Partida Rol por web

Fosco fue a abraza a Aire, había sobrevivido y también aprovechó para abrazar a Flame. Sus dos mujeres favoritas juntas, era como un éxtasis, el nirvana entre sus brazos. AAAAy suspiró placentero. Luego escuchó a Leiath Oye... Leiath. Desde cuando te has vuelto tan marimandona? Tú antes molabas, sabes? le dijo mientras se rascaba la naricita. Díselo tú, díselo tú. le decía a Flame mientras golpeaba sus tersas piernas. Vaya jamones, los tienes tela de duros, eh? Debes correr por lo menos, por lo menos como mucho, no? decía mientras apretaba su pierna. Bah y para lo que te ha servido, al final tengo que ir yo a matar a los pescaitos, eh? le decía golpeándola con el codo y guiñando el ojo a la vez. Eh ? EEEEH? sonreía como el idiota que era.

Kaevhas observaba la curiosa escena que se estaba desarrollando en sus narices. La expresión de su cara denotaba cierta incredulidad mientras pensaba en lo extrema que debe ser una situación para que se reúna un grupo tan dispar. Por lo que había visto hasta ahora, el mediano parecía ser una especie de bufón al servicio del perfumista. Y su perro parecía completar el conjunto. En cuanto a Aire, Kaevhas ya la conocía y no le extrañaba ese comportamiento. "A saber lo que tuvo que pasar..." Se dijo a sí mismo como si por primera vez se plantease el trauma de la mujer. Y el guía... el guía completaba el círculo de lo extraño... Pero ahora no había tiempo para hacer valoraciones. Estaban donde estaban y lo último que podían hacer era quedarse quietos.

Finalmente, el mago habló para responder a Becky tras salir de sus cavilaciones personales. -Tienes razón, Becky.- Le dijo mientras era perseguida por el Mane. -Yo me ofrezco a seguir al Skulvin y explorar la cueva. ¿Alguien más viene conmigo?- Esperaba no tener que pedir expresamente la ayuda de alguien. Aquella criatura marina estaba herida, sí, pero nadie aseguraba que no hubiesen más ahí dentro. Además, tampoco estaba seguro de que la gruta fuese practicable. Pero eso es algo que debería comprobar una vez allí...

Aire sintió como la pierna de Flame se movía, y ella lo interpretó a su manera. Las lágrimas desaparecieron y las carcajadas acudieron a su garganta.

¡Bieeeeen! gritaba, forzando los movimientos y alzando la mano en la que estaba Aristóteles, para que se divirtiera también.

Y su hijo Fosco lo remató abrazándola. Se levantó y tiró de él, alejándolo de Flame No seas maleducado, ¡es tu tía y mi salvadora! Hay que agradecérselo, así que... No terminó la frase, golpeó la cabeza de Fosco tranquilamente de manera cariñosa.

Miró a Kaevhas cuando habló y negó la cabeza No deberías, ¿qué vas a hacer ahí debajo si sólo hay agua?

Flame no pudo evitar seguir sacudiendo la pierna, en lo que Fosco y Aire se agarraban más a ella. A Flame le estaba empezando a dar bastante asco la situación. Así que tuvo que zarandearla más para que se quitaran de en medio. ¡Joder! Fosco, ¿tú también? ¡Largaos los dos! Mientras seguía tratando de zafarse de aquellos dos locos, Flame observó al arcanista. Apenas habían conversado desde el momento en que se habían conocido.

No sé muy bien como andaréis de conjuros tras no haber logrado descansar en condiciones. Pero creo que lo mejor será que terminéis de dormir, y seguir adelante. Si esa criatura vuelve para atacarnos, ya me encargaré de rematarla de nuevo.

¿Alguien tiene algo para limpiar esto? Dijo pensando que su espadón sería demasiado grande para hacer cortes precisos a esa carne. Onfale, tú aún debes de llevar la daga de Nikeras. ¿no?
 

Onfale aprovechó las palabras que le dirigía Flame para sacar el puñar de plata del pobre Nikeras.

- Sí aquí lo tengo.- Lo agarró de manera que no parecía que iba a limpiar pescado sino a rebanar cuellos. Al pasar junto a Fosco le empujó con la pierna para tratar de separarlo de Flame y le amenazó con el cuchillo. No hacían falta palabras, ya sabía que debía estarse quietecito si no quería cabrear al perfumista. Se acercó de la misma manera amenazante hacia Mane y Becky. ¡Qué recuerdos! Cuántas veces había tenido que lidiar con este tipo de problemas en el harén. Borrachos, maleantes, hombres cuyos apetitos sexuales insaciables no les dejaban controlar sus modales, a todos esos tipos de hombres se los conocía bien. Se dirigió a Mane mientras en la mano movía el cuchillo sugerentemente. Aunque zombi parecía que lo que tenía entre las piernas gobernaba su vida. Agradecía a su Creador haberle librado de aquellas ansias que nublaban la mente.- Me da igual que ya estés muerto o que seas nuestro guía. ¿Crees que hemos atravesado infinidad de planos para tener miedo ahora de encontrarnos solos? Ya has visto de lo que somos capaces...- Sobre todo de lo que era capaz Flame con su espadón.-... a sí que mantente apartado de las damas.- Al decir esto su voz se tornó melosa, ocultando un doble sentido que no dejaba de ser ambiguo. Después siguió con Becky. Le daban ganas de abofetearla para que dejase de quejarse por su falta de daga.- Yo tengo varias dagas si quieres que te preste una.- Le tendió su daga normal* y se puso a limpiar el pescado.- Venga ayúdame con esto.- Si no fuera por que tenía hambre no se hubiera puesto jamás a limpiar el apestoso pescado. Aún así tenía sus trucos para que no se le quedara el olor impregnado en su delicada piel.

Fosco acababa de recibir un capón y no le dio tiempo a quejarse cuando el perfumista le sacudió una patada. Con el cuchillo el amenazaba. ​Así se me trata... ya llegará el momento...ya! Diréis Fosco bla bla bla... decía imitando con una voz estúpida No sabemos por donde ir decía poniendo una voz grave Quizás Fosco lo sepa poniendo voz de vieja bruja Es demasiado estrecho...Debería ir Fosco... decía imitando otra voz diferente. BAH! dijo bajando las palmas y yéndose a mirar por la borda contraria a la que estaban todos mientras acariciaba al bueno de Rufus. Idiota... no te pierdas de nuevo... le dijo a su perrito

¿Ves? Ya no bajarás solo, Mane-dijo empujándole al centro del barco hacia Kaevhas y Fosco-. Ahora no tienes excusa.

Y Becky tampoco tenía excusa, ahora que tenía una daga, para ponerse a limpiar pescado.

Es porque soy mujer, ¿no? Los machos indómitos bajan a vivir aventuras y las débiles doncellas se quedan atrás, preparando la comida y esperando a la vuelta de los hombres.

Kaevhas mira a Flame con un rostro serio y decidido. La preocupación de la guerrera no era infundada. Él notaba que su poder había menguado después de las últimas batallas, pero todavía presentar batalla. -Aun puedo luchar, si eso es lo que te inquieta.- Le dice con un tono de voz firme y sereno. -Sé que es arriesgado pero puede resultarnos útil explorar esa cueva. Onfale parece conocer las costumbres de estos seres y cualquier cosa que pueda servirnos para nuestra incursión.- Trata de razonar. -Y si solo hay agua, volveré enseguida.- Añade para tranquilizar a la excéntrica Aire. 

Tan solo el mediano parecía tener la intención de bajar y nadie más parecía estar siquiera pensando en la posibilidad de sumergirse en aquellas aguas. -¿Y bien?- Pregunta una vez más para tratar de ver si alguien se decidía a acompañarlo. Kaevhas no tenía duda de su habilidad ni de su poder, pero no cometería la insensatez de adentrarse solo en las profundidades de una cueva marina desconocida.

Alice le da un codazo a Becky, Limpia pescado “doncella”….. ¿o es que quieres bajar tu también?. La maga pelirroja no tenía intención de bajar a la cueva, si podía escaquearse de ese trabajo mejor que mejor, pero si bajaba Flame, Leiath, o incluso Onfale se lo plantearía. Había descubierto que en ese plano no hacía falta buscar aventuras las aventuras venían ellas solas.

La expresiva mirada del perfumista lo decía todo. 

¡Panda de cobardes!

Dejó de limpiar el pescado mirando reprobatoriamente a los que se suponía eran el núcleo duro del grupo. 

- ¿Vais a dejar ir a Kaevhas solo?- Si tan solo tuviera su mágico estoque iría el mismo, pero en su estado ,creía de veras que no sería más que un estorbo. ¡Qué mal repartida estaba la fuerza con respecto al valor! Lo que quedaba claro es que, aún cercenado, Onfale era más hombre que muchos de los allí presentes.- Yo no poseo magia ni armas que puedan ser efectivas contra esas criaturas, pero no te dejaré ir solo ahí abajo.- Dijo poniendo una mano en el hombro del poderosos mago.

Tremens hizo un gesto antes de decir.

-Yo también bajaré.

No es que el mozo fuera de pocas palabras precisamente, pero tras el ataque de pánico que sintió ante el demonio, el joven no estaba con la moral especialmente alta.

-Me puedo mover bien, y si es necesario usar armas, las mías servirán bien bajo el agua.

Miró a Onfale y asintió, luego se giró hacia la dirección en la que había ido el ser herido.

Yo seguro que me hundo dijo Aire mientras se abría un poco el vestido y mostraba una armadura. Rápidamente señaló a Flame, su nueva heroína, y dijo y ella también. Yo voy donde vaya ella, ahora es mi otra mejor amiga añadió, sonriendo. Le hubiera gustado acercarle a Aristóteles para que se conocieran, pero el oso la dijo que ni se le pasara por la cabeza.

Aire se asomó fuera de la barca No veo el fondo. ¿Estáis seguros de que merece la pena? Aquí tenemos comida y agua

Yo no...yo... dijo mientras le empujaban, buscaba las palabras para no bajar, pero derrepente apareció el momento. Los ojos de Fosco se abrieron maravillados, de sus ojos salían estrellas y la baba le bajaba por la comisura de los labios. Era el momento que había estado esperando... El momento de hacerse el héroe, porque si algo le apasionaba más que quedarse con objetos bonitos era hacerse el héroe.
Está bien... dijo con gran aplomo... como si de un gran actor tragicómico se tratase, casi parecía noble y bueno Iré... me arriesgaré por vosotros... todos miraban a Fosco subido para que pudiesen mirarle más cómodamente, unos segundos de silencio invadieron el barco para acabar diciendo Amigos tan sentido que casi parecía que fuesen sus amigos. Se agarró la capa donde tenía la patata y miró con gran pasión a un lateral del barco Contar con mi astucia y estoque... más segundos para acabar diciendo Si no vuelvo... sus palabras casi parecían ladrillos de los pesada que eran ...Cuidar de Rufus dijo saltando y abrazando a su fiel mascota.

Al final iba a ser una expedición más equilibrada. Cinco machotes, pelo en pecho, se despelotaron y se echaron al mar: Fosco y Onfale (el eterno dúo cómico) por parte de los llovidos del cielo, Kaevhas y Tremens por parte del grupo del Cárceri, y por supuesto... The Man-e. Dejaban atrás mucho más que su ropa, dejaban a sus seres queridos: Rufus, Perezoso, Flame, Aire...

A los demás les quedaba una tediosa espera cortando pescado y rezando conjuros...

Rufus lamió la cara de Fosco a modo de despedida. Perezoso hizo lo mismo con Onfale: aunque sabía que a su amo no le gustaban las babas, este podría ser el último momento que pasaban juntos. Mane intentó lo de los lametazos con Becky, pero se llevó un codazo en el epigastrio. Cinco machotes, pelo en pecho, se despelotaron y se echaron al mar: Fosco y Onfale (el eterno dúo cómico) por parte de los llovidos del cielo, Kaevhas y Tremens por parte del grupo del Cárceri, y por supuesto... The Man-e.

Descendieron y bucearon hasta el interior de la cueva. La oscuridad era absoluta, hasta que un resplandor verde se adivinó más adelante. Todos pensaban en alguna mina de esmeraldas. La cueva se ensanchó. El túnel se bifurcaban en frente, pero la luz venía de arriba. Sus cabezas emergieron en una pequeña bolsa de aire. Sobre la superficie, un verdín estancado de algas luminiscentes repartían el verde y lo reflejaban en el techo dando toda la luz de aquel momento, mágico, de intimidad a la belleza de la naturaleza.

Puto asco, puaj... Podían limpiar esto esos guarr... ¡Oich!-se escoró en el agua-¿Qué ha sío eso? ¿Algo ma tocao la pierna?

Tensión. Se prestan a apartar el verdín para ver qué hay debajo de toda esa capa, pero al remover el agua también están empujando a otras algas para que ocupen el lugar recién despejado. Una voz de ultratumba resuena a las espaldas y todos se dan la vuelta. La cabeza del skulvin herido asoma por encima del agua y pronuncia sonidos guturales desagradables. Algunos lo reconocen como la lengua abisal. Mane se presta a traducir...

Puesssss... Nos está ofreciendo un trato. Diez perlas y cinco... ehm... ¿cómo traducir esto? ¿Caras de aire? ¡Máscaras respiratorias! Sí, eso. Dos perlas y una máscara para cada uno de los que hemos bajado. A cambio, nosotros nos daremos el piro y no seguiremos más adelante. Podemos quedarnos las perlas y no decir nada a los demás, jurljurljurljurl. O podemos matar a esta salamandra feucha y seguir adelante. ¿Qué hacemos?

Flame en el último momento se quedó con las dudas de bajar con el resto de hombres. Pero al final vio que Kaevhas no bajaría solo, pero dejar a Fosco y a Onfale a su libre albedrío no era algo que le hiciese mucha gracia. Así que miró a Alice y a Aire, esperaba que quizá ellas la pudiesen ayudar. Chicas, ¿tenéis algún conjuro que sea capaz de otorgarme una armadura mágica que dure algún tiempo? Mi sexto sentido me dice que esos muchachos pueden necesitarme, y no se por qué, pero creo que vosotras estaréis bien aquí solas. Es más, alguna conoce algún método para comunicarnos en la distancia, así , si necesitais ayuda, tan solo tendríais que llamarme. Dijo mientras se volvía a asomar por la borda y observaba al zombi cuya presencia aún no comprendía y al resto.

Si me voy, dijo mirando a la que ahora se había autoproclamado su "nueva más mejor amiga", Aristóteles y tú tendréis que cuidar de Leiath y los demás. ¡Y sobre todo vigilad a Rufus que no haga de las suyas!

- No, no, Rufus, cuidadooooo!

La bruja se despertó de golpe de la pequeña 'cabezadita' que había echado. Tuvo un sueño extraño en el que Fosco y Rufus se volvían a meter en un lio. La voz de Fosco aún resonaba en sus oidos cuando abrió los ojos. Era por el cansancio que aún se acumulaba en su cuerpo o ahí había menos gente que antes? Se frotó los ojos con fuerza y volvió a mirar. Fosco, Onfale, Kaevhas, Tremens y el Esputo con Patas, no estaban abordo. Estarían pegandose un baño?

- Do-dónde están los demás?

Por un momento viejas sensaciones llegaron a la mente de Tremens, recuerdos de cuando hacía trabajos peligrosos para los Dos Peniques, por un momento le salió una vena maliciosa y cruel... pero por algún motivo se percató de ello y tras tomar aire negó con un cesto de la testa mojada.

Levantó las manos hacia la criatura, levantó cinco dedos y negó con determinación, luego levantó los diez dedos de las dos manos. Haciendo hincapié en el número. Tras una pausa volvió a destacar los diez dedos para luego señalarse a ellos y hacer un gesto de marcharse por donde habían venido.

Onfale se zambulló en el agua con gracia, tan solo ataviado con un sencillo taparrabos, en su caso mal llamado así. Había atado una cuerda al barco con algo que pesara para que se mantuviera extendida bajo el agua y así poderla usar en la subida como guía. Años y años controlando la respiración le daba cierta seguridad en lo que a no ahogarse se trataba. Pronto divisaron una luz verdosa que hizo que nadara más y más rápido con la esperanza de que fueran preciosas gemas.

Algas luminiscentes...

Al menos les habían dirigido a una bolsa de aire. Lo malo de las bolsas de aire es que permitían hablar al Mane. Puso la misma cara que solía poner cuando Fosco decía alguna de sus burradas. Su intento de atemorizar al zombi no había servido de nada. Ahora, con su delgado y fino cuerpo tapado tan sólo con un taparrabos que dejaba sus suaves y tersas nalgas al aire, a lo único que podía aspirar era a seducirlo. De esa guisa no podría intimidar ni a un niño pequeño aunque del taparrabos clgaba una daga.

El perfumista casi pegó un grito cuando apareció el skulvin. Tras la sorpresa inicial asimiló que estaba intentando hacer un trato con ellos y salvar sus vidas. El trato le parecía ventajoso y esta presto a aceptarlo sin condiciones cuando observño los gestos de Tremens. Esta bien regatear por si podían conseguir 10 máscaras de esas. 

- Perfecto. Por mí esta bien. Las perlas podemos quedarnoslas nosotros, los demás no las necesitarán ni tienen por qué saberlo.-Con 4 perlas, las dos suyas y las de su lacayo,podría preparar pergaminos de identificar. Estaba seguro de que Fosco y Tremens no pondrían problemas. Su enigmática mirada, ahora mucho más misteriosa que de costumbre, escrutaba a Kaevhas. Para él era una incógnita lo que haría el mago.- Quizá yo pueda hacer algo con esas máscaras para adaptarlas y poder usarlas para respirar bajo el agua. Siempre que tenga tiempo y tranquilidad para hacerlo.- Puede que Aire o el mismo Kaevhas pudieran echarle una mano.