Partida Rol por web

Comenzais a caminar por el pequeño sendero que esta rodeado por la charca, pero al llegar a la altura media del camino hasta la entrada de la barbacana, la rana salta sorpredentemente para bloquearos el camino.

De un salto, la rana gigante se situó en mitad del camino. Ya no podíamos ignorarla.

Por los dioses, qué comen estas ranas, es enorme. Disparad!

Como suponía, la rana no iba a dejarles pasar y les iba a atacar inmediatamente. Por suerte estaba atento. Empezó a pronunciar las palabras mágicas de un hechizo antes de que muchos reaccionaran.

Nera pensó que esa rana era un bicho muy grande para ella y que no le daba tiempo a esconderse ni buscar su espalda. Era mejor permanecer en la mochila de su amo.

La cabezoneria de aquella imitacion de la vida iba a salirle cara. Nuestra presencia pretendia pasar inadvertida pero aquel monstruo decidio intentar cortarnos el paso, sin embargo, nosotros pasariamos, atravesandola.

Ya habia desenvainado los kukris, sin embargo preferia dispararle una flecha, asi que decidi esperar su alguien la impactaba con una. No se, parecia muy dura...

- Torres mas gordas han caido, ! al ataque !

Fenrir se sintio agobiado. Un bicho tan grande y horrendo lo tenia paralizado. Sentia la necesidad de pelear, pues ya lo habia hecho antes, pero el olor que lo rodeaba y ese aspecto tan repugnante paralizaba sus patas y disminuia su ego. Sin embargo avanzo acompañando a su dueño, no iba a permitir que se enfrentara el solo a ese bichejo.

El mago tenía razón, esta rana era demasiado grande para no considerarla una amenaza. Con calma coloco una flecha en mi arco esperando la reacción del anfibio, si desaparece tan pronto como surgió no habrá que molestarse en malgastar flechas.

La sonrisa se borró de mi cara rápidamente cuando sentí la presencia de esa rana gigante, parecía insignificante la última vez que la vi susurraba para mí misma mientras echaba la mano hacia atrás para agarrar mi ballesta con su correspondiente birote en mano.

De una forma u otra no iba a impedir que alguien me quitase la misión que había ido a cumplir, acabaríamos con ella, sino es rodeándola, la pasaría atravesándola.

Oh por Kord...tanta flechita tanta mierda...

Samuel se lanzó sobre el anfibio, esta noche cenaban rana.

El mago estaba a punto de desencadenar su poder destructivo, pero prefirió esperar. Tenía la sospecha de que podía haber más ranas.

Puse el virote en el filo de la ballesta, apunté con los ojos fijos en la enorme rana, mas mis dedos temblaban constantemente, aún no estaba preparada.

Aún así, respiré hondo y apreté. Evidentemente mi agitada respiración hizo que el virote se perdiese entre las patas de la rana y desperdiciase mi oportunidad de herirla.

Aelin, calma, así no podrás hacer nada pensaba mientras miraba mis manos con cara de desesperación...Ellos lo harán mejor

Nera observaba con los ojos muy abiertos al batracio, erguida en sus patas traseras y apoyada en sus delanteras. Qué animal más singular! Con una boca enorme y unos ojos saltones. Pero no tenía aspecto apetitoso, más bien ella debía serle apetitosa a la rana.

Desde su posición aventajada en lo alto de la mochila y el hombro de su amo, el espectáculo prometía ser interesante. No se perdería nada.

Muchos proyectiles, poca disciplina, debiamos haber lanzado un ataque coordinado, pensaba mientras deslizaba la pluma de la flecha por entre mis dedos. No pretendia herirla en serio, quizas un daño moderado fuera necesario para que escapara sin tener que matarla, dentro de poco lo descubririamos.

A la vez descubria que mi estrategia quizas no hubiera sido la mejor, era el mas cercano de ese bichejo, y me encontraba en disposicion de arquero, quiza fuera demasiado tarde para desenvainar mis pequeñas pero mortales hojas.

Alzando el espadón y maldiciendo entre dientes a sus compañeros por tanto maricone, Samuel terminó su carga contra el anfibio y golpeó..o al menos lo intentó. El impetu de la carga hizo que el ataque fallara estrepitosamente.

Aprovechando la distracción del sacerdote de Kord aprovecho para rodear y buscar la espalda del anfibio desde donde poder dispararle con la certerza de los maestros.

Shafir pudo ver que esa rana era dura de pelar y que convenía liquidarla lo antes posible, al menos antes de que hiriera a alguien, así que preparó uno de sus hechizos favoritos.

Saetas infalibles!

De su dedo índice y corazón, surgieron dos flechas rojas vibrantes y tremendamente dolorosas. Estaban hechas de pura energía mágica y se dirigían hacia la incauta y, seguramente, hambrienta rana.

Impactaron en su cabeza y torso deformes. Sonaban a la vez como una descarga eléctrica y como un golpe amortiguado por la carne. La rana se sacudió, probablemente confusa por el ataque, además de tremendamente dolorida.

!! Grrrrrr !! El bello se le erizaba a Fenrir mientras se imaginaba hundiendo los colmillos en ese asqueroso monstruo que habia amenazado a su amo. Enterraba las zarpas en el suelo y de un brinco comenzo el ataque contra su enemigo, dispuesto a arrebatarle la vida lenta y dolorosamente.

La furia cobro sus frutos, consiguio herir a la rana mordisqueandola un poco, un leve quejido de dolor, si es que asi se le podia llamar resono pero sin demasiada importancia, entonces Fenrir confiado insiste en su ataque intentando que la mosntruosa criatura pierda el equilibro ,sin embargo la cercania con el agua hizo que vacilara en el ultimo momento y se pensara dos veces si seria prudente arriesgarse contra la criatura.

La Rana intenta morder a Samuel, pero este en un alarde de destreza consigue esquivarlo.