Partida Rol por web

El semiorco ruge furioso apartandose bruscamente de la criatura.

¡¡SUELTAME BASTARDO!!

Dench grito a la criatura mientras intentaba golpearla, pero erro y se vio otra vez atrapado; aun así libero el hacha gracias a sus potentes músculos.

Los brazos del Baúl se mueven intentando golpear otra vez al semiorco, al perecer es el que considera mas peligroso pero la intervención de un elfo clavándole su espada hace que falle su golpe.

Dench se movio inquieto, atrapado por la bestia mimetica. Descargo su hacha sobre ella ... o lo intento, ya que al estar atrapado la criatura lo movia e impidio que golpease.

El clérigo cogió otro virote de la caja mientras tensaba de nuevo la ballesta. Colocó el virote en la acanaladura y apuntó cuidadosamente al cofre. En voz baja pronunció una súplica.-Ayúdame Pelor, guía mi ballesta.-

Pero el virote se estrella contra la pared rompiéndose a escasos centímetros del semiorco. 

A pesar de la advertencia del humano, Annael siguió atacando a la criatura baúl... o lo que fuera. Veía que el semiorco continuaba con sus ataques, y que el humano también, con lo que el no sería menos.

La sutileza en el manejo de la espada del elfo contrastaba con la brutalidad del orco. Mientras que el primero describía cortes fluidos y precisos el segundo optaba por clavar el hacha hasta el fondo confiando en que su fuerza la sacara de esa sustancia pegajosa. 
El baúl claramente decidió que el elfo era mayor amenaza y decidió atacarle sin mucho éxito.

Menos mal que Dench y el elfo que acababa de entrar estaban teniendo éxito con sus ataques. También lograban no quedarse pegados al baúl. Esta vez su disparo casi roza a ese maldito baúl. Le faltaba práctica pero poco a poco se iba acercando. A ver si sus compañeros le mataban de una vez, pues se estaba quedando sin virotes.

Dench enarbolo una vez más el hacha contra la criatura.

Annael siguió atacando al baúl. Los lances se hacían cada vez más precisos pues estaba aprendiendo cómo se defendía el objeto contra sus ataques.

Con estas, el elfo lanzó una estocada un tanto alta, para que la mano del baúl la apartara sin problemas, pero eso era jústamente lo que quería el elfo. El hueco dejado al apartar el arma lo aprovechó para meter la espada corta y clavarla profúndamente.

Luego, con un alarde de agilidad propios de su raza, sacó las armas de su enemigo y se aprestó para seguir luchando.

Los líquidos pegajosos impiden al semiorco clavar el hacha con suficiente fuerza y precisión como para hacer realmente daño a la criatura, pero el elfo se mueve agilmente y clava sus espadas donde no hay líquido que las pueda sujetar y dejarle desarmado. El mimeto expulsa un líquido verdoso que se mezcla con el amarillento del pegamento desplazándose hacia la mesa mientras lanza golpes al azar.

Elmorn pide la gracia divina a su Dios para que guíe sus disparos contra el baúl y ayudar a sus compañeros a acabar con él de una vez. Cuando está orando ve como el baúl se desplaza intentando huir de los ataques del elfo y el semiorco. Eso era buena señal, quedaba poco para matarle y Pelor les ayudaría.

Annael volvió a pegar con sus armar. No estaba seguro de cuanta vida podía quedarle al baúl viviente, pero si continuaban colpeándolo, seguro que caería pronto.

Esta vez sus armas se quedaron atascadas en el pegajoso cuerpo del baúl. Sin poder hacer nada, Annael intentó liberar sus armas.

Dench ataca al extraño ser. Le golpea debilmente, sin poder despegar el hacha.

El hacha de Dench abre otra herida haciendo reaccionar al mimeto. El baúl se desplaza rápidamente debajo de la mesa lanzando tentativos golpes y refugiándose fuera del alcance.

Elmorn carga de nuevo su ballesta con un nuevo virote y apunta al baúl que esta vez se ha refugiado debajo de la mesa. - Pelor, ayúdame a alcanzarle. El virote se clava en el baúl. Pelor ha guiado su ataque con éxito.

La criatura lanza un chillido de dolor.