Partida Rol por web

Crawford recoge el trozo de limón, lo envuelve en una pequeña servilleta para no mancharse y se lo guarda en el bolsillo. Mira a su alrededor y sonríe. Parece un actor de mimo, haciendo gestos que indican que tiene hambre y sueño.

Se carga los bártulos a la espalda y se dirige a su camarote. Lo mejor será dejarlos sobre seguro.
Por supuesto antes de entrar en el camarote, revisa si el hilo que coloca siempre que sale está en su sitio. Si se ha movido, no entra.

-Sí, no es nada.- resta importancia a su mareo mientras se pasa la mano por el cabello, apartándolo de su rostro- Pero si no queremos coger un buen catarro, más nos vale entrar. ¿Dónde prefiere ir?

Llegas cargado de bartulos y demas al pasillo que da a tu camarote y encuentras la puerta abierta de par en par sin ninguna luz que salga de su interior y claros signos de que alguien ha entrado dentro... es mas, dirias que un toro parece ser el causante dado el aspecto de la entrada al mismo pero no logras obtener fuerzas para acercarte mas y mirar el interior.

De repente te parece escuchar una conversacion mas alla del pasillo, cerca de su salida a cubierta... parece una pareja y te parece reconocer algo las voces...

La mujer finge no notar nada extraño en su acompañante y simula tranquilidad. -¿Qué le parece volver a nuestra pequeña mesa de la sala de juego? Aunque... si se ha quedado con hambre podemos volver al comedor. Responde mientras sigue caminando hacia el interior.

-No, al comedor mejor no. No podría probar bocado... ¡Al diablo! - exclama sonriendo - Estoy mareado. Ríase, ríase si quiere. No sabe como le envidio por ser capaz de no inmutarse con este maldito vaivén. Podría cabalgar durante días sin proferir una sola queja, pero ésto me supera.

Julián se apoya en la pared y respira profundamente, mostrando con claridad su estado.

-Por lo menos, ya no tengo que disimular. Es usted un peligro, me está haciendo bajar la guardia y parecer humano. - le dice inclinando ligeramente la cabeza y enarcando una ceja. - Venga, el poker nos llama.

despues de impactarme contra el hombre no lo dudo y disparo mi arma hacia su hombro para que suelte el arma

Marie trata de esconder su risa al escuchar la confesión de Julián. -Vamos señorito, cualquiera podría pensar que bajo ese traje existe un cuerpo humano... -bromea con cierta ironía y luego reanuda su marcha hacia el salón de juego.

-Alguien me dijo una vez que mostrar las debilidades propias es una invitación para que otros se aprovechen de ellas. Hasta ahora, me ha ido razonablemente bien siguiendo ese consejo. - dice algo más serio, como si se arrepitiese ligeramente de haber confesado - Pero como le decía, tiene usted algo que me empuja a ser sincero. Quizá sean las extrañas circustancias en las que nos hemos conocido. Quizá sea su manera de mirar...- añade sin desaprovechar la oportunidad de piropear a Marie.

-Quiere decir... que mi forma de mirar... le intimida, tal vez le incomoda... -dice Marie con voz sugerente, mirándole a los ojos de forma sensual mientras se acerca ligeramente a su rostro. Hace una pequeña pausa en la que mantienen las miradas y al momento se separa de él-. Serán las extrañas circunstancias, ¿no cree? -dice con una ligera sonrisa algo juguetona.
¡Hombres...! piensa para sus adentros mientras repite las palabras del caballero: " tiene usted algo que me empuja a ser sincero". Es extraño, pero algo parecido le sucedía a ella; Julián le transmitía la calma que necesitaba para sentirse bien en esa trampa flotante...

Tu disparo, pese al balazo recibido, impacta de lleno en su objetivo atravesando el hombro de parte a parte y derribando al marinero que pierde el arma de las manos.

De repente los pasos se detienen y por la abertura de la sala de maquinas en frente tuyo aparece otro marinero armado con un revolver que, nada mas verte, dispara sobre ti.

La bala te pasa rozando e impacta en el tubo tras de ti con un silbido metalico mientras que el marinero caido se retuerce de dolor y se aparta hacia el arma del suelo... estas en clara desventaja...

Avanzais por el pasillo del barco sintiendo mas y mas fuerte el baiben de las olas contra el casco del mismo hasta que, en un recodo, veis un camarote abierto y una extraña mancha rojiza-parduzca que sale de el. Parece que su interior esta a oscuras y no creeis reconocer el mismo ni a quien pueda pertenecer...

mierda que mas me puede pasar este no es mi dia

ointento esconderme en algun lugar como donde estaba antes de atacar al marinero y mejor aun si voy por donde esta el revolver

no quiero tener problemas y no disparen el intento matarme

grito intententando ganar tiempo para apuntar bien

solo quiero estar tranquilo

Llegas a tu cobertura detras de los tubos con el tiro aun doliendote en el cuerpo mientras que el marinero recien llegado se cubre en el umbral de la puerta y cubre a su compañero que se arrastra con el rifle hasta llegar donde el y desaparecer tras el muro.

- Rindete asesino!! Se te busca por el asesinato de un pasajero. Rindete o te coseremos a balazos!!

-Esto intimida menos cuando uno va armado, ¿verdad? - le susurra a Marie. Julián desenfunda, amartilla el revolver y se queda en el pasillo, apuntando a la puerta del camarote.

yo no tuve nada que ver tambien tu amigo fue el que empeso a disparar no tuve nada que ver por lo que me culpan hago una breve pausa para dar un respiro
no quiero herirte por favor dejame ir y no te hare daño

- Irte?? y donde vas a huir rata??? Estas en un barco!! hasta que no hables con Santos no podras salir de esta nuez!! entendido??

Te espetan desde su cobertura, manteniendote a raya con sus armas apuntando.

Por detras, mas alla de la sala donde estais y las escaleras que descienden, tambien te parece oir ruido como si mas marineros te estuvieran cercando como a un vulgar polizonte.

Instintivamente, Marie lleva la mano hasta su arma y la saca con cuidado mientras susurra, no, otra vez no... Antes de acercarse más, la mujer se para y permanece quita, con las manos temblorosas, una de las cuales sujeta su pistola.

-La víctima no importa demasiado, pero no hay duda de que nuestro hombre ha estado aquí. Si es que se ha marchado...- avanza muy despacio hacia la puerta, atento a cualquier sonido o movimiento tanto dentro como fuera del camarote. El mareo parece haberse esfumado de repente.