Partida Rol por web

Julian se agacha en medio del pasillo para observar sin ser visto cuando su mirada parece tornarse un tanto sorprendida, al momento un hombre sale de la habitacion. Es un marinero armado con un winchester 73 cal .44 que os mira tambien sobresaltado, sin duda alertado por el ruido alli fuera.

-Que!!! Quienes son ustedes! que hacen aqui??

Parece nervioso, como si temiese que le fueseis a agredir y os apunta con el arma mientras retrocede un par de pasos.

Trabajas un buen rato con la niña y su madre (que se muestra muy agradecida, la verdad), pero antes de que puedas proseguir con mas clientes escuchas un ruido y ves un marinero que entra corriendo por el salon. No te habias dado cuenta pero el Capitan esta en una de las mesas. El marinero llega hasta el y habla, en un principio demasiado alto:

- Ca... Capitan! ha habido disparos en la sala de maquinas y Dish a matado a...

Ante el gesto severo del Capitan el marinero baja mucho la voz y susurra con el viejo "lobo de mar"... ya no puedes escuchar nada mas. Al momento el marinero sale por la otra puerta de la sala y el Capitan se coloca la gorra y empieza a seguir sus pasos.

Forcejeais y le logras alcanzar un directo al estomago que lanza al marinero al suelo un tanto aturdido pero con tal suerte que este, aun atolondrado, alcanza el rifle del suelo y te apunta para dispararte.

-Es MI camarote. Y tiene un segundo para bajar ese rifle o me veré obligado a dar parte de su conducta al alguacil.- amenaza visiblemente molesto y con voz autoritaria.

-"El séptimo de caballería" llega tarde, como siempre. Alguien ha agredido a mi prometida y no voy a consentir que eso vuelva a ocurrir. Si ustedes no son capaces de garantizar la seguridad del pasaje, habrá que tomar cartas en el asunto. A partir de ahora, voy a llevar mi revolver encima en todo momento. Se lo puede decir a Santos. Si tiene algún problema con ello, que venga a hablar conmigo. A mis abogados les encantará arruinar su carrera... - la cínica sonrisa de Julián brilla en todo su esplendor, y sus educadas pero duras palabras están cargadas de veneno.

El marinero, sin duda uno de los encargados de seguridad del navio, no sabe muy bien ni donde meterse pero su cara cambia drasticamente como si de un niño se tratase.

- Pe.. pero se... Señor, yo... solo... el camarote esta... estaba... Llamare a Santos para que hable con el, Señor...

Se aleja cabizbajo sin miraros a los ojos a ninguno de los dos saliendo del camarote y andando hacia la parte de proa del barco.

Marie espera a la entrada del camarote sin adentrase en su interio, pero pudiendo ver lo que allí ocurre. Institivamente, la mujer da un paso hacia atrás al ver aparecer al marinero. Su miedo se transforma en perplejidad cuando escucha la conversación entre él y el caballero.

La mujer entra en el camarote despacio, se aproxima a Julián y le agarra del brazo. ¿Mi prometida? se pregunta para sí misma mientras se le dibuja una débil sonrisa en los labios.

El desconocido parece irse asustado, y de nuevo, se quedan solos ante el desolado espectáculo. -Ha estado fantástico -le dice a Julián mirándole a los ojos.

-Lo sé.- responde entre orgulloso y divertido.- Pero con Santos no resultará tan fácil.
Parece resistirse a apartar su mirada de los profundamente oscuros y cautivadores ojos de Marie pero, finalmente, dirige su atención al camarote. Va directo al cajón de la mesita, comprobando por el camino si le han revuelto mucho la estancia.

-Ha llegado el momento de coger al toro por los cuernos, si me permite el símil taurino. Voy a hacer una visita de cortesía a cierto caballero tuerto. Creo que se está aprovechando de la infamia de Dish para hacer y deshacer sin que las sospechas recaigan sobre él. De camino pasaremos a ver al médico.

veo la escopeta en sus manos y lo unico que hago es levantarlas y agachar mi cabeza

tu ganaste perdon estaba asustado has lo que quieras con migo

veo directamente a sus ojos viendo si es capas de disparar o esta dudando

que haras con migo

Observas como al ser mas lento el rifle, podrias acabar con el (o intentarlo) facilmente.

Te mira nervioso desde el suelo.

- Santos querra verte... debes ser "juzgado" por tus crimenes...

Duda, seguramente no se atreveria a dispararte, es solo un marinero...

... Escuchas ruidos lejos que parecen acercarse.

Encuentras el peacemaker entre todo el desorden de tu camarote. Esta mas que revuelto, como si alguien buscase desesperadamente algo que no logra encontrar.

Levanta con satisfacción el enorme revolver y comprueba las balas abriendo el tambor y volviéndolo a cerrar, acto seguido, con un rápido giro de muñeca. Sin más florituras, lo coloca en su cinto y devuelve a Marie el Derringer.

-¿Buscaban oro? - formula la pregunta de manera retórica y con una expresión maliciosa en el rostro- Puede que encuentren un metal menos noble... - dos palmaditas sobre la culata rubrican su broma.

-¿Nos vamos? Ya recogeré todo ésto más tarde.

Marie extiende una mano temblorosa para agarrar el revolver que le tiende Julián, pero al notar el frio tacto sobre su piel, su peso, su fuerza... una extraña fortaleza le recorre el cuerpo y sujeta el revolver con aplomo. Sin vacilar, lo guarda en su costado de forma que pase desapercibido.

Antes de salir, recorre la habitación con la mirada una última vez y agarra de nuevo a Julián por el brazo. -Sí, no vendría mal un poco de limpieza, sobre todo si pretende traer visita... -dice bromeando, intentando quitar tensión al ambiente. Se nota que el revolver que ahora la acompaña le procura tranquilidad

Abandonais el camarote ya armados ante el sinuoso sonido del barco. Ya es casi medio dia y el ir y venir de pasajeros se hace bastante patente en las cubiertas del barco tanto exteriores como en los niveles que corresponden a pasajeros.

Con tranquilidad llegais hasta el exterior y veis que se prepara una tormenta que ya ruge en el cielo; apenas os quedaran unas horas para llegar a las Canarias pero sin duda el viaje sera mas movidito de lo que llegasteis a pensar en un primer momento.

Echais un ojo mientras las primeras gotas, finas pero insistentes, empiezan a resbalar sobre vuestras ropas y os dais cuenta tan solo de la que gente se ha refugiado con rapidez en la sala del comedor a la espera de saciar su buche y descansar del bamboleo del barco que ya empieza a notarse mas pronunciado.

Por mucho que se esfuerce en disimularlo, Julián empieza a marearse. La palidez de su rostro corrobora que es su primer viaje en barco y no está acostumbrado a caminar sobre un suelo tan poco estable.

Sin embargo, antepone la galantería al mareo y se quita la chaqueta protegiendo con ella a Marie y evitando que se moje mientras abandonan la cubierta para ponerse a salvo de la lluvia.

-Parece que hoy no vamos a poder disfrutar de la famosa luz de las Canarias. - dice mientras la lluvia le empieza a empapar el cabello, oscureciéndolo - En fin, si algo nos sobra en Andalucía es el sol.

Aunque por sus referencias al tiempo pueda parecer que está relajado, dirige miradas furtivas a su alrededor de vez en cuando.

veo directamente a sus ojos me paro lentamente

calma no hare nada tu ganas

intento ver si titubea para quitarle el arma

-Gracias -responde amablemente al notar la chaqueta de Julián sobre sus hombros. En verdad le reconfortaba.

La lluvia empieza a mojar su cara haciendo que la mujer se resienta un poco. -Preferiría que siguiera sobrando, sinceramente... -dice algo apesadumbrada al ver el temporal.

Marie mira al caballero, de quien sigue agarrada del brazo y nota cierto malestar en su semblante. -¿Se encuentra bien, Julián? Tal vez sea mejor ir a otro lugar más tranquilo.

Le tranquilizas levemente y acto seguido intentas arrebatarle el arma pero tu intencion no es lo suficientemente rapida y el marinero dispara.
El tiro te impacta en el hombro de refilon... por suerte, pero hace que los pasos que se acercan sean mas fuertes y se aceleren sin darte demasiado tiempo.

Retrocedes por el impacto del balazo y chocas contra los tubos de detras aun con tu arma en la mano y el marinero dispuesto a volver a dispararte (parece ser que se ha liberado su presion y ya no atendera a razones). Apenas tienes un segundo para actuar... rapido!

Ojalá acaben pronto con ese Dish. Pero de todas maneras tengo que asegurarme.

Tras hacer las fotografías, ya he ganado suficiente dinero como para pagarme la comida. Va siendo hora de poner en marcha mi plan. Lo primero será ir a la cocina y recoger un trozo de limón y lo segundo buscar a Dish. Claro que es imposible que Dish continúe en la sala de máquinas, a no ser que sea muy estúpido. Curiosamente, eso es lo que ha demostrado hasta ahora, así que tal vez esté en la sala de máquinas.

Crawford recoge sus bártulos y camina con parsimonia por el salón en dirección a la cocina mientras se toca el estómago en una patética actuación para demostrar que tiene hambre.

Terminas un largo trabajo en el comedor justo cuando mas gente hay. Parece, segun los que van llegando a la sala, que se esta desencadenando una tormenta que va a hacer que el viaje sea mas movidito aun.

Con este pensamiento nada reconfortante en tu cabeza decides recoger y te diriges hacia la cocina del barco pero, antes de que salgas de la sala, te das cuenta de que en una mesa sin recoger de la misma, hay un limon a medio usar que te sera de igual utilidad para tus propositos... aun asi llevas todos tus bartulos y equipo por lo que desplazarte con ellos por el barco sera harto dificil.