Partida Rol por web

Anonadado como todos los suyos a Matog se le cayo la mascara de complacencia que tenia hace cosa de unos minutos. El esperaba (tal ves mas que ningún otro) un viaje tranquio y sin incidentes a Berlín. Ahora habñia ocurrido una muerte que tal ves fuera homicidio.

Luego de escuchar al Capitan Stein, Silverg asiente silenciosamente con la cabeza dando a entender que la ordén será cumplida.

Saco la luger y dijo...

- Muy bien, no quiero que nadie se mueva de este vagón hasta que nosotros aclaremos esta situación ¿Esta claro? Ustedes señores Kassel si son tan amables tampoco. Walter ¿Hay alguién que acaso no se encuentre en el vagón comedor? De ser así vaya a buacarlos y traigalos aquí. Quiero a todos en un mismo lugar para poder vigilarlos bien... Strags, usted y yo vamos a vigilarlos y cuidar las salidas de este vagón.

Mmmm, ¿yo? Bueno no sé...mi padre era maquinista, sé cómo funciona en la teoría, no sé si podré, pero si es lo que desea así lo haré señor...lo del subfusil es una buena idea, pero debo asomarme a la locomotora, sino corremos riesgo de chocar contra otro tren o ganado u otras cosas más...confío en que me proteja, señor.

Denme tiempo para ver cómo funciona...y un cargador de más...por si acaso...

El alférez Berger se baja del vagón y gira sobre sus talones.

¿Qué hacemos con el cadáver?

La muerte del maquinista me sobreviene encima y me confirma mis sospechas, alguno de los italianos intenta apoderarse de la carga que transportamos a Berlín, imito al capitán Matog, saco la Luger.

¡Todo el mundo quieto! ¡Que nadie se mueva hasta que aclaremos la situación!

Cojo la copa de vino y me la bebo de un único y largo sorbo. Mal hecho, quizá alguien, la cocinera mismo, haya echado algo en la bebida, o en la comida, se la veía muy entusiasmada con el plato de pasta.

¿Se han fijado si alguno de los italianos no ha comido o bebido?

Ante la pregunta de Berger Hein solo puede encoger hombros.

Ni idea mi Capitan... ¿deberiamos meterlo en el vagon de equipajes? Tal vez haga de disuasion para el o los posibles traidores.

Vayamos cuanto antes con los demas... no es bueno dejarles dudar demasiado... solo se que nada de esto me gusta un pelo

Lo que más me sobrecoge no es la muerte del mauinista, espantosa por un lado, sino que inmediatamente nos acusen a nosotros, puede que incluso hayan sido ellos.

¿Acaso no saben quién soy?

¡No me apunten con eso! ¡Soy el Conde Emmanuel Aluccio! Sepan que exigiré explicaciones a sus superiores en cuanto lleguemos a Berlín. ¡Este paranoico acto no quedará impune! ¡Averigüen cómo ha muerto el maquinista y después saquen sus armas!

-Si, es una buena idea, teniente. Berger, si puede arrastre al maquinista hasta el interior, y luego vaya a familiarizarse con la maquina. Tenga, un cargador de repuesto.- Se saca uno del bolsillo y se lo da al alférez.

Miro al teniente, con seriedad. -Vamos con los demás. Hay que arrestar a todo el que no sea de las SS. Yo les interrogaré uno a uno y veré quien ha sido el responsable.- Dicho esto amartilla el MP40 y se dirige hacia el vagón restaurante. 

El capitán Stein y el teniente Senn entran en el vagón restaurante, el capitán porta en sus manos un subfusil MP40.

Capitán menos mal que está usted aquí, estos hombres nos están apuntando con sus armas y aún no sabemos por qué razón, dicen barbaridades y cosas sin sentido, mi marido y yo somos trabajadores en los trenes del Reich desde siempre, y no les conozco pero la mayoría de estas personas son ilustres italianos...

Hein entra en la sala, Lugger en mano junto al Capitan, pero sin apuntar a nadie.

Bien, las cosas se han puesto un poco "complicadas". El Capitan tiene algo que decirles a todos. Esperen a ello, se lo ruego.

- Algunos han comido y bebido Strags, particularmente las mujeres. Sin embargo TODOS se han ausentado al menos una ves de la mesa. So ha habido un asesinato, lo mas probable es que haya sido uno de ellos... Y señor Conde, se muy bien quién es usted pero de momento me importa muy poco. ¡HASTA QUE SE ACLARE LA SITUACiÓN VAN A HACER LO QUE DIGAMOS! ¿ESTA CLARO?

Matog estaba fuera de si, producto de la confusión y de sus liberalidades con la bebida. Estaba muy nervioso, rojo y sudaba profusamenente.

Un poco mas tranquilo agrego

- Ahora bien, sepa signore Conde que por ahora nos va tener que hacer caso... recuerde que si la República Social Fascista existe es porque nosotros permitimos que exista. Lo mismo va para usted Gario, así que le advierto que no me hable del Gran Consejo ni de su padre ni nada. Strags hagame el favor de mantnerlos separados y que no hablen mucho entre ellos. Esperemos que vuelva Stein a ver que nos tiene que decir.

Justo cuando termino la parrafada llego el teniente Senn.

- Muy bien Senn, justo lo que le decía a Strags. Esperemos.

Reuniendose con sus colegas (pero sin quitarle los ojos de encima a los italianos) le dijo muy por lo bajo, susurrando.

- Yo no quería creer que estas personas fueran a ser un problema, pero con esto... La verdad es que ustedes tenían razón. Fui muy indolente. Avisenme si vuelvo a bajar la guardía y esperemos a Stein y a Berger.

El capitán mira a Frau Kassel, con una mirada que realmente da miedo. Con el MP40 cargado y listo para disparar, apunta directamente al grupo de italianos. 

-Bien, las cosas están así. La cortesía ha acabado. Alguien ha entrado en MI compartimiento privado y ha disparo MI fusil, matando al maquinista. La carga que llevamos en este tren es mucho más importante que ustedes. Por lo tanto, en nombre del Führer Adolf Hitler y el reichsführer Heinrich Himmler tomo el mando directo del tren. Todos los civiles, incluyendo a Herr y Frau Kassel serán de inmediato puestos bajo arresto, e interrogados por mi personalmente. Y yo soy mucho más compasivo que mis colegas de la GESTAPO, por lo que les recomiendo que digan la verdad antes de llegar a Berlín. Bien. Teniente Henn, capitán Matog, registren a los civiles y quítenles las armas si llevan. Y no quiero heroicidades, ni movimientos bruscos.-

Tras decir esto, coje el subfusil con ambas manos, y pone el dedo sobre el gatillo, acariciándolo. Es muy evidente que, aunque sereno, el capitán está furioso, y, pese a su educación prusiana, no deja de ser un sádico oficial de las SS. 

Hein no puede mas que mirar con los ojos abiertos al Capitan. ¿Ha dicho lo que ha dicho?

Capitan, ¿que debo hacer yo mientras el Teniente Henn y el capitán Matog hacen las tareas que les ha encomedado? ¿tal vez registrar las habitaciones?

Recuerdo que los ocupantes del vagón

Capitán, tranquilícese...por favor...no nos meta en un buen lio, les interrogaremos, pero no creo que sea necesario generar tanta...tensión...

Miro a los civiles que estarían tan pasmados como él ante la nueva situación.

Les interrogaremos por separado para que no puedan intercambiar versiones entre ellos...

Strags cayó en la cuenta de algo que había dicho el capitán.

¿Capitán? ¿Por qué tenía usted un fusil en su compartimento?

El silencio de los italianos de la sala es roto por el susto que les produce el sonido del teléfono...

Esto no me gusta nada. ¿De verdad el cargamento es tan importante? Dudo mucho que sean armas, de lo contrario el capitán se equivoca. Yo soy mucho más valioso para él que un puñado de armas, ya que mi persona se traduce por montones de armas. Aún así, esta gente es peligrosa. Más vale colaborar.

Capitán. Quiero dejar claro ante todo que colaboraré totalmente con ustedes y les acompañaré personalmente, de ser necesario, a mi compartimento para que lo registren sus hombres. De hecho me ofrezco a ser el primer interrogado. No tengo nada que ocultar.

Dice Francesco con tono servicial que deja patente que quién manda ahí, no es él, sino el hombre del fúsil.

Bueno, ahora la cosa se había vuelto realmente extraña. ¿Como pudo alguién entrar en el compartimiento de Stein? ¿Y sacarle su fusil? y sobre todo ¿Por que Stein había traido a bordo un fusil cuando se suponía que solo estarían armados con las pistolas Luger? Todo ello era muy, pero muy raro.

Sin embrago, dejo esas dudas para despues (de seguro Stein tendría sus buenas razones). Tenía un trabajo que hacer - lo cual era un fastidio, pero había que hacerlo - y se disponía a llevarlo a cabo.

- A ver gente, vamos a proceder a interrogarlos de uno en uno y por ordén alfabetico. Les reuego encarecidamente que colaboren. No estamos de humor para soportar problemas ¿Hmm?... Señor Alexandro usted primero si es tan amable. Venga para aquí... Senn, Strags denme una mano.

Me levanto de la silla sin movimientos bruscos y le digo algo a la señorita Macinni.

No tenga miedo, todo se arreglará. No tenemos nada que temer, seguro que encuentran al verdadero culpable. Mantenga la calma y permanezca tranquila.

Me adelanto con paso calmo para no realizar movimientos que puedan ser interpretados como hostiles. - El ánimo está demasiado tenso para avanzar de otra forma - Llego hasta el señor Matog y pongo los brazos en cruz dispuesto a que me puedan registrar.

Al salir de mi compartimento siempre corro el pestillo, descorranlo antes de entrar, por favor. - Les digo, y les tiendo las llaves del mismo (si es que los compartimentos se cierran mediante cerrojo). - No uso armas, sólo me dedico a los negocios, pero eso no significa nada teniendo en cuenta que quien haya cometido el asesinato ha usado una de las suyas. Sencillamente les pretendo facilitar el trabajo.

Cuando quieran emezamos el interrogatorio. No tengo nada que ocultar. - Miento (todo el mundo tiene algo que ocultar, después de todo xD).