Partida Rol por web

¿Aventureros tal vez? ¿Qué estarán haciendo aquí? Solo hay una forma de averiguarlo... Me acerco al variopinto grupo de gente, caminando firme y mostrándome seguro de mi mismo. No se cuales son sus intenciones pero si me escondo entre los bancos y me descubren espiándoles, tal vez me tomen por alguien peligroso y me vea envuelto en problemas. Buenos días señores. Permitanme que me presente, soy Ander Ventormenta. Encantado de conocerles.

Fuera lo que fuera, Darvin tenía la sensación que ese libro tenía un papel muy importante en todo aquello. No estaba seguro pero toda aquella información lo abrumaba. En esos tiempos la Urdimbre Salvaje cubría casi toda Faerum y tener control absoluto de la urdimbre era pretencioso y peligroso.

El viejo toma bruscamente el cetro que le tiende el elfo.

-¡Ah! Perfecto, esto ya es otra cosa. Te da miedo la oscuridad ¿eh, elfito?-

Tras descender un par de peldaños, observa como el camino desciende frente a él. Exhala una bocanada de aire y la suelta.

-¡ECOOOOOO!-

Su voz resuena por el pasillo y la oscuridad le devuelve la misma palabra, lo que dibuja una sonrisa en su rostro. Se gira hacia sus compañeros.

-No os lo vais a creer, ¡Ahí abajo hay alguien que dice las mismas tonterías que yo!- Observa que el equipo duda -¿Bueno qué?¿Bajamos?-

Sin esperar contestación, sigue bajando los peldaños.

 Dejo el libro donde estaba, no me apetece nada seguir leyéndolo. Con precaución, miro a mi alrededor, a ver si hay algo más, aparte de la mesa del libro y el portal...

 En caso de no encontrar nada, examinaría el portal, que sin duda sería la manera de salir de aquí...

Mientras el anciano se dispone a bajar las escaleras, lo que parece un humano se ha dirigido hacia vosotros. Buenos días señores. Permitanme que me presente, soy Ander Ventormenta. Encantado de conocerles.Esas habían sido sus palabras.

La aparición del joven pilla tan de sorpresa al anciano que profiere un sonoro grito, dejando que el báculo de luz resbale entre sus manos, cayendo contra el suelo y golpeando sonoramente la piedra mientras el instrumento se pierde escaleras abajo.

-¡Por el amor de los dioses que susto me ha dado!- El viejo se gira y avanza hasta el recién aparecido observándolo amenazadoramente. -¿Pero estas tonto o qué? Aparecer así, tan de repente. ¡Podrías haber asustado a alguien!- Mientras dice eso, señala con el dedo al elfo -Además, sorprendernos así en un sitio inhóspito cuando estábamos en medio de... de...-

Su expresión se torna dubitativa y busca con la mirada a su encapuchado compañero

-¿Por qué estábamos aquí?- Al no encontrar respuesta obvia, sacude la cabeza -En fin, un placer Jory Ardeascuas, soy Flint el impávido y aquí unos admiradores.- Le tiende la mano al extraño

- Lo siento, no era mi intención asustarles. Le ruego me disculpe mi intromisión, señor Finn el pasivo - le contesto al extraño hombrecillo, que alegremente acababa de cambiarme el nombre, mientras le estrecho la mano - He querido presentarme ante ustedes precisamente para no asustarles. No me parecía correcto esconderme entre los bancos y permanecer alerta para ver lo que estaban haciendo aquí. Que por cierto, si no es mucha molestia, ¿qué trae a un grupo tan variopinto a un lugar como este? - pregunto a los demás que permanecían callados.

Lombert se había quedado en silencio, dejando que el nuevo personaje se presentase. Sinuosamente dejo que su mano diestra se posase en la empuñadura de su daga sin dejar de clavar su mirada en el  recién llegado.

- Lo mismo podríamos preguntarte, "Ventormenta".- respondió secamente el muchacho, mientras se ponía a la altura de su anciano compañero.- ¿ O no te resulta extraño vagar por un templo ruinoso (o por lo menos ami me lo parece) y presentarse como si fuéramos conocidos de toda la vida?.-

Poso su mano izquierda sobre el hombro de su compañero ,al que le había cogido cierto cariño, para  hacerle saber que estaba a su lado. 

- ¿ Acaso eres uno de esos oportunistas que intenta aprovecharse de un grupo de incautos con el fin de agenciarse sus pocas cosas de valor?- desenvaino su daga y apuntó con ella al recién llegado:- hablad y decid la verdad, pues no dudare en usar mi daga para moveros la lengua.-

Arqueo una ceja y no puedo evitar quedarme estupefacto ante la hostilidad del muchacho que se me acerca. Al sacar su daga y apuntarme con ella, alzo mis manos desnudas, para que vea que no supongo un peligro - Si fuéramos conocidos de toda la vida, sobrarían las presentaciones, no? - no puedo evitar hacer el comentario gracioso, tal vez por el nerviosismo de ver una daga apuntando hacia mí - Y si quisiera aprovecharme de vosotros para sacaros vuestras escasas posesiones, ¿acaso crees que me habría presentado aquí tan alegremente? No se vosotros pero yo he venido en busca de una extraña planta que crece por esta región, en lugares como cuevas o... templos en ruinas como este donde la vegetación y la maleza se abren paso de forma salvaje. Con esa planta se puede preparar un antídoto para un amigo mío que ha caído enfermo. - el tono de mi respuesta es serio, tan serio como es el asunto que me ha traído hasta aquí.

El anciano escucha al recién llegado, asintiendo ante sus aclaraciones para demostrar que no viene con aviesas intenciones. Lo cierto es que su motivo es noble, muy noble. Desgraciadamente no pueden dejarle bajar.

-Su misión es encomiable caballero, pero mucho me temo que no vamos a poder dejarle bajar. Permítame que me explique. Somos unos enviados del gobierno del reino, departamento de edificación y conservación de antiguos edificios. Hemos sido informados del ruinoso estado de esta iglesia y estamos aquí para comprobar el estado de los cimientos, que viendo como está esto, no creo que sea bueno. Por su seguridad, mucho me temo que tengamos que clausurar el paso hasta que nuestros arquitectos elaboren un informe favorable.-

El viejo camina y posa su mano en el hombro del extraño.

-Siento mucho lo de su amigo, pero entenderá que en este caso, no podemos hacer gran cosa. ¿Ha probado a darle brebaje enano? Dicen que resucitaría un muerto. Pero me estoy distrayendo y tenemos mucho trabajo.- Se gira hacia sus acompañantes –Caballeros, si disponen a bien, creo que podríamos continuar la inspección. el capitol parece estar un poco combado-

Lo que sorprende a todos los presentes no es la ingente cantidad de tonterías que había dicho, sino que en el rostro del anciano pueden ver que esta absolutamente convencido de que es verdad.

-Menudo tiempo loco ¿eh?-

Sin cambiar su mueca de desconfianza, Lombret  enfundó su daga una vez mas, mientras su anciano compañero  soltaba una retahila de argumentos algo dispares. Manteniendo su mirada sobre el recién llegado, comentó::

- Si, abuelo, un tiempo de locos..- avanzó unos pasos hasta la abertura que habían descubierto bajo la estatua:- Aunque no han sido las palabras mas acertadas, bien es cierto que lo que nos aguarda en el interior no es un paseo por los pastos de Igverna.-

Lanzando una mirada desafiante, continuó: -¿ Estaríais dispuesto de sacrificaros para salvar a vuestro amigo?, Si es así, no veo inconveniente que bajéis con nosotros; siempre y cuando no entorpezcas nuestro cometido.- Su cara torno seria mientra finalizaba:- y es menor que no sepáis nuestro cometido, así que podéis  evitar preguntarlo.-

El portal era de dos metros de altura y estaba adornada con piedras parecidas a la cubierta del libro que Darvin había depositado sobre la mesa. Unas pequeñas escalinatas descendía de él y llegaba al suelo empedrado cubierto por el polvo del tiempo. Los escalones estaban igual de sucio que el resto de la cámara. Observando con detenimiento descubres que sobre el arco hay inscripciones rúnicas que el mago desconoce, aunque el alfabeto es Thorass y también está grabado con una figura geométrica similar al artefacto. El interior del portal ilumina el antro con una luminiscencia amarilla y éste es el motivo del porqué hay luz en el interior de aquel agujero olvidado. Parece que el portal es de un sentido y el mago se teme que tendrá que buscar otra salida aparentemente inexistente.

Darvin con gran maestría toma un candelabro apagado y con un gesto de dedos se enciende. Comienza a rebuscar en ese antro, parece ser una especie de cámara oculta y carece de puerta y ventana alguna. Sin embargo el mago le dedica tiempo a inspeccionar cada centímetro de aquellas paredes desnudas y no pasa desapercibido una pequeña corriente de aire que le hace sospechar de una pared falsa. Tras unos diez minutos más el mago de Aguas Profundas consigue activar el mecanismo, una piedra suelta ingeniosamente camuflada hace activar la pared que se abre hacia fuera pero se interrumpe su apertura pues algo hay en el otro lado que impide la apertura, el mecanismo se invierte para cerrarse de nuevo. Darvin con rapidez consigue salir por la abertura y sale de aquel claustofóbico lugar.

 Con el candelabro iluminando mi camino, gracias a mi magia, doy un paso adelante y me dispongo, con precaución, a ir por el pasadizo secreto, esperando que me lleve a una salida...

Es tal tu sorpresa cuando ves lo que hay detrás. Parece una capilla abandonada, con una hilera de bancos desordenados y podridos, pero el altar está movido de sitio y ese es el problema de que la puerta secreta no se abriera en su totalidad. Pero el lugar no está abandonado del todo.
Junto a lo que parecen unas escaleras donde antes había estado el altar ocultándolas, hay un anciano de túnica raída blanca con barba poblado y junto a él un elfo de elegantes ropajes. Un poco más alejado un humano con capucha negro, un cambiante de aspecto feroz y una hermosa mujer con ropajes extraños, como si no fueran de este mundo. Más allá del humano de la capucha hay otro humano, no podía ser, era...Ander Ventormenta ¡tu amigo!.

De repente, un mecanismo interrumpe la conversación. Puede oírse un chirrido y un mecanismo mientras una sección de la pared frente al altar se abre. Parece que es una puerta secreta pero nadie la ha activado. El panel se abre y choca contra el altar que había sido movido para revelar las escaleras ocultas, entonces el mecanismo se revierte y el panel comienza a retroceder para volver a su situación original. Antes de que éste terminara su recorrido una figura emerge de la abertura y aparece dentro de vuestra visión. Parece un humano con ropajes oscuras que clava su mirada sobre vosotros. Parece tan sorprendido por vuestra presencia como vosotros la de él. Entonces los ojos del desconocido se detienen en el desconocido que se ha presentado como Ander Ventormenta y lanza una exclamación de sorpresa.

Ante tus ojos surge de la abertura Darvin Dracopardo y fija su mirada en tí, está claro que está sorprendido de tu presencia tanto como tú de la suya.

 Miré a todo el mundo, sorprendido:

 - Hola... ¿Que tal?. Un buen lugar para dar un paseo, ¿cierto?.

 Esto era realmente raro, ¿quien era esta gente?. ¿Y que hacia Ander con ellos?.

- ¡Darvin! ¿Ya se te ha pasado el mosqueo, señorito "yo necesito comer bien"? - le pregunto en tono burlón. Seguidamente observo más detenidamente, como buscando a alguien - ¿Y Mara, no estaba contigo?