Partida Rol por web

Sin cruzar palabra recojo la espada. Había permanecido expectante por si el dragón se decidía a volver e intentar pillarnos por sopresa, caso que no se había dado y tras un tiempo prudencial podía volver a centrarme en lo que andábamos. Y entre esas cosas se incluía prepararse para acabar con un culto caótico, para lo que el acero nunca estaba de más.

Shafir no encontró nada de interés. Los demás estaban haciendo sus cosas y la energía decaía. 

Qué os parece si seguimos? Esos cultistas pueden hacer algún movimiento pronto y nos encontrarán tirando y recogiendo espadas. 

Me quede tranquilamente observando como mis compañeros buscaban por la estancia , mientras yo me dedicaba a comprobar que realmente fenrir estuviera completamente bién.Pasado un breve rato de mires y diretes , por fin volvimos a ponernos en marcha encabezados de nuevo por nuestra díscola exploradora.

La elfa se dirigió a la siguiente puerta, mientras murmuraba entre dientes. El tesoro tiene que estar por aquí, siempre que hay dragones hay tesoros, o eso es lo que dicen los cuentos, y los cuentos nunca mienten.

Empezó a escudriñar la puerta en busca de trapas, luego puso la oreja sobre la puerta, y finalmente miro por la cerradura. Cuando estuvo segura de que no había peligro comenzó ha abrir la puerta.

El mago empezaba a ponerse nervioso. Tanta calma no era normal. El sitio debería estar lleno de cultistas sectarios fanáticos. Pero sólo habían encontrado un dragón. Miraba por todas partes con su ballesta en mano. 

Esto me huele mal...

La gatita acompañaba a Aelin. Era mucho más divertido lo que hacía ella. Aunque estaba atenta a las novedades. Todo parecía tan emocionante para los ojos de un gato. Un lugar nuevo, gente merodeando, habría algo vivo por ahí? Si lo había, lo encontraría. Aunque esperaba que no fuera tan grande como ese bicho con alas gigantesco. Es daba miedo. 

- No es por nada, pero si un dragón se hubiera adueñado de vuestro portal ¿estaríais encerrados en el cobertizo o tras los muros?

Pregunto mientras les seguía investigando todas las salas de la planta, en las cuales bien podría haber penetrado el dragón y sacado a cualquiera que estuviera allí escondido.

- Debemos penetrar en las entrañas de ésta fortaleza si en verdad pretendemos encontrar algo.

El mago, interesado por la perspicacia de su compañero, le contestó.

Es difícil emplear la lógica con sectarios malignos. Si dejase mi inteligencia a un lado y sólo obedeciese a fanáticos crueles, pensando que saben cuál es el designio divino, sea cual sea, quizá pensase que el dragón lo ha enviado mi Dios para proteger mi templo. Un guarda contra curiosos aventureros como nosotros. Jejeje. Puede que hasta le echaran de comer. Quién sabe! Y no es que subestime a esta gente. Seguro que saben organizarse y son muy peligrosos. Sólo me interesa ser más listo que ellos y salvar sus defensas. 

Aunque estoy de acuerdo en que debemos entrar en el lugar. Busquemos el acceso. Debe haber alguno. Sólo espero que no esté tan escondido como para que tardemos una eternidad en localizarlo. Aelin, te ayudaré. otro par de ojos puede venirte bien. 

Me rasque de forma indolente alli donde me picaba mientras los dos patas seguian soltando gañidos y esos aullidos tan pateticos que no se oian mas lejos de cuatro zancadas.La verdad es que no entendia como los dos patas no morian de aburrimiento si cada vez que tenian que hacer algo perdian mas tiempo en decidirse que en hacer lo que tenian que hacer.
De repente un olor peculiar me asalta , y me centro en esa pequeña bola de pelo oscura que anda curioseando por la estancia. In mediatamente me pongo agazapado sobre mis cuatro patas presto a saltar. Pienso darle un buen susto a ese gato para que deje de pavonearse como si todo lo que le rodea fuese suyo.

La gatita, entretenida, escuchó algo, pero no le dio importancia, por lo que el susto fue considerable. Dio un respingo... bueno, un salto enorme, girando sobre sí misma, totalmente erizada.

Ñhiaaaaahhaahh...! 

Un zarpazo voló hacia una sombra, con tal ímpetu que la felina volteó sin control. Sólo el instinto le hizo caer con las patas hacia abajo y salir disparada derrapando y soltando una polvareda. La dirección no importaba.

Pobre gatita, menudo susto! Se escuchó a su amo entre risas.

Grhuuuuuh...

Refunfuñaba. Su ojos entrecerrados miraban al lobo con ganas de revancha. Las risas de los demás no hicieron más que agravar la herida del susceptible orgullo de pantera en miniatura. 

La elfa se giró asustando ante el escándalo que se oía a sus espaldas, clavo la mirada en los dos animales y lanzo un bufido, un poco de silencio.

Adiós al factor sorpresa, quien se acuesta con cachorros meado se levanta. Pensó la Aerin, tras lo cual no pudo contener una carcajada.

No oyes nada.

Hago una señal al resto del grupo “aquí no se oye nada”. Abro la puerta con cuidado y entro, daga en mano.

Shafir compadeció por una vez a su fiel familiar. Se acercó a ella con una media sonrisa. 

Venga, cariño, no te disgustes tanto por una broma. Si no fueras tan linda y preciosa nadie se fijaría tanto en ti y desearía darte sustos. Dijo mientras la cogía toda rígida. Tanto, que parecía un animal disecado con muy mal gusto. Se la colocó en el pecho y la masa peluda se fue ablandando como un suave peluchito. 

Ya se la devolverás y nos reiremos todos, tranquila. Le susurró de manera que sólo ella pudiera escucharla. Luego la dejó otra vez en el suelo.

Venga, tenemos trabajo que hacer. Acompáñame a explorar. No te despegues de mí. Nera no quería que la soltara. Quería mimitos y caricias. Le seguía a donde fuera como un corderito ronroneante. Ghrrrrrh...

Mientras aun lucia una breve sonrisa viendo que todo habia vuelto a la normalidad despues del gran susto de ver a Fensis caido envuelto en sangre, me encamine detras de mis dos compañeros hacia la nueva estancia que acababamos de abrir, silencioso pero atento a cualquier contingencia.

En medio de los escombros y pedazos de muebles hay pieles sarnosas, diferentes cornamentas y las cabezas podridas de un oso y un jabalí

En la habitación aún hay una mesa de trabajo de madera y unos cuantos de armarios colgados de las paredes. Cerca de las piedras ennegrecidas de lo que fuera una chimenea hay un tonel roto. En el suelo hay una cuchilla de carnicero oxidada.