Partida Rol por web

- Llama a tu papaito... niñata miedica... hazlo no me das ningun miedo, quien se esconde tras ese aspecto inocente... no eres una niña, deja a la pequeña libre!! has ocupado su cuerpo a mi no puedes engañarme... te he estado observando... nosotros ya venimos de vuelta... de vuestra invasion alienigena... ser... - chupo la piruleta clavandote los ojos... y la mastico haciendo ruido... sonoramente - crack! - el ruido da a entender como de que no me engañas - en nuestra planeta a las niñas mentirosas no las comemos entre pan y pan... asi que deja de hacer el papel de niñita... ofendida! y dime que ocultas... cuales son tus intenciones... - digo ironica y sonriente... poniendome de nuevo recta tras haberme acercado a ti...

María quita el envoltorio de su piruleta y pasa al lado del sorprendido Duncan, relamiéndola y susurrando palabras que parecen amenazas hacia la niña, hasta que finalmente todos escucháis el crujido de la piruleta. La niña aprieta los puños y María tropieza ligeramente.

Duncan no parece todo lo nervioso que debería de estar en semejante situación, parece más bien ofendido.

Por favor, por favor. La policía va a venir de un momento a otro.-Levanta los brazos y la chaqueta se le mueve, mostrando ligeramente la muñeca. Enseguida la agarra y la vuelve a colocar en su lugar.-Es evidente que tenéis dos opciones, entrar dentro de la casa y charlar conmigo tranquilamente antes de que vengan los hombres uniformados y se pongan a disparar; también podéis huir sin charla alguna y salvar el pellejo; o podéis quedaros fuera y hablar conmigo mientras amenazáis con dispararme en medio de la calle, hasta que venga la policía.

El comportamiento de Duncan es extraño, pero no lo es menos su tono de voz. Es como un autómata repitiendo una cinta grabada.

Supongo que habéis venido a buscar explicaciones.

Duncan señala con la mano el interior de su casa en donde están la niña y María. Al fondo del pasillo, está el salón.

Entonces suena el timbre de la puerta de la casa.

- Entremos, y sea convincente con los maderos si puede, o aquí habrá una masacre. He visto el futuro, y la muerte de todos los presentes me parece un precio aceptable a pagar para evitarlo.

Me acerco al señor Duncan y a un paso de distancia le digo

Usted primero,abra y de una respuesta coherente,lo mas que pueda cuanto menos,vaya delante....

espero que se ponga en marcha y lo sigo,me giro hacia Angus y le digo

vamos muchacho,no imagino como te sientes,pero esto hay que solucionarlo dentro de la casa,y asumir las consecuencias,demonos prisa en entrar y mas en encontrar una solución...

Elena, María y los dos Antonios están en el pasillo de la casa. Dentro pueden ver un salón amueblado de una forma seria, con colores grises y blancos. La niña retrocede dando pasos hacia atrás mientras el resto camináis hacia el lugar. Pasáis al lado de unas escaleras que conducen a un piso superior.

Duncan se mantiene serio, mira directamente a Bernardo, Franc, José y Angus, especialmente a éste último y hace un gesto con la mano.

Sois bienvenidos a mi casa. Me parece que tenemos mucho que explicarnos, como por ejemplo quiénes sois y qué venís a hacer a mi casa.-Se arremanga la manga.-O tal vez prefiráis hacerme preguntas, cualquiera de los métodos es bueno para obtener algo de información sobre por qué unas personas armadas asaltan mi casa.

Y camina hacia el salón sin perder ojo a ninguno de sus invitados.

No muy lejos empezáis a escuchar sirenas de policía. Y un timbre suena en la puerta.

Sí, hay mucho que explicar. Oigo las sirenas de la policía que se acercan.

Venga, vamos entremos. La policía probablemente no haga nada si piensa que los tenemos de rehenes.

Creo que sera mejor que las preguntas las hagamos nosotros, hay algunas cosillas que debes contarnos

Y la primera seria por ejemplo...¿que es eso que tiene en la muñeca? dice mientras señala su manga un tanto levantada

Mientras ellos preguntan, exactamente lo que yo estaría preguntando, me dirijo a las escaleras, retrocediendo. Metralleta en mano, empiezo a subir, mis sentidos completamente alerta.

Elena empieza a subir las escaleras que conducen al piso superior.

La niña permanece atenta a todos vosotros, pero no impide a Elena que suba por las escaleras.
Duncan se sobresalta ligeramente ante la pregunta de José. Permanece serio y dice:

¿Esto?

Y se levanta la manga de la chaqueta ligeramente, mostrando un pequeño sarpullido en la parte interior del brazo.

Observo a Duncan, pero al no ver nada raro me aparto un par de pasos buscando una poscion desde donde ver algo por alguna de las ventanas

Sí, eso, pareces demasiado preocupado en ocultarlo.