Partida Rol por web

La llegada del invierno es ya una realidad completamente innegable. Los caminos han quedado ocultados por la blanca nieve que cae ahora del cielo abundantemente.

Habéis viajado un día y una noche. Bree no debe de quedar lejos, pero todavía queda camino. Como advirtió Amrod, el camino es mucho más lento y pesado que vuestra vez anterior. En ocasiones es difícil advertir el camino pero, por ahora, la pericia de Amrod os está llevando a buen puerto.

Después de unas horas más de camino advertís un carromato cruzado en mitad del camino. En esta parte de la región el camino es más estrecho y el carromato prácticamente lo atraviesa. No hay señales de caballos en las cercanías y las nieves acumuladas en torno a las ruedas denotan que lleva aquí algún tiempo ya.

Un vistazo más detenido os revela la presencia de alguien recostado sobre una de las ruedas del carro.

Si es una trampa, sería un magnifico actor, no es fácil permanecer inmóvil mucho tiempo con este frío. Aunque es posible que símplemente hayan dejado el cadáver de algún infeliz precisamente con esa intención

Con cuidado - digo sencillamente, mirando a Carster con el rabillo del ojo.

Mirando con cuidado alrededor para asegurarme de que no hay nadie más a la vista en las inmediaciones, y de que no hay huellas recientes que conduzcan al cuerpo, avanzo detrás de Amrod para no estropear posibles pistas mientras desenvaino con soltura las espadas.

Si hay algo extraño, estoy seguro de que lo encontrará, nos ha guiado magníficamente por este camino tan difícil de seguir. Es una cualidad poco habitual en un humano, tal vez ese anillo que se empeña en ocultar de sus mano izquierda tenga algo que ver con su pericia...

Me acerco con mucho cuidado de no perder de vista ninguna pista que nos pueda servir de ayuda. Mis compañeros van detrás de mi con el mismo cuidado que yo.

Anäril ya está preparado por si acaso y Carster no creo que tarde en reaccionar. Será mejor que mire que ha podido pasar.

Miro a mis compañeros y les digo: Esperad, detrás de mi. Quiero mirar si hay alguna pista, os haré una señal cuando podáis avanzar un poco más.

Miro cerca de donde está el hombre recostado y por sus alrededores.

Pues sí, compañero, había valorado la posibilidad pero no me desenvuelvo muy bien con ellos aún. Quizá en alguna escena me atreva con ellos. Por ahora seguiré con mis cutre-mapas :-P

Gracias por la sugerencia!!

No jefe, que tus mapas están fenomenal, demasiado te lo estás currando!

Amrod se acerca lentamente al cuerpo.

Un primer vistazo revela un camino ajeno al principal por el que se pierden unas huellas de un carro. Rápidamente, según Amrod mira cara a cara al hombre y este levanta su espada contra él.

- ¡Aléjate de aquí, bandido, déjanos en paz!

El hombre está muy maltrecho, parece que hace poco ha salido malparado de una refriega. Intenta ponerse de pie sin perder de vista los ojos de Amrod; difícilmente puede sostener su espada y sus piernas casi no le sostienen.

Me acerco con mirando hacia los alrededores

Sois varios? pregunto al hombre mientras sigo mirando a los lados

Retrocedo un par de pasos al ver que el hombre levanta su espada contra mi. Pero al ver que casi no tiene fuerzas, me acerco otra vez a él y le intento calmar.

No somos bandidos. No tiene que temer nada. ¿Que le ha ocurrido?

Miro al resto del grupo y les hago una señal para que se acerquen, a pesar de que Carster ya está a mi lado.

Ante las palabras de Amrod el hombre se calma y baja el arma:

- Sí, tienes razón, tu no puedes ser uno de ellos, tu aspecto es diferente. Perdoname.

Casi inmediatamente Carster descubre a otro hombre envuelto en unas mantas. Su aspecto es aún menos saludable; de no ser por el quejido que acaba de emitir Carster no habría caído en la cuenta de su presencia. No lográis verle la cara pero su aspecto difiere mucho del aspecto del hombre que tenéis delante, alto, esbelto y de estrechos pero fuertes hombros.

- Mi nombre el Belegilf. Disculpadme el asalto - , dice una vez os ha visto a todos, - no deberíais campar por aquí. Los caminos están tomados por bandidos y ya bastante a pagado este hombre -, dice señalando al hombre envuelto en las mantas.

Dices que nuestro aspecto es diferente al de los hombres que os atacaron, pues supongo que eran hombres...¿Qué tenía de particular su aspecto? ¿Qué haciais vosotros en el camino? La ruta es peligrosa aun sin bandidos - pregunto adelantándome, una vez seguro de que no parece haber peligro inmediato.

El hombre se recosta de nuevo sobre la rueda del carromato; en el mismo sitio donde le encontrasteis:

- Eran hombres de las Tierras Brunas y vuestro amigo no tiene pinta de ser de ahí -, hace una pausa mientras os mira de tratando de reconocer vuestros orígenes, - Burlas es un mercader de armaduras y hace la ruta a Bree.

Mira con cara de rabia al mercader envuelto en mantas y continúa:
- La caravana de Burlas se dirigía a Bree cuando fue asaltada por un grupo de estos bandidos, hará no más de tres horas. Su convoy tenía dos carros y esos bandidos se llevaron uno de ellos, el que contenía la mercancía y a su podre hija de solo cinco años. Suerte que yo andaba por aquí y pude evitar su muerte, pero eran muchos y no logramos acabar con ellos. Hice una llamada a mi compañía pero estamos lejos, dudo que la oyeran.

Más bandidos!! Creía que habíamos dado buena cuenta de ellos en la cueva.Observo las huellas del carro que se alejan del escenario principal.

¿Una niña pequeña dices? O sea que no solo son ladrones sino que también son secuestradores. ¿Qué llevaba este hombre que fuera tan importante como para secuestrar a su hija?

- No creo que haya sido un secuestro, es más, yo creo que no sabían que la niña estaba ahí. Huyeron con el carro y la chica estaba dentro.

Atento a las palabras de Amrod, replica:
- ¿Qué habéis dado cuenta de ellos dices? ¿Y venís del este? ¿De que cueva hablas?

-Volvíamos a Bree de hacer una visita a una cueva de bandidos, por ellos no debéis preocuparos, ya no molestarán más a las caravanas, pero al parecer la región está infectada de ellos.

-Bueno, ante nosotros se plantea una incógnita ¿Ayudamos a estas gentes a llegar a Bree, ya que probablemente morirán en el camino sin nuestra ayuda, o seguimos el rastro del carro para rescatar a la niña?

Si les acompañamos a Bree, a la vuelta las huellas del carro se habrán perdido, sería casi imposible alcanzarlos y dejaríamos a la niña a su suerte...

Tratemos de que se repongan los suficiente para seguir el camino, y si tienen fuerzas para hacerlo por si mismos saldremos tras esos bandidos. El carro les obligará a avanzar con lentitud - digo mientras saco de mi mochila una camisola, que rajo para hacer vendas, acercándome a Burlas que parece estar más malherido que su compañero. Encended un fuego para calentar agua, trataré de curar sus heridas.

Belegilf es fuerte, aguantará. El dueño de la caravana está más débil, y con este frío su situación habrá empeorado.

-Buena idea, sólo espero que sean capaces de seguirnos.

Yo, por mi parte, saco el equipo de curación que tengo y la mochila e intento tratar a Belegif.

Me acerco a Carster que continuo presenciando la escena con atención: - Al parecer Anäril y tú teníais razón. Eran pocos bandidos los de aquella cueva como para mantener bajo asalto todo el camino. Gailhen debió de haberse equivocado; Esperaba más de él. -

Camino con tranquilidad hacia el hombre que conversaba con mis camaradas, poniéndome en cuclillas junto a él: - ¿Cuán alejado queda Bree de aquí? Si no está demasiado alejado un par de nosotros podríamos acompañaros para que os repongáis en el pueblo, mientras los demás siguen las huellas del carromato dejándonos señales visibles que puedan guiarnos tras ellos.- Miro a Amrod - ¿Podríamos hacerlo así? - Vuelvo a girar la cabeza hacia el hombre de la espada, sonriendo afablemente: - Por lo que comentáis acudisteis en ayuda de este mercader, ¿quién sois tú y la compañía que mencionabas que ayudáis a la gente en peligro con semejante altruismo?

Si pueden llegar ellos solos seria lo mejor salir detras de ellos cuanto antes

Las curas que les suministráis calman muy levemente el sufrimiento de Burlas, su corazón está en otro lugar.
Belegilf en cambio agradece vuestra ayuda y rápidamente se pone en pie para hablar con vosotros. Esta claro, Belegilf es un hombre fuerte, una herida como está no le detendrá.

- Gracias por vuestra ayuda amigos. No os preocupéis por nosotros, partid cuanto antes, Rosallow puede estar en peligro, yo cuidaré de Burlas hasta vuestro regreso.

Las palabras de Belegilf os inspiran confianza. No parece la primera vez que esta en esta situación y por su aspecto, no parece que le cueste mucho adaptarse al bosque.

- Amigo elfo -, dirigiéndose a Ranëdhel, - como ya os he dicho mi nombre es Belegilf y pertenezco a la compañía de los montaraces del norte. Oí los gritos del mercader y traté de ayudarle.

Queda pensativo unos momentos y vuelve a hablar:

- Tengo entendido que últimamente hay una compañía de bandidos que merodean por este camino asaltando a los mercaderes que lo utilizan en sus rutas de comercio. Un grupo de hombres de mi compañía estábamos por la zona para investigar ese asunto pero dos de ellos murieron en otra trifulca y otros dos fueron en busca de más ayuda. Yo quedé en la zona buscando más pistas que nos llevarán a ellos hasta que vi a este mercader.

Señala al norte, en la dirección del camino:

- Todas mis averiguaciones me llevan al norte, seguramente esas huellas os lleven a su campamento, pero no he podido confirmarlo. Me gustaría acompañaros pero en este estado no sería más que un estorbo para vosotros. Os veo guerreros bien curtidos, confío en que podáis hacerlo bien.