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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 2- Bosquecillo de Muro de Salmuera.

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07/11/2017, 23:55
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Kelsier alcanzó a un vigilante Vankor y lo rebasó, acercándose a la densa maleza a los lados del camino que dirigía hacia el río. Un instante más tarde el muchacho se adentró en la vegetación, desapareciendo.

Durante un buen rato el explorador buscó posibles amenazas, rastros y huellas en la zona frontal de la caravana. Sus movimientos fueron pausados, amortiguados y cuidadosos. Tratando de ser uno más con la naturaleza y buscando cobertura con ella ante posibles peligros, el joven semielfo escudriñó los rincones por todos los alrededores.

Posteriormente repitió la acción a los lados del convoy. No se molestó en la retaguardia, guardada por un can de mal agüero que todo lo ahuyentaba. En todas partes halló lo mismo: nada. Y eso no era algo bueno.

Emergió de entre unas matas y creyó que algunos compañeros se sobresaltaron un instante. Levantó una mano para hacerse notar que era él y se acercó a paso ligero hasta el centro de la caravana para hablar con Sandru, a pesar de que todas las personas próximas podrían oírle.

- Nada, señor Vishki. Un arroyo de agua dulce y potable, al este. Alrededor hay varios enebros con bayas comestibles y junto a los robles he visto abundantes boletus - informó el muchacho metódicamente -. Todo aquello que no ha podido sacar piernas y salir corriendo de aquí. No hay ningún animal visible ni audible. Salvo el correr del agua, nada se oye. Y eso no puede ser bueno - concluyó con decreciente volumen de voz, como queriendo salvaguardar el silencio reinante y no llamar la atención a lo que fuere que provocaba el temible mutismo que se sentía en el ambiente.

- En teoría es buen lugar para acampar, con buenos y abundantes recursos naturales al alcance, y tal vez necesario ante el estado de la señorita Kaijitsu. Pero el hecho de que Vishkirville sea el único vestigio animal en leguas... no es algo bueno, si me permite decirlo - opinó -. Ignoro si hay algo al acecho, a nuestro alrededor, que ahuyenta a los seres vivos, algo que no he percibido... - admitió con honestidad -... o por el contrario es la presencia del castillo lo que hizo que hace tiempo la fauna pusiera tierra por medio - adujo como otra posibilidad mirando la silueta del castillo, perfectamente visible y a escasas millas.

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08/11/2017, 18:39
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Sandru observa al impaciente shoanti desde el pescante, para lo cual se ha dado la vuelta desde el lugar que ocupa, perdiendo de vista por unos instantes el interior del carromato de Koya.

- Nada en particular Kromdal, vamos a montar campamento, proteged la caravana como venís haciendo todo el viaje. -

En ese momento interviene Kelsier, con la ubicación de un buen lugar para un campamento que pueda ser algo más largo que lo normal en el viaje. El varisio observa los alrededores en los que no se aprecia vida animal alguna, aparte del chucho al que el tontuelo de Kelsier se obstina en ponerle su apellido en el mote que inventó para él.

- Hablaré con el muchacho más tarde. - Aunque como bien sabía con estas cosas, esos motes puestos sin pensar persistían contra todo intento de erradicarlos.

- Nos instalaremos en el lugar que ha señalado Kelsier. Seamos rápidos y no perturbemos el trabajo de Koya. Cuando acabemos veremos cual será nuestro siguiente paso. -

Era cierto que Ameiko no era una damisela a la que un viaje largo desvaneciera, sino que otros factores se debían haber puesto en marcha cuando la mujer Kaijutsu se acercaba a un castillo supuestamente encantado para reclamar su legado. Parecía que una negra mano se extendía desde el castillo atenazando la figura de Ameiko. Esto preocupaba a Sandru más de lo que estaba dispuesto a admitir y le daba vueltas y más vueltas mientras arrimaba el hombro para montar el campamento.

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08/11/2017, 19:00
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Vankor descendió del árbol al que se había subido, con la misma agilidad demostrada al treparlo. Se encaminó hasta la posición de Sandru que ya impartía órdenes para montar el campamento.

-No he visto nada desde las alturas. Tan solo árboles y las torres del castillo. Nada más. Y antes de ello he registrado los alrededores y tampoco he detectado amenaza alguna. Y el sitio es bueno para acampar -dijo escuetamente, ignorante de lo que otros hubieran podido decir mientras estaba en lo alto del árbol-. ¿Se sabe ya qué le ha ocurrido a Ameiko? ¿Puede estar relacionado con el castillo de algún modo?

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08/11/2017, 20:23
Shalelu Andosana.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Levantó la vista hacia Hattori, - Lo siento, - negó con la cabeza, aunque con el ceño fruncido - No tengo las facultades que mis hermanos elfos tienen con lo sobrenatural. – suspiró y volvió a atender a Ameiko, esperaba que tratando los síntomas consiguieran ver qué lo causaba. – Hattori, ¿notaste a partir de cuándo ha empezado a debilitarse? Quizás la mejor cura ahora mismo será distanciarla de este endemoniado lugar para que no tenga poder sobre ella. – añadió sin quitar la vista de la joven.

Si por lo menos supieran exactamente lo que le ocurría… pensó con enfado hacia sí misma por no saber que le ocurría. No estarían perdiendo tiempo con elucubraciones.

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08/11/2017, 20:29
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Koya entendió que las disculpas de Shalelu iban dirigidas a ella por haber irrumpido sin permiso en su hogar, así que le palmeó el hombro a la exploradora.- No pasa nada, no pasa nada.- Koya tampoco sabía determinar qué había en Ameiko que la tuviera en ese estado así que entendía la frustración de Shalelu.- Es extrañísimo. No tiene fiebre, aunque está caliente al tacto.- Por un momento pareció que no respirase, aunque se estremeció levemente entre temblores tenues.- Mmmm, no estoy segura de lo que le pasa, no parece una enfermedad ni un envenenamiento.- Tras escuchar las palabras de Shalelu la que negaba ahora con la cabeza era Koya.- Si algo relacionado con ese castillo es lo que la ha dejado así, no nos queda otra que solucionar lo que hemos venido a hacer aquí. Si hay una fuerza oculta y sombría que quiere impedir que Ameiko cumpla su Destino, no debemos ponérselo tan fácil. No podemos retroceder.- Aún recordaba lo que Desna había mostrado a Ameiko a través de su mazo de cartas. Koya arrugó el ceño preocupada. Arropó a la joven con una manta y miró a los otros dos.- Habrá que hablar con los demás y tomar una decisión entre todos. Pero antes dejadme intentar algo más.- La vieja agarró el símbolo de Desna en una mano mientras que con la otra hacía un extraño gesto. Sus vidriosos ojos palidecieron un poco al sentir el poder de su diosa.

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08/11/2017, 22:09
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Ni Koya-sama ni Shalelu-sama eran capaces de determinar el origen del mal que aquejaba a Ameiko-sama. Pero dada la pericia que ambas habían demostrado para la sanación, que no fuesen capaces de hallar la causa era en sí misma una respuesta.

Cuando Koya-sama mencionó la posibilidad de un envenenamiento, el vello de todo su cuerpo se erizó y los músculos se le pusieron en tensión. ¿Sería posible que alguno de los componentes de la caravana desease la muerte de la joven Kaijitsu? Hattori apretó las mandíbulas mientras analizaba mentalmente a todos y cada uno de sus compañeros de viaje buscando un posible envenenador. Luego se dio cuenta de lo estúpido que era ese pensamiento. En la caravana todos querían a Ameiko-sama. Es más, todos estaban ahí fuera, seguramente muy preocupados por el estado de su señora y sin saber si quiera si estaba viva o muerta.

Koya-sama y Shalelu-sama ya habían concluído su examen médico, por lo que ya no sería necesario desvestirla. El resto de miembros de la caravana podían verla ahora. Hattori estaba seguro que, aunque Ameiko-sama permaneciese inconsciente, de algún modo sentiría las muestras de cariño de sus compañeros de viaje y la confortarían.

Antes de salir del carro, esperó no obstante el último esfuerzo de la sacerdotisa, un intento en el que trataba de canalizar la esencia de la propia Desna. Hattori contuvo el aliento esperanzado y atemorizado, porque si el poder de una Diosa no era capaz de arrojar luz sobre el mal de Ameiko-sama, ¿qué otra cosa podrían hacer para socorrerla?

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08/11/2017, 23:24
Bevelek Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Relajó sus brazos y apoyó su ballesta contra su hombro en clara posición de descanso. No había un peligro inminente y eso era bueno, ojalá durara mucho. Con atención escuchó las órdenes que el Jefe Sandru les mandaba y se dispuso a cumplirlas con la mayor diligencia y profesionalidad posible. Vigilar los carros y montar el campamento eran dos cosas que sabía hacer casi con los ojos cerrados.

Quizás esté muy extenuada del largo viaje, son ya unos cuantos días en los caminos y es posible que no esté acostumbrada. Seguro que con algo de descanso la señorita Ameiko se recupera.

Bevelek restó importancia al suceso con sus palabras, no estaba seguro de si lo hacía porque realmente creía en lo que había dicho o que su naturaleza tranquila le obligaba a creer que no pasaba nada preocupante.

Échame una mano con los pertrechos del campamento Vankor y lo dejamos listo en un periquete.

Seguramente no sería tan poco tiempo, pero no estaba de más levantar un poco el ánimo cuando tenían que realizar una tarea rutinaria y aburrida.

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09/11/2017, 02:46
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Mientras realizaba el trámite de la instalación del campamento, el maestro caravanero ha tenido tiempo de pensar sobre la situación. Ha ido escuchando los diferentes comentarios que se han dirigido a él, como al general de los componentes de la caravana. La teoría de Vankor parece cobrar peso frente a lo apostillado por Bevelek. Ameiko es una mujer fuerte, una aventurera recia bajo esa fachada delicada y hermosa que presenta al público.

Mientras el personal contratado monta sus tiendas en el terreno que ocupa el campamento, Sandru hace un llamamiento aparte al resto con el pretexto de organizar las guardias. Una vez alejados de oídos indiscretos el varisio se explaya sobre lo que les depara la situación.

No me andaré con rodeos. Aunque Koya no ha confirmado nada, creo que la situación de Ameiko está relacionada con la proximidad del castillo. Si bien el deterioro de su estado parece que ha sido progresivo, para mi no tiene nada de natural.

Esto nos lleva a que solucionar el enigma que pende sobre el castillo, tanto de su leyenda, como de su herencia oculta, que puede redunde directamente sobre su bienestar. Seré sincero sobre ese asunto, no quisiera tener que alejarme de ella en estos momentos en los que se encuentra indefensa, so pena de que algo de la cara para intentar hacerla daño o empeorar su estado. Si creéis que un grupo sólido puede afrontar los peligros del castillo por mi parte esperaría aquí vuestro éxito. No creo que Shalelu quiera alejarse de su bien amada amiga, y seguramente tener a Koya cerca por si su estado decae sea de ayuda.

Esto nos lleva a si los demás os veis capaces de desentrañar los misterios del castillo en un número que sólo se alcanzará por medio de personal voluntario. Me gustaría saber con quien contamos a priori, a efectos de desdecir mis anteriores palabras y ver si la necesidad obliga a algunos de los que preferiríamos quedarnos al lado de Ameiko a participar en la búsqueda del castillo. Una vez tengamos esto claro os contaré lo poco que sé sobre el cercano asentamiento y el castillo en si.

El normalmente animado varisio pasea una mirada seria sobre el personal en un intento de otear a primera vista las actitudes de aquellos a los que se ha pedido una elección sobre sus próximos pasos. ¿Quién se quedaría y quién marcharía al castillo? En los siguientes minutos debían despejar esas incógnitas por el bien de Ameiko, puede que cada minuto contara.

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09/11/2017, 04:12
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Seguí la caravana hasta el sitio donde acamparíamos esa noche, que vio Kelsier y Vankor al parecer. Parece un buen lugar y no me demoro en comenzar a montar mi tienda de campaña, siempre dispuesto a compartirla en caso de que alguien no posea la suya propia. Luego atiendo a mi fiel Roiyaru, a quien brindo alimento y agua, mientras acaricio, pidiendo un cepillo a los caravaneros para poder cepillarlo como corresponde.

Entonces, escucho a Sandru, que habla acerca del mal de Ameiko y la decisión de quedarse a su lado. Me parece muy bien que decidan no dejarla sola pues es peligroso.

"Me suena a una maldición sobre su sangre. Mientras no acabemos con el hechicero, ella no podrá acercarse más a esa torre."

La verdad es que nada sé de brujería pero si ha ido desmejorando desde hace un tiempo y no les parece nada natural, quizás no es tan descabellado. Respondo de inmediato al varisio con firmeza:

 - "Yo iré. Puedes contar conmigo pues sé que Ameiko queda en buenas manos."

Igual siento un poco de nervios, pues ir de aventuras sin Sandru es como salir por primera vez sin los padres. Sonrío un poco ante la idea de papá Sandru cuidándonos en el pantano, pero sé que es algo necesario y también confío en que lo haremos muy bien. Si ellos cuatro no van, igual seríamos un muy buen número y sería difícil que no pudiésemos conseguir algo.

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09/11/2017, 07:29
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Cuando Koya recuperó su estado normal, sin alteraciones por canalizar el poder de Desna, su rostro seguía expresando una gran preocupación, aunque al menos parecía haber descubierto algo con el conjuro para examinar el aura mágica. Había algo en la mirada victoriosa que dirigió a sus dos compañeros de caravana, un brillo desafiante que decía algo como "chúpate esa, Shalelu".

- Por ahora no puedo hacer mucho más. Salgamos fuera. Hay que reunir a los demás. - Pensaba especialmente en Sandru. Abrió la puerta de la caravana y dejó que Hattori y Shalelu salieran primero.

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09/11/2017, 07:34
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Koya salió de su carruaje con gesto solemne, sabiéndose el centro de atención de toda la caravana, pues la desvanecida Ameiko seguía en su interior. Fuera parecía que su hijo había ordenado instalar allí el campamento. No le hizo falta más que un gesto con la cabeza para indicar a Sandru que tenía que hablar con él. El problema de Ameiko era grave y ésta había caído delante de todos los miembros de la caravana, por lo que Koya entendía que era un asunto de todos. Sin embargo dejaría que la decisión final la tomara Sandru.

La vieja Koya se sentó en la cómoda silla que sus nieto le había preparado para atender a aquellos que, prevenidos de la presencia de la caravana errante, se acercaran con curiosidad a comerciar con ella o a exponer sus inquietudes a su adivina. Allí se quedó esperando a que todos se acercasen mientras reflexionaba sobre lo que iba a contarles.

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09/11/2017, 07:44
CALENDARIO.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

​La caravana de Sandru se encuentra acampada en un pequeño claro en este pequeño bosquecillo, dividido por un arroyo de aguas limpias y puras y flanqueado por matorrales con bayas comestibles. No muy lejos, a la sombra de los árboles se ven boletus que Kelsier ha determinado que son también comestibles.

Pronto el campamento está establecido, los caballos debidamente cuidados y atendidos, las tiendas de campaña montadas y preparadas, y la comida hecha y servida.

Tras la comida, Sandru reúne a todos menos a los que están de centinela y les expone la situación y las opciones que tienen. Koya, Shalelu y Hattori ya han salido del carromato de la adivina.

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09/11/2017, 10:47
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

A pesar del escaso avance tratando de descubrir qué mal aquejaba a Ameiko-sama, habían pasado varias horas en el carro de la adivina. Cuando entró cargando el cuerpo de la joven Kaijitsu el Sol se acercaba a su mediocre cenit invernal, pero al salir, el Sol ya había iniciado su descenso hacia el horizonte y la temperatura comenzaba a descender.

Apelando al socorro de Desna, Koya-sama parecía haber descubierto finalmente algo. Su expresión no dejaba lugar a dudas. Pero no quiso compartir su descubrimiento inmediatamente con Shalelu-sama ni con él, sino que prefirió exponerlo a todos los miembros de la caravana al mismo tiempo. Era lo justo, ya que todos estaban aquí para apoyar a Ameiko-sama en ingualdad de condiciones y merecían enterarse de qué ocurría a la vez.

Al salir del carro Hattori respondió a las miradas interrogantes diciendo:

-Ameiko-sama está estable pero sigue inconsciente. No está enferma ni herida. No sé más. Reunámonos y escuchemos lo que Koya-sama tiene que decirnos. Luego, podréis ver a Ameiko-sama.

Inclinó ligeramente la cabeza en señal de respeto y siguió a la adivina, anhelante y angustiado por escuchar alguna novedad que arrojase luz sobre el estado de su señora.

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09/11/2017, 11:23
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

Giorgino había pasado el tiempo mientras atendía a todos los caballos, los desenganchaba de sus carromatos y los cepillaba un poco mientras pastaban, era su forma de hacer algo y no tener que pensar en lo que le estaría pasando a la señorita Ameiko. De vez en cuando miraba hacia el carro de su abuela esperando que alguien saliera con buenas noticias, pero todo seguía igual. Ver a su tío tan serio y preocupado hacía que la situación le pareciera realmente grave. Cuando los reunió escuchó sus palabras con atención y la noticia de que ni su tío ni su abuela irían a la exploración le cayó como un jarro de agua fría, pero por otro lado comprendía la situación, lo primero era la familia y Ameiko era parte de ella.

La tita Che Li...

A pesar de todas las ganas que tenía de ir a explorar su deber varisio era estar al lado de los suyos en aquellos momentos duros.

-Yo me quedaré contigo y la abuela cuidando de la Señorita Ameiko.

No fue hasta después de la comida cuando Koya salió de su carro y Giorgino corrió a preguntarle, pero quería hablar con su tío a solas así que el joven esperó a que alguno de ellos dijera algo.
Fueron las palabras de Hattori las que arrojaron algo de información, o más bien más dudas a la cabeza del joven.

¿Que no está enferma ni herida? ¿Entonces que le pasa?

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09/11/2017, 12:12
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

Kelsier escuchó con detenimiento las palabras de Sandru y su opinión sobre el estado de Ameiko. La maldición del castillo podría ser la causante de la dolencia de la tien y por tanto encargándose de la primera se atajaba la segunda. Hasta ahí, todo asequible.

El hecho de que un grupo sin Sandru, Koya, Shalelu y por supuesto Ameiko, los más experimentados, tuviera que adentrarse dentro para romper con la maldición no lo era tanto. Principalmente por un motivo.

¿Qué sabemos nosotros de quitar maldiciones?, se preguntó el muchacho. ¿No debería ir Koya, sacerdotisa de Desna y sin duda la que más entiende de ello con nosotros?, volvió a preguntarse, planteando mentalmente el hecho de que él iba a ir al maldito castillo maldito. Valga la redundancia.

- Yo iré - expresó el joven semielfo, mirando al suelo y con la vista perdida, meditando. Finalmente la alzó, miró un instante a Shalelu y finalmente miró al jefe caravanero -. Si la maldición causa esto a la srta. Kaijitsu, ¿Cómo haremos para encontrarla y acabar con ella? - preguntó el explorador, acostumbrado a hallar rastros, animales y recursos naturales, pero no maldiciones.

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09/11/2017, 12:58
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

Koya era una mujer perceptiva, acostumbrada a leer en los rostros de aquellos que la rodeaban. Por eso estaba empezando a escamarse por algo. Cuando Giorgino habló la mujer puso los brazos en jarras.

- ¡Pero qué dices, Giorgino, vaya tontería! No hemos llegado hasta aquí para quedarnos a hacer calceta.- Era tentador pasar las tardes al fuego tejiendo mientras Giorgino mantenía la lana sin enredarse empleando sus manos, pero no habían recorrido todo ese largo camino para pasar el rato. La solución para el estado de Ameiko estaba en el Castillo y allí deberían dirigir sus esfuerzos. Después fue Kelsier el que habló y Koya volvió a olerse algo raro, por lo que arrugó la nariz y miró a su hijo Sandru. ¿Qué les habría dicho a los demás de lo que ella le había contado en confidencia?- Desna nos guiará como ha hecho siempre, Kelsier, querido. Junto a Desna no hay nada que temer.- Ella los arroparía a todos bajo su falda, sería el manto protector de su Diosa. Aunque no tenia hijos propios tenía mucho amor que dar. Que en la misión que había cumplido su hijo en el pantano para recuperar las reliquias de la familia de Ameiko hubiese esqueletos, no-muertos, y que Ameiko estuviese poseída por alguna especie de espíritu, dios menor, o antepasado, le hacía pensar a Koya que el poder de Desna, canalizado a través de ella, sería algo fundamental. Koya no quería meter la pata, ni dejar en evidencia a Sandru delante de los demás así que, disimuladamente, se acercó a él y le habló entre dientes.- ¿Se lo has dicho ya?

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09/11/2017, 16:10
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

Vankor, tras escuchar a su hermano, le había ayudado a montar el campamento, agradeciendo aquel extra de trabajo que impedía que su mente se centrara en aspectos inútiles como tratar de resolver aquello para lo que él no tenía solución. Cuando finalmente acabaron y Sandru los reunió dejando en sus manos la exploración del castillo, tras unas breves explicaciones, no pudo dejar de fruncir el ceño.

-Iré, por supuesto -dijo resolutivo y sin pensárselo dos veces-. Pero, ¿es inteligente que la manada cace sin su líder? Entiendo que Ameiko necesite protección, pero si lo que afirmas es cierto, lo más inteligente sería que un carromato al menos retrocediera sobre sus pasos unos cuantos kilómetros para que ella mejore, al menos un poco. Que unos pocos nos aventuremos en el castillo sin una guía adecuada, puede conducir al caos y al desastre. Jefe Sandru, si no vas, esta misión peligrará. Lo sé yo y lo sabe cualquiera y aunque entiendo tu preocupación por ella, y quieras permanecer en el campamento para protegerla presuponiendo que habrá un ataque contra su persona... No sé, no me parece lo más oportuno. No puedo hablar por nadie y si es tu decisión, así sea, pero si Shalelu y Hattori se quedan aquí, podrían protegerla de forma efectiva. Y si deshacen el camino alejándose de aquí, sería aún mejor -dijo seriamente-. Pero tú mandas. Si pese a todo, debemos ir, deberás decidir quién liderará al grupo. Y no mentiré si digo que a todos nos falta experiencia para un cometido de esta importancia.

Aquel había sido su discurso, que quedó pendiente de una respuesta mientras Sandru parecía meditarlo.

Tras comer, el grupo estaba agrupado en torno a la hoguera, unos y otros hablando y no pudo menos que sonreír ante la reprimenda de Koya a Giorgino tras su expreso deseo de quedarse en el campamento. De buena gana hubiera preferido que fuera la pitonisa quien los acompañara, en vez del imberbe parlanchín, pero guardó un cauto silencio al respecto. Fuera como fuera, parecía que era un momento decisivo en el que Sandru debía hablarles una vez más y dar sus órdenes definitivas.

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09/11/2017, 16:56
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.


- Iré.

Había mucho más que decir, realmente, sobre todo tras la decisión de Sandru de permanecer y las palabras de Vankor. Aunque el bárbaro no tenía muy claro como explicarlas por lo que, tras unos segundos de duda, se decidió por la forma más brutal.

- Si Ameiko muere mientras exploramos, la expedición es un fracaso. Si somos los exploradores los que caemos, aún puede tener éxito. Con lo que... Koya, Shalelu y Sandru deben quedarse con Ameiko, para proteger a esta. Es lo más lógico.

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09/11/2017, 17:09
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

Mientras la luz se extinguía tan pronto a ojos vistas en esta fría época del año, se limpiaban cazuelas y cubiertos a merced de las aguas cercanas al campamento. Carreteros y cocineras terminaban sus quehaceres, en algunos casos fumando algo de tabaco en las puertas de sus tiendas mientras la modorra de después de comer los atenazaba e iban cayendo uno a uno en brazos de una reparadora siesta en la calidez de sus tiendas y lechos.

Sandru recorrió el campamento de manera casual, comunicando por gestos o escuetas indicaciones una reunión de aquellos que estaban en la caravana para llevar a cabo la búsqueda del legado de Ameiko. Una vez reunidos escuchó las palabras de unos y otros, asintiendo a veces en pleno acuerdo y mostrándose dubitativo en otros casos, en los que solía mirar a Koya en un gesto pidiendo paciencia. Por último se decide a hablar.

Hay mucho de razón en lo que decís, y en otros casos necesitáis que os aclare ciertos aspectos, ya que he hablado con mi madre sobre lo que le pasa a Ameiko.

No hay veneno, enfermedad o maldición mágica que le aflija. Su estado está relacionado con su cercanía al castillo, sin duda, más no hay maldición alguna que eliminar. Parece como si algún tipo de conciencia de sus ancestros, llamadlo energía o espíritu le hubiera sumido en ese estado aparentemente con el deseo de protegerla o quizás para impedir que siga adelante. Y parece ser que eso se aplica también a alejarla del castillo. Cualquier movimiento en una u otra dirección podría hacer que el lazo que le une ahora con lo que sea que el castillo contenga se apriete sobre su tenue hilo de vida. Su estado es estable, pero está como en una liviana vida perceptible, parecida a la de los animales que duermen en invierno hasta la siguiente primavera.

Más me temo que esa primavera no llegue más que sacando a la luz el legado de los Kaijutsu que guarda el malhadado castillo que se yergue en las proximidades de nuestro campamento.

El varisio suspira mientras enciende con determinación su pipa, arrojando una nube de humo azulada al frío aire de la tarde. En su cabeza bullen los diferentes interrogantes que se han ido planteando a lo largo del día, y es su deseo que todo el mundo quede si no satisfecho, al menos contestado. Hace un gesto de complicidad a Koya cuando ésta le susurra su pregunta  y continúa su alocución.

Giorgio, aprecio tu amor para con Ameiko pero si yo no me uniera finalmente a la expedición para quedarme aquí y cuidar de la dama, tu presencia será más que necesaria. No pienses que te enseñado todas esas cosas por el mero hecho de ser mi sobrino. Un ojo atento y una mano diestra son necesarias para afrontar los peligros que una edificación hostil plantea a sus exploradores. Va siendo hora que vueles por ti mismo, sobrino.

Lo que dices tiene su punto de verdad Vankor, de los aquí presentes, salvo Shalelu y Koya puede que sea quien más ha bregado con este tipo de cosas. Pero mi experiencia es limitada, y puede que en este tema esté tan verde como cualquiera de vosotros. Además, viendo cómo afrontasteis las aventuras del Pantano del Muro de Salmuera, me atrevo a decir que podéis manejar cualquier cosa que se avecine tan bien como si yo estuviera presente. En cuanto a la necesidad de un líder, habrá que dejar que todos hablen sobre su intención de ir o no. Aunque antes puede suponer qué intenciones puedan tener Koya y Shalelu al respecto, son ellas quienes tienen la última palabra sobre su camino. Dependiendo de todo eso, decidiría si me quedo en el campamento o formaría parte del grupo que va al castillo.

Sandru estaba dividido. Quería proteger a Ameiko, pero también estaban Giorgino y Koya por otro lado. Si Giorgino iba solo, estaría intranquilo. Si Koya lo acompañaba suspiraría de alivio pero pasaría a preocuparse por los dos. Sabía que la anciana adivina sería de vital importancia en un terreno desconocido con un fuerte componente místico de por medio, por no hablar de los huesos, piel y sangre que sus plegarias a Desna podían restañar. Además, fuera a parte de la aparente fragilidad de la mujer mayor, la había visto golpear a un fornido orco hasta mandarlo a la inconsciencia con su bastón. Sabía cuidarse sola.

Por otro lado su presencia en el campamento serviría como escudo a Ameiko ante cualquier eventualidad, pero también sería útil para mantener tranquilo al personal contratado, que podría empezar a ponerse nervioso si el jefe de la caravana se ausentaba y dejaba a alguien como Shalelu al mando. Por lo que Koya le había explicado por el estado de Ameiko poco podía hacer la propia sacerdotisa más que procurar que estuviera cómoda y nada la perturbara, función que Sandru podría hacer a la perfección con el mismo ahínco.

Las palabras de Kromdal se le clavaron como un puñal de hielo en el corazón. No podía ver a otro grupo desvanecerse en la nada, no si podía evitarlo. Alguien debía liderar, y se elegiría cuidadosamente una vez se contara con los miembros de la expedición al completo.

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09/11/2017, 17:53
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

Hattori sintió un escalofrío cuando Sandru-sama dijo que Ameiko Kaijitsu-sama no mejoraría alejándola del castillo, porque significaba que estaba atrapada. Por otro lado, según Sandru-sama, la intención de aquel espíritu, que Hattori suponía era un kami, era proteger a su señora, lo cual no era mala noticia del todo.

Pero entonces la vida de Ameiko Kaijitsu-sama dependía de que la partida de reconocimiento tuviese éxito. Si los exploradores fracasaban, Ameiko Kaijitsu-sama permanecería inconsciente hasta marchitarse y consumirse, porque si ellos fracasaban, ¿quién vendría a desafíar las fuerzas que amenazaban en aquel castillo?

Debían que tener éxito en aquella misión. Hattori no sabía nada acerca de lo sobrenatural ni tampoco era un guerrero, pero tenía algún conocimiento de heráldica y de la historia de los Kaijitsu y quizá sus conocimientos podrían resultar de alguna utilidad en la expedición.

Así que, mientras escuchaba pronunciarse a los demás, caminó hasta situarse junto a Serveris, Kelsier, Vankor y Kromdal.