Partida Rol por web

De la impresión de ver aquellas deformes criaturas, a Aire casi se le cae Aristóteles de las manos. Quiso dar unos pasos atrás, pero sus piernas no le respondieron. Tenía miedo, sí. Miedo por ella y por la nueva familia que estaba creando.

Miró a su alrededor y le hubiese gustado seguir a la Señora Verruga. Era fuerte y seguro que les protegía a todos. Pero no era el momento, Aristóteles se lo dijo.

Alzó su voz en el lenguaje de la magia. Según movía las manos, sus ojos se oscurecían. Acercóla palma a su boca y pareció soplar. Cuando la retiró de su rostro, una bola blanca se movía lentamente. Con energía, se la lanzó a la criatura más cercana

La flecha de Tremens rebota en el cuerpo de una de las criaturas causando un ligero aboyamiento en el cuerpo de quitina de los insectoides.

Onfale empieza con sus clases magistrales... que si estas criaturas se llaman Nashrou... que si son demonios carnívoros del plano del abismo... patatín, patatán. Y acaba señalando que son vulnerables a las armas de hierro frío y a las armas buenas. También dispara una ballesta con muy poco tino, pero lo que pierde como guerrero lo suple con sus tareas de asesor.

¡Nashrou! Eso tengo que apuntármelo...

Becky se ve tentada para olvidarse de todo y ponerse a anotar en su libro la información proporcionada por Onfale, pero en lugar de ello se centra en luchar y seguir con vida. Ante su falta de conjuros ofensivos, opta por sacar su daga y arrojarla a lo lejos. Su puntería es pésima, pero la daga vuelve a su mano tras hacer una cabriola. Becky acaba de descubrir que su arma está imbuída por magia retornante.

Kaevhas y Aire son de los más efectivos de todos, pero el extraño movimiento del humano alejándose del grupo llama la atención de uno de los monstruos, que le corta el paso de una cornada. Otro se planta ante Flame y Artho. El último se encapricha de Fosco y le clava su pinza en una pierna. Tanto de la herida de Fosco como de la de Kaevhas, sale sangre ácida que daña a los demonios. Quizás sus cuerpos están sufriendo una transformación desde que llegaron al abismo, como los cambios del brazo de Viktor Das Vracken.

Alice se fija en que el proyectil lanzado por Aire era de nieve, así que ahora ha obtenido la solución a su dilema.

Tanto estrujarse la mente se había quedado absorto y, cuando quiso darse cuenta, tenía un Nashrou delante suyo. Trató de alejarse de sus enormes pinzas con sus ya habituales gráciles movimientos, como cuando había saltado de la roca magmática. En el movimiento colgó su ballesta de nuevo a la espalda y ya alejado del monstruo desenvainó el estoque.

Reconfortada por la bendición de Hala, la bruja sacó su varita ofensiva. Mejor acabar cuanto antes con esos malditos bichos y salir de ahí (ocurría algo extraño en la salud del grupo, cuando sangraban parecía diferente, y había que estudiarlo). Apuntó a la bestia que parecía haber recibido más heridas y activó el objeto mágico.

Flame sonrió al ver la sangre ácida de sus compañeros. Lanzó una mirada a Leiath pues parecía preocupada por ella, pero la guerrera negó con la cabeza tratando de indicarle que no se preocupase. Los pocos que vieran esos cruces de miradas, sabrían que Flame sabía algo al respecto.

Aprovechando la posición que había tomado mientras se dirigía contra la bestia, dio un paso lateral y gritó: ¡Artho! Al otro lado, flanqueemos juntos, quizá así podamos hacerle más daño.

Kaevhas, golpea a esa cosa y da un paso hacia atrás, cuanto más cerca esté de mi, mejor. ¡Hazme caso! Trató de seguir dirigiendo al grupo. ¡Aire, Becky! ¡Porteged a Leiath! Necesitamos sus sanaciones en caso de que el combate vaya mal. Así que ayudad a Onfale y a Alice.

Leiath, ¿Hala es capaz de hacer que nuestras armas se vuelvan buenas? Si es así, ayuda a Artho, por favor.

¡Fosquito! Si puedes baja del caballo y da un rodeo para ayudar a Kaevhas, intentad flanquearle y tú búscale un punto débil para hacer uno de esos ataques que tan bien se te da.

¡Adelanteeeeeeeeeeeee y que Hala nos proteja! Trató de animar a sus compañeros, confiando que alguno de ellos, aunque fuera por una vez, le hiciera un poco de caso.

La oscuridad no desapareció de los ojos de la muchacha. Había visto que el frío le hacía daño, así que ¿para qué probar otros conjuros? Alzó la mano mientras las palabras salían de su boca. Comenzó a agitar la mano, como si tuviera algo que le diese asco. Un fragmento mágico de hielo apareció en su mano y lo lanzó, acelerando hasta las criaturas.

El mediano miraba como la daga de Becky volvía a su mano... No había visto nada gana apetecible desde una furgoneta llena de objetos mágicos llevada por una gitana Vistaní. Sus ojos se iluminaron y a él fue a parar una de las garras. A su pierna AAAAH MONSTRUO!!! Feo! se tocaba la herida cuando algo extraño sucedió. A... me ha dejado potingue... o eso pensaba el mediano, que le había envenenado, pero entonces... ¿porqué la criatura parecía estar dolida? No tenía sentido.
Flame le empezó a dar órdenes y no tenía tiempo para pensar en esos líquidos extraños que emanaban por su cuerpo.*

Ummm, hielo. Sin previo aviso la maga arranco una de las plumas de Hollín, el cuervo se quejo y estuvo a punto de sacarle los ojos a picotazos a su ama. ¡Tranquilo cuervo ingrato!, sin esto no podremos sobrevivir. La maga rompió un trozo de la pluma y la mezclo con el polvo rojizo que había recogido. ¡Ya está! Polvo de fuego y pluma de aire, eso da hielo. Puede que el punto fuerte de la maga pelirroja no fuera las Leyes naturales, pero de su mano salió disparado un rayo de hielo, aunque este se perdio en la lejania.

Finalmente el hecho de que Flame estuviera dirigiendo el combate la tranquilizo bastante, confiaba bastante en la mujer rubia y sus dotes de mando.

Después de ver como su flecha caía sin resultado tras impactar con aquel ser, y del comentario de Onfale acerca de su debilidad por las armas de hierro frío, el joven Tremens dejó su arco y fue en post de la criatura que se estaba merendando a Kaevhas, sacando sus dos armas del cinto procurando mantener su cuerpo lejos del alcance de las zarpas de la terrible criatura.

-Aguanta que llego.

Dijo cuando quedó al otro lado del ser respecto al mago de guerra, con sus dos armas listas para repartir dolor...

Desde donde se encuentra y pese al consejo de Flame, el guerrero se da cuenta que no podrá flanquear en aquel momento a la bestia, sin embargo da un pequeño paso a su izquierda para en el siguiente movimiento estar presto a aprovechar su entrenamiento. –Al menos el estoque de hierro ayudará un poco, lástima que no invertí lo mismo en el hacha.- Sin perder un segundo y consiente que era muy importante acabar con la criatura lo antes posible hace un intento de pinchar a la criatura con el estoque al mismo tiempo que la zurda se desliza sobre la coraza del insecto sin embargo…

Entre Flame y Artho, tenían contra las cuerdas a uno de los gigantes, que ya se tambaleaba. Pero entonces Flame se tuvo que poner a dar órdenes.

A Becky la mandó contra el monstruo que atacaba a Fosco...

¿Estás segura, Flame? Mira que está muy mal... que puedo rematarlo... ¡Oh, está bien! Becky, haz esto... Becky no hagas lo otro... Todo es Beckybeckybeckybecky.

Eficientemente, la maga lanzó su daga y produjo un minúsculo, cuasi imperceptible, rasguño en el Nashrou que Flame le indicó.

Onfale se llevó una cornada furtiva mientras se abrochaba la ballesta a la anilla del cinturón, pero había obtenido una distancia prudencial... para acercarse a otra bestia antropófaga. Ese momento lo aprovecharon Leiath y su varita, junto a Aire y su daga de hielo, pero solo la Bruja de Hala (alabada sea Hala), logró herir al monstruo.

Entonces a Alice le dió uno de esos momentos... Como cuando dispara con la ballesta a sus compañeros. Pero su personalidad estaba obcecada con un conjuro, y la magia magnifica las cosas. Un rayo de hielo salió de la mano de su hechicera, pasó entre las formas tubulares del Nashrou y se dirigió a Tropezón. Tremens se alejó a tiempo... Fosco logró desmontar en el último instante... El caballo nunca tuvo ninguna oportunidad. El cuerpo equino estalló en un millón de partículas de carne, inaprovechables para obtener raciones de alimento.

¡Al caballo no! ¡Al monstruo! ¡Apunta al monstruo!

Al ver eso, el Nashrou se cuidó de atacar a Alice en primer lugar, no fuera a ser que se le diera por lanzar otro rayo igual con mejor puntería. Lo sé, improbable que suceda... pero el Nashrou no conoce lo suficiente a Alice como para sentirse a salvo.

De los otros dos demonios, uno se cebó en Flame y el otro en Kaevhas, con sendos chorretones de ácido como recompensa.

Jooooder... pensó al ver al caballo explotar*. Sacó su estoque** y su escudo y fue en dirección a Tremens. Para flanquear a la criatura y clavar su estoque.

Al ver al caballo estallar, la Aire oscura empezó a reírse a carcajadas. Eso es lo que ocurría por no hacer caso a Aristóteles, él era sabio y lo sabía todo... ¡Y sólo ella le hacía caso!

Volvió a repetir los movimientos de la mano, y otro fragmento de cristal voló contra las criaturas.

- ¡Aaaarrrrrrrrrrg!- Gritó el perfumista cuando el cuerno le atravesó la ropa y la piel tras ella. La explosion de carne en la que había convertido la maga loca al su nueva montura le hizo encoger el cuello temiendo que pudiera ser él el siguiente. ¡Qué poder y qué desperdicio! Tambaleándose dio un rodeo, sobrepasando a Leiath, y cargó de nuevo contra el Nashrou que le había herido. ¿Se había convertido Onfale en el fallecido guardaespaldas de la Bruja de Hala? El caso es que rodeado de mujeres y, falto de su colgante hombría, se sentía en la obligación de cuidar de su particular harén de mujeres: Leiath, Alice, Aire y Becky. Era un poco ridículo ver al delicado perfumista blandir la diminuta daga en comparación con el gigantesco cuerpo óseo del demonio.

- ¡Qué hacéis aquí todas! Largaos...

Flame contempló como, al menos, una parte del grupo la obedecía. Ya era hora de que alguien haga lo correcto. Mientras tanto se vio tentada de ayudar a Kaevhas y a los demás, confiaba en que Artho podría solo con aquella criatura. Pero aún así, dudando de sus pensamientos, prefirió poner fin a aquella bestia, antes de que fuera demasiado tarde.

Cuando Alice vaporizó al caballo Leiath se llevó las manos a la cabeza. La comida!

No tuvo tiempo de gastar ningún pensamiento más sobre el tema ya que la gigantesca criatura le tapó la visión de los restos del recién bautizado Trompicón. La bruja alzó la vista hacia la amenazante monstruosidad. Demasiado cerca.

Se retiró un paso con cuidado para no llamar su atención, y viendo que estaba ya muy herido por la magia de la exótica mujer del osito, le lanzó un proyectil mágico a ver si, con suerte, conseguía hacerle caer.

Las dos hojas de metal raruno relucieron en las manos del joven, aprovechando que la cosa tenía la atención dividida entre él y el resto de compañeros como el maltrecho Kaevhas y Fosco, aprovechó para clavarlas en lugares especialmente vulnerables, logrando impactar el cuerpo a pesar de las nieblas que ocultaban parcialmente los cuerpos.

Cuando liberó el espadín, este tenía más de un palmo de sangre demoníaca en su filo.