Partida Rol por web

El pueblo del círculo negro

Escena Cerberon

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06/07/2025, 21:46
Narrador

Mientras hablas con la Devi, la puerta de bronce se abre y Yar Afzal entra en la cabaña. Te das cuenta de inmediato de su gesto de preocupación mientras os mira alternativamente a uno y otra, tratando de ocultar la intranquilidad que parece sentir.

-"Buenos días, jefe. ¿Qué se cuece?"

El wazuli te mira con expresión especulativa: ha aprendido a respetarte y temerte igual que los demás, tu ascendiente sobre ellos es cada vez mayor.

-"Los hombres murmuran." Advierte con un quedo gruñido. "Aunque no les hemos dicho nada, pueden adivinar sin ningún tipo de problema, por las ropas de la muchacha, que es una noble de alta cuna. Ya me han sugerido que te mate y me quede con ella como rehén para comprar nuestra libertad, dicen que por qué los perros afghulis tendrían que aprovecharse de ella cuando es nuestra aldea la que corre peligro por haberla traído aquí."

Notas de juego

Sección 199

Durante unos instantes permaneces en silencio evaluando la situación. Yar Afzal es un buen amigo, no quieres crearle más complicaciones de las que ya tiene. Pasa a la sección 36.
Le dices que rompa unas cuantas cabezas para que se callen, él es el jefe y por tanto decide. Pasa a la sección 75.
Decides salir al exterior de la cabaña y desafiar a quien intente arrebatarte a la Devi. Pasa a la sección 160.

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14/07/2025, 15:20
Cerberon

- Te entiendo amigo... - digo con voz apesumbrada. Pero he dado mi palabra, he jurado por mi honor... y un hombre sin honor no vale más que un caballo cojo.

Tras decir esto coloco con rabia mis armas en el cinturón, presto a usarlas si es necesario y salgo al exterior de la tienda dispuesto a hcumplir mi juramento...

Notas de juego

Decides salir al exterior de la cabaña y desafiar a quien intente arrebatarte a la Devi. Pasa a la sección 160.

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14/07/2025, 22:34
Narrador

Con un gruñido de disgusto sales de la cabaña y te plantas en medio de la aldea, con la mano apoyada en la empuñadura de tu espada y mirando a tu alrededor con gesto desafiante. Detrás de ti, la princesa Yasmina, con un temor palpable en el semblante, y el caudillo de los wazulis, que te observa con el ceño fruncido. Tanto las mujeres como los hombres que pululan por el lugar se detienen en sus tareas y se quedan mirándote con interés. Algunos de ellos, percibiendo de forma instintiva la amenaza latente que brota de ti, recogen sus armas y se aprestan para lo que parece va a ser un momento de tensión, o quizás incluso de lucha.

-"¿Y bien, perros sarnosos?" Gritas con voz estentórea. "Tengo entendido que andáis murmurando acerca de matarme. ¿Quién quiere ser el primero que pruebe mi furia?"

Los guerreros se miran entre sí con gesto preocupado. Han oído hablar de tus hazañas, de tu valor en la batalla y también de cómo tratas a quienes te siguen y a quienes te ofenden, por lo que nadie mueve en un principio un dedo. El ambiente parece caldearse, la tensión sube por momentos.

-"¡Vaya!" Te mofas. "¿Así que por la espalda sois todos hombres de pelo en pecho y de frente gallinas asustadas que teméis a un solo guerrero? Entonces, seguid con vuestras tareas y dejad en paz a vuestros mayores que resuelvan las cosas de la manera adecuada."

Consciente del odio que crece en algunos pechos, pues tus palabras han escocido a más de uno, te das la vuelta para darles la espalda y volverte hacia Yar Afzal.

-"Hay que tenerlos bien puestos, muchacho." Te asegura el caudillo.

-"Lleva a la Devi hacia los caballos, os seguiré." Adviertes en un susurro.

Apenas has terminado de decir estas palabras, cuando oyes no muy lejos el chasquido de la cuerda de un arco; de inmediato te mueves como un gato y una flecha pasa muy cerca de tu brazo izquierdo, casi rozándolo, estrellándose inofensiva en una pared. Te giras rápidamente y ves a un arquero wazuli que te mira como si hubiera aparecido un fantasma, el arco entre sus manos. Cargas contra él desenvainando tu sable y le lanzas una estocada que lo empala por el pecho, de lado a lado; los gritos y alaridos de rabia comienzan a extenderse por todas partes y los guerreros acuden al lugar mientras retrocedes en la dirección en que se han marchado Yar Afzal y Yasmina.

Notas de juego

Sección 160

Retrocedes lentamente a pie firme, defendiendo la posición hasta conseguir llegar a los establos. Pasa a la sección 110.
Vas a apostar por la buena suerte que te ha acompañado hasta ahora en tus andanzas: huyes de tus atacantes hacia los establos. Pasa a la sección 62.

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15/07/2025, 00:24
Cerberon

La sangre gotea espesa desde mi espada formando un pequeño charco en el suelo. Click... click... click...

Con desprecio aparto el cuerpo de una patda mientras comienzo a retroceder poco a poco acercándome a los caballos paso a paso.

¿Alguien más se atreve?

¿Quién será el siguiente?

No pierdo de vista a los hombres situados frente a mí...

Notas de juego

Retrocedes lentamente a pie firme, defendiendo la posición hasta conseguir llegar a los establos. Pasa a la sección 110.

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15/07/2025, 17:24
Narrador

Echas una ligera ojeada hacia atrás, ves las figuras de la Devi y de Yar Afzal desaparecer por detrás de unas cabañas. Tienes que darles tiempo, de lo contrario los guerreros caerían sobre ellos antes de que tuvieran tiempo de huir de este nido de carroñeros, por lo que te plantas ante los que vienen a la carga contra ti, esperándolos sable en mano y cuchillo zhaibar en la zurda.

Al principio te defiendes bien, los cuerpos de tres montañeses yacen a tus pies, el resto te acosan como lobos furiosos alrededor de un oso, mientras los arqueros intentan hacer puntería entre tantos cuerpos sudorosos y ensangrentados, algo que te beneficia. Retrocedes lentamente hacia los establos, sangrando de varias heridas superficiales y de una más seria en el costado izquierdo; un hacha roza tu cuero cabelludo y te arranca un mechón de pelo.

Oyes el galope de un par de caballos y sonríes como un lobo: has estado luchando a la defensiva, es el momento de coger al toro por los cuernos. En el momento en que abates a otro de los barbudos wazulis, saltas hacia adelante en un feroz remolino de acero que despeja el terreno a tu alrededor: un hombre cae con un tajo en la cara, otro sujetándose las tripas que se desparraman fuera de su estómago... El resto, asustados por la crudeza del ataque, se detienen un momento en su asalto, instante que aprovechan los arqueros para disparar con claridad: una, dos, tres flechas se clavan en tu ancho pecho, haciéndote tambalearte; con un rugido de puro salvajismo, los bárbaros se abalanzan sobre ti y te derriban, despedazándote sin misericordia.

No llegas a ver cómo salen en pos de los huidos, los atrapan y acaban con Yar Afzal a pesar de su férrea resistencia, y se llevan a la Devi de nuevo a la aldea, recibiendo unas cuantas horas después la desagradable visita de un regimiento de lanceros kshatriyas que pasan por el lugar a sangre y fuego hasta encontrar a Yasmina, que montan en un caballo y devuelven a Peshkauri. Todos tus esfuerzos no han servido de nada, tus subjefes son ejecutados sin miramientos.

- TU AVENTURA TERMINA AQUÍ -

Notas de juego

Sección 110

Has muerto valerosamente. Espero que te haya gustado la aventura. Ahora hay dos caminos posibles a elegir: dejar la partida con el agrio sabor de boca que te ha dejado la muerte de Cerberon o volver a empezar de nuevo en una sección anterior que elijas.

¡Tú decides!