Partida Rol por web

El rostro de la Bestia

02.- Quaerens quem devoret

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01/07/2009, 16:31
Abraham

El navarro que ya estaba casi dormitando más por el cansancio que por sentirse tranquilo, se sobresaltó al escuchar a su compañero. Se zarandeó un poco la cabeza intentando despejarse, no sabía si era el peso de los kilómetros recorridos bajo el sol durante el largo día o simplemente la pérdida de sangre de las heridas pero se sentía abotargado, algo atontado.

- "Iré donde me indiquéis mi buen amigo."

Hizo lo que pudo por incorporarse y extendió la mano para solicitar la ayuda del apoyo de Hicham para poder moverse, ya que se sentía tremendamente pesado y torpe.

Notas de juego

Yo no sabía que decir. Además estoy algo liado con la preparación de las TdN y la reimpresión del CdG.

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01/07/2009, 19:39
Director

Notas de juego

Describidme dónde os metéis y qué hacéis exactamente para atrancar la puerta

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01/07/2009, 19:41
Director

Notas de juego

No te tengo olvidada, estoy esperando una respuesta :S

En todo caso, buena tirada.

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01/07/2009, 19:41
Director

Notas de juego

Entonces... ¿te acercas a María?

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01/07/2009, 23:03
Tomás Bosch

Una blanca sonrisa ilumina su cara en la oscuridad. Luego desaparece.

Vaya, todas las puertas están cerradas.

Piensa qué podría hacer, adónde podría ir. Hay varias opciones, ninguna le mantendría a salvo si hay un fuego que no sabe dónde está. Se acerca cauteloso a su señora, y agarra por debajo de su capa su daga y con la otra mano toca la empuñadura de la espada, no sea que se trate de una trampa.

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01/07/2009, 23:09
Tomás Bosch

Tomás se acerca con una sonrisa pacífica a María.

-Mi señora, ¿hay un fuego? ¿Dónde?

Se muestra distante, como si no quisiera acercarse a ella. No huele humo, así que a lo que le huele esto es... a chamusquina.

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02/07/2009, 08:31
María Somontano

María ve llegar a Tomás con la espada desenvainada, y se aleja algo de él, en un movimiento casi inconsciente. Es inequívoco el por qué, sin embargo: le tiene miedo.

-El.... aire.... lleva hedor de fuego, ¿no oléis...? ¿qué hacéis aquí? ¿Venís a pedir socorro? ¿Habéis luchado...?

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02/07/2009, 13:05
Tomás Bosch


-Yo no huelo nada, mi señora. Perdonad por la espada
-dice haciendo un gesto despreocupado con la empuñadura-, pero no sabía que erais vos y ya he tenido que comprobar lo hostiles que son las cosas aquí fuera.

Señala a la puerta.

Las otras también están cerradas, mi señora. Deberíamos refugiarnos en el claustro, a falta de otro lugar. Quizá así podamos tramar un plan para salir del monasterio. Yo al menos voy para allá. Y pretendo ir antes de que me encuentren esos conversos, que tan perniciosos me parecen.

Se gira sin esperarla y camina hacia el claustro con despreocupación.

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02/07/2009, 13:29
Director

Un golpe se escucha tras la puerta de la iglesia, seguido de un chirrido. La gran lama de madera comienza a abrirse pesadamente y del interior llegan, aún más claros si cabe, los extraños cánticos de los monjes y el olor a cera quemada.

El rostro asustado de un joven monje aparece por la rendija.

- Rápido, señora, entrad...

Notas de juego

Tomás, observas la escena justo cuando decides darte la vuelta y marcharte, así que puedes actuar en consecuencia.

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02/07/2009, 20:34
Tomás Bosch

Tomás no lo duda un segundo.

-Mi señora, acompañadme
-dice, tomándola del brazo como escolta suyo que es.

Sigue al monje por la puerta entreabierta, llevando consigo a María.

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02/07/2009, 21:10
Abraham

Notas de juego

Yo sigo la iniciativa de Hicham y le ayudo en lo que pueda, realmente no considero que esté ni para pensar ni para discutir nada.

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02/07/2009, 21:37
María Somontano

Por fin los esfuerzos y las súplicas han dado su resultado, y las pesadas puertas se abren dejando ver a un joven monje que, asustado, insta a María a que entre. Ésta no lo piensa un segundo, y empieza ya a entrar cuando su escolta, que había empezado a marcharse, regresa y tomándola del brazo cambia de idea en el último momento.

-Gracias, Hermano, no sabéis cuánto miedo he pasado...!

 

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04/07/2009, 08:06
Hicham

Notas de juego

Nos metemos en mi habitación (tengo cosas importantes que proteger). Cerramos la habitación con (llave?) o con la tranca de madera y con alguna cómoda o algo similar. Al pobre de Abraham lo tumbo en la cama.

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04/07/2009, 09:48
Director

El portón semiabierto de la iglesia se antoja como un oasis en mitad del desierto, como ver la linea de costa tras haber sobrevivido a un temporal. Tanto Tomás como María cruzan nerviosos el umbral y, en cuanto lo hacen, un par de novicios cierran la puerta tras ellos rápidamente y cruzan tras ella los maderos que sirven de cierre.

La iglesia sigue igual que María la recuerda. Los monjes de pie, en filas, con los ojos cerrados como en trance y cantando las extrañas melodías gregorianas que se llevan escuchando desde el principio de la noche. Los grandes velones y los múltiples candelabros que iluminan tímidamente el interior de la iglesia ya presentan largos chorretones de cera derretida pero aún tienen mecha para bastante rato.

Algunos de los monjes se giraron tras la entrada de la pareja, pero ahora, una vez cerrada la puerta otra vez y visto que en principio no había demasiado peligro, siguen con sus cánticos. Los únicos que parecen estar pendientes de ellos son los dos novicios, quienes observan, algo nerviosos a María y, sobretodo, a Tomás quien, a la luz de las velas tiene un aspecto realmente inquietante al que ayudan bastante las ropas manchadas de algo que parece sangre.

Finalmente, uno de los dos parece reunir las suficientes fuerzas como para preguntar.

- Y... ¿qué está pasando ahí afuera?, ¿qué se está quemando?

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04/07/2009, 10:00
Director

Con toda la rapidez que las heridas piernas de Abraham les permiten, los dos conversos suben las escaleras en dirección a la supuesta seguridad de las celdas para peregrinos. Sin mayor problema alcanzan la celda de Hicham, entran en su interior y el moro se encarga de atrancarla con el madero y mover un par de muebles para colocarlos detrás.

Abraham, tras echar una mano con los muebles a Hicham, decide recostarse en el jergón e intentar moverse lo menos posible, pues cada movimiento llena su cuerpo de un dolor intenso e insoportable.

Mientras todo eso ocurre, ambos son capaces de seguir escuchando al otro lado de la puerta golpes, gemidos y sonidos de pasos subiendo las escaleras.

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04/07/2009, 11:40
María Somontano

-No... no lo sé.... cae.... ¡azufre! cae... azufre de los Cielos, Hermano.... Dios tenga piedad de todos nosotros...

María balbucea en voz baja, jadeando por el miedo y el esfuerzo, intentando serenar su ánimo.

-¡Sara...! Sara ha sido herida, y unos peregrinos... ¡Santo Cielo! El peregrino estaba fuera de sí... y nos atacó... parecía... que hubiera enloquecido... ¡el demonio estaba en sus ojos!

Y se persigna con pavor, sin dejar de hablar, intentando explicarse.

-Hay más personas indefensas ahí fuera... más... heridos. Gonzalo, y los conversos... ¡hay que protegerles! No sé quien... está... afectado por ese mal, ¡Jesús Bendito! Esto es... diabólico...

 

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04/07/2009, 16:08
Abraham

Notas de juego

¿Los gemidos y demás son identificables? ¿Dicen algo?

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05/07/2009, 09:28
Director

Notas de juego

Cita:

¿Los gemidos y demás son identificables? ¿Dicen algo?

* Cereeeeebros, cereeeebros....

XDD

No, en realidad no son palabras sino simplemente eso, gemidos, como sonidos de esfuerzo o de dolor.

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05/07/2009, 16:55
Abraham

Notas de juego

Pero si son de alguna voz que conozcamos, algo gutural y maligno o los monjes rezando...

¿A qué se parecen?

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05/07/2009, 21:30
Tomás Bosch

La visión de los monjes entonando aquellos extraños cánticos hace que Tomás se sienta ligeramente sobrecogido, a causa de la inmensa concentración y devoción que muestran. Sin embargo, esta escena es mucho mejor que las que ha tenido que presenciar fuera, lo cual hace que, por primera vez en la noche, respire conf tranquilidad. Envaina lentamente la espada, para que nadie se sienta ofendido o intimidado.

-Creo, mi señora, que Gonzalo vendrá hacia aquí tan pronto como lo necesite. Es lógico pensar que os buscará aquí, ya que por sí mismo ha comprobado que este es el lugar más seguro del monasterio. Respecto a los peregrinos, no sé si es recomendable atraerlos hacia nosotros -baja un poco la voz en ademán revelador-. Creo que nos han intentado envenenar, ya que los tres peregrinos cristianos nos hemos encontrado enfermos hoy, y ellos no lo son. Además el morisco porta unos mejunjes muy extraños, y el judío ha estado hablando con él a nuestras espaldas.

Se gira a los novicios, y esta vez les habla directamente.

-Lo que ocurre ahí fuera es un infierno desatado. Uno de los peregrinos intentaba escapar del monasterio cuando la muralla se transmutó en un ente demoníaco, le tocó y le poseyó. Yo intenté socorrerlo, pero le creí muerto, y de repente se levantó e intentó atacarme. Ha habido ahí fuera una lucha encarnizada, pero creo que por fin ese súcubo ha perecido -me santiguo-. Si me permitís, querría acomodar a mi señora, hoy ha tenido muchas calamidades que vivir. Sólo una pregunta: ¿qué extraño ritual llevan a cabo vuestros superiores? ¿A qué santo patrón honráis? Si no me equivoco, hoy no es la festividad del Santo Gabriel.