Partida Rol por web

No sabía muy bien cómo actuar; así pues, simplemente sonreí a Betania y nos encaminamos a la azotea.

Me frustraba la idea de no haber visto ningún tipo de mejora cibernética en su cuerpo; aunque, últimamente estaba siendo bastante normal; pero esa sensación no desaparecía.

Una vez en la azotea eché la vista abajo durante unos segundos, para al final alzarla hasta nuestro destino.

Puse los brazos en jarra y suspiré.

-Bueno, allá vamos.- Sonreí y miré a Betania.-Ahora somos un equipo.-Dije mientras nos señalaba a las dos.- Toca saltar al otro lado; aunque intentemos no hacer mucho ruido en la caída.- Indiqué mientras me llevaba un dedo a los labios en señal de silencio.

Después me giré a Valkyria.

- Valky, ¿Puedes vigilar la entrada principal y si intentan huir avisar a Sarah? En caso de peligro, sabes dónde estoy, porque... No nos llegará la conexión, ¿verdad?

Acto seguido; cogí un poco de carrerilla y me posicioné lista para saltar, activé las piernas y me precipité hacia el vacío, con tan mala suerte de tropezar en el último momento y quedar colgada del edificio; eso si, silenciosamente.

La mala suerte no parecía desprenderse de mi; al menos no estaba sola; pues con la adrenalina de la situación, en aquel instante no me veía del todo capaz de poder llegar a subir yo sola de vuelta.

-Betania... Ayuda...- Pedí un poco desesperada.

-Valkyria- Mientras estés en modo autista no servirá la comunicación de onda corta si estoy al otro lado del edificio, pero el sitio es relativamente pequeño, puedo acercarme a ti accediendo por alguna ventana en cuestión de segundos.

No era como cubrir un complejo grande o una calle entera, era un edificio de cuatro plantas bastante simple y con poca seguridad, si era necesario, el dron podía entrar y acercarse a Chell lo suficiente para comunicarse por onda corta.

El dron partió y se mantuvo a bastante altura monitoreando la entrada principal, si llegara a hacer falta usaría su módulo de camuflaje y pasaría totalmente desapercibido.

Valkyria ya estaba lejos cuando se produjo el desafortunado traspies a una altura de cuatro plantas. Un buen recordatorio de que hasta las tareas mas simples pendían del hilo de la suerte. Disponer de herramientas y equipo adecuado para una tarea no era garantía de éxito, no siempre almenos.

La reacción de Betania fue algo similar a la confusión, no parecía estar entendiendo lo que estaba haciendo Chell dejandose caer y agarrandose a la cornisa.

Primero se agachó y asomó para mirar el rostro de al ingeniera y tras escuchar la palabra "ayuda" tardó como diez segundos en entender para qué le estaban pidiendo ayuda. La torpeza de Chell estaba resultando, literalmente, increible para la avatar, hasta el punto de confundirla durante unos instantes. No había malicia, no había burla o crítica, solo confusión. En ese sentido resultaba tan inocente como una niña.

Por fortuna para Chell, sus manos y brazos eran prostéticos, podría aguantar allí colgada durante horas sin temor a que sus músculos se cansasen y se precipitara al vacío.

Finalmente y tras una larga deducción, estiró el brazo derecho hacia abajo y agarró a Chell por la ropa un poco por debajo de la nuca, como loba que coje a su cachorro para llevarselo a otro lugar. La elevó como si no pesara en absoluto pero no la soltó una vez a salvo, sino que procedió a saltar cargando con ella, de nuevo haciendo gala de una fuerza compleamente sobrehumana. Había realizado aquel salto sin protéticos y cargando con Chell en un brazo.

Una vez en la azotea correcta, Betania posó a Chell en el suelo ante la puerta de la azotea, el segundo obstáculo para la infiltración. A esas alturas Chell ya podía deducir que Betania podía hechar esa puerta abajo aunque fuera de metal macizo, pero tal vez era mejor preservar el sigilo mientras fuese posible.

La cerradura era electrónica pero muy básica, tenía lector de tarjetas, un pequeño teclado para insertar códigos y un puerto. Nada que Chell no hubiera superado mil veces antes, aunque si seguía con la misma suerte, podría hacer saltar las alarmas de toda la ciudad desde aquella miserable cerradura.

"Mierda". Pensé mientras me precipitaba al vacío sujeta solo por mis brazos; entendía la perplejidad de Betania y lo extraño que podía ser todo.

Igualmente, agradecí que me cargara; aunque no sentí que hiciera falta la necesidad de que saltase conmigo. La vergüenza me invadió parcialmente; sin embargo no duró demasiado tiempo, pues esta chica era incluso más extraña que nosotros y el asombro se dibujó en mi y la curiosidad empezaba a invadir mis pensamientos.

-Gracias... -Susurré con una sonrisa nerviosa.

Miré la puerta, saqué las herramientas de mi brazo y me dispuse a intentar desactivar la cerradura.

-Iremos con silencio, hay que intentar tener cuidado de no alertar a nadie.

Una vez con las herramientas en mano me puse al trabajo; pero los nervios del momento, el resbalón y la preocupación tanto por mi como por mis compañeros empezaba a hacer mella en mi y mi mala suerte seguía rondándome.

-Mierda...-Susurré frustrada.- Hoy no es mi día..

No había mucho más que hacer por ahora, yo daba apoyo en combate, pero por el momento lo mejor que podía hacer era sacar el arma que me habían dado y darle un empujoncito a Soma ya que iba a entrar el primero y seguro que un ligero power up no le vendría nada mal.

-Si sientes un pinchazo no te preocupes, soy yo, te dará una pequeña ventaja en la anticipación sin efectos secundarios, todo un invento de mi persona.

Con un ligero pinchazo le inyecté a Soma el preparado.

Tendría que fabricar algo de utilidad solo por si acaso y tenía algo en mente que nos podría venir muy bien así que me puse a hacer un preparado que en su día me enseñaros unos mercenarios conocidos como los etéreos, y ese nombre les venía que ni pintado.

no era fácil y tuve que descartar la primera muestra que hice, pero la segunda se era más que buena, así que la guarde y me prepare para lo que nos esperase tras la puerta.

Con su fuerza potenciada, romper el hierro oxidado que mantenía la trampilla cerrada no supuso reto alguno para Soma. Aunque pudo recordarle durante unos instantes a los brazos de la hermana pequeña de Chell, a los cuales no había podido vencer... aun.

Soma ascendió en primer lugar, Varanus subiría en segundo lugar y cubriendo la espalda de ambos, Sarah.

Claramente aquel era el laboratorio clandestino donde procesaban la droga, un lugar bastante sucio y desordenado pero con buena herramienta y medios. Solo había una puerta justo al otro lado de donde habían salido, estaba cerrada.

Sentandos encima de una de las sillas había dos personas desnudas en medio del acto sexual, la mujer estaba sentada encima de las piernas del hombre, botando y gimiendo a pleno pulmon. Ambos mostraban claros signos de estar bajo el efecto de alguna droga estimulante.

El caso es que la situación, aunque embarazosa, otorgaba plena ventaja a los atacantes, el arma que a todas luces pertenecía a uno de ellos estaba encima de la mesa mientras que su ropa estaba en el suelo. Estaban completamente expuestos.

Todo sucedió a la vez, al mismo tiempo que tanto el hombre y la mujer se giraban para mirar a los intrusos, las alarmas del edificio saltaron, unos timbres muy similares a los de incendios pero que en ese caso se usaban para alertar de una entrada no autorizada. Toda opción de sigilo era ahora inviable, pronto llegarían los refuerzos.

La suerte de Chell no parecía haber cambiado de una azotea a al otra, pero las consecuencias en este caso serían mucho peores, la ingeniera no comprobó la presencia de trampas o dispositivos de alarma y era obvio que en un edificio donde se alojaban yakuzas y procesaban droga habrían tomado alguna medida de seguridad extra por rudimentaria que fuera.

Chell, al no saber nada de dichas medidas activó ambas en el proceso de abrir la cerradura, una escopeta vieja de doble cañon atada al otro lado de la puerta abrió fuego a través de la chapa de la misma. Un arma imprecisa y vieja, pero que a cortas distancias era muy destructiva.

El impacto fue directo al pecho de Chell, los balines quedaron incrustados en el traje y ella salió despedida hacia atrás por la fuerza del impacto. El daño no era grave, pero si muy doloroso y le dejaría sin respiración unos segundos.

Chell aun no se había recuperado cuando las alarmas saltaron, eran timbres similares a los de incendios que alertarían a todos los inquilinos, dormidos o despiertos, pronto llegarían refuerzos.

Betania se limitó a apartarse, le habían dicho que siguiera las indicaciones de Chell lo cual la dejaba ahora algo confusa ¿debía seguir sin ella?.

Tras romper la trampilla y ascender tan rápido como pude, me quede levemente sorprendido por la escena frente a mi, no obstante, ni me detuve ni me contuve ante aquellas personas que ahora estaban desprotegidas y desprevenidas.

De un rápido movimiento, me acerque a ellos espada en mano, aprovechando la postura de la mujer sobre el hombre, di un cruento corte sobre la primera para finalizar en el segundo; Mi espada, aunque movida con suma violencia, solo podía expresar paz y compasión por la infortunio de aquellos dos al estar en ese momento en nuestro objetivo.

La sangre tal vez correría en aquel corte pero eso no importaba, la incursión había empezado y no tenía tiempo para arrepentimientos...

- Ya he rezado por vuestras almas - pensé mientras trataba de arrebatar las vidas de aquellas personas - Que comience la purga - espete sin sentimiento alguno.

La muerte fue practicamente instantánea para ambos amantes indefensos, el hombre quedó con el pecho abierto en canal y la sangre saliendo borbotones, mientras que la mujer quedó partida por la mitad, el torso superior cayó al suelo y las piernas quedaron encima del hombre agonizante.

Apenas podía escucharse nada mas que las alarmas, pero Sarah confiaba en que Varanus y Soma despacharan los refuerzos mientras ella hackeaba la intranet de los yakuzas.

Sarah tiró al hombre al suelo, lo arrastró un poco hasta detrás de la mesa y allí se conectó mediante el puerto cervical.

-Sarah- Accediendo...

Varanus y Soma debían decidir ahora si salir a la caza del resto o atrincherarse ahí.

El arma que había encima de la mesa era una subametralladora cargada.

Tras acabar con los pobres desgraciados que se encontraban en nuestro camino, agite mi espada con una brutal fuerza para limpiar la sangre de la hoja, por otro lado, observe como Sarah se dedicaba a empezar con su Hackeo, nada podía hacer allí mas que observar, algo que me ponía de los nervios.

- ¿cuanto crees que demoraras? - pregunte a primera instancia, se suponía que la intranet sería simple por lo que esperaba que poco, aunque era difícil de decir, en cualquier caso, esperaba que la respuesta fuera al menos positiva.

- Si puedes decirme si esta es la única entrada y pasillo hasta este lugar, puedo ir eliminando a quien se cruce en mi camino, de otro modo, si hay mas de una forma de llegar aquí, algún otro pasillo contiguo, no puedo dejarte a tu suerte, eres nuestro VIP. - no era por ofenderla ni a ella ni a Varanus, aunque uno de nosotros se quedará con Sarah, no sabíamos cuantos refuerzos enemigos tendrían ni mucho menos que tan equipados estarían a diferencia de estos dos ultimos.

Por otro lado, la segunda parte de la misión era otra a tener en cuenta, no dejar a nadie con vida era la segunda prioridad y, estando allí, no la cumplía en lo mas mínimo.

Luego eche un vistazo a Varanus, no sabía que tan efectivo era en combate y era difícil de decirlo con lo poco que lo había visto pelear por lo que hice un leve gesto con la cabeza para llamar su atención y preguntarle directamente.

- ¿Que tan preparado estas para defender una posición? - pregunte sin perder mucho tiempo, después de todo, no sabía lo que sus brebajes eran capaces de hacer, no al menos de todos los que llevaba o los que podía crear, luego observe nuestro alrededor.

- ¿Tal vez puedas usar algo de aquí? - añadí dubitativo mientras observaba las herramientas y los medios de los que disponía en aquella sala.

Al entrar en la habitación las alarmas comenzaron a sonar así que probablemente todo el edificio se dirigiese hacia nosotros, por otra parte nuestros anfitriones no podían estar en una situación más desfavorable, la cual aprovechó Soma casi sin pensarlo.

Quitando la dantesca escena que ahora se presentaba frente a nosotros, el laboratorio era bastante competente para lo que allí debían hacer, sin duda podría hacer algo útil con lo que allí había.

-Sinceramente, no soy el mejor para el combate, pero... si que podría llegar a ser útil en el, a un precio.

puedo crear un mutágeno y modificar mi propio aspecto físico y obtener las cualidades de aquello en lo que me transmute.

Podría fabricar un par de ellos aquí si lo que quieres es que me quede yo con sarah pero mi preferencia es que nos quedemos juntos, soy mucho mejor en el apoyo que en el combate.

Me acerqué al arma que había sobre la mesa y la cogí, mejor que una son dos.

También prepare el vial de contorno borroso por si había que usarlo rápido.

-Si se te ocurre algo que podría venirte bien y que yo pueda hacer, pidelo, no debería tardar mucho en hacerlo.

Sarah estaba escondida tras la mesa junto al cadaver del yakuza, se la veía totalmente concentrada.

-Sarah- Estoy traspasando sus firewalls de mierda... hecho, detectando cybercerebros y sistemas conectados a su intranet... analisis completo, quedan 18 cybercerebros activos en el edificio, practicamente todos se encuentran en la planta baja, justo encima de nosotros. Cuatro de llos estan bajando las escaleras hacia aqui, otros tres estan subiendo hacia Chell y Betania. Los once restantes se estan atrincherando en la planta baja. Justo al subir las escaleras.

Apenas dijo aquello cuatro yakuzas bajaron las escaleras y se colocaron al otro lado de la puerta, en el pasillo.

Gritaron lo que probablemente eran insultos en japonés, tres de ellos se apostaron con armas de fuego y un cuarto entro a saco katana en mano, mucho mas rápido de lo esperado.

-Sarah- Voy a transmitir un virus a todos y cada uno de sus cybercerebros para piratearles la vista, necesito veinte segundos...

Y esperaba que Soma y Varanus se los concedieran. Sarah estaba por piratear 18 cybercerebros al mismo tiempo, una gesta imposible para un hacker corriente, pero si lo conseguia, aquello pasaria de ser una pelea a una masacre.

El resto de yakuzas dispararon a traves de la pared y la puerta, muchas de las balas rebotaron por el laboratorio y en el traje de Soma sin provocar daños al neotemplario, pero una bala perdida alcanzo a Varanus en una pierna, la penetración fue mínima pero comenzó a sangrar.

Tras recibir a los primeros yakuzas, uno de ellos con mi propia espada, no pude sino asentir como afirmación a la petición que Sarah nos había encomendado, despejando así el corte del samurai, sentí como multiples de los disparos de los demas impactaban contra mi armadura, afortunadamente, ninguno había acertado, no obstante, Varanus había sido herido en el proceso, algo que me molestaba profundamente, así pues sujete nuevamente mi espada con una fuerza sobre humana y me prepare para propinar un golpe al guerrero que se había atrevido a pelear conmigo en un duelo de espadas.

Así pues, cuando mis brazos alcanzaron su máximo exponente, me dispuse a propinar un par de corte contra mi enemigo, el primero, uno horizontal, el segundo una estocada, para concluir de la manera mas eficaz, me termine colocando en la trayectoria de los disparos que iban hacía Varanus y eventualmente Sarah.

Mi labor no había cambiado, proteger a mis compañeros y acabar con mi enemigos, aunque no sabía si mi cuerpo aguantaría, daría todo de mi para respaldarles todo lo que pudiera.

Más rápido de lo que cualquiera nos hubiésemos imaginado, una pequeña incursión de los Yakuzas entro disparando a través de la pared y por la puerta, claramente disparaban a ciegas aunque una de sus balas llegó a impactarme en una pierna.

-¡JODER!- Exclamé con rabia. -¿Que clase de suerte tengo?, por lo menos no es mortal, pero esta me la pagáis.

Soma por fortuna había tenido mayor suerte que yo y no recibió daño alguno, y al ver que yo si, se interpuso entre el camino de los pardillos aquellos y yo.

-Prepárate, esto se va a poner divertido.

Me acerqué a la distancia justa para inyectar a soma mi vial de contorno borroso, nos daría un poco de apoyo a la vez que iba a confundir a nuestros anfitriones, no creía que hubiesen visto algo así nunca.

Tras esto y con una cobertura me puse a fabricar otro vial defensivo, que dependiendo de como fuese la pelea lo usaría en Sarah o en Soma.

Rasgué un jirón de mi camiseta y me hice un rústico vendaje sobre la herida de mi pierna, al menos esto detendría el sangrado y haría que no fuese a peor.

Los nervios por la situación no hacían más que fallara en mi juicio y así estaban saliendo las cosas.

Por los aires.

Así como yo, que durante un instante, mientras volvía a precipitarme, en mi mente no hacía más que reprenderme.

"¿Por qué haces? Pareces una novata. ¡Céntrate joder!"

Apreté los dientes frustrada mientras recuperaba el aliento y acariciaba mi pecho en muestra de molestia. Me reincorporé y desenfundé el rifle.

-Perdona, un leve despiste.- Sonreí furiosa.

Me acerqué a lo que quedaba de la puerta y desplegué el cortador láser para cortar lo que quedase de ella para poder pasar tranquilamente.

"A tomar por culo, puerta fuera." Pensé

Acto seguido buscaría un lugar donde conectarme y poder desactivar esa maldita alarma que no dejaba de sonar.

-Ve tú delante.- Le indiqué con un gesto de cabeza a Betania.- Te cubro las espaldas.-Esperaba que me entendiese.

Sonreía nerviosa, era la primera vez que hacía algo así en mi vida y se notaba mi falta de experiencia. Estaba más acostumbrada a huir de negocios que no salían bien; ésto era algo nuevo, algo que no terminaba de agradarme. Pensar que teníamos que quitarle la vida a tanta gente volvía la situación bastante amarga, no me sentía orgullosa de ello, iba en contra de mis propios principios. Intentaba mentalizarme de que era lo correcto para sobrevivir después de todo lo que habíamos pasado y descubierto, que no teníamos más remedio.

Con ayuda del cortador laser fue relativamente sencillo cortar la cerradura. Con una disciplina militar, Betania acató la orden inmediatamente y sin cuestionar, pero la acató a su manera y a sus estandares.

Pronto todos, incluidos Chell, Varanus y Soma se darían cuenta de que estaban jugando a un juego muy peligroso con Betania, caminaban por una cuerda a punto de romperse por encima de un abismo. Y el abismo les estaba mirando.

A una velocidad sobrehumana Betania entró con su cuchillo en la diestra y la pistola en la siniestra. Primero había unas escaleras que terminaban en el pasillo de la cuarta planta, en ese pasillo estaban las puertas de acceso a las diferentes habitaciones del hostal, en total 10 habitaciones numeradas de 400 a 410.

Todas las puertas estaban cerradas, pero al fondo del pasillo estaba el ascensor y el acceso a las escaleras que bajaban al resto de pisos.

La puerta del ascensor se abrió dejando ver a dos yakuzas armados hasta los dientes con katanas y subametralladoras, pero Betania ya estaba encima de ellos, había recorrido el pasillo de lado a lado en apenas dos segundos, sus ojos se habían oscurecido y dejaba una estela negra tras de si, una estela bastante parecida a la de las sombras que creaba ambición.

Un fortisimo corte con el cuchillo en el cuello al primer yakuza cercenó su cabeza por completo, luego encañonó al segundo por debajo de la mandibula y disparó, esparciendo sus sesos por todo el ascensor.

Aquello no era una pelea, era una masacre.

Betania aun estaba dentro del ascensor cuando se escucharon pasos y voces de mas yakuzas ascendiendo por las escaleras. Seguirle el paso a Betania iba a ser dificil, por no decir imposible, aunque no parecía necesitar ayuda para despachar a aquellos desgraciados.

Se escuchaban ya multiples disparos de los pisos inferiores, sus compañeros habían entrado en combate.

Al acabar con el primero de los yakuzas con aquel tajo horizontal, observe a los tres restantes y luego una fugaz mirada hacía atrás, al notar nuevamente otro pinchazo desconocido que luego divise, era procedente de otro de los viales de Varanus, no sabía que me hacía exactamente, pero mi cuerpo empezaba a notarse diferente, sin demasiado tiempo para pensar en los efectos secundarios, me avalance contra el resto de yakuzas.

Cubriendo a Sarah y Varanus como podía con mi propio cuerpo, me aproxime hacía otro de los Yakuzas, pero esta vez mi cuerpo se sentía extraño, mas pesado de lo habitual y algo torpe, el corte que trate de propinar no salió como esperaba, pues a pesar de que me había acercado hasta ellos, no había sido capaz de dar un golpe.

Un leve chasquido salió de mi boca en el proceso, fruto de la frustración, solo me quedaba poder recuperar la compostura y tratar de acertar en el próximo movimiento.

Los tres yakuzas estaban preparados para disparar en cuanto alguien saliera de la sala, dejando a Soma completamente expuesto ante sus disparos.

Soma notó los impactos uno tras otro, subametralladoras disparadas casi a bocajarro que, sin embargo, no penetraron el traje de combate de Elysium, una tecnología muy superior a la de aquellas viejas armas tan comunes en los suburbios. Por otro lado, la lluvia de balas le impidió alcanzar a su objetivo con la espada, incluso sin haber penetración, los proyectiles eran dolorosos y la energía cinética de tantos era suficiente para desestabilizarle en pleno ataque.

Un compañero completamente expuesto daba ahora una buena oportunidad a Varanus. Todos los enemigos estaban centrados en él.

-Sarah- Ya casi está... diez segundos, cuando os de la señal, pasad a la ofensiva total, no podrán veros durante cierto tiempo hasta que depuren la intranet.

Aunque Soma ya parecía estar haciendolo a pesar de todo.