Partida Rol por web

Tranquilizado un poco por los lametones del humanizado Rufus, dejo de patalear impotente y espero que el cánido me deje en suelo.

- ¡Rufus, suelta!

Digo imperativo tratando de que me suelte.

De nuevo en el suelo miro alrededor y la habitación me parece más pequeña. Las paredes parecen muros que se vuelvan sobre mí y siento una extraña sensación de malestar que acelera el ritmo de mis respiración. Lo único que impide que salga corriendo a la niebla es el miedo a la maldición de la gitana. Incluso la niebla parece más benévola que estar encerrado en esta torre que se puede venir abajo en cualquier momento.

La maga pateaba y daba puñetazos contra el suelo mientras gritaba que la dejaran en paz. Con la zancadilla del enano se había mordido la legua y tenía la boca llena de sangre, y las rodillas y codos en carne viva.

Una voz consiguió sacarla del trance de miedo absurdo, ¿Qué? ¿Qué? Pregunto confundida, era Flame la guerrera que nuca se preocupaba por nadie le estaba hablando. Si..si… si … dijo nerviosa, aun impactada por la imagen del cofre.

En ese momento se giro para ver mejor a la mujer de la gema, y vio de nuevo el cofre con todas las vísceras esparramadas por el suelo, y el fuerte olor a acido impugnado la sala. El enano se había medio levantado para colocarse mejor, entonces se escurrió y empezó a correr hacia la puerta. Necesito aire, necesito… La sala era muy pequeña para tanta gente y el olor de los ácidos biliares del cofre llenaba el pequeño espacio.

Pero otra vez se encontró de bruces contra el suelo, pateando histérica y gritando que necesitaba aire y que si no la dejaran en paz o los convertiría a todos en ceniza, menos al enano al que convertiría en elfo antes de convertirlo en cenizas.

Creo que podemos seguir, dijo mirando a sus compañeros.¿Os encontrais con fuerzas como para seguir adelante? Brujas, dijo mirando a Alice y a la servidora de Hala, tenéis suficientes conjuros todavía, ¿verdad? Yo creo que podríamos seguir un poco más. Y en cuanto a esos tres colmillos, a lo mejor lo entendí mal, pero no eran las lanzas que apresaban a aquella mujer que habíais encontrado en el sótano? ¿O acaso puede que estén repartidas por la torre?

En caso de que no sean esa, adelante, sigue buscando ahí dentro, si es que tienes el valor suficiente, eunuco. Dijo sus palabras sin tratar de herir, realmente ella estaba un tanto afectada desde que había descubierto la condición del mago, quizá había visto algo en él que le incitara a algo más carnal, pero sabiendo lo que ahora sabía... aquello ya no podría ser. Y no solo, encima para colmo de males, prefirió una extraña espada con forma de camaleón que un par de... bueno, un par de atributos nuevos.

De nuevo Ulmo volvió a someter a Alice colocándose encima de su cuerpo. Se dieron unos minutos para que el aura de Flame les terminase de curar y que Klasius y la pelirroja se calmasen. Rufus dejó a Klasius en el suelo. El mediano todavía temblaba, estremecido. También Alice, pero ella seguía teniendo encima a un enano de 143 libras. Seamos sinceros, para ser un enano era bastante delgado... y eso es signo de tener un tracto intestinal sano, y tirarse muchos pedos al día, pero es que al peso de Ulmo había que sumar su armadura, que era lo que estaba matando a la espalda de Alice.

Estaban listos para continuar... o para parapetarse en esta habitación a profanar cadáveres y expoliar cofres.

Cuando pareció que todos se habían calmado, Leiath volvió a dirigirse al grupo.

-En mi opinión deberíamos ir al último lugar donde vimos las lanzas. Obviamente la torre está habitada asi que cuanto más deprisa nos movamos, menos tiempo tendrán de prepararnos una emboscada.

Fosco se mordía las uñas, acababa de abrir el cofre y ninguno parecía querer saber lo que había dentro de este. Preferían jugar y revolcarse por el suelo. Ulmo estaba sentado encima de la Srita. Alice. ¿Porqué? Sólo ellos lo saben... Así que temeroso y precavido. Fosco se abalanza sobre el cofre para saber que hay,

- Sigamos pues hasta donde nos alcancen las fuerzas. Yo tampoco quiero pasar en este maldito lugar más de lo necesario.  Pero no avancemos sin inspeccionar todo como es debido. Los que tengan el estómago delicado que no miren, por favor.-Ya se había remangado la camisola, así que se puso manos a la obra con el estómago del cofre, ayudándose con el pañuelo en el que había sonado los mocos a Fosco para tirar de la esquelética mano. Mientras lo hacía hablaba, como si fuera un simple carnicero que preparaba la pieza de carne para venderla.- Queridos compañeros...- Se refería sobre todo a Fosco y Flame.-...que sea eunuco es un hecho que no puedo negar, y que tengo asumido ya desde hace mucho, pues fui cruelmente cercenado de mi virilidad cuando sólo era un niño. No me ofende, sin embargo, os agradecería que no se dirigieran a mí así, pues no hace más que traerme recuerdos que me gustaría dejar atrás.- Él no se dirigía a ellos como "Metepatas" y "Quiero y no puedo", por lo que esperaba un poco más de respeto de su parte. Estaba seguro de que Fosco no sabía ni qué es lo que quería decir, el pobre no daba para más.- Casi que prefiero el hombre perfumado...si no podéis reprimir la curiosidad en un momento de intimidad puedo mostraros la cicatriz, pero a lo mejor salís corriendo.- Había que ser muy resistente para permanecer con vida después de una mutilación tan cruel como la castración. Las secuelas eran de por vida, pero Onfale con el tiempo, había conseguido sobrellevarlas.

Fosco apunto de mirar en el cofre escuchó lo que era ser Eunuco. Para su sorpresa no era ser aprendiz de mago ¿¿QUEEEEEÉ?? Que te han heco qué donde? Fosco tenía los ojos como platos y con la manos en su entrepierna, con la cara arrugada como una pasa. Que dolor debió sufrir el pobre...Yo pensaba que era aprendiz de mago! Argh! ¿Porque un hombre querría hacer eso? ¿Y lo mataste? Yo lo hubiese matado, sabes? Ya te vengarás, ya! Yo te ayudaré. dice Fosco que vuelve a su andada de intentar abrir el cofre como dijo Onfale Hay que investigar todas las salas a fondo Se rascó la cabezota y con sumo cuidado y preparado con lo que pudiese haber en ese cofre, lo abrió, miró y dio un salto hacia atrás. (Si no hay nada) vuelve mira y con su estoque registra.

- Era sólo  un niño Fosco, qué querías que hiciera.- Ya hablaba al mediano como si fuera una madre cargada de paciencia.-De todas formas el que lo ordenó está muerto, aunque no  fueron mis manos las que se encargaron de hacerlo.

-No deberíamos dejar un tesoro atrás... 'tenemos mucha prisa, mucha prisa...' -refunfuña para su adentros Leiath recordando la pasada aventura en la torre y como Ulmo y ella tuvieron que ceder ante la inesperada prisa del resto de compañeros.- Ahora que sí que tenemos más prisa y aún no ha sido limpiada la torre de posibles enemigos, nos tenemos que detener en cada esquina - sigue refunfuñando sin darse cuenta de lo que se parecía a una vieja de ochenta años.

Por muy inteligente que le pareciese el mago, carecía de buena cabeza para otras cosas. De Fosco no esperaba menos.

La maga se levantó, tenía la espalda destrozad por el peso del enano, el estómago hecho puré, las rodillas en carne viva tras los dos placajes, y la boca le sabia a vómito y sangre. Su aspecto era realmente lamentable. Se limpió la sangre seca de la cara con un pañuelo y se apoyó contra una de las paredes de la sala tratando de recuperar el aliento. Deberíamos de salir de aquí cuanto antes, sigamos adelantes. Tenía una necesidad imperante de abandonar ese edificio de piedra y no pretendía descansar en él.

Después de tomar un par de bocanadas de aire continuo hablando, ¿hay alguna indicación de quien podría estar en el torre, en la armadura hay algún blasón o en alguno de los cofres alguna carta? Dijo sin abandonar la fría protección de la pared contra la que se apoyaba.

Luego miro a Flame y le sonrió, Por supuesto que puedo arréglate la espada dijo con un hilo de voz tendiendo la mano para que la guerrera le pasara la preciada arma.

-Yo iría abajo, a dónde encontramos a esa esmirriada de S... Sa... San... lo que sea--apuntó el enano a la vez que dejaba a Alice levantarse una vez ésta había recuperado la cordura--Si estamos en otro tiempo, a lo mejor no hay pared que se interponga entre nosotros y el tesoro.

- Mmmm , eso podría tener sentido.- Dijo respondiendo al enano mientras seguía a lo suyo.- De todas formas tenemos con qué derribarla. Lo que no me parece lógico es que usaran esas lanzan tan excepcionales para clavárselas a Sandasola, por mucho que diga la gitana. Alguno nos habríamos dado cuenta de ello.

-Las lanzas que ensartaban a la muchacha no tenían la longitud que comentó Eva--recordó el viejo de barba blanca--Debe haber otras en algún lado.

Onfale consigue sacar el cadáver. O más bien el esqueleto, aunque aún quedan trozos de carne pegadas al hueso en distintas partes. No tiene la cara en suficiente buen estado como para identificar el cadáver, pero por el tamaño podría ser un osgo o un enano. Sus ropas son humildes... sus botas desgastadas... pero tiene un bonito medallón al rededor de su cuello. El medallón tiene la forma irregular de un triángulo con aristas curvas, perforado en el centro y atravesado por una cadena. El material del colgante parece oro, así que tiene valor como botín.

Mientras, en el cofre inanimado...

Esta vez Fosco no encuentra nada de su talla, pero hay un escudo pesado de acero y una ballesta pesada que Rufus podría utilizar. Además, ¡viene con un estuche de diez virotes de regalo! Oh... pero solo trae cinco. También hay un hacha un poco exótica, pero miedo da dejarla usar a Rufus porque el pobre se podría cortar sin querer.

Quien quiere un escudo? Parece bueno, oye! También hay un hacha... Y esto que es para Rufus! dice cogiendo la ballesta y los virotes. Le cuelga el estuche en la espalda y le da la ballesta a su cánido amigo JUA JUA JA! Miradle! la imagen era tan graciosa...ver al bueno de Rufus con su ballesta y sus virotes. Fosco le da una pequeña clase de como usar la ballesta y los virotes* Esto va aquí! Y aprietas aquí y sale disparada. NO lo uses hasta que veas a alguien malo. Además tienes que cargar. Lo coges de aquí dice señalando el estuche Y lo pones aquí. Y vuelves a disparar! Y así una y otra vez... NO hagas daños a la gene buena que somos nosotros. Sólo dispara cuando te digamos. Sé bueno, por favor. Tras enseñar al bueno de Rufus a usar la ballesta sigue con su mercadillo. PASEN Y VEAN! SEÑORAS Y SEÑORES!!! Tengo un escucho y una magnífica hacha!! Quien querrá el hacha?? Quien el escudo?? Son muy buenos damas y caballeros! No sean tímidos. Mujer barbuda usted no lo quiere? dice mirando a Ulmo Quizás la dama roja enl día del mes dice a Alice Vamos que me las quitan de las manos!!

Aunque si nadie quiere el escudo, se lo doy a Rufus! dice rascándose la cabezota con un dedo

Ulmo reconoce el hacha como un ugrosh enano. Tiene una afilada punta en el extremo opuesto al hacha.

Flame contempló como Fosco sacaba una ballesta con sus virotes, entre otras muchas cosas. Y vio como se la daba al perro. A ver, tú. Dijo dirigiéndose a Fosco. ¿Cómo le vas a dar eso al chucho? ¿Estás loco? Por menos de nada acabaremos todos asaetados por tu culpa. ¡No puedes dar armas a los niños! Dijo refiriéndose a Fosco y a Rufus a la vez.

Esto trae pa cá. Dijo Flame tomando la ballesta de Rufus y forcejeando con él para que se la diera a ella. ¿A qué sí, Fosco, a que es para mi? Sonrió con esa maléfica sonrisa que tanto intimidaba* al joven mediano.

Aquella ballesta junto a esas brumas le trajo de nuevo los recuerdos del Miseria. Y especialmente de Silvero. Aquel insoportable e inservible bardo que les había acompañado. Uno de los pocos en salir con vida de allí. ¿O también murió? Flame solo recordaba que el gnomo saliera con vida de allí, si Silvero escapó o no, ya no se acordaba. Habían sido sucesos muy traumáticos que su memoria había hecho por olvidar.

Finalmente miró a la bruja. Tiene prisa... ¡La entiendo perfectamente! Lei... dudó un instante, se le hacía dificil mencionar su nombre y siempre buscaba otra forma por la que referirse a ella, pero ahora quería llamarla y solo pudo decir algo así como ¿Leia? Dijo mirando a la bruja. Yo voy contigo, necesitamos llegar a ese lugar cuanto antes. No tenemos tiempo para andar perdiéndolo con otros asuntos. Y luego escuchó al enano mencionar algo sobre las lanzas. ¿Un momento, qué has dicho? Si creía que era eso lo que había dicho de verdad, ¿por qué narices no lo había dicho en su momento?