Partida Rol por web

El maldito piel verde me alcanzó con su flecha en el hombro, justo cuando disparaba yo mi ballesta contra él. Un dolor lacerante recorrió mi cuerpo, poniendo todos mis sentidos alerta. El pulso se me aceleró y noté la energía mágica bullir dentro de mí. Con la ballesta en mi mano izquierda, levanté la derecha señalando al pequeño ser y pronuncié unas palabras arcanas. Un rayo luminoso de color azul salió a su encuentro. Tenía la intención de congelarle para la eternidad...

El flechazo del hechicero queda clavado en el trasgoide,  mientras el guerrero llega a  melee.

Mientras,  la druida se transforma en una araña gigante,  al saltar del caballo y caminando por la ladera de la montaña, avanza la mitad de su movimiento. 

Aramin,  por su parte,  se baja del caballo en el que está,  e intenta retomar las riendas del otro caballo,  aunque el caballo empieza a correr asustado. 

Lasar,  preparado para la acción,  invoca un rayo de energías azules desde su cuerpo,  y una especie de rayo,  concentra el agua alrededor del Haz de luz azul el cual,  mientras avanza hacia el goblin se va cristalizando hasta transformarse en su punta en una especie de lanza de hielo,  la cual impacta al trasgo, haciéndole un forado en el hombro impresionante,  haciendo que el trasgo se gire  sobre si mismo y caiga al piso muerto. 

La araña Panacea se movió con su 8 veloces patas sobre la pared del acantilado para llegar sin problema hasta donde estaba aquel goblin que había disparado la flecha. 

Al llegar allá, se alzó imponenete sobre sus cuatro patas traseras y se dejó caer entera, con los colmillos dripeando de veneno sobre la suave carne del verde defensor .    

El golpe fue demoledor.

En pocos segundos se desarrolló un combate contra lo que podía ser un vigía goblin que terminó fulminado por un ballestazo. Gael llegó hasta el lado del cuerpo, lo miró un segundo pero no más pues lo que hizo fue dar la vuelta de inmediato.

- El caballo, se nos va.

Tanto esfuerzo por conseguir la montura, ahora tras el susto había emprendido la huída pero por suerte Aramin trataba de controlarlo. Gael fue hacia el clérigo, mirando de pasada a Lasar creyendo que estaba bien a pesar de la herida.

El caballero pudo ver la otra montura en estado más calmo, montó para poder seguir al clérigo*

La pequeña refriega había terminado en segundos. Habíamos sido capaces de encargarnos del goblin rápidamente antes de que diera la voz de alarma, o eso esperábamos. Lo que estaba claro es que habría más pieles verdes por los alrededores, este sólo era un vigía. También, que íbamos por buen camino; estas criaturas seguramente estarían vigilando el camino hacia el tor.

Mientras Gael iba a por nuestro caballo, esperaba que lo alcanzara, me dirigí hacia el pequeño verde y hacia la espantosa araña en la que se había convertido Panacea. Me agaché y registré al goblin para ver si tenía algo de valor o que nos pudiera servir. También recuperé mi virote, no había por qué dejarlo aquí.

-"Grandiosa transformación pequeña, me ha dejado estupefacto... igual que a nuestra montura. A partir de aquí, habrá que ir con cuidado. Seguro que hay más vigías por los alrededores. ¿No podrías comunicarte con alguna ave amiga tuya y que te contara qué hay camino arriba?"

Mientras esperábamos a que volvieran Gael, Aramin y los caballos, volví a cargar la ballesta. Me puse detrás de la piedra donde se había agazapado el goblin y empecé a mirar por los alrededores por si venía alguien ajeno a nuestra comitiva.

-"Resguárdate Panacea. Esperaremos a que vengan nuestros compañeros con los caballos."

Por eso le pregunté que cuánto daño me había hecho. Jejejejeej

¿Cuánto daño me hizo la flecha? Para quitármelo. ¿O lleva usted la cuenta?

Entre Aramin y Gael recogen y afirman los caballos, y consiguen seguir el camino unos pies subiendo la pequeña colina que colinda por un lado con la montaña y al otro con el barranco que ya cae varios pies directo,  suponen,  al otro camino que llevaba cerca del rio. 

Llegan hasta la cima y varias cosas suceden en la mismos momentos.

La tormenta empeora y, a medida que rayos relampagueantes comienzan a golpear de las nubes al suelo , pedazos de granizo comienzan a estrellarse contra la tierra, la necesidad de refugio se vuelve obvia. Los granizos empiezan a aumentar en tamaño y un helado viento se levanta desde las montañas aledañas,  mucho mas alto de lo que están ustedes. 

Delante, a corta distancia, un gran colina con una forma peculiar se eleva desde el suelo, su forma iluminada por los rayos ocasionales. Parece rocoso y sólido, y aunque subirlo en este clima sería una locura, podría tener algún afloramiento que pudiera proveer refugio de la tormenta,  ya que pareciera que se ven aberturas.

La única otra alternativa es soportar el clima.

Déjenme ver.  

- Creo que sera mejor que busquemos refugio y esperemos que baje un poco la tormenta. Con granizos dudo que salgamos ilesos si tenemos que enfrentarnos a algo. Podríamos intentar subir un poco mas y buscar alguna saliente que permita acampar. 
señalo hacia la montaña donde podría haber algo que sirva para ese efecto. 
- Lasar. Estas bien del flechazo para aplicar una sanacion magica o esperamos y te estabilizo la herida cuando acampemos. 

La Druida, transformada en la araña gigante,  sube por la montaña buscando agujeros. Encuentra uno donde sólo puede llegar y cabe ella,  con las patas recogidas,  por tanto,  vuelve con el grupo. 

Desgraciadamente nadie le entiende en modo araña,  por tanto,  llegan a la parte superior todos juntos. 

(A la hora después, Panacea vuelve a ser ella,  a menos que decida antes volver a su forma normal!).

La tormenta arrecia y cada vez es más peligroso y difícil continuar la marcha. Hay que buscar refugio en seguida o puede que terminemos la aventura antes de empezarla.

-"Estoy bien Aramin, tranquilo. Creo que con un vendaje y un poco de descanso me recuperaré. De todas maneras, si quieres luego me echas un ojo, que eres más experto que yo en las heridas. Encontremos un refugio rápidamente y descansemos un rato. Cuando escampe un poco podemos continuar."

Según voy terminado mis últimas palabras, no muy convincentes, empiezo a marearme. Miro la flecha, aún clavada en mi hombro, y veo que brota más sangre que antes. Me apoyo en la pared y me siento.

-"Parece que me estoy mareando, estaré perdiendo bastante sangre. Habrá que sacarme la flecha aquí y taponar la herida."

El dolor se va intensificando por momentos. La vista se me nubla un poco, aunque no termino de quedar inconsciente...

La lluvia no tardó en convertirse en un inconveniente, al menos sucedió después de que pudieran acabar con el vigía y recuperar el caballo asustado. Ahora hubieron de alcanzar una de aquellas grutas para encontrar resguardo. Gael miró el interior y pensaba que podrían tomar una luz para ver si algo de interés esperaba entre la roca. Ese pensamiento tornó vanal del todo cuando el mago parecía sufrir de un mareo, razón por la que el caballero se acercó hasta él presto por si perdía la consciencia y caía a un lado desde la piedra que usaba como asiento.

Miró hacia el clérigo y la druida.

- Supongo entonces que sólo necesita esos vendajes y algo de descanso.

Dejó tal tarea para Aramin, imaginando que sería quien sanaría al viejo mago de excelente puntería.

Panacea, desarañada, revisó la herida.  Mmm, a ver a ver... creo que tengo un remedio por aquí en mi mochila. 

Creo que tenemos que trabajar el tema de comunicarme por gestos cuando esté convertida en algún animal.  Paquementiendan, pues.  -les dijo, coordinándose. 

Ahora bien, hay que saber quienes viven en esta cueva.  Si son animales, me los dejan en paz por favor.  Yo negocio nuestro espacio y refugio temporal aquí.   -dijo, tranquila, revisando al tiempo.

Nos apresuramos a llegar a refugio ayudando a Lasar en su andar. Una vez ahi comienzo a buscar en mis cosas lo necesario para tratar la herida

- estate quieto que puede doler un poco. Gael ve si puedes encender algo que ayude con la luz. 

Comienza a tratar la herida con cuidado mientras tarareo una tonada tranquilizante similar a una canción de cuna. Retiro con cuidado y esmero la flecha y una vez retirada inspecciono las ropas y la flecha buscando que no falte nada que pudo haber quedado en la herida. (Percepcion). Luego suturo la herida y la vendo apropiadamente. 
 

- Descansemos al menos una hora para que la herida asiente y cierre bien el sangrado. Ve si puedes mover libre las manos y brazo. Un mago sin poder hacer gestos no seria muy útil. Sino para ajustar el vendaje.