Partida Rol por web

Alice continuaba con su concentración Zen, pero esta poco a poco se desmoronaba por los comentarios de las dos cotorras. No podrían callarse y dejarle a una sufrir en silencio. Dentro de poco su concentración Zen pasaría a ser la concentración del Zen-tenar de hostias.

Es que aquello era parte de la prueba? Creía que la tortura mental no entraba dentro de lo que la tocaría sufrir. Realmente Flame no era la misma.

Agradeció a la lagartona que la aupase para alejarla de las cuchillas, no se le habría ocurrido a ella.

- No, mujer. Sabes que te queremos, por eso te trajimos de vuelta con nosotros y por eso haremos todo lo que podamos para que estés bién. Pero has de reconocer que eres un poco difícil.

A la mismísima Leiath le asombraron las palabras que salieron por su boca. No por lo que significaban, sino por la situación algo cómica en la que se hallaban.

- Mira, por ejemplo Onfale, él te admira. Hasta creo que siente algo especial por tí. Pero tú siempre le apartas como si no te importase...

No se podía creer que estuviese manteniendo esa conversación con un cascarón vacío.

El perfumista empezaba a desesperarse.  Tratar de encontrar significado al acertijo, relacionándolo con las congregaciones, era casi imposible. Apenas conocían nada de ellas pro lo que descartó ya esa idea. El mensaje parecía decir que había un código oculto en el texto. Es decir letras,sílabas, palabras, pro números. Aún así, embadurnado ya en la mierda como estaba, le resultaba muy difícil pensar con claridad.

- ¡Mierda!- Nunca mejor dicho.- Si no tenéis ni puta idea- Dijo con mal humor y culpando a sus compañeros de lo sucedido pues él les había llevado raudo hasta allí.- probemos una cosa.- Si no podían descifrar el código probarían hasta dar con la combinación correcta.- Lo que más sentido común tiene es bajar todas las palancas de un lado y dejar arriba las del otro. Del 1 al 6 abajo y las otras arriba.¡Vamos!- De esta forma sabrían cuántas había que bajar en cada lado.

La cabeza de Tybalt estaba a punto de echar humo de tanto pensar en la clave para descifrar el acertijo, pero por más que lo intentase no había manera de hallar la solución. Y no parecía  que al resto le fuese mejor... A punto estuvo el tiflin de responder con el mismo tono al eunuco, pero éste pronto salió del paso con una propuesta que podría servir si eran rápidos. 

Siguiendo las indicaciones de Onfale y sirviéndose del obsequio de Leiath, Tybalt bajaba las palancas que tenía a mano siempre atento que los otros dos no resbalasen en el intento. Parecía que debían abandonar el ingenio para entregarse a una estrategia de ensayo y error... 

 ¡No!-interrumpió el cuervo-No estáis atendiendo a lo que sale, os estáis llevando dejar por los nervios, pájaros de mal agüero. Hay cuatro palancas del lado izquierdo bajado, pero menos de 4/6 de los resultados: no es la solución. Empezad a permutar palanca por palanca, despacio, para ver cuál vale y cuál no.

1, 4, 5, 6, 8, 10 -> el indicador bajó de 3/6 a 2/6. La palanca 1 no debe bajarse.

2, 3, 5, 6, 8, 10 -> el indicador subió de 2/6 a 3/6. La palanca 2 es correcta. Las palancas 3 y 4, o deben estar las dos arriba o las dos abajo.

2, 5, 6, 7, 8, 10 -> el indicador subió de 3/6 a 4/6. La palanca 7 es correcta. Las palancas 3 y 4 son incorrectas.

2, 6, 7, 8, 9, 10 -> el indicador subió de 4/6 a 5/6. La palanca 9 es correcta. La palanca 5 es incorrecta.

2, 7, 8, 9, 10, 11 -> el indicador bajó de 5/6 a 4/6. La palanca 6 es correcta. La palanca 11 es incorrecta. Por descarte, la sexta palanca a bajar es la 12, pero aún no habéis localizado la palanca incorrecta.

2, 6, 8, 9, 10, 12 -> 5/6

2, 6, 7, 9, 10, 12 -> 5/6

2, 6, 7, 8, 10, 12 -> 5/6

2, 6, 7, 8, 9, 12... ¡DING-DING-DING-DING!

El nivel de las aguas fecales empieza a descender, por algún desagüe abierto en el suelo. El morhg se aparta de la pared que había tras él, y os hace una reverencia mientras la puerta de piedra se empieza a deslizar a un nuevo pasillo... y después, la luz de los focos. El éxito. Los aplausos. Están cubiertos de mierda, y lo saben. Pero es una mierda que tiene un regusto a victoria.

Poco a poco, a medida que seguía un plan de acción, el joven guerrero arcano fue canalizando su male estar y angustia, haciendo cuando estaba en sus manos para que las compañeras del grupo sufrieran lo menor posible.

Finalmente, con un suspiro vio como la mierda dejaba de caer y que la existente descendía por una salida oculta bajo las eces licuadas. Con asco se quitó los sacos para dejarlos ahí tirados, que tampoco le habían servido de tanto... y con la capa aún medio enrollada alrededore de los hombros mientras se prepara para reanudar la carrera.

-No hagamos esperar más a las chicas.

Al menos el cuervo, aunque parlanchín, servía para algo. Con el estómago revuelto Onfale ayudaba a los demás a bajar y subir palancas. poco a poco iban determinando cuáles debían permanecer bajadas. Puede que no supieran resolver el acertijo, a pesar de su despierta mente, pero habían hecho un tan buen tiempo en el laberinto que eso les permitía, aún así, hacer un gran tiempo en total.

- ¡Síiiii!- Gritó cuando todas las palancas fueron correctamente bajadas y el líquido fecal se fue por el sumidero. Estaba empapado en mierda pero habría merecido la pena si al menos eso permitiera a las demás sobrevivir a sus respectivas pruebas. Aún con la forma de Leiath, el perfumista salió al exterior y haciendo visera con la mano elevó la mirada al cielo en busca de sus compañeras.

La maga creyó oír la voz de Hollín rastrada por el viento, había cerrado los ojos durante unos momentos para evitar ver la imágenes. ¡Mierda¡ Eso sí que no, usar a Hollín como elemento de tortura ya es demasiado.  Hollín en sí mismo es una tortura. Ese pajarraco estúpido no sabe hacer otra cosa que sacar a la gente de quicio. Con estos pensamientos en mente a Alice le fue mucho más fácil pasar el siguiente minuto encerrada en el cráneo.

Aire ya se estaba cansando de estar allí. Quería a su Aristóteles y salir de ese cráneo-cárcel que no olía muy bien. Suponía que la concentración de Alice era para algo más que soportar las torturas mentales. Era para evitar que se le escapara algún gas... Y no lo estaba consiguiendo.

¿No es ese Hollín? preguntó al escuchar de lejos al cuervo. Al ver que su dueña no hacía el mínimo caso a esa suposición, se encogió de hombros. Quizá era una nueva tortura... Aunque no sabía muy bien cómo funcionaría esta vez

 ¡Eeeeeeestupendo! ¡En tan solo doce minutos, la Hermosa y Lista Becky y su Cohorte de sirvientes han completado la Prueba de Sangre! ¡Un fuerte aplauso!

 Las imágenes en el interior del cráneo se detuvieron, sin llegar a llamar a la locura... o por lo menos Becky y Aire no estaban más locas que cuando entraron, y Alice seguía cordialmente cuerda.

 ¡Retiren la burbuja de la Prueba del Corazón!

 La esfera de cristal se consumió como una cerilla, empezando a perder consistencia en su cúspide. Flame cayó sobre la plataforma, pero por suerte para ella, Leiath amortiguó la caída. Más allá de un ligero dolor de pompis, la sacerdotisa estaba bien. A Flame se le acabaron las ganas de hablar con Leiath, pero se le notaba aún con una espinita clavada. Ambas podían andar por el muro invisible que hacía de techo del laberinto, casi equivalía a caminar por el aire. En ambos extremos les esperaban unas rampas para bajar de nuevo a la arena por el lado por el que más rabia les diese.

 Onfale, Tybalt y Jadewo estaban a una veintena de pies del cubil en el que pasaron la noche. En cuanto a Hollín, sobrevoló el coliseo para divisar, a vista de pájaro, todos los rincones. Parecía que estaba preocupado por la seguridad de su ama: Becky.

Pueessss... No ha sido tan difícil-dijo Becky, quitando importancia a los serios trastornos psicológicos que podrían haber causado las torturas de la Prueba de la Mente con unos cuantos minutos más de exposición-. Tendríamos que repetirlo, a ver si mejoramos el tiempo, y tal.

Por favor, haced el favor de volver a vuestros vestuarios.
Aún quedan muchas congregaciones por participar...

Jamás pensó que de los que se enfrentaban al acertijo, tan solo el cuervo fuese el único con el valor necesario para admitir que no tenían ni idea de cómo resolver el acertijo. Aunque ya comenzaban a tomar la senda de la prueba y error, todavía parecían mantener la esperanza de hallar la clave. Tan solo las brutamente sinceras palabras del pajarraco les quitó esa idea de la cabeza para comenzar a subir y bajar palancas como si... es decir, ya que su vida dependía de ello. 

Allí donde su inteligencia no estuvo al nivel del desafío, la rapidez combinada de los tres fue suficiente para dar con la combinación acertada. -¡Por fin!- Exclamó dejando escapar la tensión acumulada por la frustración de no haber a la altura aunque, despeñes de todo, habían terminado la prueba en un muy buen tiempo. Ahora solo quedaba esperar que el resto no hubiesen sufrido demasiado las torturas a las que fueron sometidos. 

Cuando la curandera consiguió poner pie en terreno seguro, se lanzó hacia su compañeros. Les fue abrazando uno por uno y calibrando su estado.

Tan contenta estaba de verlos a todos de una sola pieza que no se dió cuenta de su casi desnudez hasta el último momento, dado lo cual, enrojeció como culo de un mandril y se llevó las manos a sus pechos y partes pudendas para que no se le cayese más aún el velo que la cubría.

- Eh, mi ropa, dónde está mi ropa?

Suspiro aliviada, había superado la prueba, aguantar a Aire y a Becky. ¡Eso sí que era una tortura y no las imágenes que ponía la calavera!  Miro a todos sus compañeros tratando de verificar si todos seguían enteros y cuerdos. Bien, ahora solo nos queda una prueba para ver al gran señor Orcus,  y cruzar los dedos para que haya más descalificados en esta prueba. 

Se acerco a Onfale para recuperar su piedra Ioun, su más valiosa pertenencia hasta la fecha. Espero que te haya servido de ayuda.  La charla con Hollín y su promiscuidad la dejaría para más adelante. 

- Cuidado.- Dijo Onfale aún con el aspecto de Leiath y reculando cuando una desnuda imagen especular suya se le acercaba. No es que huyera del contacto del cuerpo desnudo de una mujer, es que él apestaba.- Estoy toda manchada de mierda.- Seguía interpretando su papel en caso de que hubiera ojos fisgones. Con un gesto rápido devolvió la piedra a su legítima dueña.- Nos ha servido para hacer un tiempo record.- No era muy dado a los agradecimientos, sobre todo teniendo en cuenta que el corto tiempo en cruzar el laberinto repercutía en la salud de las chicas.- Volvamos, sólo quiero lavarme de arriba a abajo.- El único que no estaba manchado era Tybalt, quien había usado las botas de levitar de Leiath.- Veamos de lo que son capaces las demás congregaciones.

¡Aristóteles! ¡Aristóteles! ¿Dónde estás, Aristóteles? Aire se puso a buscar a su osito. Las demonios se lo habían quitado, junto a su ropa. Pero la ropa daba igual. Sólo quería a su osito. No le importaba que los otros olieran a mierda, que Leiath o Flame estuvieran heridas.

Han perdido a Aristóteles, ¿no es verdad? ¿O está dentro en las camas? Siempre ha sido un poco flojo, pero no creo que las demonio le hayan dejado libre. ¿Habéis visto a Aristóteles? No dejaba de moverse de un lado para otro.

Jadewo contempló al resto de los componentes del grupo, las chicas. Solo entonces se permitió dejar escapar una bocanada de aire, relajándose. 

-Celebro veros, bien.- contemplándolas, especialmente a Leiath y a Flame, quienes mostraban las heridas físicas.-Espero que resultara acertado que hicierais la prueba las dos juntas.

Dijo mientras se quitaba la capa para que no se manchara con su armadura... la cual le tendría bastante entretenido para lograr limpiar toda aquella mierda.

 Psé. Yo sola me habría bastado...

Aire se lanzó como una loca a la bolsa de contención de Leiath, que se había ido con el grupo de Tybalt, Onfale y Jadewo. Casi quedó sumergida hasta la cintura. Pero cuando salió, triunfante, tenía de nuevo a Aristóteles en sus manos. En aquella bolsa de contención también se había ido acumulando la ropa de cada participante en las pruebas de Mente y Corazón. Ahora bien, si querían empezar a cambiarse allí, delante de todo el público, dependía de la vergüenza de cada cual. Las sacerdotisas, por su parte, no hicieron ademán de recuperar los batines con transparencias, así que pudieron entrar en el cubil para buscar intimidad.

En cuanto lo hicieron, la pared se deslizó detrás de ellos, con ventana de muro invisible incluída. El interior del cubil había sido remodelado. Unas placas de corcho ocultaban las paredes de mampostería, a modo de aislante, mantenían una temperatura más agradable. Había biombos apoyados contra esas paredes, por si alguno quería cambiarse con privacidad. Y hasta estaba ardiendo un poco de incienso, contrarrestando en parte el olor de Jadewo y Onfale.

El resto de la sala continuaba igual: camas, bañeras y mesa de comida. Solo que las bañeras volvían a tener agua caliente, y toda la comida había sido reemplazada. Grandes campanas de metal mantenían el calor de bandejas con distintas carnes y pescados, en contraposición a la comida de ayer, basada en platos fríos. Es como si hubiesen subido un escalafón en los cuidados recibidos.

Pssss...-Becky codeó a Onfale, con complicidad, a pesar de la suciedad-Se la hemos jugado, ¿eh? ¿Eeeeeh? Sí... Ahora el siguiente equipo encontrará la katana maldita en el laberinto, y será problema suyo. Porque... ¿te has acordado de dejar la katana fuera, verdad? ¿Verdad?

Onfale apartó a Becky de su lado con un gesto de la mano, un ensayado movimiento de muñeca, como quien despacha a un sirviente.

- Mira a ver en el saco. Yo tenía suficiente con guiar a estos dos por el laberinto.- No atendía a razones. Necesitaba ese baño como pocas veces en su vida. Una vez dentro del agua adquirió de nuevo su bella imagen.- Uff, al fin.- Dijo más por recuperar su amado aspecto que por quitarse la suciedad. Estaba bien crear un ardid para engañar a las otras congregaciones pero añoraba su imagen, siempre tan cuidada. A ver, Leiath no era precisamente el culmen de la delicadeza femenina aunque, de entre todo su harén, era de las mejores.

- Chicos...- Ya relajado en el agua que iba quedándose templada, la voz de Onfale se tornó suave y sensual. Sacó su estilizada pierna y la apoyó en el borde de la bañera.- ¿Vosotros habéis dejado la katana en el laberinto, o vamos a tener que lidiar con ella otra vez esta noche?- Quizá en otro momento y en otras circunstancias se hubiera preocupado más, pero ahora sólo podía disfrutar de su momento.

La bruja había llegado a la habitación con ansia. Se había colocado un biombo en uno de los baños y había disfrutado de una merecida pausa.

Estaba acicalándose el pelo cuando recordaron lo de la katana. De veras nadie se había acordado de ella?

Una vez vestida volvió a revisar los aposentos para ver si estaban cerrados a cal y canto y buscó a ver si encontraba algo con lo que llamar al 'servicio de habitaciones', para que se llevaran la maldita katana.

Mientras recorría la habitación preguntó: qué sabemos de la siguiente prueba?- Había que hacer nuevos planes.

Una vez en la celda, y explarada esta sin encontrar sorpresas desagradables, el joven guerrero dejó la capa a un lado y empezó a quitarse la armadura y las ropas manchadas y empapadas, descubriendo un cuerpo fuerte de músculos abultados y sin prácticamente vello. Buscó alguna fuente de agua que pudiera usar y unos paños y empezó a limpiar sus arreos de combate, a la par que respondía.

-El saco lo cargabas tú, Onfale, ¿a caso recuerdas que sacáramos de él la katana para dejarla en algún sitio?- Respondiendo al resto, añadió.- Preferimos darnos toda la prisa posible para que vuestras pruebas fueran lo más livianas posible.