitirnos el lujo de arriesgar siquiera una docena de hombres. Pudiera volverse en nuestra contra. La mente de los elfos es más dificil de dominar pero después de las noticias que traéis de ese sabio elfo ya no se que pensar respecto al poder de la vara. Será oportuno estar pendientes unos de otros para evitarnos el enfrentamiento directo al poder de la vara. Probablemente nosotros tengamos una oportunidad de resistir su poder si permanecemos juntos, velando los unos por los otros.

- Se va a echar la noche, amigos. Preparemos el campamento y mañana, con la luz del sol, prepararemos la defensa. Sobre el mediodía mis hombres volverán con noticias y podremos forjar un plan definitivo. Por ahora, coincido con Carster, debemos reforzar esos muros, incluso rehacer la puerta. Si tienen que rodear los muros, por el agua, ganaremos algo de tiempo... aunque sea para pensar nuestro próximo paso.

Prepararé, pues, la última defensa. Iré a la torre ahora - digo dirigiéndome a Tintestel, al ver que el resto de tareas ya están cubiertas.

Cuando terminemos la preparación no quedará más que esperar..., y confiar - comento a Tintestel y al resto de mis compañeros - La decisión de guardar a todas nuestras fuerzas tras los muros podría ser brillante, o un gran error. Todo depende del resultado.

Creo que mejoraremos nuestras posibilidades de éxito si permanecemos ocultos hasta el último momento, sin dar a conocer la magnitud de nuestra fuerza, quizá permaneciendo algunos escondidos tras la torre dispuestos a intervenir por el flanco más débil, mientras otro grupo defiende los muros... - continúo, pensando en voz alta.

De todas maneras, poco más podremos avanzar en nuestros preparativos sin conocer la fuerza real del enemigo, y para ello no nos queda más remedio que esperar el regreso de los exploradores...

Paseo un tanto intranquilo por la antigua fortaleza, comentando con alguno de los elfos las posibilidades de disparo desde una y otra zona, parece que en la preparacion de la batalla no soy tan intranquilo como en el fragor de ella

Despues de un larguisimo rato, en el que incluso llego a disparar alguna flecha para comprobar los alcances y ver donde pueden llegar las andanadas mandadas por distintos grupos, parezco estar un tanto convencido de las mejores zonas de disparo

Con la caída de la noche Tintestel y los suyos os conducen al campamento de los elfos verdes.

Descansáis como podéis junto al fuego preparado y coméis algo de la cena preparada por los elfos. Vuestras caras y las de los elfos son de pesadumbre. La resistencia no se presenta fácil pero es la única oportunidad que tiene la Tierra Media tal y como la conocéis.

No debéis eludir la responsabilidad que ahora tenéis. Debéis luchar con todas vuestras fuerzas.