Partida Rol por web

Señior... Sea biuenio...-dice Melinda a Viktor tras debatirlo-Si el prioblema es la quiomida, una ansiana y unios niñios quiomen la mitad de un adiultio. ¿Aseptaría quiuatrio vidas a cambio de esas ochio?

¿Entonces la embarazada cuenta por dos?

Nio, nio... La embarasada quiuenta pior unio. El fetio es miuy pequeñio... nio quiuenta. Mi padre Genaro-señala al hombre de la navaja-, mi tío Carlo-señala el cadáver-, mi tía Rosinda-señala a la embarazada-y yio. Quiuatrio adiultios a cambio de ochio persionas que quiomen quiomo quiuatrio adiultios.

¡¿El cadáver?! ¡Ese no cuenta!

Sí, sí quiuenta.

No... oh, sí, de acuerdo. Tú cuentas a Carlo y a Rosinda, y yo cuento a Rosinda y su barriga, es justo. ¿Seguro que no preferís cambiar a la embarazada por la vieja y uno de los niños?

¡Nio! ¡Niosiostrios quiuidamios de niuestrios mayiorres y niuestrios niñios, giorgio!

Es espeluznante oírles regatear con vidas humanas. Mientras, Vaati ha encontrado la trampilla que baja a la zona de lastre. Como siempre, faltan voluntarios para ser el primero, y esta vez Hakim está herido.

Dolorido me acerco a Vaati y al descenso a la zona de lastre del barco, " Vaati te acompañaria a alli abajo pero como ves estoy herido de gravedad , pero te guardare las espaldas " digo con mi mejor sonrisa

Flame había permanecido escuchando la conversación y asentía ante las palabras de Víktor. Negociar con vidas humanas era duro, pero más duro iba a ser morirse todos de hambre, así que lo justo era sacrificar algunas vidas a cambio de aguantar con el resto de polizones. Por un momento se vio tentada en acabar con la vieja, la vida de aquella anciana ya de poco servía y era inútil mantenerla con vida, si Ayash acababa con ella quizá salvarían la vida de la embaraza. Porque acabar con un niño o un no-nato eso ya era demasiado para Flame. 

Después parecía no haber voluntarios para bajar por la trampilla así que Flame se acercó para bajar por ella como había hecho siempre. Si algo quería que saliera bien, sin duda, tenía que hacerlo ella misma.

Escuchaba serio la discusión entre Das Vracken y la vistani. Oír aquellas palabras que negociaban con la vida de unos niños debería haber hecho surgir sus remordimientos, pero Vaati no sentía pena por ellos, era una cuestión de supervivencia, de sacrificar a unos pocos, por el bien de muchos, y que demonios, eran polizones.

Das Vracken hvort taka fórn eða ekki, getum við alltaf skip þá desacernos af þeim í bát með vistir fyrir nokkra daga og láta þá til að örlög þeirra. Tæknilega, myndum við vera ekki að drepa okkur. - habló en otro idioma.

Luego se dirigió junto a sus compañeros a la trampilla que había encontrado. Hakim ya estaba poniendo pegas para bajar primero y estaba a punto de hablar para convencerlo, cuando Flame se mostró valiente y algo insensata, empezando a bajar.

Te alumbro, ten cuidado. - dijo acercando el farolillo a la trampilla.

Vaati habló en elfico:

Das Vracken, tanto si aceptan sacrificarse como si no, siempre podemos deshacernos de ellos embarcarlos en un bote con suministros para pocos días y abandonarlos a su suerte. Técnicamente, no los estaríamos matando nosotros

Das Vracken movió la mano como restándole importancia al comentario de Vaati, no se sabe si desechándolo o si guardándoselo para más tarde.

Mientras seguía hablando con Melinda, entre Vaati y Flame inspeccionaron el lastre. Ya no se podía considerar bodega a este compartimento, no eran más que las entrañas del barco. Una viga de madera atravesaba longitudinalmente el suelo, dejando a uno y otro lado un montón de sacos. El techo era más bajo, lo que obligaba a encorvarse para caminar, pero eso era bueno, ya que permitía apoyar las manos arriba ayudando al equilibrio cuando se avanzaba por la viga.

El farol era insuficiente para iluminar toda la estancia: Flame solo veía claramente la mitad del barco más cercana a la trampilla; Vaati, con mejor vista, intuía dónde terminaba la proa, pero la esquina más alejada permitiría a algo esconderse en la oscuridad.

Lasă-mă să merg în locul tău-la voz de la anciana se elevó desde la bodega superior y casi hace resbalar a Flame del sobresalto.

Bunico, nu. Trebuie să plec-le respondió a la vieja vistani-. Dorinda quierre siustitiuirme.

Un adulto a cambio de una vieja no es equivalente. Ella come menos, debería unírsele uno de los niños en el intercambio.

Nepoata, trebuie să stea cu copiii-dijo cogiendo la mano de Melinda con ternura-. Tu ești cel mai tânăr, și cel care îi va ghida pentru mai mult timp.

La embarrasada quiuenta pior dios. Carlo y Genaro, Dorinda, Rosinda y el bebé de siu vientre. Es iun tratio jiustio.

Valorando que Melinda estaba herida, tanto daba dejar en su lugar a una débil anciana. Cuando volviesen a por el resto de los vistana, el adulto que quedase sería igualmente una presa fácil. Con eso en mente, Viktor acepta el trato.

Sujetando el farolillo para alumbrar a Flame, intentó vislumbrar por completo la proa de la bodega, forzando su vista.

Era complicado moverse entre tanto saco, encorvado y encima ocupando una de sus manos portando la luz. Se quedó expectante observando el proceder de Flame, a ver si era capaz de registrar la última bodega sin perder el equilibrio.

Vaati se esfuerza por afinar la vista, pero no ve nada raro.

" TODO BIEN POR AHI ABAJO ? " digo nervioso, solo falta que los unicos que parecen utiles en este barco , desaparezcan en su interior, no sera como la leyenda esa de un tal Jason que fue engullido por el gran Cachalote blanco ? no nos estara pasando lo mismo, es que nadie me va a curar? ( y escupo al suelo )

Erbrahke se queda observando la crueldad humana en su máxima expresión, tan absorto que no se percata de las acciones de sus compañeros en un primer momento. Pero cuando se percata por fin que no están ni Vaati ni Flame, deja a Das Vracken y los vistani para localizarles.

¿Habéis encontrado algo? ¿Necesitáis ayuda? - comenta el gnomo cuando encuentra a sus compañeros.

Después de mirar aquella bodega de arriba a abajo desde su posición no vio nada raro. Había bajado al pie de la escalera, con el farolillo en la mano, sin atreverse a mover por miedo a caer de bruces ante tantos obstáculos.

De momento estamos bien. - Contestó a los de arriba. - Pero no estaría de más que alguno de vosotros bajaseis para ayudar a registrar esto. Hay demasiados sacos que apartar y muchos posibles escondites.

Seguía alumbrando a Flame, para que pudiese ver donde ponía los pies, pero la luz del farolillo solo llegaba a iluminar la mitad de la bodega. Había que moverse con ella. Iba a ser complicado.

Al final decidió intentarlo, siguiendo los pasos de la mujer, avanzando con cuidado por la viga y valiéndose de su brazo libre para mantener el equilibrio.

Al parecer la conversación con los vistanas se estaba poniendo un poco tensa, y viendo las opciones que estaban dando Silverio decidió que se tenía que ir de allí, antes de hacer como que le partía la cara a alguien. 

- Esperaba Vaati, que voy con vosotros. 

Silverio se metió a la bodega para ayudar con el registro. 

Al oír la voz de Silverio, Vaati gira la cabeza para verle, pierde el equilibrio y se ve obligado a soltar el farolillo para apoyar ambas manos en el techo. Uf, por los pelos, pero no ha llegado a caer.

...

El farol no ha tenido tanta suerte. Se estrella contra la viga de madera y el cristal se rompe. El aceite se esparce entre el madero y los sacos de tela. Aceite prendido. Sin quererlo se ha formado un pequeño incendio en el barco.

¡Maldita sea mi suerte! - Vaati intenta recobrar el equilibrio apoyando ambas manos en el techo, mientras ve como un pequeño incendio se forma al romperse el farolillo que sin querer ha soltado. Era de prever, había sido un estúpido al creer que podía andar por aquella viga.

Rápidamente mira alrededor para encontrar algo útil con que apagar el fuego. Una idea se le cruza por la cabeza para arreglar el desaguisado.

Sin tardanza, acerca un dedo al fuego, moviendolo en pequeños círculos y murmura unas breves palabras. Un rayo de hielo y aire frio se forma allí donde el dedo apunta. Espera que sea suficiente para detener las pequeñas llamas.

Vaati pronuncia unas volátiles palabras arcanas y de su dedo sale un rayo frío hacia el suelo... que por mala puntería le da en el pie.

Sintió una punzada en el pie derecho al notar el frio en la extremidad. Aquello no podía ser normal. Alguien la estaba echando un mal de ojo. ¿Sería culpa de aquella anciana vistani?.

De nuevo se concentró, repitiendo los movimientos y las palabras. Esta vez se aseguró de que el dedo apuntaba en dirección correcta.

Vaati se concentra de nuevo y repite las mismas palabras, pero en esta ocasión no logra mover el brazo lo suficiente para completar el pase mágico. Mientras tanto, el fuego empieza a extenderse.