Partida Rol por web

Atara observo a sus amigos mientras hablaban, para esta misión, el que mas parecía adecuado era Xanaphia, tenia pinta de saber moverse sin hacer ruido, sonríe al pensar en eso Al final siempre somos nosotras quienes hacemos todo.

-Muy bien caballeros, nos adentraremos hasta su campamento Xanaphia y yo, dejaremos una marca en el camino donde debéis permanecer para no llamar la atención. Si tenemos problemas os enviare a Fenrir para que os guíe hasta nosotras. 

Vuelve a mirar el humo del campamento mientras calcula la distancia que tardaran en llegar y las horas de luz que les quedan.

-¿Estas preparada?- Pregunta a Xanaphia

Al oir su nombre la guerrera se enderezó y comenzó a asegurar sus posesiones, asintió al plan de la otra mujer y contestó con casi alegría cuando le preguntó.

-Claro. -el brillo de sus ojos y la medio sonrisa decían que le gustaba el nuevo desafío que tenían delante -Deberemos darnos prisa para aprovechar la luz, no quisiera enfrentarme a los orcos si ven mejor que yo. -dijo aún mirando a su compañera de incursión para luego mirar a los hombres que dejaban en retaguardia -Cuando veáis mis lanzas es que a partir de ahí no hay que pasar a no ser que haya que utilizarlas, no os olvideis de traérmelas en caso necesario.

Su sonrisa se ensanchó, no le gustaba dejar atrás parte de su equipo pero era consciente que si querían avanzar en silencio era mejor dejar atrás las armas de asta que sobresalían por encima de sus hombros, de todos modos a la vuelta las recuperaría.

El campamento orco consiste en tres cobertizos construidos en torno a un espacio central. Una jaula de madera contiene a un jabalí de proporciones desmesuradas y de ojos rojos sanguinarios.

Sin duda los orcos no esperaban que nadie les estuviera siguiendo pues están descuidados y no hay nadie haciendo guardia, por lo que os movéis sin llamar la atención por todo el campamento. Lograis contar nueve orcos e incluso sois capaces de escuchar algunos retazos de la conversación que están manteniendo, pero no sois capaces de entender nada.

Lista para la acción Xanaphia avanzó con cautela y sigilo detrás de Atara, no quería quedarse atrás pero estaba muy atenta a no delatar su presencia. Se notaba que su compañera era una experta en moverse así por el bosque y no quería defraudar la confianza que había puesto en ella, al fin y al cabo se acababan de conocer. Por suerte la otra mujer se detenía cada cierto tiempo para dejar las señales al resto del grupo y eso ayudaba a la semielfa a no quedarse rezagada

Llegados a un punto la montaraz le hizo una seña y la guerrera dejó sus lanzas clavadas en el suelo, a partir de ese punto Xan casi no se atrevió a respirar y ponía sus pies exactamente en el mismo lugar que su compañera. Así avanzaron hasta que una nueva señal de Atara hizo que se parasen, habían llegado a los límites del campamento orco y se pusieron a inspeccionar la zona.

La visión del jabalí hizo que Xanaphia desease poner fin a su torturada existencia, pero el número de orcos hacía inviable un ataque en esos momentos. Cuando la guerrera oyó hablar a los humanoides y no entendió nada maldijo en silencio el no haber aprendido algo de su idioma -Hay que conocer bien al enemigo, Xan. Deberás poner remedio a eso-, y miró a la humana por si ella entendía algo.

-Viendo lo descuidados que están nueve es un número asequible para los cinco, -pensó Xanaphia recordando el combate anterior -pero deberíamos encontrar a los cautivos antes de nada. Si no están aquí esto solo nos retrasaría-. Se giró hacia la otra mujer y le hizo gestos preguntando por si ella había visto a los prisioneros.

Las dos mujeres se adentraron en la maleza siguiendo el rastro dejado por los orcos, no se habian molestado en tapar sus huellas, un error que lamentarian.

Debido a lo inhóspito del terreno, no había casi hojas o ramas secas que pisar, por lo que moverse sigilosamente no fue muy difícil. Su compañera sabía seguir el ritmo y tampoco realizo ruido alguno, le empezaba a caer en gracia la semi elfa.

Tras dejar la lanza de Xanaphia como marca para el resto del grupo, llegaron al campamento orco, solo nueve de estas bestias, solo nueve a los que matar, pero tenian que saber si los nobles estaban alli.

Atara comenzó a examinar las huellas para ver si las de los nobles entraban o no en el campamento y en que dirección iban, tratando de analizar en que cobertizo podían estar.

Mientras observaba las huellas, pudo ver la jaula con el jabali, una sonrisa se dibujo en la cara de la cazadora -puede que ese animal juegue un papel importante en la contienda.... se fija más en la jaula, intenta observar si una flecha bien dirigida podría abrir la jaula y dar rienda suelta a la furia del jabato 

El exámen que hizo la semielfa no le reveló ningún lugar donde pudiesen estar los prisioneros, la única jaula que vió era la que estaba ocupada por el jabalí, se retiró varios pasos y meneó la cabeza mirando a su compañera.

-No están aquí -susurró con desánimo.

Parecía que era una partida ajena a la que seguían y, aunque no le gustaba dejar posibles enemigos a la espalda, ocuparse de ellos requeriría un tiempo que quizás no tenían.

-Aunque puede que vayan a encontrarse con los que buscamos -sus ojos brillaron momentáneamente con un destello rojizo para luego volver a su azul habitual.

La verdad es que era reacia a dejar a esa cantidad de orcos indemnes para que luego los pudiesen atacar por la retaguardia, pero eso solo era una hipótesis, la verdad era que las huellas de los nobles se desvanecían con cada respiración que daban.

Parecían huellas antiguas, no, los nobles no estaban allí, debían volver y comunicárselo a los demás, pero algo dentro de Atara le hacia negarse a moverse y a apretar con fuerza los puños.

Una expedición orca como esta fue la que acabó con la vida de su marido, la ira comenzaba a inundar su cuerpo y puede que a perder el poco juicio que le quedaba.

-No!- susurro la cazadora, un susurro para ella misma -No permitiré que vuelva a pasar, no destrozaran mas familias.

Cuando consigue salir de su insimismamiénto, mira a los ojos a su compañera

-No están los nobles, pero pienso dar muerte a esas bestias, no tenéis que seguirme si no queréis. -Después, vuelve a mirar al campamento enemigo, el corazón empezaba a bombear mas sangre sabiendo lo que su dueña planeaba hacer, hasta a Fenrir se le erizo el pelo. -Liberare al jabalí para que siembre el caos, supongo que le darán muerte pero alguno se llevara por delante, cuando acaben con él ,antes siquiera que puedan descansar, cargareis vosotros mientras yo les acribillo desde el bosque. 

-¿Que te parece el plan?- Con cara de que la da igual si aceptan o no, ella lo hará. 

-Ve a buscarles y tráelos aquí, os estaré observando.

Xanaphia casi no pudo escuchar las primeras palabras de su compañera, pero cuando Atara la miró y le habló quedaron claras las intenciones de la mujer -Cómo negarse a un poco de diversión- pensó mientras una sonrisa de cazadora asomaba a sus labios. En algún punto de su cerebro surgió la idea que a lo mejor estos orcos tenían información que les era útil y habría que preguntarles, pero esa voz quedó acallada por las siguientes frases de la montaraz y por sus propios anhelos.

-¿Cuándo empezamos? -respondió a la pregunta apretando en su mano el ástil de la lanza, tensando los músculos de su cuerpo y con un brillo rojo en sus ojos.

Atara estaba encantada con la determinación de su compañera, si hubiesen crecido juntas hubiesen sido grandes amigas, o incluso, porque no.... amantes.

-Voy a observar mejor la jaula, a ver como puedo abrirla y liberar al Jabato, tu regresa y comunica nuestro plan a los demás.- para un memonto para volver a observar el campamento..... todo seguia igual

-Cuando den muerte a la bestia cargad vosotros, y yo me encargare de eliminarles con el arco, uno a uno. -alega acariciando la sortija de su mano, la muestra de que, hace tiempo, estuvo casada. -Venganza

Khalam esperaba la señal de sus compañeras para poder entrar en acción, la ansiedad y la incertidubre le comían la cabeza.
- ¿Que estará ocurriendo? ¿Las habrán detectado?
El tiempo no pasaba mas y no sabía que hacer al respecto.
 

No lo se, pero estoy algo nervioso, supongo que vosotros tambien.

Jairee caminaba de un lado a otro impaciente, desenrollando y enrollando el latigo una y otra vez.

Mientras Xanaphia retrocede para avisar a los demás, Atara, sin prisa, se coloca cerca de la jaula y mira fijamente al jabalí, quería usar sus habilidades innatas para que el jabato no la atacase.

-Tranquilo amigo- susurra al animal- te voy a liberar, acaba con tus raptores.

Para chasco de Xanaphia la idea no pasaba por un ahora, si no por ir a avisar al resto -No sé yo si todos estarán de acuerdo con atacar y con el retraso que supondrá- pensó la semielfa, pero se encogió de hombros pues ella no los conocía de nada y quizás Atara supiese que vendrían seguro. Dió media vuelta y enfiló el camino de regreso a las lanzas que había dejado, antes de perder de vista el campamento miró hacia atrás en un último vistazo a la otra mujer y lo que hacía.

Por entre la rala maleza apareció Xanaphia, traía cara seria pero dado que nadie del grupo la conocía lo suficiente no podía saber los posibles motivos de esa expresión.

-Hay unos nueve orcos que no esperan ninguna visita, -se acercó a las lanzas que había clavado y las enfundó de nuevo en su lugar -el plan es dejar suelto al jabalí enloquecido que hay enjaulado para que siembre el caos y cuando lo reduzcan acabar con los que queden. Bueno, quizás dejar a alguno con vida para interrogarlo estaría bien, aunque quién se puede fiar de las palabras de un orco.

Dicho lo cual se dió la vuelta y comienzó a alejarse de nuevo, iba despacio esperando que la siguiesen.

El chaman observo con alivio la llegada de una de sus compañeras, pero se preocupo por la otra.
- Que ha pasado con Atara? Se encuentra bien?
Luego escucho lo que dijo Xanaphia, a lo que Khalam acento con la cabeza, pues ellas tenían mas experiencia en el tema que el.
- Entonces te seguimos, tratare de ser lo mas sigiloso posible. Con su arma y escudo en mano, se dispuso a seguir a Xanaphia por la maleza hasta la posición que ella le indicara.