Partida Rol por web

Han pasado tres días desde el encuentro con la extraña vidente. La noche se ha cernido sobre ellos antes de lo esperado. Negras nubes de tormenta han tapizado el cielo y, sin aviso previo, han comenzado a descargar su carga sobre la tierra a sus pies. Y, por consecuencia, sobre los valientes que se han propuesto salvar al mundo de su caída en desgracia.

Por suerte, han conseguido encontrar un refugio en una pequeña cueva. No es demasiado grande, pero, al menos, les permite mantenerse lo más secos posible y encender un pequeño fuego para mantener el calor.

Durante esos tres días, han podido comprobar como el cielo se ha ido desgarrando hasta tal punto que casi es más negro que azul. A veces, ni el sol puede brillan cuando cruza esas grietas.

El momento se va acercando poco a poco.

Coloco con cuidado unas ramas para mantener el fuego antes de colocar el pequeño conejo que he conseguido cazar esta mañana, entretenida con mis cosas, solo escucho el sonido de las inclemencias atmosféricas. Lo cierto es que con el paso de los días, he ido cogiendo más cariño a mis compañeros, no es que mi carácter haya cambiado, es que poco a poco me he dado cuenta que en estos momentos ellos tres son lo único que tengo y quizás sean las personas que estén a mi lado cuando nos alcance este final que se va anunciando cada vez de una forma más abrupta y calamitosa.

A mí lado, hay algunos manojos de pequeñas plantas, un poco de romero entre otras. Sé bien como sobrevivir en la naturaleza y por supuesto algo de comida bien preparada es lo adecuado para tener energías para lo que nos espera.

En silencio, empiezo a preparar el conejo, despellejándolo con cuidado. Cuando termino levanto la vista para mirar a la joven Vahala y contemplarla, ella es la más importante de nosotros cuatro y es ella la que debe salvar a todo este mundo.

-Espero que nos dé tiempo a comer…- Cada vez siento más que estar aquí, en la cueva, lo único a lo que nos puede conducir es al fracaso, debemos salir cuanto antes.

Restriego el conejo en romero y lo ensarto en una rama para colocarlo al fuego, después me levanto para mirar hacia el exterior, mientras apoyo mi mano sobre la empuñadura de mi pequeña espada.

-¿Cuánto tiempo creéis que tenemos antes de que el cielo se rompa?-

Había pasado casi una semana desde la muerte de su madre pero esos días parecían haber transcurrido con una lentitud llena de apremio que habían dilatado y alterado el tiempo hasta que le pareció que un mes la separaba ya del suceso. Por lo menos, esos días habían bastado para que la relación con sus compañeros se estabilizara y para que la culpa que sentía tras la marcha de Jonathan y el miedo por haber ignorado a Shae se atenuaran en su corazón. No así había sucedido con el miedo por el crecimiento desmesurado de las grietas, que los amenazaban como un oscuro presagio que se cernía, incansable, sobre sus cabezas.

Como siempre que se detenían, Vahala sacaba el libro que Elrik le había dado como guía y lo ojeaba, una y otra vez, buscando alguna pista que le hubiera pasado desapercibida. Era eso o interrogar al maestro Valtorn sobre la ciudad de Aknosh. Por lo menos, en aquel punto del viaje, las dudas habían dejado de asaltarla para convertirse en una férrea, aunque llena de preocupación, determinación.

- Necesitamos comer para tener energías - dijo la chica, ojeando sobre las páginas a Morrigan, que parecía nerviosa, al igual que todos -. Vosotros conocéis mejor los caminos que yo, ¿creéis que es posible recorrer mucho con este aguacero? - preguntó con cierta duda. Si por ella fuera, se detendrían lo justo y se arriesgaría a caminar bajo la lluvia pero no estaba segura de que fuera seguro. Entonces Morrigan hizo la pregunta que rondaba en la cabeza de todos, logrando que su mirada preocupada se dirigiera a los cielos -. No lo sé...avanzan más rápido de lo que esperaba. Si en cinco días casi han cubierto el cielo...dudo que nos queden cinco más.

Valtorn, de pie y encorvado junto a la entrada de la cueva, contempla el cielo oscurecido mientras la lluvia golpea con fuerza. Se apoya en su bastón, y parece más anciano que las propias rocas, pero en su mirada aún hay un brillo jovial. 

—La lluvia es buena compañera de viaje —dice—, pero no en tanta cantidad. Tendremos que esperar a que amaine un poco, no lograremos llegar a nuestro objetivo si antes morimos de una pulmonía...

Se da la vuelta y camina hacia la hoguera donde están sentados los otros tres, sentándose entre Morrigan y Jack.

—Tal vez sea cierto que no tengamos cinco días más —responde a la duda de Vahala con un leve gesto—. Pero no es menos verdad que a Aknosh se puede llegar mucho más rápido. Se puede tardar un mes... o un día. Todo depende de la fuerza de voluntad que motive a quien se dirige hacia allí.

Mira a la heredera desde debajo de sus espesas cejas con una media sonrisa.

—Y en ese aspecto, joven, diría que estás sin duda progresando...

Jack mira el cielo con preocupación, quizá intentando entrever el tiempo que les queda antes de que todo se vaya al carajo.

-Quizá necesitamos más que determinación. Vamos a necesitar ayuda - dice con un poco de frustración en su voz.

Mira a Valtorn y luego suspira un poco al mirar hacia el fuego. Decirlo o no decirlo... podría confiar en las personas que tiene a su alrededor, pero ¿cuánto más puede dejar a sus habilidades? Ya han perdido demasiado tiempo.

-Debes enviarle un mensaje a la Bruja, Valtorn. Debe abrir El Camino.

Tras sonreír por las palabras de Valtorn, hizo un esfuerzo por pensar en las palabras del anciano en lugar de preguntar lo obvio. ¿Cómo podía tardarse un mes o un día? ¿Cómo podía una ciudad permanecer oculta tanto tiempo pero seguir existiendo? La respuesta era que no podía. A no ser que estuviera oculta o que su ubicación no estuviera en el mismo plano, si es que eso era posible.

Su nariz se crispó, a causa de la concentración, intentando tirar del cabo suelto de aquella extraña idea, cuando Jack habló, desmoronando aquel escurridizo castillo de naipes. Miró al chico con ojos fijos, asombrados. Tuvo que contener un ramalazo de desconfianza.

- Jack... - empezó, tras lo cual se detuvo, ahogando un leve suspiro resignado -. ¿Quién eres en realidad?

Cuando Jack menciona que vamos a necesitar ayuda me es imposible evitar soltar un profundo suspiro, más gente que se una al grupo, algo totalmente satisfactorio para mí. Pero el comentario que suelta a continuación hace que lo fulmine con la mirada. ¿De qué Bruja está hablando? Si es un huérfano...

Nos ha mentido. Encima si le había entendido bien, dice que la Bruja nos tiene que abrir el camino, no entiendo nada.

-¿Nos has estado ocultando algo?- Pregunto en un tono que dista mucho de ser amable, encima que me había molestado en traerles comida y preparársela, el chico no es quién realmente creía que era, no es un simple ladronzuelo. Me dan ganas de mandarlos donde ni los cuervos anidan.

Contengo mis palabras de desprecio hacia el joven pelirrojo y miro al mago con el ceño fruncido, esperando que él pudiera actuar de forma más educada, mientras camino remugando hacia la entrada de la cueva para contemplar la lluvia. Si no fuera por las grietas del cielo y por esta tormenta que parece augurar un futuro aun más desolador me marcharía.

Miro de soslayo hacia Vahala. No, le había hecho una promesa a su madre y la cumpliría.

Las palabras de Jack pillan desprevenido a Valtorn. Ya se había dado cuenta de que había algo especial en ese chico desde la misma noche que se conocieron... pero la alusión a la bruja le coge con el pie cambiado por completo. Escruta al joven pelirrojo, mesándose la barba, pero Vahala y Morrigan se le adelantan con las preguntas.

—Así que sabes eso —dice—. Bueno, no pensé que la... Bruja, como la llamas, tuviera aún algún papel que cumplir. Me dijo que era su cometido indicar el camino a los que están perdidos. Pero también que sólo se le puede hacer una pregunta, y yo ya hice la mía. Quizá Vahala o Morrigan pudieran preguntarle, pero... está muy lejos de aquí. ¿Cómo podríamos contactar con ella? ¿Y a qué te refieres con "abrir el Camino"?

-¡Claro que lo sé! ¿Quién te crees que despertó tus recuerdos, Anciano?

Mira a Vahala y a Morrigan con una mirada tan antigua como misteriosa. Sin duda, es la primera vez que se dan cuenta de esas cosas.

-Solo os estoy allanando el camino. Si no lo hiciese, aun estaríais viajando hacia el sur, hacia la frontera y lejos de vuestro objetivo. 

Su mirada se dirige de nuevo hacia Valtorn.

-La Bruja no abre el camino a cambio de preguntas. El Camino se abre cuando ella quiere, pero está atada a un juramento y si este mundo se desvanece, ella se desvanecerá con él. Quizá solo pida algo a cambio. Sus espías están siempre vigilando. Cuando amaine la lluvia, quizá podamos verlos.

Mira a todos, uno a uno.

-El Camino es un lugar mágico que conecta dos lugares y recorres la distancia en la mitad de tiempo. Bueno, esa es una de sus muchas funciones... 

Cuando Jack empieza a hablar sus palabras me resultan extrañas, como si fuera otra persona las estuviera diciendo. Por supuesto que nos estaba ocultando algo, él al igual que los otros dos es alguien especial y escucharlo expresarse de esta forma, me hace sentir totalmente fuera de lugar. Una bruja, un camino…

Y por supuesto, habla como si el mérito fuera suyo. ¿Por qué nos hizo caminar si ese no era el destino correcto?

Ahora mismo no sé bien que decir, pero si no tenemos otra opción lo mejor es ir a ver a esa bruja y que no ayude de una vez, el tiempo que tenemos es cada vez más escaso.

Observo al joven con cara de pocos amigos. -Si esa era la solución… ¿Por qué has tardado tanto en contárnoslo?- Pregunto mientras me acerco de nuevo hacia el  grupo.

-Porque creía que lo conseguiríamos sin mi intervención... evidente. El camino que seguimos es el correcto, pero me temo que no llegaremos a nuestro destino antes de que todo acabe.

Se pasa la mano por el cabello y suspira un poco antes de mirarlas.

-No puedo mostraros quién son, no en este plano. Lo haré más adelante. Pero soy un enviado de los dioses para que os vigile y no os desviéis de vuestra misión. Por desgracia, no pude hacer nada por Jonas. Se fue cuando yo no estaba "aquí". 

Podría ser una broma del pequeño bribón, eso no puedo descartarlo, pero hasta ahora se había comportado como si este fuera realmente su objetivo. Ayudarnos de alguna forma, no ha sido muy útil pero supongo que lo ha intentado.

-Si eres un enviado de los dioses… ¿Cuántos son?- Puede mentirme, pero realmente desconozco que es cierto o no, la Emperatriz tenía poderes casi divinos. ¿Cómo serán ellos?

Me cruzo de brazos. -Enviado de los dioses.- Digo con cierto retintín. -Muéstranos el camino sin tan seguro estás, condúcenos a la bruja.- Todas estas leyendas me sonaban a cuentos de mercaderes con los que venderte alguna tontería que no necesitabas, pero por alguna razón creo que es la única esperanza que nos queda, la tormenta que hay ahí fuera es cada vez más fuerte y nosotros no sabemos llegar a nuestro destino.

Torn no se sorprende demasiado cuando Jack les dice aquello. Es una posibilidad que ha estado contemplando desde la noche en que conoció al joven pelirrojo.

—Bien, creo que Morrigan tiene razón... —dice el viejo—. Si es la Bruja la que puede ayudarnos, será mejor que se lo pidamos cuanto antes. ¿Alguna idea de qué forma pueden tener esos "espías"? ¿Y de cuánto durará este chaparrón?

Mira hacia el exterior de la cueva, esperando de repente que la lluvia dure lo menos posible. Ahora que saben como encontrar el Camino, todo lo que pase hasta que puedan entrar en él será perder el tiempo. Y no les sobra...

Escuchó a sus compañeros, que mezclaban las preguntas y las increpaciones, aunque de un modo más sereno en como sucediera unos días antes. Ella, por contra, permaneció callada, desviando la vista al fuego mientras trataba de tomarse su tiempo para reflexionar.

Así que podían acortar camino, para ello tenían que encontrar una Bruja que les pediría algo a cambio. O a ella. Y Jack era un enviado de los dioses. Pero decía que no siempre estaba ahí. Y Jonas...

- ¿Jack? - preguntó en tono de duda, pues suponía que un nombre mortal no era el suyo verdadero -. Quisiera hacerte algunas preguntas, aunque estoy de acuerdo acerca de que debemos encontrar a La Bruja si su participación puede conducirnos al éxito. Lo primero, me gustaría saber quién es La Bruja. Lo segundo, ¿qué quieres decir con que no siempre estás aquí? ¿Coexistes en un cuerpo que no es el tuyo? Y lo tercero..., dices que no pudiste evitar que Jonas se marchara, entonces, ¿cuál era su papel?

El chico la mira.

-La Bruja es un ser atado a este mundo por un juramento. Su alma se reencarna constantemente y protege los caminos que no pueden verse. Se abre paso en el tejido de la realidad. Guía a las almas perdidas. Así es como Valtorn consiguió llegar hasta vosotros en el momento en el que llegó.

>Solo puedo mostrar mi verdadera forma cuando entro mi consciencia entra en un plano que no es visible. En esos momentos, yo no presto atención. Este cuerpo es solo un recipiente. En cuanto al papel de Jonas... solo el tiempo dirá cuál era su papel.

Y pensar que creía que era solo un tonto entrometido. Me cruzo de brazos y escucho sus palabras, poco me dicen y no revelan cómo llegar hasta ella. -Todo eso que dices está muy bien… ¿Pero cómo la encontramos?-

Lo que hubiera sido de Jonas me daba igual, ahora teníamos al viejo mago que tengo claro que será mucho más útil que él. Doy unos pasos para volver a mirar hacia el exterior y contemplar la lluvia, agudizando el oído con el armónico sonido que producen al caer, tras ver las nubes y el aguacero durante unos minutos respiro profundamente y miro hacia mis compañeros.

Al anciano le sorprende darse cuenta de que lo que le ha guiado hasta ahí estaba todo hilado desde el principio. Pero ha visto suficientes cosas en su vida para no cuestionarlo. Los caminos del destino tienen esas cosas, y para los que no tienen la experiencia de Valtorn a veces el descubrimiento resulta abrumador.

Va a decir algo, pero la guerrera pelirroja se le adelanta, así que espera la respuesta a esa pregunta. A él también le interesa saber qué tiene que decir Jack al respecto.

Así que todo estaba atado. Su camino por lo menos, pues su destino parecía correr a cargo de sus decisiones. ¿Estaban tomando las correctas? Por un momento estuvo a punto de dejarse arrastrar por sus dudas pero sólo un segundo después se reafirmó en su determinación, a sabiendas de que lo único que podía hacer era decidir lo mejor que pudiera. Al fin y al cabo, no tenía ninguna lista con las preguntas y las respuestas correctas.

- Sí... estoy de acuerdo con Morrigan, ahora lo prioritario es encontrar a la Bruja si de ella depende que lleguemos a nuestro destino. Y con urgencia.

-Solo hay que enviarle un mensaje, pero no con está lluvia que hay hoy.

Parece que la lluvia continuará, al menos, durante las próximas horas y lo hará con la misma intensidad. Pero son lluvias que van a la par que con la estación en la que están.

-Solo tenemos que enviar a uno de sus mensajeros. Ya sabes - dice mirando a Valtorn -, uno de sus pájaros. Con eso debería bastar.