Partida Rol por web

Shafir escuchó el extraño razonamiento del explorador y amigo Magnus.

Desde cuando un pueblerino no te pregunta a dónde vas? Si parece que es lo único que les interesa. Magnus, necesitas desfogar con hembras bípedas alguna vez y no andar tanto con cuadrúpedos. Jejeje.

Pero Magnus no estaba de humor por lo que parecía, al menos con él. Sin embargo, la dulce Aelin lograba con su encanto lo que no conseguiría él ni con una falda corta. Y allí corrían los dos como niños.

Estoy de acuerdo, maese Brannagh, peor que niños, diría yo.

Samuel puso en palabras lo que hacía unos instantes había pensado sobre los dragones.

Verdad decís, padre Samuel, es como si la Barbacana estuviera cubierta por los rumores y nadie se atreviera a verificarlos. Cada vez me intriga más qué es lo que puede estar pasando. Por cierto, en este mapa está marcado el lugar donde se edificó el Templo del Mal Elemental. Así que tiene sus años. Curioso, verdad?

  eh eh eh ¿quién ha dado el pistoletazo de salida? Nada de niños, ¡esto es trampa!, además... nadie ha dicho hasta dónde hay que llegar dije indignada viendo como Magnus me adelantaba con su caballo, con tan mala suerte que mi pobre yegua dio un brinco hacia atrás y casi pierdo el equilibrio encima del caballo por el susto que la había dado a la pobre.

  Shhhh la decía al oido mientras la acariciaba el cuello calma, calma pequeña me giré hacia Shafir ¿Todo recto no? y mientras esperaba a que Shafir hiciera un movimiento afirmativo con su cabeza salí disparada en la misma dirección que Magnus.

¡¡ABURRIDOS!! pensé, mientras el viento hácía que mi cabello revolotease a mi alrededor

Sí, todo recto, hija mía de mi vida! Jejeje. Lo que decíamos: como niños.

Dijo el mago, divertido.

Magnus y Aelin emprenden su carrera con sus caballos y galopan mostrando su destreza, pero la habilidad del elfo en el caballo se hace patente y termina ganando el reto. Mientras Shafir, Samuel y Brannagh continuan con su trote esperando llegar pronto a su destino. Nera y Fenrir juguetean por entre las malezas del camino.

Tras media jornada mas de camino, llegaís hasta una parte donde hay un camino que se encuentra rodeado a ambos lados por una charca, al final de camino podeis ver un puente elevadizo bajado, parece ser que habeis llegado a la Barbacana del foso. Es Media tarde, todavia no se ha puesto el sol pero le falta un par de horas como mucho. los lindes del camino estan llenos de cañas que tienen sus raices en las orillas de la charca. Un ruido muy cerca de estas cañas os hace poneros en alerta.

El camino había sido agradable y despejado. La anchura dejaba ir de dos en dos, sin problemas, lo que les permitía comentar o charlar de vez en cuando y que alguien permaneciese alerta. Sin embargo, estaban llegando a un camino rodeado de agua por ambos lados, además de por cañas. Era un lugar extraño y, por ello, guardaban silencio. Shafir estaba en el centro del grupo, con el ruido de los cascos de los caballos no podía escucharlo todo a la perfección, pero estaba atento y algo le había alertado. Sin embargo, su aguda vista lo recorría todo y su rápida mente lo analizaba a la perfección. Si algo se movía, él lo vería. Detuvo su montura Albo e hizo un gesto para que todos lo hicieran a su vez. Qué había más adelante? Sin duda, no estaban solos.

La gatita estaba dormida en la mochila de su amo ya varias leguas. Tanto trotar había terminado por agotarla. Ya estaba descansada, pero el traqueteo era agradable y no saldría de su caliente refugio si no era importante. Algo escuchó, aunque le costó abrir los ojos para asomarse. Para nada pensaba que estaban en peligro.

Desde la posicion en la que estas alcanzas a ver como entre la cañas se encuentra una rana, cuyo tamaño es bastante mayor de lo habitual, se encuentra tranquila entre las cañas a la orilla de la charca. Escuchas el mover de vegetación y poco mas Sin embargo nera parece estar echando mas cuenta en Fenrir que otra cosa no ve ni escucha nada.

La escena era tipica. Un grupo de aventureros se adentraban en la boca del lobo por una puerta ya abierta, lugares inaccesibles a los lados y ruidos extraños. Olia a trampa por todos los sitios. Sin embargo no podia ver mucho, pero conseguia mantener mi sentido del oido en alerta. Parecia que Shafir estaba al tanto, por una vez que no iba delante en el grupo me habia perdido los detalles de la vanguardia. Esta vez sin duda, no iba a dudar del mago, mantuve silencio, y agarre a Fenrir para que tuviera cuidado de donde pisaba, y controlara sus gruñidos amenazadores para cuando realmente hicieran falta.

Aunque la idea de esperar a que algun peligro nos saltara encima me pusiera mas nervioso que nunca, no iba a hacer mucho mas. Desenvaine lentamente los kukris para evitar que el filo rozara e hiciese el tipico tañido metalico que delatara mas nuestra posicion. Mire a Shafir esperando a que el pudiera dar mas informacion acerca de la situacion. Podiamos dar un rodeo pero no conocia la extension de las charcas. Permaneci inmovil junto al mago, a la espera ...

No aprecias mas que las cantidad tan grande de cañas que bordeanel camino y la charca. Pero sigues escuchando un ruido que viene precisamente del lado dereche del camino entre las cañas de la charca.

Terminada la carrera bajé de la yegua para dejarla descansar esperando a que llegasen mis compañeros.

 Eh Magnus, a la vuelta otra, ¡y yo daré el pistoletazo de salida!, además que el que me hayas ganado no implica nada.

La espera comenzaba a hacerseme un poco larga aunque quizá lo que nos separaría serían unos minutos, pero la acción había sido intensa después de tanto tiempo.

Sin embargo, parecía que la acción volvería a empezar. Utilicé mis habilidades lo más que pude para buscar a mi alrededor con la mirada y con los oidos, no estabamos solos, al parecer ibamos a tener compañía...

Cogí la ballesta y esperé hasta situarme al lado de Shafir y de los demás, mirando intensamente a Shafir como preguntándole si él sabía algo más

El mago no entendía mucho de la naturaleza pues se había criado entre libros, pero estaba claro que el tamaño de esa rana no era normal. Parecía tranquila, eso sí. En voz baja hizo un gesto a Magnus.

Pssst, Magnus, esa rana es peligrosa? Creo que se podría tragar a mi gata de un bocado. Aunque no sé calcular su tamaño sin más referencias que las cañas de longitudes dispares. Puede que haya más, estemos atentos, aunque quizá lo más sensato sea espantarla o dispararle a distancia sin ánimo de dar. Aunque si alguien quiere cenar ancas de rana, todavía está a tiempo.

Terminó con una sonrisa pícara. Sabía que a Magnus no le gustaba que se bromeara con el tema de la caza, pero no pudo evitarlo.

Observe fijamente el lugar al que se referia Shafir. No lograba distinguir con claridad, no obstante, los ranidos no han sido mi especialidad nunca. Una vez un tipo de algo parecido nos dio problemas en un estanque magico ... podrian ser peligrosas.

- No conozco ese tipo de criaturas Shafir, sera mejor que tengas a Nera a buen recaudo... repetia el tono bajo para evitar desperdiciar el poco sigilo del que disponiamos. - No se si es seguro esperar a que alguien entre o salga, el sol se marchara y no sabemos a lo que nos enfrentaremos de noche. Yo digo que entremos, sin perder de vista esos seres. Con un poco de suerte solo formaran parte de la fauna local. Sentencie, muy poco convencido de mis palabras, puesto que algo que habia aprendido como montaraz en los ultimos años era que, casi todas las bestias tienen hambre...

- ¿Disparo? Mire de reojo esperando signos de aprobacion. No estaba seguro de que fuera lo mas sensato. O atravesabamos el lugar esperando a que nos atraparan esas ranas, o espantabamos algunas antes de que nos atacaran, arriesgando nuestra posicion. La paciencia era una virtud de los exploradores, pero no esperaba que mis compañeros la compartieran.

Ummm, sí espántala, aunque puede haber más que no hemos visto. Y mi gata?

Dijo el despistado mago, que no se acordaba de que Nera estaba en su mochila.

Hace leguas que no sé dónde se encuentra.

La sigilosa gatita, ya estaba despierta y se tomó como un juego la búsqueda de su amo. Dónde estaba Nera? Esperó a que Shafir dejara de girarse y rebuscar para soltar un zarpazo sin uñas a su nuca.

Por la lluvia de meteoritos! Esta gata me va a matar algún día!

Dijo el mago casi sin hablar en voz baja, pero sólo casi.

Samuel se bajó del caballo haciendo traquetear su armadura. El silencio era para Aelin, el prefería la estridencia del entrechocar de aceros. Si había que repartir mandobles, mejor hacerlo desde el suelo donde su bruta montura no pudiera causar problemas.

Miró atentamente hacia donde veían a la rana, mas el no vió nada, confiaba en la vista de los demas.

Y digo yo, y si , en serio, ¿esperamos a mañana que haya mas luz?

Al final, iremos a pegarnos con un culto invocador de demonios tanar´ri o algo similar, de noche, sin ver una ostia.

Me acerqué a Samuel y con un dedo acusador empecé a darle en el pecho Eres un miediiica eres un miediiica, ¿Crees que alli dentro no hay oscuridad?Lo siento, pero dudo mucho que se hayan molestado en hacer ventanas dije, sin querer ofenderle, pero tenía ganas de acción, y estarme esperando allí, sin hacer nada excepto mirar ranas, no me hacía mucha ilusión.

Miré a Shafir con ojos interrogativos ¿vamos ya?Magnus se apunta dije con una sonrisa en mi cara

De mi boca salio una mezcla de gemido y eructo, principio de una pequeña carcajada cuando Aelin se mofo de buenas formas de Samuel. Mas no tarde demasiado en cerrar rapido el pico, no tenia ganas de hacer enfadar al granduyon. Sin embargo ella tenia razon. Ademas me aburria enormemente. - Haber nacido elfo, asi verias en la oscuridad mejor ...

Olvide la idea de disparar a la rana. Tenia en mente no agredir aquello que no supusiera una amenaza inmediata, pues no hay razocinio en el mundo para determinar quien va a hacerte daño o no, solo los dioses lo saben, antes muerto que herir a un inocente.

- Vamos pues. Con los kukris delante y con cuidado iba mirando a ambos lados esperando a que en cualquier momento me asaltara un peligro mortal. Pero fui, de todas formas...

Pfffffffffffffff

Si tan solo supieran que la oscuridad da fuerzas a los seguidores de los dioses oscuros... no se mofarian tanto.

Samuel agarró con fuerza su espadón, y comenzó a caminar tras ellos tirando de las riendas de su caballo.

El mago hizo un gesto de no estar del todo de acuerdo.

Vamos a exponernos a un ataque de batracios cuando con una piedra podíamos espantar la rana? Menos mal que no son dragones, intentarían pasar de puntillas por sus fauces abiertas y exhaladoras de fuego.

Preparó mentalmente un conjuro para bichos de poca monta, pringosos o de aspecto poco agraciado como la gorda rana que sólo esperaba a que un incauto se pusiera al alcance de su enorme bocaza.

Después de todo el día cabalgando hubiera preferido descansar antes de adentrarnos en un sitio como aquel, pero la posible presencia de un dragón por los alrededores era el principal motivo que nos urgía a adentrarnos en el lugar. Y yo no tenía intención de tentar a la suerte.

- Vamos. Si nos encontramos con ese dragón siempre podría negociar con el.

Apoyo la idea de adentrarnos en la barbacana en última instancia.