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[ELdG] La Aldea de la Locura

La Aldea de la Locura - día 1.

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21/03/2017, 12:50
Leiath

Es que acaso Hala les estaba dando una segunda oportunidad para ayudar a aquel anciano y a su gente? Entendería Hodvic que ellos no tenían intención de hacerles daño?

La bruja se arodilló a los pies del enano, pese a saber que probablemente no vería su gesto. La culpabilidad que sentía desde aquel aciago día en el que Lechberg cayó, pesaba inmensamente sobre sus hombros.

Cogió su mano y la besó.

- Si mi señor, soy la misma Leiath. Aquella que le falló a su diosa y a todas aquellas personas el día del ataque de los lobos. No hay ni un solo día en el que no haya pensado en lo ocurrido. Ahora Hala no ofrece una segunda oportunidad. Díganos qué ocurre? Juntos intentaremos salvar Nueva Lechberg.

Esperó con temor la reacción del anciano sin atreverse a levantar apenas la mirada.

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21/03/2017, 17:22
Alice

Les conocían eso podía ser bueno o mala. Pero que no les recibieran a flechazos indicaba que podía ser algo bueno. La maga recorrió la sala con la mirada buscando algún indicio de que había pasado.

No podía añadir nada más a la conversación, la bruja había hecho todas las preguntas pertinentes, ahora había que esperar las respuestas del alcalde. 

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21/03/2017, 19:34
Jadewo ap Janel

Jad, si bien acorazado y con las armas prestas, relajó un tanto su actitud ante el reconocimiento y recibimiento para con sus compañeros. Si bien no conocía los detalles, algunos retazos de información que sus compañeros le habían compartido a lo largo de las semanas que pasaron juntos.

La reacción de Leiath, se correspondía con el tono de pesar que embriagaba sus palabras cuando ella hablaba del asunto. por su lado, el joven guerrero permaneció en un segundo plano, fijándose en la sirvienta, Virginia, y el anciano enano, Hodvic. Y permaneciendo atento a lo que pudieran aportar la extraña pareja acerca de lo acontecido en esa aldea sumida en la locura.

- Tiradas (2)
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21/03/2017, 20:46
Onfale

Aprovechando que no se había presentado y que no le habían mencionado, Onfale permaneció en segundo plano junto a Jadewo. No estaba seguro de si Hodwin se tomaría muy a bien su reencuentro. Había sido una suerte no gastar el conjuro de invisibilidad pues  no le quedaban muchas fuerzas y el enano parecía estar ciego.Se que´do a la espera del relato del alcalde para ver por donde continuar. Había preguntado pro Wachter por lo que podía deducirse que no lo había visto, bueno, eso era difícil.

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21/03/2017, 22:06
Aire

Aire no llegó a contestar a la chica cuando los demás lo hicieron y les abrieron las puertas de la alcaldía Bien, por lo menos podemos empezar por algún lugar se animó la hechicera, suspirando nuevamente, cansada de ese día que estaba resultando ser sumamente largo.

Accedió al interior del edificio sin pensárselo mucho. Podían encontrarse dos cosas. O alguien que quisiera vengarse de Leiath por algo del pasado, o simplemente un viejo conocido que les contase qué era lo que ocurría exactamente. Siguió al grupo con las manos metidas en las mangas contrarias, observando los detalles y las puertas cerradas. ¿Ocultarán algo? ¿Habrá más gente en este edificio? La chica parecía cuerda, y no mostraba tanta fuerza como el mendigo anterior.

Al llegar al dormitorio y ver a ese hombre viejo y moribundo, Aire se quedó apartada. A ella, como era normal, no la conocían, así que prefirió quedarse en segundo plano.

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22/03/2017, 10:18
Alcalde Hodvic

Sí... todo será distinto con vosotros, esta vez. Sois la esperanza que este pueblo necesita.

El viejo enano puso la mano en la cabeza de Leiath. No se molestó en palpar su rostro, sino que se posó sobre el pelo de la muchacha paternalmente.

Hace mucho, mucho tiempo, un ejército de licántropos atacó Lechberg. Los supervivientes escapamos por un pasadizo que cruzaba las montañas, pero bajo tierra os perdimos de vista, nos separamos. Y la gente de Lechberg y los refugiados de Vor Ziyden cruzamos las minas de plata del monte Gries y llegamos a un nuevo territorio en el que asentarnos. Fundamos este pueblo. Había un río, una cantera... que hoy me cuentan que ha quedado más allá de la vista. Oculto por las Brumas. Pero en aquel momento... en aquel momento era lo más parecido a un Paraíso.

Con el tiempo, los nobles de las familias Andaas, Septow, Fortich y Cosco se propusieron recuperar sus territorios, o por lo menos explorarlos y tener noticias de qué había sido de ellos. Organizaron una expedición, de la que no nos han vuelto a llegar noticias, y yo me convertí en alcalde de esta villa. La paz duró muchos años...

Luego llegó la maldición...

El anciano tragó saliva y tomó aire para volver a hablar. Jadewo notó que los labios de Hodvic temblaron, no por el temor de contarlo, sino por el dolor de volver a hablar de ello.

Desconozco qué lo desencadenó. Una mañana, las Brumas rodearon el pueblo. Esa misma tarde, un meteorito se dejó ver en el cielo. Todos tratamos de huir. Entrábamos en las Brumas, pero las Brumas nos rechazaban. Nos alejábamos del pueblo, y al final siempre volvíamos a él. Y en medio de la confusión, el meteorito se estrelló y hubo una gran explosión que acabó con todos nosotros durante la puesta de sol.

Al día siguiente, todos creímos que solo había sido una mala pesadilla. Tratamos de retomar nuestra vida normal sin hablar de ello. Sin embargo, ocurrían sucesos extraños. Cosas como que la carne que se había cocinado ayer, seguía estando en la despensa. La botella de licor volvía a estar sin abrir. Todo estaba como el día anterior. Todo... incluso las Brumas alrededor de la colina. Y de nuevo, al llegar la tarde, la gente gritaba al divisar un segundo meteorito. Y de nuevo, tratamos de huir por las Brumas sin lograrlo. El meteorito se estrelló por segunda vez, en el mismo lugar, a la misma hora.

Al tercer día... Nada cambió. Y con el paso de los días, tras muchas muertes, y tras muchos meteoritos, siempre a la misma hora y el mismo centro de la ciudad, la gente empezó a perder la cabeza. ¿Por qué rezar a los dioses, si una roca va a caernos sobre la cabeza? ¿Por qué bañarnos, si mañana volveré a despertar igual de sucio? ¿Por qué contener mi mano contra el vecino que me enerva, si solo me pueden encarcelar hasta el atardecer, y a la mañana siguiente volveré a despertar en mi cama? ¿Qué más me da que me condenen a muerte, si el meteorito me matará igualmente, y volveré a estar vivo al amanecer?

Empezaron los suicidios, las revueltas, las violaciones... La gente enloqueció en un mundo sin normas. Y los que sufrieron un día, al siguiente trataron de vengarse al siguiente, y la locura se propagó como una plaga.

Lo siguiente que os voy a decir es muy importante... Esta maldición tiene normas distintas para los habitantes de Nueva Lechberg y unos recién llegados como vosotros.

Nosotros nos despertamos siempre en el mismo lugar, el lugar en el que despertamos la primera vez, el primer día de la caída del meteorito. Todos los objetos están en el mismo lugar que durante aquel amanecer. Los aldeanos que perdieron la esperanza, los que se abandonaron a la locura y la irracionalidad, se volvieron más fuertes. Esa es la ley que impera ahora.

Pero durante esta maldición muchos viajeros han llegado a Nueva Lechberg por error, y han venido a mí, y me han contado sus experiencias... Sobre los recién llegados, sobre los que no estaban aquí durante la caída del primer meteorito, imperan otras normas. Aunque no hayáis llegado por la mañana, despertaréis al amanecer. Y lo haréis cada vez en un punto distinto de esta aldea. Y lo haréis juntos, si habéis llegado juntos. y todas vuestras posesiones estarán con vosotros. Las pociones que os hayáis bebido seguirán ahí. Los pergaminos mágicos que hayan ardido en vuestras manos, estarán ahí. Las heridas que teníais al llegar, seguirán ahí.

Pero si caéis en la locura... si minusvaloráis vuestra vida o la de los demás, si perdéis la esperanza... en ese caso... vosotros no os volveréis más fuertes, sino más débiles. Poco a poco, y día tras día, por cada vez que un pensamiento negativo os pase por la mente, por cada vez que el desánimo cunda en vosotros, os estaréis acercando a la nada. Y al final, como los demás viajeros que llegaron aquí, desapareceréis para siempre.

La mano del enano agarró con fuerza el brazo de Leiath, haciéndole algo de daño. Con más fuerza de la que se le presupone a un anciano.

¡Escúchalo bien! ¡Repite conmigo, Leiath! ¡LA ESPERANZA ES LA CLAVE! ¡LA ESPERANZA TE MANTENDRÁ CON VIDA! Jijijiji...

La sirvienta intervino, y separó la mano de Hodvic de Leiath, para volver a recostar al enano. Sin llegar a los niveles de fuerza y locura de Zebulón, Virginia y el Alcalde también se habían dejado llevar por el desánimo, y solo conservaban la esperanza en parte. Y esa locura cada persona la expresa a su manera.

Por ejemplo, Jadewo se dió cuenta de que pasarse el día del juicio final cuidando de aquel anciano era la manera en la que la sirvienta se expiaba de su culpa. Era una penitencia autoimpuesta. El anciano, por contra, había aceptado un papel más mesiánico. Hodvic cree en sus palabras, y siente que tiene el deber de transmitir ese "conocimiento", aunque eso no lo convierte en verdadero. Zebulón creía que estaba autorizado por los dioses a matar a los demás, a gente que consideraba impura, pero el ahorcado que encontraron en el árbol solo tenía impulso por matarse a sí mismo.

Recorriendo la habitación, Alice notó que había una trampilla en el techo. Seguramente desde lo alto de la torre podría verse todo el pueblo.

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22/03/2017, 14:29
Jadewo ap Janel

El guerrero arcano se acercó a la ventana por la que les viera Virginia antes, y dio un vistazo al exterior. Mirando los cuerpos caídos en una carnicería en la plaza. En verdad una inmisericordie maldición había caído en el pueblo.

-Disculpe, señor Hodvic. ¿Está al caso de si el señor Watcher llegó a Nueva Lechberg? La búsqueda de ese hombre es lo que nos llevó a internarnos en las brumas.

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22/03/2017, 20:49
Onfale

Onfale escuchaba con gran atención las palabras del alcalde Hodvic. Se alegraba de que no les guardara ningún rencor después del sangriento final de Lechberg. Después de todo, ellos no habían tenido la culpa sino que sólo habían sido marionetas de la maldita Madam Eva.

- Entiendo su pesar.- Dijo cuando el enano ciego acabó su exposición de los hechos.- Algo protege a esta a esta aldea por alguna razón.- Eso podía verse no como una maldición, sino todo lo contrario, como algo bueno. Seguro que la Bruja de Hala lo veía así, como una oportunidad de volver a salvar almas de aquel particular infierno. Entendía, sin embargo, que la repetición constante de un día que finalizaba con una hecatombe como aquella pudiera resultar de locos. Si no había consecuencias, si todo al comenzar un nuevo día era borrado como si no hubiese pasado más que en los recuerdos, ¿para qué atenerse a los convencionalismos y normas de la sociedad?-  Entonces, el tiempo retrocede en un bucle sin fin pero los recuerdos se mantienen, lo que genera la locura. ¿Han llevado la cuenta de cuánto tiempo lleva repitiéndose el mismo día?- Aunque no pudieran dejarlo registrado de ninguna manera, pues al día siguiente quedaría deshecho el apunte, sí deberían saber, al menos, una cantidad de tiempo aproximado.

El perfumista se quedó reflexionando un momento, mientras jugueteaba con un mechón de pelo entre sus dedos. Si lo que decía el alcalde de Nueva Lechberg era cierto, no dejaba de presentárseles delante un acertijo interesante. Por otro lado, ¿qué sentido oculto había en ello? Su mente privilegiada aún no llegaba a la conclusión pero, haberse encontrado a Madame Eva, junto a Lovina, nada más regresar del Thánatos, le hacía volver a sospechas de la vistani.

Habrá algo aquí que quiere, la muy zorra, y nos ha vuelto a liar para conseguirlo.

Jadewo preguntaba por Víctor Wachter y Onfale volvió a intervenir también para preguntar por otra persona.

- Teníamos una guía mestiza. Se llamaba Gloria. La perdimos entre las brumas. ¿Es posible que ella haya llegado también?- Dio una descripción de cómo era ella pensando más en la muchacha, Virginia, que en el viejo privado del sentido de la vista.- Entre los habitantes de Nueva Lechberg, ¿hay algún vistani?

La repetición de un ciclo de manera eterna, según la cultura en la que se había criado el eunuco, siempre llevaba acompañado una idea de redención, de expiación de los pecados cometidos. Así Onfale esperaba ser incinerado cuando llegara la hora de su muerte, de forma que su materia volatilizada por el calor de las llamas se uniera a la Divina Esencia, formando un todo, para luego reencarnarse de nuevo en un cuerpo, liberado ya de las impurezas del anterior. Así podría verse a Zebulón, o a cualquiera de los otros locos. Deshaciéndose de todo lo maligno que había en él, cometiendo allí, en aquel bucle temporal sin ley, todos los pecados que guardaba en su interior, para luego, cuando todo se solucionara, regresar a la vida normal limpio, habiendo dejado atrás todo lo malo.

Incluso para él todas aquellas divagaciones eran demasiado profundas. Volvió a la realidad cuando Hodvic habló de las diferentes normas que regían a los habitantes de Nueva Lechber de los extranjeros.

- Entiendo. Entonces da igual que enterremos hoy a nuestros compañeros caídos antes de llegar aquí que moriremos todos y nos levantaremos mañana como si nada hubiera pasado.- Lo que insinuaba Onfale a los demás miembros del aquelarre es que debían prestar atención al cuerpo inerte de Fosco que llevaba en su saco de contención. Daba gracias a Hala de que Flame lo hubiera matado antes de entrar en las brumas y no después. También deberían explicárselo a Tangrem y los demás. De todas formas, Onfale siempre era de los que no se creían las cosas hasta haberlas visto con sus propios ojos. Tendrían que esperar a que les cayera el meteorito encima y, sobre todo, esperar a levantarse al día siguiente.- Al menos estaremos juntos.

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23/03/2017, 11:35
Alcalde Hodvic

Ni Victor Watcher ni ninguna Gloria han venido al pueblo, o si lo han hecho, no han venido a verme. No hay vistanis en Nueva Lechberg.

A la última pregunta, Hodvic la contestó girándose en la cama para mirar el exterior por la ventana.

Juraría que todos aquí han perdido la cuenta de cuantas veces se ha repetido este día...-masculló con amargura.

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23/03/2017, 14:41
Leiath

Se sintió aliviada pese a notar que al enano se le iba la cabeza, al menos no les guardaba tanto rencor como ella se había esperado.

Cuando notó que la presión que ejercía el alcalde se hacía más fuerte y comenzó a gritar como un loco, la jóven reculó apartándose ligeramente del trastornado Hodvic. Pobre hombre. La desgracia le seguía a él tanto como a su propio aquelarre.

La esperanza...- repitió las palabras del anciano con la intención de complacerlo.

-Señor, hay alguien en el pueblo que aún trate de combatir la maldición? Algún erudito con el que podamos hablar sobre el tema? Y... sobre los aldeanos... podría facilitarnos algún listado? Quizás así podamos evitar a los peligrosos como aquel Zebulón.

Un guía, sí!, un guía nos sería muy útil. Dispone de alguna persona de confianza que nos pueda orientar por la aldea?

Notas de juego

Alguien recuerda lo que Vecna nos dijo de las brumas? Dónde encaja este pueblo en aquella historia (el refujio del dios o ya estoy metaroleando?)

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23/03/2017, 21:45
Aire

La muchacha se sumió en sus pensamientos mientras el anciano hablaba y ella escuchaba la historia. Si la daba por cierta, era una maldición en toda regla. ¿Qué la había provocado? ¿Alguien del pueblo había provocado a un poder superior y esa era su forma de vengarse? Lo que Aire tenía claro es que allí verían lo peor del ser humano, pues todo se había llevado hasta límites insospechados. Se pasó la mano por la cabeza, acariciando suavemente su trenza.

Una imagen le acudió a la cabeza. ¿Y si las almas atrapadas en la rosa de laón que habían roto en aquel plano había influido? No se habían liberado del todo, habían quedado atrapadas en una especie de remolino de niebla... ¿Y si ellos mismos habían provocado la maldición? Sintió la necesidad de compartirlo con sus compañeros, pero supo que no era el momento. Si alguien, además de la joven y el anciano estaba escuchando, se alzarían en armas contra ellos.

Hay que descubrir qué ha provocado esa maldición. Una vez descubierto, podremos hallar la forma de romperla para que este pueblo siga su curso natural. ¿Sabe de alguien del pueblo que practicara malas artes? ¿Artes demoníacas quizá?

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24/03/2017, 18:34
Onfale

- Entiendo. Pues si alguno de los dos- Se refería a Víctor o Gloria.-acude a visitarlo en alguno de estos días, dígales que les estamos buscando y que traten de encontrarnos.- Aunque se repitiera el día si no perdía la memoria al despertar podría recordarlo. Era curioso aquel efecto.

Que no recordaran cuántos días llevaban así no podía significar otra cosa que la maldición llevara asentada ya mucho tiempo. Onfale hizo el propósito interno de que no le sucediera lo mismo. No quería olvidar la cantidad de días que iba a estar en aquella aldea maldita.

Leiath seguía presionando al pobre anciano ciego. En cualquier otra situación Onfale le hubiera tocado sutilmente en el brazo para que dejara al pobre descansar. Sin embargo, considerando plausible que lo que les contaban fuera cierto, ¿qué mas daba si al hombre le daba un infarto? Al día siguiente estaría tan sano o enfermo como el día anterior, librado, eso sí, de la muerte. Asintió conforme a las preguntas de sus dos compañeras y, cuando hubieron acabado, se dirigió a su grupo de forma discreta, para que ni Virginia ni Hodvic le oyeran.

- Sí. Lo primero que tendremos que hacer es contar todo esto a Tangrem y los demás. Creo que, visto lo visto, podríamos tomar la taberna como campamento principal. Debemos actuar con precaución hasta que veamos con nuestros propios ojos los efectos de esa maldición. Pero si es cierto, poco nos importa descansar o que no mate el Zebulón de turno. Eso sí, preferiría alejar el campamento lo más posible de las brumas. Una vez hecho esto podemos entretenernos en hablar con todos y caca uno de los habitantes de esta aldea, como dice Aire. Será costoso pero parece que tiempo tendremos para hacerlo. Por último debemos decidir si internarnos en las brumas para buscar a Gloria. No tenemos ni idea de si un día aquí es como un día fuera de este bucle. Quizá cuanto más esperemos más lejos se encontrarán ella y los otros perdidos. Ya que descansar no nos servirá de nada, pues despertaremos tal cual legamos aquí, puede que lo más sensato, si queremos hacerlo, sea hacerlo ahora mismo, cuando regresemos con Tangrem.

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25/03/2017, 12:20
Alice

A la mente de la maga vino una idea suelta. Solo había habido un hecho relevantes desde que se había creado nuevo Lechberg, y si ese hecho hubiera sido el desencadenante de la maldición. Podría contarnos algo más de la expedición de las familias nobles. ¿Puede que esa expedición fuera la causante de todo esto? Por lo que usted ha contado ese ha sido el único hecho relevante antes de que cayera la maldición. 

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26/03/2017, 16:41
Jadewo ap Janel

Tras el momento de desasosiego de Jad, este escuchó las preguntas y observaciones de sus compañeros. Eran buenas preguntas y observaciones. Algo debía haber motivado esa locura, esa maldición, y si descubrían de qué se trataba, su origen, tal vez entonces dieran con una posible solución e intentar llevarla a cabo. Pero mientras hacían eso había otros asuntos más inmediatos, como el organizarse con el resto de la expedición que había llegado con ellos. Buscar un punto para el campamento y alejarse de los peligros que pudieran aparecer desde las brumas.

El guerrero aguardó esperanzado alguna posible respuesta por parte de Virginia o Hodvic, a las preguntas de sus compañeros.

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26/03/2017, 20:32
Alcalde Hodvic

Virginia... ¿Puedes ir a los archivos y buscar la lista del censo?

La sirvienta asintió. Seguramente Hodvic no pudo verlo, pero sí notó el cambio en el colchón cuando la sirvienta levantó su trasero. Virginia bajó las escaleras. Mientras, Hodvic continuó respondiendo a las preguntas del Aquelarre.

La expedición de las tres casas nobles se marchó un par de años antes de que la maldición ocurriese. No creo que tenga relación. Se llevaron todo un séquito. Un tercio del pueblo se marchó con ellos. Es por eso que os encontraréis con muchas casas vacías. Especialmente las casas más pobres de la periferia, puesto que aquellos que no tenían nada que perder formaron la mayor parte de la expedición para volver a la tierra que los licántropos nos arrebataron.

Por algún motivo, esa parte de la información contradecía la sensación de estar siendo observados desde las casas de peor construcción.

No puedo dejaros a Virginia. No se arriesgará a poner un pie fuera de esta torre. Ella os podría guiar por las calles, pero no sabrá deciros en quién confiar. Lo que si podéis hacer es subir a lo alto de la torre, y poder ver las calles a vista de pájaro.

No tenemos magos ni hechiceros ni brujos en Lechberg. Nadie capaz de desatar fuerzas oscuras. El único erudito al que podréis recurrir es al Padre Benancio, en la Iglesia del pueblo, al salir de esta torre, a la izquierda.

Pero hay algo que debo dejaros claro... Las malas experiencias me han llevado a ser cauteloso. Me he pasado en esta torre casi todos los días desde que cayó el primer meteorito. Por eso no puedo deciros en quién confiar, ni si hay alguien en el pueblo que esté investigando todo esto. Mi información no está... actualizada.

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26/03/2017, 21:03
Virginia

Virginia volvió de las plantas inferiores con un trozo de papel que dió a Onfale.

He tachado los nombres de las familias cuyas granjas más alejadas quedaron ocultas por las Brumas.

El eunuco revisó la lista con decepción. El supuesto censo solo traía una lista de apellidos y números. Zebulón no estaba en la lista, bien porque como vagabundo no estaba empadronado, bien porque estaba bajo un apellido que desconocían. De entre todos, le llamó la atención el apellido Yannof. Conocieron a una joven viúda y a sus dos pequeños a las afueras de Vor Ziyden, que se apellidaban igual.

Los números indican el número de parcela que se les adjudicó para construir su casa. Los números bajos son de parcelas céntricas. Los números altos indican las casas de la periferia. No son números consecutivos, porque hay casas en las que ya no vive nadie. También se salta los números de parcela de los negocios en los que no vive nadie. Por ejemplo, en el papel aparece el número de catastro de la iglesia, porque el Padre Benancio duerme en la sacristía, pero no aparece el juzgado, porque la gente que trabaja allí está empadronada en sus respectivas casas.

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26/03/2017, 21:57
Alcalde Hodvic

Virginia... Enséñales el tejado.

La sirvienta se acercó y se acunclilló junto a la cama. De debajo de ella sacó una escalera de mano, que llevó hasta debajo de la trampilla. Con un gesto, les indicó que subieran. Desde lo alto de la torre se veía todo el pueblo, y el anillo de Brumas que lo rodeaba y sumía en su miseria.

Desde su posición veían los cadáveres de la plaza y el reloj de sol, en la plaza cuadrada delimitada por la propia torre, el templo, la posada y el juzgado. También había varias casas reducidas a cenizas por incendios de esta mañana. A lo lejos distinguieron en las afueras el campamento de Tangrem y un par de granjas.

El resto del paisaje era monocorde: un lago de tejados rodeado por las Brumas. Hasta que vieron algo inusual... Sobre uno de los tejados, una persona de extrañas ropas caminaba sobre las tejas con sumo cuidado y equilibrio.

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27/03/2017, 12:50
Onfale

Mientras Virginia sacaba la escalera de debajo de la cama Onfale aprovechó el tiempo para seguir preguntando.

- Dices que hubo casas a las que engulleron las brumas. Todo el pueblo está rodeado de ellas pero, ¿son sus límites fijos? Quiero decir que si hay días que las brumas estén más cerca del centro del pueblo y días que se alejan, como las mareas. - El día que habían partido y habían pasado una noche en las cercanías de las brumas habían sido atacados por una manada de lobos invernales. Eso preocupaba también al perfumista.- ¿Sufrís ataques de las aberraciones que contienen las brumas? Al estar tan cerca de ellas...- Sobre todo lo que le preocupaba al mago era que la muerte provocada pro aberraciones salidas de las brumas tuviera un efecto permanente, no como el de las ocurridas en el oasis de Nueva Lechberg.

Cuando subieron a lo alto de la torre quedó confirmado que toda la aldea estaba completamente rodeada, como una isla en un mar de niebla. Vieron el campamento, la plaza con los muertos, las granjas y...a un extraño hombre que caminaba con parsimonia sobre los tejados.

- ¿Y ese quien es?- Preguntó curioso a Virginia.

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27/03/2017, 20:01
Alice

Alice seguía pensado que la expedición tenía algo que ver. Que desapareciera dos años antes de la maldición no tenía nada que ver, puede que la maldición fuera con retardo. Pero prefirió no discutir este punto con el enano.

Se fijó en el hombre que caminaba sobre las tejas, era demasiado viejo como para dedicarse a hacer algo tan temerario sin un propósito concreto. Normalmente los años daban a la gente el concepto de peligro alejando la temeridad que se tenía de niño.

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27/03/2017, 22:16
Aire

Había cosas que no le cuadraban a Aire. Si la maldición les obligaba a repetir el mismo día, ¿su llegada ya suponía un cambio? ¿no supondría la muerte absoluta cuando cayera el meteorito nuevamente? ¿O es que ellos, como extranjeros, no recordaban el día en el que habían llegado y todo se sucedía como en un bucle?

Lo que estaba claro es que su llegada había supuesto una ruptura con la rutina. Y eso seguramente no presagiaba nada bueno. Tendrían que conseguir la máxima información cuanto antes para evitar... lo que fuera que fuese a pasar.

Subió con los demás a la torre, y contempló todo el poblado. La gente se había vuelto loca, los cadáveres sólo eran una pequeña mezcla de ello. ¿Cómo se podía llegar a esos extremos? ¿Les salvaría una vez rota la maldición? Miró de reojo a Leiath. ¿Se habría parado a pensar en la cantidad de barbaridades que habían cometido los de allí abajo?

El hombre le llamó la atención tanto como a los demás. Se quedó esperando la respuesta de Virginia.