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El Retorno a la Tumba de los Horrores (5e)

1. Karlstrand y Alrededores

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21/07/2019, 18:07
Director

Habían pasado semanas desde que Ereldul y Filzik junto a otros compañeros habían salido con vida de Omu.

Lo que en un principio parecía que iba a ser un retiro glorioso en la abundancia, se convirtió en una pesadilla para ambos. De vuelta a Faerûn no dejaron de ser perseguidos por los Magos Rojos de Thay que ahora los consideraban sus enemigos. También otros agentes del mal estaban más que interesados en hacerlos desaparecer.

Un día, compartiendo unas bebidas en la famosa posada del Portal Bostezante, una figura extravagante se interesó por la pareja, algo que en un principio incomodó a ambos.

Se trataba ni más ni menos que del archimago Mordenkainen quién, sabedor de sus hazañas en la Tumba de los Nueve Dioses, pidió ayuda a ambos héroes para embarcarse en una misión de proporciones épicas.

Algunos sacrificios iban a ser requeridos y, el primero, era llevarlos a otro plano por tiempo indefinido. Una vez aceptaron el trato, fueron transportados mágicamente a Flaenia, continente perteneciente al mundo de Oerth.

Allí, en un pequeño pueblo llamado Karlstrand conocieron a dos tipos bastante peculiares. Adran era un elfo druida, poco acostumbrado a la civilización y a las costumbres de la ciudad. El otro era Bornam, un paladín del dios Heironeus que también se había visto empujado a investigar los extraños acontecimientos que estaban afectando a la zona.

Sin más preámbulos, algo extraño ocurrió esa misma noche. Una densa niebla oscureció la pequeña ciudad a orillas del río y algo maligno se ocultaba en ella.

Un parroquiano, llamado Caspan, fue la primera víctima de este suceso. Los nuevos compañeros fueron a investigar tras oír sus gritos de auxilio pero fue demasiado tarde. El marinero había caído víctima de una decena de tumularios. Bornam logró hacer retroceder a unos pocos y el resto fueron aniquilados por el buen hacer de los demás.

De vuelta a la Posadade Khale, no fueron portadores de buenas noticias. Los parroquianos, estremecidos, permanecieron durante toda la noche en el lugar gracias a la hospitalidad de Khale.

Por la mañana todo había pasado, la bruma se disipó y con los ánimos por los suelos, los parroquianos se dirigieron a sus hogares y sus quehaceres.

Era la hora de investigar. Filzik descubrió un tatuaje en uno de los tumularios que rezaba "La Perla de Payvin" y esto les llevó a otra taberna al otro lado de los muelles llamada "El Maestro de los Muelles". Allí, el pobre Payvin ahogaba sus penas mientras divagaba a lo que le había ocurrido a su tripulación. No cabía duda, la decena de tumularios no eran sino su antigua tripulación que habían sufrido una muerte horrible.

De la conversación con Payvin sacaron un nombre: "el Devorador" y pronto se pusieron a investigar en esa dirección.

A la vista de que no aparecian nuevos extraños acontecimientos, los héroes fueron a ver a un sabio llamado Petre, guiados por el bueno de Khale. Éste no parecía saber mucho sobre la palabra "el Devorador" pero sí recomendó que visitaran a Ahrens un excelente conocedor de las palabras.

Tras una dura negociación con Ahrens, éste les pidió una semana para investigar sobre "el Devorador" y, tras unos días, sacó algunas conclusiones. La primera es que el Devorador estaba relacionado con un símbolo de sobra conocido por Ereldul y Filzik, pues no era otro que la cara del demonio verde que tantas veces habían encontrado en la Tumba de los Nueve Dioses.

Ahora debían buscar a otro hombre, alguien que había estado implicado en algunas investigaciones mágicas sobre el Devorador. Se trataba de Desatysso, un hombre que había desaparecido hacía dos décadas pero del que disponían ahora la localización de su laboratorio.

Sin pensarlo demasiado, se pusieron en camino hacia las Gloriolas y sin muchos sobresaltos, llegaron a un acantilado que debían superar. Gracias al poder transformador de Adran y a los poderes mágicos de Filzik todos pudieron ascender pero dos gigantes estaban dispuestos a defender el acantilado lanzando gigantescas rocas desde su cima.

Aunque pusieron en aprietos al grupo, finalmente lograron deshacerse de las gigantescas criaturas y, al parecer, habían alcanzado su objetivo. El torreón de Desatysso tenía un aspecto decrépito pero quizá podrían descubrir algo más acerca del Devorador.

Notas de juego

PNJs Importantes:

* Khale. Dueño de la Posada de Khale, la más famosa de Karlstrand.

* Payvin. Marinero desquiciado por haber perdido a su tripulación en tan siniestras circunstancias..

* Petre. Sabio local.

* Ahrens. Sabio especializado en la etimología de las palabras.

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28/07/2019, 16:56
Director

Tras el accidentado ascenso, los compañeros trataron de hacer un pequeño parón para descansar y recuperar fuerzas. Los impactos certeros de los gigantes habían sido duros y cualquiera con menos experiencia que ellos habría sido aniquilado.

A pesar de ello, de dentro de la fortaleza emergió otro cuarteto de gigantes que volvieron a poner en aprietos al ya maltrecho grupo. Sin embargo, una vez más salieron victoriosos y esta vez sí pudieron descansar durante la noche. Se propusieron guardias por lo que pudiera pasar pero por fortuna el descanso estuvo desprovisto de incidentes.

A la mañana siguiente ya estaban listos para explorar la fortaleza en la que supuestamente residía Desatysso pero sólo encontraron ruinas. Eso sí, pronto aprendieron que este lugar era la residencia de un practicante de la magia arcana, pues estaba salpicada de trampas y otros acertijos que muy hábilmente superaron a pesar de no contar con un salteador entre ellos.

Fue curioso como un guardián elemental de fuego protegía la entrada de la ya arruinada torre, a pesar de no haberse enfrentado a este tipo de criaturas y cometer algún error, no supuso un grave escollo en la exploración del baluarte.

Ninguna pista apuntaba a Desatysso pero encontraron un túnel excavado en el propio acantilado que no dudaron en explorar. Durante su ascenso, pues el túnel tenía una pendiente considerable, de pronto oyeron un extraño ruido y sus peores presagios se hicieron realidad: una enorme piedra rodante avanzaba inexorable hacia ellos y, mientras Adram y Filzik hicieron uso de su magia transformadora para zafarse del obstáculo, Bornam y Ereldul no reaccionaron lo suficientemente rápido como para no ser impactados por la gigantesca roca, si es que tenían alguna opción.

Después de las pertinentes curaciones, una vez más sabedores de que su experiencia les había salvado la vida, siguieron ascendiendo por el serpenteante túnel y allí descubrieron el origen de la maldita piedra rodante. Una familia de gigantes les esperaban en lo alto de un mirador a 1000 pies de altura, utilizando sus técnicas habituales. Uno de los descendientes fue lanzado al vacío por Ereldul, que descubrió en el acantilado una buena baza para poder acabar lo antes posible con los gigantes. 

Finalmente lograron acabar con todos y, cuando se disponían a recuperar fuerzas fueron sorprendidos una vez más por otro gigante, esta vez de las Montañas. Algo más rudo y arrogante, la diplomacia no tardó en fallar y media docena de trolls se unieron a la batalla con la consigna de defender a su "chamán". El gigante fue duro de pelar pero los trolls, con su habilidad regenerativa, estuvieron a punto de causar serios problemas al grupo. Una vez más, los relámpagos mágicos de Adram, los golpes sagrados de Bornam, las habilidosas técnicas marciales de Ereldul y la inestimable magia ígnea de Filzik fueron una combinación victoriosa contra la adversidad.

No había señal de Desatysso. Tan sólo una pequeña llave plateada que Ereldul encontró entre las ruinas y un clan de gigantes masacrado.

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03/08/2019, 18:01
Director

Una vez acabaron con toda amenaza aparente en el mirador, el grupo decidió que era hora de descansar para reponer fuerzas. El descanso fue bastante tranquilo, aunque Adram aseguró que había escuchado un sonido similar al llanto de un bebé en el fondo de una de las grutas que se internaban en las entrañas del acantilado.

Al día siguiente fueron a explorar dicha gruta y, tras mover una gran roca, Adram encontró una cámara secreta donde una cría de gigante lloraba desconsolada. Bornam salió de la sala para no observar el desafortunado final que dieron al pequeño, pues haberlo dejado vivo hubiera sido más cruel.

Fue el mismo Adram quien descubrió entre los restos de muebles, tapices y otros objetos destrozados un mueble cerrado que parecía inmune a cualquier daño físico. Tras un momento de indecisión, Ereldul usó la llave plateada para girarla al contrario de las agujas del reloj y abrir el mueble. Casi todo su contenido había sido echado a perder; pociones de ácido y fuego de alquimista habían estallado en su interior y ahora todo lo que quedaba era una informe masa de papeles. De entre ellos, Filzik sólo pudo recuperar el siguiente pasaje:

 ...al fin listo para este reto. Ya he pasado demasiado tiempo sopesando los riesgos frente a las recompensas potenciales; espero que el saber sea premio suficiente. Con el amuleto en mi poder debería ser capaz de atravesar el último velo y enfrentarme al Devorador en su encarnación auténtica. Vaya necesitar ayuda para ello; ir solo no sería más que un suicidio. Creo que pediré ayuda a Falon T'selvin de Kalstrand y su valiente grupo. Falon nunca me ha fallado, y sé que estará tan entusiasmado como yo por romper al fin...

Por lo menos otro nombre salía a la luz en la misma población de dónde provenían y, tras explorar el resto de cavernas consiguiendo algunas monedas de gran valor, se pusieron en marcha de vuelta a Kalstrand.

En el camino se encontraron un montículo que les había pasado desapercibido días atrás. Ahora, de su punto más alto parecía haber emergido algo y una melodía funesta emanaba de su interior. No dudaron en investigar dicho suceso.

Una vez se aproximaron, cayeron en la cuenta de que se trataba de un túmulo que Adram se negaba a explorar. Pero la curiosidad de Filzik y los deseos de erradicar el mal de Bornam y Ereldul convencieron al druida. Casi al comenzar a descender por las toscas escaleras, una manada de canes del infierno les abordó desde el fondo de las mismas. Una buena táctica que combinó los golpes de Ereldul, los sagrados espadazos de Bornam y la magia de Adram y Filzik logró contener a las infernales criaturas y reducir su letalidad. Acabaron con ellos no sin antes comprobar de lo que su aliento ígneo era capaz.

Adram volvió a insistir en que algo no marchaba bien y que no debían explorar el túmulo pero así lo hicieron. Al fondo de un estrecho pasillo encontraron una cripta con diversos nichos. Filzik no encontró nada de valor excepto los restos óseos de quienes estaban enterrados aquí. Un pedestal sostenía una flauta de pan que Ereldul no dudó en hacer sonar. La horrenda melodía que invadió la estancia afectó al pobre Adram que tuvo que ser ayudado por Filzik para deshacerse de la resonancia maldita que la música producía en su cabeza.

Sin nada más que hacer allí y con el druida ansioso por abandonar el lugar, reemprendieron su camino a Kalstrand.

Una vez en el pueblo, el grupo decidió adquirir una bolsa mágica que les permitiría albergar gran cantidad de objetos sin que supusieran una carga. No fue un gran trato, pero al menos sabían que les sería de utilidad.

Después visitaron una vez más a Ahrens, quién se alegraba de que aún estuvieran vivos. El sabio no estaba muy interesado en las historias que los compañeros traían de la supuesta fortaleza de Desatysso y sólo comentó que le llevaría un día estudiar las pistas que habían hallado y darles algo de información sobre Falon. Ahrens se sorprendió de las monedas de platino con las que el grupo le pagó su tarifa habitual aunque una vez más consideró fútil la charla sobre el origen de las mismas.

Al día siguiente y tras haber descansado en la posada de su amigo Khale, estaban preparados para escuchar lo que Ahrens tenía para ellos y el sabio fue de gran ayuda una vez más:

"Parece ser que hace veinte años la banda de aventureros del famoso explorador Falon T'selvin fue contratada por un misterioso hechicero... ¿puede que fuera Desatysso? No hay documentos que prueben nada concreto, pero parece ser que la expedición fue un completo desastre. El documento termina con 'Y así, los dos compañeros de Falon que quedaban regresaron con éste a Kalstrand, la ciudad natal del héroe. Derrotado, Falon no volvió a abandonar jamás su residencia al final de la Calle de la Olmeda."

A la pregunta de Adram sobre si dicha residencia todavía existía, Ahrens sólo respondió de manera cínica.

Decidieron comprobar si Falon aún residía en dicha calle y, al llegar allí, Filzik cayó en la cuenta del sentido de la última frase del documento y el por qué del cinismo de Ahrens: se trataba del cementerio.

Tras conocer al excéntrico enterrador, fueron a visitar la tumba de Falon donde había inscrita una frase enigmática: 

"A Falon T'selvin. / de Mente Astuta, Rostro Bello, y Mano Fuerte / en el Lugar de los Gritos Nada de Ello Cambió su Suerte."

Un hombretón en sus 50 calvo, fornido y desprovisto de una de sus manos quedó observando a los compañeros. Pronto preguntó si conocían a Falon. Filzik fue amable con él y el hombre, aunque con menos cerebro que una roca, respondió a todas las preguntas del gnomo. Se trataba de Grunther, antiguo compañero y amigo de Falon. Aún lloraba su muerte a pesar de haber pasado más de 20 años. Comentó que en su última aventura juntos su amigo murió. El nombre de Desatysso podría estar relacionado con el mago de ese grupo pero la respuesta de Grunther no fue muy convincente. En cualquier caso, el hombretón no parecía tener en buena estima al arcano del grupo aunque sí a la "señorita guapa" que les acompañaba y que creía que aún sobrevivía en un pueblo al sur. Al ser cuestionado por su muñón, Grunther respondió que la devoró una "boca negra" en un lugar de terrible maldad.

Si más pistas sobre Desatysso, el hombretón se ofreció a escoltarlos hasta la residencia de la señorita, que decía llamarse Sather. Siendo así, decidieron ponerse en marcha lo antes posible, desoyendo el consejo de Grunther de acompañar a una de las caravanas que se dirigían al sur.

En su camino se toparon con una orda de ogros que, aunque fieros, no supusieron un gran problema para el grupo que además comprobó como Grunther sabía defenderse con su hacha mágica y que además era un compañero leal en el combate, preocupado por defender a quienes tenían menos potencial físico.

A pocas millas del pueblo donde residía Sather, pudieron observar otra pequeña comunidad que parecía haber sido abandonada recientemente. Una exploración minuciosa les llevó a la conclusión de que había habido violencia pero ningún cadáver humanoide apareció. Ni tan siquiera huellas que pudieran indicar que habían sido atacados por los ogros o cualquier otra monstruosidad.

Finalmente llegaron a Pitchfield, donde una turba atemorizada les emplazaba a huír pues el pueblo estaba siendo azotado por la peste. Intrigados pero no preocupados, los compañeros lograron abrirse paso entre la multitud que pretendía salir del pueblo lo antes posible.

Filzik hizo gala de su peculiar encanto para sacar algo de información. Sather vivía allí y al parecer no habían llegado tarde como en el caso de Falon. Además, no todos en el pueblo habían huído pero sí que había ocurrido una veintena de extrañas muertes en las últimas semanas. Bornam se prestó a examinar una de las últimas víctimas que estaba siendo preparada para su entierro. Determinó que el cuerpo había sido drenado de toda sangre y que esa era la única causa de su muerte. Con la imagen de un vampiro dando vueltas en su cabeza, Bornam compartió sus sospechas con el resto del grupo que se sobrecogió.

Visitaron entonces a Sather, la mujer de unos 60 años había perdido la cabeza y su físico ahora estaba demacrado por la edad y la pena. Probablemente la causa fuera la última aventura que vivió junto a Grunther. Filzik logró calmarla para que pudiera relatarles lo ocurrido:

"No hablo acerca de esto con facilidad. En el más maldito de todos los lugares perdí mi pierna, a mis amigos, a mi diosa, y casi la vida. Fuimos a la tumba hace casi veinte años, y aún tengo pesadillas casi cada noche. Vaya decir esto una vez, y no lo repetiré. Después debéis marchar, y no volver a molestarme con este asunto, porque no puedo
soportar pensar en él durante mucho tiempo."

"Nuestra compañía, dirigida por Falon, se dirigió a la tumba acompañada por un mago que se hacía llamar Desatysso. Dijo que llevaba diez años buscando el lugar. También dijo que con la información de que disponía podría encontrar la auténtica tumba de Acererak, fuera lo que fuera lo que quisiera decir con eso. No sé qué conocimiento especial creía tener en su poder, pero no sirvió para salvarnos, cuando al final el semiliche devoró nuestras mismas almas. Éramos siete al entrar: Falon, Aaron, Desatysso, Tiefon, Grunther, Lyla y yo. Solamente Grunther y yo logramos salir, una cojay el otro manco, como podéis ver. Con las manos vacías y desprovistos de todo."

"Eso es todo lo que puedo contaros, aunque os puedo dar algo más. Aquí está el diario de Desatysso, el que escribió mientras estábamos en la tumba. Narra los horrores a los que nos enfrentamos con mayor detalle del que me atrevo a recordar. Os sugiero que lo leáis cuidadosamente antes de ir al lugar al que nosotros no debimos entrar."

El sobrecogedor relato de Sather impactó a todo el grupo, en especial a Erelud y Filzik pues ya se habían enfrentado a Acererak, en otro tiempo y otro mundo y, a juzgar por las habilidades de Grunther aún en su madurez, quizá ahora sería mucho más mortífero que entonces.

Notas de juego

PNJ Importantes:

* Grunther. Antiguo compañero de Desatysso y Sather que ahora acompaña al grupo.

* Sather. Antigua compañera de Desatysso, ha perdido la cordura.