Partida Rol por web

Su mirada no puede evitar a la joven guerrera y a Tremens, jamás hubiera imaginado que justo ellos dos saliesen corriendo al ver como el demonio sorbía los jugos de la mujer. –Vamos Tremens, eras el único con un poco de cerebro en todo el grupo. Si por lo menos tuviera algo de cojones. Espero que por lo menos se trate de alguna artimaña para intentar escapar o algo similar, poco probable pero al menos no querrá decir que perdemos a otros dos.-

Enseguida la pequeña oferta de libertad se ve coartada. –Ahora nos asigna un guardia, alguien encargado de asegurarse que cumplamos el encargo.- Algo extraño debía estar sucediendo, varios de los nuevos presos miraban al guía-celador con una mirada de repugnancia y desprecio ya añejo. –Ahora resultara que unirnos al grupo de pardos no fue tan buena idea, si la hermosa seguidora de los dioses continua intercediendo por el par de cobardes todos terminaremos secos.- Medita mientras mira el cuerpo roto de la mujer-sorbete.

Se ve que la Cofradía Del Puño Cerrado también tiene sus seguidores fuera del plano material.

Así pensaba el perfumista cuando el gran Severik les negaba las armas. ¡Sólo un ejército de muertos vivientes! Bah, eso no es nada. Tenían a Leiath, bendecida por la gracia de Hala, si no moría, claro. Habría que protegerla.Desde la muerte de Azaron, Onfale parecía su guardaespaldas. Siempre había que proteger a las mujeres ya fuera en un harén o fuera de él. ¿Sería ese su Sino? Onfale sólo quería que lo protegieran a él por una vez.

Entonce lo vio. Más bien, lo "oliskeo" primero. Su hedor era inconfundible para la memoria olfativa de la entrenada nariz del perfumista. Jamás hubiera soñado con mejor regalo que la compañía de aquel zombie galante y educado*. Mucho mejor que un mapa, sobre todo en su estado mental actual, en el que apenas podía leer una frase sin bizquear. Comenzaba a estar harto de todo. El pequeño Perezoso se revolvía inquieto bajo sus ropas. La última vez que se habían encontrado con Olisk, el camaleón era un estoque y penetraba mortalmente su pútrido cuerpo.

- ¡Oh! Alabado seas Severik por ofrecernos semejante guía.-Onfale respondió al amistoso saludo del zombie chocando palmas. Aprovechó para susurrarle unas palabras.- Sígueme el juego o volveremos a hacerte polvo. O mejor, elegiremos a otro guía y te quedarás aquí.- El mago volvió a charlar con normalidad.-¡Ey, brotha!- Se puso a la altura de la chabacanería del no muerto.-Olisk, era ¿no? Hacía mucho que no nos veíamos. ¿No has vuelto a ver a Babras? - Así que el jefe de Olisk era Demogorgón. No podía ser casualidad. La gitana hilaba fino. Se dirigió de nuevo a Severik con una reverencia y levantando la voz para que pudiera oírle claramente.-La última vez que que nos encontramos con este siervo vuestro fue aquella mujer, que ahora huye, la que separó su cabeza de su cuerpo. ¡Es una valiosa guerrera que ayudará al éxito de esta empresa sin lugar a dudas! Sólo déjela con vida y aceptar ese descanso que nos ofrece y que tanto necesitamos todos. Díselo tú Olisk, tú la conoces bien ¿no? ¿No es una temible guerrera?

Flame corrió y corrió hasta que se alejó de aquella visión. No quería mirar para atrás, no sabía si le perseguían o si la habían dejado a salvo. En cambio veía como Tremens huía tanto como ella, salvo que él mucho más rápido debido a que no poseía una pesada coraza como ella.

Para cuando se dio cuenta de que ya había corrido demasiado, y que empezaba a fatigarse, dio un grito a su compañero para que parase él también. Y cuando se giró se dio cuenta de le estaban siguiendo. Y entonces escuchó las palabras de Tremens, parecía que aquella mujer era alguien conocida. Alguien que se estaba haciendo pasar por un enemigo, cuando realmente era un aliado. ¿Verdaderamente será Becky? Tan solo le quedaba esperar la respuesta de éste. Por si acaso, y para ahorrar tiempo, desenfundó a Ayash no fuera a ser que tuvieran que lidiar un combate ellos dos solos contra aquel maligno ser.

Kaevhas estaba tan centrado en mantener la compostura que no se dio cuenta de la huída de Flame y Tremens hasta que la Marilth que los apresó dio la voz de alarma con la consecuente orden de ejecución. Las premisas del libro de Becky seguían primando en aquella situación, sobre todo si debían atacar el centro de poder de un señor demoníaco. De modo que el mago decidió interceder por sus compañeros de la misma manera que hicieron en primer lugar, una vez más, Onfale y Leiath. -Todos tenemos nuestra función dentro del grupo y aquellos dos tienen una muy importante.- Argumentó dando un paso al frente y con una pose firme, esperando que el demonio no esgrimiese sus propias palabras en su contra.

Sin duda lo último que debían hacer era adoptar una actitud amenazante ante tales personajes si lo que querían era salir vivos. Es decir, que no había que luchar inútilmente aunque si debía morir, Kaevhas lo haría empuñando su arma. Pero esperaba no llegar a ese extremo. De modo que, imitando al perfumista, decidió adoptar una actitud algo más aduladora. -Como dicen mis compañeros, el hombre y la mujer son grandes. Seguramente su... sed de sangre los hizo salir corriendo para cumplir cuanto antes la misión que se nos encomienda... ¡Oh...!¡Gran Severik!- Estas últimas palabras se le atragantaron un poco por la ligera vergüenza que sentía al fingir tan descaradamente tanta devoción hacia el demonio. Pero esperaba que la burda explicación sirviese de atenuante a la hora de decidir el destino de sus fugitivos compañeros.

¿El calvo feo? Ah... Sí, lo tengo en la punta de la lengua... ¿Cómo era?

A buenas ha preguntado Tremens: a la desmemoriada Becky. Pero su amnesia se produjo antes de aquel episodio, así que si realmente fuese Becky, debería acordarse.

Te lo pongo así... Supongamos que yo no soy Becky, pero sé el nombre de Becky porque la capturamos. ¿Qué sentido tiene tu pregunta si podríamos haber sacado el nombre del calvo feo torturando a Becky? Ninguna. Y una cosa más te voy a decir... ¡Richard! Eso, se llamaba Richard Co... Corni... Corte... ¡Corben! ¡Richard Corben!

Los nudillos de uno de los brazos de menor altura golpean el hombro de Tremens sin hacerle apenas daño.

¡Y esto por lo del sexo de las Márilith, obseso degenerado!

¿Temible? ¿Una mujer? Como no sea limpiando mal los cacharros y hasiendo guisos sosainas, no veo cómo-sí, se veía como Olisk, sonaba como Olisk, pero no tenía su mismo olor a cadáver en descomposición; además, Olisk se transformó en polvo al matarle-Me confundes con otro, apiolao. No sé de ningún Olisk, y las últimas Babas que he visto son las del chucho...

Decidido entonces: que los maten-sentenció Severik-. Si esos dos salen corriendo cuando están entre "amigos", no serán de utilidad. En cuanto al chucho, eso me recuerda lo de las provisiones. ¿Los humanos aún seguís comiendo carne de perro, verdad?

Alzó un brazo hasta una de las jaulas colgantes y retiró la tela.

Nos lo trajo uno de nuestros Varrangoines amaestrados. Podéis hacer buenos filetes de él.

¡Warf!-ladró alegre, con la lengua colgando mientras meneaba el rabo.

¡Rufus! Oh, gran demonio, si liberáis a mi hermano os juraré lealtad eterna. ¡De verdad de la buena!

Entonces emerge de las sombras de la sala un invitado inesperado en el que no habían reparado antes.

¡Miaumarramiamiaumiaumiaaaau!

Al fin el Gato de Vaek puede terminar con la vida de su rival. El gato conjura una salpicadura de ácido que corroe la cuerda de la que cuelga de la jaula. Sin amarre, se impone la gravedad. La jaula se descoyunta al llegar al suelo y Rufus, malherido por la caída, sale de debajo de los hierros abollados.

La escena se ve interrumpida con un gran estruendo. El techo se derrumba y un montón de diablos se cuelan en la Sala del Trono desde el cielo caluroso de la Llanura de los Portales Infinitos.

¡Nos atacan! ¡A mí mis Márilith!

Las Márilith se acercan al trono y el demonio Severik activa su anillo creando una pared inclinada de lado a lado del salón. De un lado: Aire, Alice, Artho, Fosco, Kaevhas, Leiath, Olisk, Onfale y la puerta que conduce a la rampa por la que subieron hasta aquí. Del otro, el combate entre demonios y diablos, el hueco en el techo y la lucha eterna entre el perro y el gato. Los humanos empiezan a abandonar la sala, histéricos, huyendo a la sala contigua que hay tras el trono.

¡Vosotros! Más os vale que cumpláis vuestra parte del trato, humanos. Yo puedo sobrevivir a esta batalla y estar a tiempo de matar a los desertores.

Las Márilith reptan por la rampa invisible creada por Severik, y salvando la distancia que les separa del agujero en el techo y los diablos voladores.

A pesar de la situación, este momento de pausa y rotura de la tensión, ayudó al joven Dos Peniques a recuperarse en parte del momento de debilidad que le asaltara momentos antes ante los demonios y la mujer esa.

En cualquier caso, se alegraba de estar vivo, y libre por el momento.

-Premio para la señorita.- Dice a Becky ante la respuesta. Ante el golpe de ella, añade.-Mujer, no era degeneración, sino una forma como otra de canalizar la ansiedad y romper el hielo... además si no pasara tanto hambre... en fin. ¿Como te lo montaste para reducir a una de esas bichas y ocupar su lugar... por que no me dirás que te disfrazaste de ellas, y ni se dieron cuenta de que eran más que antes, verdad?

En uno de sus ticks, siempre vigilante, se volvió a poner en contexto.

-¿Bien, y ahora qué hacemos?

Flame se hubiera reído de no ser porque seguían en una peligrosa situación. No por la Becky transformada, si no por el lugar donde estaban viviendo, y por la misión que les habían encomendado. Mostrando una aptitud seria, se limitó a escuchar la respuesta que le daría a Tremens. No le importaba cómo se las había ingeniado para no ser capturada, si no más bien cuál debía ser el siguiente paso a continuación.

¿No era OlisK? Su olfato le había engañado. Entonces el mundo podía caérseles sobre las cabezas. No iba muy desencaminado, pero sucedió eso más adelante. Podía no funcionarle bien la cabeza, pero su apreciado sentido del olfato...era una tragedia. ¿Cómo iba a salir de esta Flame?

-La carne de perro no está mal, sobre todo si...¡Rufus!- Todo ocurrió muy rápido, demasiado para la anteriormente ágil mente del mago. Ahora, demenciado, su cerebro trabajaba  a regañadientes. La huida de Flame y Tremens. Flame, que se las daba de proteger al grupo y dar órdenes, había huido dejándoles desamparados. La ausencia de Becky, con siu libro sabelotodo y Víktor, la esperanza del perfumista para encontrar a la gitana. Y ahora la aparición de Rufus, la del gato de Vaek y la consiguiente estrepitosa caída del perro de su lacayo. Pero no todo acabó ahí. El cielo se les vino encima dejando ver a una horda de diablos y una inminente batalla entre los dos bandos de monstruos.

-¡Se acabó el descanso joder!- Onfale dijo adiós a la idea de dormir de nuevo entre cojines, de aprovisionarse y de armarse en condiciones.-¡Tenemos que salir de aquí!- El grupo se estaba desintegrando pero, ¿qué podían hacer? Flame ya sabía a dónde tendrían que ir. Debía ingeniárselas sin guía para llegar a donde Olisk les llevara. Cualquier otro ya se hubiera rendido, pero mientras le quedara la libertad, Onfale seguiría luchando por sobrevivir.

JUa AJ JA JA! se escuchaba a Fosco juguetear con su perro. Contrario al humor general el mediano estaba contento en aquel ambiente. ¿Quién dijo muerto? JUA Ja JA ja! reía y jugaba. Hasta que vio a Olisk, aquel tipo... no era... OYE , OYE tu... tú!!! tú! le decía mientras le tiraba de sus ropas. Tu no estabas muerto? Te dio una paliza Babras... yo lo vi! Por cierto, Babrás también la jiñó...sabes? Igual podrías traerlo y así hacemos todos una fiesta... Aunque tú no estás invitado , eh chupacabras... dice señalando a Severik. Me va a costar olvidar como taz comio a esa tipa. Parecía marisco. A sio... Puaj! Es que no sé en que estabas pensando... Joder! Ni que yo me pusiera a comer higadillos a tu vera... intentaba expresarle Fosco a la cabra bípeda. Tú que dices Onfale? Tu no estás como... como... "joder que cojones ha sido eso?". Y mira que he visto cosas asquerosas, pero lo tuyo... Una vez un tipo salió de una boca. Igual tú lo conocías. Aunque eso me cabreó mucho, sabes?... ajú...

Poco después de que Severik se decidiese por una sentencia firme, una hueste de diablos irrumpe en la sala desde el techo. Kaevhas no supo decir si aquello era bueno o malo. Por un lado, el ataque había dejado en vilo la pena de muerte que pesaba sobre los hombros de Flame y Tremens; por otro, sin quererlo se habían visto envuelto en una contienda llena de criaturas de pesadilla. Pero, por suerte, los demonios parecían ser capaces de sobrellevar el improvisto. O así se lo hizo ver Severik. -¡Cumpliremos nuestra parte del trato! ¡Y vendremos a buscar nuestra justa recompensa!- Le hizo saber al demonio.

Tras asegurarse del que Severik no dudase, o al menos no mucho, de ellos, Kaevhas corrió junto a Onfale. -Quizás todavía podamos alcanzar a Tremens y a Flame.- Propone sin dejar de moverse para salir de la sala. La herida y las quemaduras le escocían a cada movimiento que hacía pero ahora no tenía tiempo para quejarse. Ahora el grupo debía preocuparse por salir de ahí y evitar a los diablos que trataban de hacerse con el castillo. -Ellos solos y sin guía no durarán mucho ahí fuera.- Le dice ante la obviedad. Kaevhas no recordaba prácticamente nada de lo ocurrido en el viaje por la bruma pero viendo su estado y la situación en la que se encontró al despertarse, no era difícil llegar a la conclusión de que esa niebla ocultaba muchos peligros.

Leiath observó, no sin cierta satisfacción, como aquellas malvadas criaturas se mataban entre ellos.Pero no tenía mucho tiempo más que perder disfrutando de la escena.

Corrió hacia Rufus -consideraba al can un miembro del grupo, a veces incluso el más avispado del grupo, y no le pensaba dejar atrás- y mientras sacaba su varita de curaciones dirigió sus palabras al resto del equipo.

- Debemos salir a por Flame, quizás estemos aún a tiempo de alcanzarles, como bien dice nuestro nuevo compañero, y defenderles si intentan matarlos.

Tú, engendro repugnante -señaló al zombie que ahora sería su nuevo guia, taladrandole con una mirada tan fría que podría helar aquel mismisimo infierno-, tu quieres que esta mision sea un éxito para no acabar usado como mondadientes de tu señor verdad? Entonces nos ayudarás a buscar a nuestros compañeros y luego vamos todos a cumplir la misión acordada.

Uso su varita en el fiel perro y cuando éste se puso en pie, salió a paso rápido hacia la dirección que habían tomado los huidos.

-Vamos!

Es una larga historia, y la magia del disfraz no durará mucho tiempo más. Este es el plan: vosotros dos salís fuera de la fortaleza y os ocultáis entre los crisoles de magma. Yo vuelvo arriba y veo a dónde llevaron al resto. Se supone que debo llevar una prueba de que os he matado, pero estas armas del disfraz son de atrezzo: no las puedo manchar de sangre porque ni siquiera existen. Tremens, dame tu espada corta. Tenemos que herir vuestra piel para que la sangre fluya por la hoja y...-el edificio tiembla por unos segundos y caen algunos cascotes-Vale, plan B: me marcho con vosotros.

La torre dejó de temblar, pero Becky seguía queriendo irse de allí.

¡Claro que estoy morío, pulga! Esto es el infierno... bueno, no. Es el abismo. ¡Es igual! No pienso quedarme aquí, ni tampoco su os voy a esperar. ¡Tonto el último!

Y el último, por supuesto, fue Fosco y sus cortas piernitas. Rufus corrió hacia Fosco, y babeó sobre la pendiente inclinada que les separaba. Recorrió el ancho del muro invisible sin entender porqué no podía pasar. Finalmente lo que le hizo desistir fue el acoso del gato, y los dos animales se fueron de la sala por el mismo lugar que los humanos. Gato perseguidor y perro perseguido.

Sin otro camino que seguir, el grupo empezó a bajar la rampa...

Momentos después, el grupo de Onfale descendía la rampa acompañados de uno de los humanos pálidos del séquito de Severik. Fosco, que se quedaba atrás, pisó la punta de su capa y rodó por la pendiente recuperando la distancia perdida.

Abajo de todo se encontraban Flame y Tremens, frente a frente contra una Márilith armada con sendas espadas en cuatro de sus seis brazos.

¡Oye, Mari!-dijo a distancia el paliducho a la Márilith-¡Ataque de diablos! Te necesitan arriba pa partir cráneos.

Ehm... Cof, cof, cof...-carraspeó para hacer una voz más grave-No, no... Seguro que ellos se encargan. Yo estoy bien aquí abajo.

Finalmente el grupo descendía por la rampa corriendo con todas sus fuerzas para salir de ahí cuanto antes y así poder encontrar a los compañeros que escaparon despavoridos. Por suerte para ellos, tanto Flame como Tremens se encontraban en la parte baja de la rampa... aunque con una compañía un tanto desafortunada. El siervo prestado por Severik se apresuró en avisar a la Marilith del ataque de diablos, pero la criatura se desentendió de sus responsabilidades. -¡Eh! ¿Es que no has oído? ¡Tu señor Severik a ordenado acudir a todas las Marilith!- Le espetó Kaevhas mientras se acercaba bajando a prisa por la rampa.

El mago esperaba que la demonio recapacitase, pues no sabía cómo respondería su cuerpo en un combate ni tampoco si el acabar con una de las Marilith repercutiría en la recompensa de la misión que habían aceptado. Pero de una cosa estaba seguro. Tenía cosas que resolver con Tremens y no iba a dejar que aquel híbrido de serpiente, demonio y mujer le arrebatase la oportunidad de saber qué le había ocurrido.

Cuando se dieron el encontronazo con sus compañeros perdidos y el escenario que tenían por delante la mente de Leiath se puso a trabajar rápidamente. Debían evitar el confrontamiento a toda costa ya que no iban a tener tiempo para reposar sus heridas y, la verdad, no quería tener que medirse con tan formidable guerrera.

Vaya, vaya - la jóven bruja se cubria la boca como para que no se la escuchase pero con voz suficientemente alta para ser oida por la Marilith- nos lo vamos a pasar pipa cuando le contemos a Severik que una de sus guerreras no quiso obedecerle.