Partida Rol por web

La tensión por ver cómo aquel baúl acababa con la vida de Fosco hizo reaccionar al mago, que ni corto ni perezoso, atacó con todas sus ganas, empuñando el estoque camaleónico. La lengua del monstruo le recordaba a la de su Perezoso, así que esperaba que no se quedara pegado también su estoque.

- ¡A  la mierda!

Azaron intenta recuperar su arma pero no tiene mucho éxito en su acometida... 

¡Maldita sea!- piensa mientras comienza a desenfundar su daga.

Al ver que la extraña lengua me atrapa intento zafarme, pero la pringosa criatura me tiene bien agarrado. Intento atacar con las dagas para matar a la criatura antes de que me ingiera vivo.

En vista de que en primer lugar no le habían dejado hueco para poder salvar al mediano, Flame había decidido esperar con resignación, pero ahora que todos iban perdiendo sus armas, la feroz luchadora decidió ayudar e intervenir también. En cierto modo temía por su preciado Ayash, temía que se quedara pegado como el resto, pero si no lo intentaba el que terminaría ahí pegado para siempre sería el mediano que ya no era tan escurridizo como de costumbre.

Flame suspiró profundamente y al mismo tiempo que el brillo de su escama se tornaba del rojo carmesí, al dorado amarillo, decidió alzar su espadón para golpear al cofre que estaba atrapando a sus compañeros.

Menuda bestia más formidable, con una simple habilidad había conseguido anular a la mayoría de los guerreros. Tenía que hacer lo que sea para no perder al mediano.

Con una mano cerrada sobre el símbolo sagrado que pendía de su cuello y la otra tocando a Fosco, invocó de nuevo el poder de Hala.

-No permitas que nada hiera a mi querido Fosco, protégele de los ataques, dale la oportunidad de seguir con vida y asi redimirse de sus travesuras...- rezaba la jóven bruja.

-FOSCO, NO ATAQUES- ordenó la bruja al mediano con toda la autoridad que podía permitirse una vez concluida la plegaria.

El pequeño Fosco veía como todos en su grupo le defendían a ultranza, les había desoído, se había metido en problemas y aún así estaban allí para ayudarle. Iba a intentar atacar al cofre, pero al escuchar a bruja de Hala prefirió cambiar de opinión, parecía que tenía un plan. Había llegado el momento de escuchar y no ser tan egoísta y hacer lo que le plazca...

Se remango las magas y suspiros, seguro que esto acabaría antes si le diera al mediano, pero había demostrado ser útil. Busco en su bolsa de componentes y alzo dos dedos, dos pequeños rayos rojos salieron de las puntas de sus dedos dando un par devueltas en el aire para acabar impactando en el cofre.

Un destello verde reluce en el ojo de Perezoso que adorna la empuñadura del estoque, justo cuando Onfale lo clava en un lateral del cofre. Hasta la supuesta superficie de madera se ondula como un estanque golpeado por una piedra, de un modo mágico, sobrenatural. La pitonisa gitana tenía razón, le dió a Onfale justo lo que necesitaba.

No es el único golpe. Dos proyectiles mágicos de Alice, que hasta ahora los lanzaba de uno en uno, estallan en los tentáculos con extrema precisión. Klasius sigue forcejeando con gran maestría en el uso de sus dagas, y Ulmo da un soberano golpe a la tapa que hace que el monstruo se pille las lenguas.

Flame observa para su desagrado que su aura roja no tiene el menor efecto sobre las lenguas de la criatura, por más que apreten a los medianos. Confusa, no logra controlar su aura para cambiarla. Es la primera vez que esto le ocurre. No ha sido de gran ayuda en este combate. Se retrotrae a peleas pasadas en las que fueron sus compañeros los inútiles. Esta vez fue la mujer la que no cumplió. Y Rufus. Pero Rufus es solo un perro.

Entonces Alice invoca magia protectora en Fosco. Hala le protege. La criatura deja de apretar. Pronto Klasius se da cuenta de lo mismo: a él tampoco le atacan. Los golpes siguen un rato más, hasta que se dan cuenta de que el monstruo ya no reacciona, y le dan por muerto. Las armas siguen pegadas, y quitarlas lleva trabajo, pero unos segundos más tras la muerte, y el adhesivo pierde potencia. Perezoso, el espadón de Azaron, la cadena de Ulmo, la daga de Klasius... empiezan a desplazarse por los laterales por efecto de la gravedad. Los dos medianos se despegan. La lengua de Rufus también.

En el último instante, Azaron retira su espadón por la fuerza, dejando abierto un gran tajo. Y horrorizados descubren que de la herida abierta, asoma una antigua cena del cofre: una inanimada y huesuda mano muerta, unida a un cadáver que sigue en el interior.

-Muerto el perro, se acabó la rabia--sentenció el enano mientras recogía la cadena armada después de envainar el martillo de guerra--Me... me refería al... al cofre, no al bueno de Rufus. 

-¿Estáis todos bien? Límpiate esas babas, Fosquito, que te has quedado hecho un Juán Lanas.

Fosco que extrañado ve como la criatura no le aprieta, se queda boquiabierto. No sabe si es por las palabras de la bruja de Hala o porque el bicho está muerto... Sigue pegándole!! No me creo que esté muerto! Dale otro martillazo... ¡que seguro que se ha escondido! dice el mediano a Ulmo que no se cree que esté muerto

Onfale se quedó anonadado, aún con Perezoso en su mano. Pasó un dedo por su afilado filo, con cuidado de no cortarse, como embelesado por su factura. Aquella gitana era poderosa.

- Si lo llego a saber me hubiera enfrentado a Victor ¿eh, Fosco?¿Estas bien?- Ayudó a ponerse de pie al mediano. Guardó lo que quedaba de veneno y se dispuso a inspeccionar el cofre.  Entonces vio la mano cadavérica que estaba en su interior.- Qué Hala nos proteja. - Se sorprendió al oírse, se estaba ablandando.

Al levantar a Fosco del suelo este era un mar de lágrimas con un moco en su pequeña nariz que hace pampitas. Como un niño que acababa de caer al suelo por primera vez. Se abalanzó a los brazos del mago. Gracias... vi como diste con tu estoque agarraba a Onfale como si se agarrara a la vida. El niño travieso parecía haber encontrado una buena lección. ¿Está muerto? dice refiriéndose al cofre, mientras se limpia los ojos y se lleva de paso la obstrucción que taponaba su respiración. Luego se acercó a la bruja de Hala Gracias... prometo portarme bien uno a uno iba agradeciendo a sus compañeros el ímpetu y la decisión mostrada para salvar su vida. A partir de hoy el Sr. Fosco Manosverdes de la compañía Manosverdes&sons se pone a la disposición de los héroes aquí presentes dice en tono circense, acompañado de un bonito número, mientras intenta coordinarse con Rufus, el cual pasa del número y se dedica a sus labores de saneamiento. Prometiendo obedecer y no meterme en problemas cosa imposible para el mediano, coge la mano a Rufus y continúa Prometemos no mentirA los aquí presentes por supuestoY prometemos deber un servicio a todos los presentes, pudiendo cobrarse cuando estos dispongan, sin que esta deuda pueda poner en peligro la integridad de Fosco&Rufus.Co. O sea una cuantía monetaria de la cual no dispongamos Finaliza el mediano todo dicho en un tono neutro y aburrido. Ahora... ¿Podemos descansar? dice con voz triste Creo que en mi actual estado desfalleceré y no seré útil

Hacía siglos que nadie le abrazaba de aquella manera.

- Vamos, vamos Fosco, no seas más pegajoso que aquella repugnante lengua.- El perfumista sacó un pañuelo con el que sonar los mocos al Mediano mientras lo apartaba suavemente. Ya lo quemaría después, en la intimidad, para que no se molestara.- Ya pasó todo...ehm...esto al menos. Para descansar empieza pro cerra el pico ¿eh?. Se te va la fuerza pro la boca. Y sí, deberías ser más precavido.- Sabía que en cuanto al mediano se le pasara el susto volvería a hacer d elas suyas, pero ese era su encanto también.- Inspeccionemos bien toda la habitación, y...bueno, alguien tiene que sacar eso...de ahí.- Se refería por supuesto al cadáver. Empezó a remangarse las magas de su camisola, si nadie se atrevía a hacerlo él lo haría. No sería lo más flacido, inerte y putrefacto que hubiera tocado en su vida.

Fosco inspecciona el cofre, para ello le echa otro vistazo. Luego si no ve trampas se decanta por empezar a abrir la cerradura

Fosco se calla obedeciendo a Onfale. Mientras su grupo habla el escucha atento y se dirige remoloneando al otro cofre. Lo mira por encima como quien no quiere la cosa. Lo inspecciona un poco y lo sigue mirando. Luego echa mano a sus ganzúas... Mira la cerradura y pega una patada al cofre, atento por si tiene que saltar o correr. El mediano está muy atento al cofre, el cual le da miedo. Se rasca la cabeza... Hace un amago de abrir el cofre, da unos pasos para atrás y luego vuelve para intentar abrir el cofre.

Cuando la fuerza de la criatura cedió y conseguí liberarme de su presa me quede en suelo unos segundos tratando de quitarme la pringosa sustancia de mi cara y mis manos. Tan concentrado estaba en esta labor que no me di cuenta del agujero que había provocado el arma de Azaron y me encontré con una cadavérica mano en mi cara.

Flame maldice a la gitana por haberle hecho aquello. Desde que había decidido hacer tratos con ella las cosas no le estaban yendo como esperaba. Así lo había predecido ella, y eso que no poseía el don de la adivinación.

Flame no pudo nada más que contemplar la escena que había tenido delante, pero luego se acercó a Fosco, quería ser de ayuda para él e hizo que su brillo cambiase al de tonalidades pálidas. Poco a poco las heridas del mediano y del resto se iban sanando, al menos las más importantes. Luego miró a la bruja, ya puedes intervernir cuando quieras para sanarle. Y recuerda esperarme siempre a mi primero, a no ser que estemos en mitad de un combate. Mi poder es lento pero efectivo. 

Luego miró al mago que parecía dispuesto a sacar el cadaver de dentro de la criatura. ¿Qué pretendes conseguir con eso? Dijo la mujer al eunuco con cierta mirada de reproche.