Partida Rol por web

Aunque las palabras de Geralt me dieron un hálito de esperanza, lo que había sucedido solo me preocupaba, que los demonios fueran inmunes a sus palabras solo hacía peligrar la misión y no teníamos mejores alternativas que seguir matando lo que tuvieramos al alcance.

- Alguna otra idea - pregunte con cierta preocupación mientras recargaba nuevamente el rifle, incapaz de hacer mucho mas de lo que podía en ese instante sino forzar mi cuerpo a continuar y al rifle a disparar.

Me alce nuevamente en el cielo para observar el campo de batalla y elegir a mis enemigos con mayor facilidad y aún así sentía que estábamos en desventaja - tenemos que hacer algo con estos números...- advertí cuando apunte a los stalkers se aproximaban sin contar con los que ya estaban arriba.

Consciente de que no podría acabar con tantos demonios a la vez, opté por complementar mis disparos con geralt, el o su dragona quizás lograrían rematarlos - ¡Geralt! - reclame dando la señal de mi ataque, no pretendía matarlos pero si dejárselos lo mas debiles que se me fuera posible.

No necesitaba matar si los dejaba a las puertas del abismo.

Estaba preparado para recibir un aluvión de golpes por parte de aquellos demonios, pero no para lo que sucedió. Que algunos demonios pudieran atravesar por el cuerpo de la dragona para atacar a las patas era algo que ya había previsto, pero mi idea de atraerlos había caído en saco roto, pues no contaba con que Astaroth, ocupado como estaba, pudiera mantener aquel nivel de control sobre tantos demonios. 

Krahjotdaan tenia razón, Manakel era la mejor opción para aquello, pero eso anularía los efectos del lazo que mantenía con ella y por lo tanto mi muerte no podría ser retrasada de igual manera, y con mi muerte, Manakel no se quedaría allí para defender al cañón. -Joder.- Susurre mientras comenzaba a correr hacia Krahjotdaan y envainaba la espada. Ver como Raven había comenzado a volar de nuevo, me dio una idea de como podríamos apañarnos por el momento y como podría evitar otra muerte prematura.

Cree un Aegis para defenderme, pues mantener a dos dragones en el campo de batalla requeriría demasiada concentración como para poder hacer mucho mas, me subía una de las costillas de la dragona y llame a Manakel al campo de batalla.

-Manakel, hay que defender a ese cañón a toda costa. Krahjotdaan mantente en el aire y apoya a Raven con el ataque.- Yo poco mas podría hacer por ayudar ahora mismo.

Krahjotdaan emprendió el vuelo y se situó al otro lado del cañón araña del que estaba Raven. Desde allí arriba podía verse mejor el campo de batalla y por lo tanto era mas fácil realizar ciertos ataques, ataques como el que la dragona ejecuto sobre los enemigos.

Manakel protegió su cuerpo con un Aegis nada mas aparecer en el campo de batalla como había hecho yo y en el momento en que Krahjotdaan abandono su posición la sustituyo. Se coloco delante de la pata del cañón y se quedo allí inmóvil con los ojos cerrados mientras una sucesión de escudos de luz comenzaban a aparecer alrededor de la pata a su espalda.

Debilitados por las rafagas de plasma de Raven, multitud de stalkers desfallecieron ante la mirada del abismo de la dragona de la muerte, tanto fue asi que la cantidad de cadaveres acumulados en lo alto de la muralla comanzaban a ser un estorbo, aquel baluarte compuesto por dos humanos resultaba infranqueable para las legiones por el momento. Nunca antes Geralt o Raven habían dado cuenta de tantos demonios en una sola batalla.

Ahora sabían cómo se sintieron los defensores de Génova o del Vaticano cuando enfrentaron a las legiones, ahora conocían de primera mano el calvario al que había sobrevivido Adirael, pero, ¿les había abandonado?, todo apuntaba a que si.

Geralt tomó la decisión correcta, o almenos una decisión que garantizaba la seguridad del cañón araña durante unos instantes mas, el dragon blanco apareció en lo alto de la muralla y como una baliza de esperanza para todos se plantó frente a la pata metálica del cañón araña y se concentró en su protección.

-Krahjotdaan- Cuanto tiempo sin verte, augur.

La guardiana de la muerte saludó a su manera a Manakel, al que se refirió como augur. Geralt encontró el interior del cuerpo de Krahjotdaan extremadamente frio, pero a esas alturas poco importaba el dolor, el frio el calor o el sufrimiento, ellos eran la última linea de defensa, una linea que no podía ceder.

Los demonios que sobrevivieron a los ataques de humanos y dragones se lanzaron contra la pata del cañón, pero los escudos de luz de Manakel se interponían hicieran lo que hicieran. Aunque su energía comenzaría a mermar a gran velocidad si los demonios no eran eliminados.

Por otro lado, el sonido de colosales explosiones venían de la zona de combate de Maggie y Astaroth, cada vez mas fuertes hasta el punto de ser ensordecedores, las ondas sónicas lanzaban cadaveres de demonios de lo alto de la muralla al vacío mientras que amenazaban con hacer perder el equilibrio a los humanos que allí luchaban.

La batalla se había intensificado en todos los frentes, la lluvia de gargolas muertas continuaba a medida que los dos judicatores las exterminaban en bandadas.

Finalmente, buenas noticias llegaban por radio. Las fuerzas restantes de la humanidad y de Gólgota se habían reagrupado y un destacamento liderado por Eva iba en ayuda de Geralt y Raven. Solo debían aguantar un poco mas y aquella victoria sería suya.

-Eva- Geralt, Raven, Scott, Maria, aguantad un poco mas, ya casi hemos llegado, retomaremos la muralla con todo lo que nos queda.

Era el resultado del valiosisimo tiempo que habían ganado, sus esfuerzos no habían sido en vano. Un escuadrón entero de naves y vehiculos de tierra iban a toda velocidad en su ayuda.

-Ashley- Mi equipo se encargará del flanco que protegen Maria y Scott, estamos listos.

Que no eran sino los soldados que en su momento rescataron de la base de Redfox, incluida la misma Ashley.

Todos, al igual que Geralt y Raven se habían concentrado en hacer su parte, confiando plenamente en Maggie y dejando a un lado la preocupación por si integridad al enfrentar a un general de las legiones, concretamente al mas veterano y mejor armado.

- Recibido - respondí por radio mientras elegía nuevamente a mis nuevos objetivos, que Geralt hubiera invocado a otro dragón era la mejor opción que teníamos en ese momento, solo debía concentrarme en seguir disparando todo lo que pudiera, tal así que poco a poco podía sentir la intensidad de calor que emanaba el rifle por su sobre uso.

Priorizando sobre nuestros explosivos amigos, realice multiples barridos con el rifle, desplegando una nueva lluvia de plasma sobre todo el campo de batalla, no sabía a cuantos mas podría matar con aquel ataque pero asegurar la muerte de mis enemigos era lo único que me preocupaba en ese instante.

Esperaba que al menos, el dragón de luz resistiera lo suficiente como para que nuestro apoyo llegara y el cañón terminará de matar al cronus...prefería no pensar que pasaría si llegará a caer ahora.

Entre Krahjotdaan y Raven habían dado cuenta de gran parte de los demonios que se acercaban hacia Manakel y la pata del cañón araña, incluyendo a los molestos y potentes Inmoladores. Pero me preocupaba que seguían siendo un gran numero de demonios y que ahora solo el dragón de luz se interponía entre ellos y el cañón, si los refuerzos no llegaban a tiempo... era algo que no quería pensar. -Tu puedes Manakel, confío en ti- 

Me daban ganas de bajar y seguir matando demonios para ayudar al dragón, pero en mi estado actual aquella era una opción demasiado arriesgada, mas que la de dejarle defendiendo a el solo.

Krahjotdaan parecía saber a cual de los enemigos seria mas fácil matar y no dudo en lanzarse sobre uno de los malheridos Stalkers para terminar de rematarlo mientras Manakel permanecía inmutable, encargándose de defender el cañón contra cualquier ataque que este fuera a recibir.

Finalmente, los disparos de Raven fueron decisivos para evitar la tragedia, derribando a aquellos inmoladores, Manakel logró soportar todo el daño hecho por stalkers y minions, aunque el dragon terminó agotado y sangrando por sus fauces, el esfuerzo de mantener la protección le había pasado factura.

Dos banshees por el aire y varias maquinas con forma de escorpión que trepaban por la muralla llegaron a la escena y una lluvia de fuego cayó sobre los demonios salvando una situación que para los cuatro defensores era crítica, pero aun mas importante que eso fue que el cañón araña logró ejecutar al cronus antes de que este llegara a la muralla, cerrando de manera definitiva aquella brecha en la defensa de Gólgota provocada originalmente por el propio general en persona.

Ashley y su equipo equipados dispararon sin cesar hasta limpiar el flanco de Maria y Scott, mientras que una colosal onda telequinética limpió el flanco de Geralt y Raven, Eva salió de la banshee literalmente flotando en el aire, ahora había un vendaje cubriendo su hombro del que había sido cortado su brazo, una herida que la habría matado en el pasado, pero que ahora apenas era un impedimento para seguir luchando, tampoco era un reto complicado para un psiquico de su nivel bloquear el dolor para que no fuese un impedimento.

Eva aterrizó suavemente sobre la muralla y enseguida corrió hacia Geralt. Nunca antes Geralt había sufrido daños hasta ese punto, nunca antes había estado tan agotado tampoco. Experimentar daños letales y que su cuerpo se reconstruyera gracias al poder de Krahjotdaan era útil, pero pasaba una gran factura tanto física como mental.

Eva simplemente le abrazó con el único brazo que le quedaba.

-Eva- Sabía que ni siquiera la legiones podrían contigo. Ni con tu compañero.

Porque literalmente, se habían enfrentado a las mareas cara a cara y habían sobrevivido el tiempo suficiente, pero ellos no habían sido los unicos en demostrar que la humanidad estaba preparada para quella guerra, que ahora sí tenían la fuerza. Maria y Scott aunque totalmente exhaustos y heridos habían sobrevivido tambien y aguantado la posición hasta el final.

Pero alguien mas demostraría ser digna, alguien mas evidenciaría que Golgota era actualmente inespugnable para las legiones y sus generales.

Como un meteorito que cae del cielo, como un agel que cae a la Tierra, como la luz que ensarta la mas terrible oscuridad y la aplasta contra el suelo. Una explosión sobre un sector cercano de la muralla alertó a todos, formando un pequeño crater sobre la misma. En el centro del crater estaba Maggie sosteniendo con fuerza la lanza de Longinus que ahora yacía ensartada en el pecho de Astaroth, el cual estaba ahora tumbado boca arriba en el suelo y desarmado.

Maggie había vencido, pero tal había sido el esfuerzo que nadie podía acercarse demasiado a ambos por el calor que desprendía el cuerpo de la androide, que derretía hasta el mismisimo hormigón de la muralla.

Eva ayudó a Geralt a caminar y a acercarse tanto como el calor les permitiera, ella sabía que aquella victoria les pertenecía tambien a ellos. El resto hicieron lo mismo, de la banshee del equipo de Ashley tambien se bajaron Lilith y Avner, la sucubo fue directa a Raven a abrazarle tambien.

-Avner- No he podido detenerla.

Dijo el maestro con una sonrisa resignada.

-Lilith- Me alegra que hayas decidido cumplir tu promesa.

Pero hubo una última conversación entre Maggie y Astaroth.

-Astaroth- Aqui acaba nuestra contribución, criaturas libres. Es probable que sea insuficiente, e incluso insignificante para el inevitable final que se cierne sobre vosotros, pero almenos al final moriremos respetando la verdadera voluntad de Kadmon.

Kadmon Aemaet.

Sosteniendo la lanza, Maggie se despidió tan solo con aquel típico saludo, o como en este caso, despedida.

-Maggie- Kadmon Aemaet, General.

Y en su forma humanoide, el primer general de las legiones murió con la lanza de Longinus atravesada en su pecho.

Maggie no se movió de aquella posición, no podía, había superado su límite y su cuerpo de biometal dañado a muchos niveles, como minimo necesitaría tiempo para recuperarse y de momento, dada la temperatura que desprendía, nadie podía acercarse a asistirla. Tal vez Geralt sí pudiera acercarse mas usando su aegis, pero se carbonizaría igualmente si la tocaba, tal era la magnitud de su sobrecalentameniento.

De pronto, el estruendo de la batalla se detuvo, el suelo dejó de temblar y las legiones se quedaron en silencio y quietas, miles de millones de demonios ahora yacían totlamente inmóviles y en silencio alrededor de Gólgota en una escena casi imposible de creer.

De pronto de la nada se materializó una figura familiar para muchos al lado de Maggie y Astaroth, no parecía afectarle de ninguna forma aquella tremenda temperatura que desprendía el cuerpo de Maggie.

-Leviatán- Se le veía realmente complacido al anciano, se negó hasta al final a aceptar un desenlace en el que no perdía su vida. Hay un límite en cuán diligente se puede ser, la moderación es sin duda una virtud.

Todo se pusieron en tensión al ver que la tercera general extendía la mano para tocar a la ahora inmovil y sobrecargada androide. Todos los que habían guardado ya sus armas para cambiarlas por kits médicos y agua se apresurarón a sacar de nuevo sus armas.

Pero Eva, que aun ayudaba a mantenerse en pie a Geralt, no pareció soprendida de la presencia repentina de Leviatán allí, mas raro aun resultó que no tuviera miedo de cuando estuviera por hacer la general a la ahora indefensa Maggie.

Al fin habíamos logrado detener a una pequeña parte de las legiones, gracias a el apoyo del dragón de luz y la agilidad mental de Geralt, pudimos repartir la labor de detener aquella última oleada, en cuanto me di cuenta, ya no estabamos solos, el apoyo que tanto necesitabamos había llegado justo como habían prometido, por fin podíamos respirar tranquilos pues la ayuda había llegado.

Me dispuse a aterrizar sobre la muralla bastante mas cansado de lo usual, no obstante estaba en mejor condición que Geralt, que sin previo aviso su hija fue a abrazarle sin mediar mayores palabras, un encuentro conmovedor por parte de un padre exhausto y una hija preocupada.

- Trabajo en equipo - respondí ante los elogios de Eva - nada que no se pueda conseguir con practica - bromeé ahora mas tranquilo, por otra parte, una brillante estrella atrajo mi atención durante un instante, Maggie quien hasta ahora había estado peleando, había triunfado espectacularmente con una escena digna de elogio y admiración, una sonrisa se esbozo en mi rostro mientras guardaba el rifle y me quitaba el casco mientras la observaba.

- Vez Nova...te dije que no la abandonaríamos - comenté satisfecho con el fruto de nuestro esfuerzo y aunque quería ir cuanto antes hacia Maggie, algo me retuvo, algo llamo mi atención como si de un presentimiento se tratase, al girarme la observe, saliendo de la otra banshee, era Lilith apenas y pude reaccionar sino para recibir aquel abrazo que tanto había esperado después de aquel infierno de pelea.

Al tenerla entre mis brazos acerque mi mano a su mejilla y la acaricie delicadamente mientas la observaba, estaba tan emocionado de verla que la sorpresa me abstrajo durante un instante.

- Habría hecho lo imposible para volver a verte - susurre mientras la miraba - para cumplir...nuestra promesa - le dije con una sonrisa en el rostro.

No obstante, la felicidad duro poco tiempo, despues de que Maggie y Astaroth intercambiaran palabras, el sorprendente silencio se hizo asfixiante, nada bueno podía suceder de aquella situación...y mucho menos con ella.

Cuando divise a Leviatán reaccione ante su presencia dejando a Lilith detrás de mi para protegerla como si mi cuerpo se tratase de un escudo, pero algo raro sucedía, Eva no parecía intranquila ni alerta, a diferencia del resto y ella podía estar tocando a Maggie sin el mas mínimo problema.

- ¿acaso es otra de sus proyecciones? - pensé mientras trataba de racionalizar lo que pasaba frente a mis ojos - Nova...¿esta ella físicamente ahí? - pregunte desconcertado, pero mas importante, nervioso.

Geralt y yo ya no estábamos en condiciones de seguir y mucho menos Maggie que ahora permanecía inerte despues de aquella titánica pelea.

- A que has venido Leviatán - reclame mientras la observaba - a por una charla existencial o a por tu compañero - pregunté ciertamente incomodo con su aparición.

Cuando por sin los refuerzos aparecieron y el cronus cayo, descendí a tierra de nuevo. El dragón de luz no tenia ninguna herida externa, pero mantener los escudos le había pasado una gran factura. -Gracias Manakel.- Le dije mientras Eva descendía hasta nosotros. -Te as ganado un buen descanso, espero que te recuperes pronto.- Y después de aquellas palabras deje que volviera a su mundo, no era necesario esperar una respuesta por su parte, pues no la habría.

Cuando Eva me abrazo correspondí y la abrace también. -Trabajo en equipo y la ayuda de la muerte.- Dije mientras miraba a Krahjotdaan. -Gracias también a ti Krahjotdaan, no había aguantado sin tu ayuda.- Algo que no solo incluía el echo de que pudiera posponer mi muerte ni reconstruir mi cuerpo, sino también la armadura y el escudo que había fabricado con sus propios huesos. -Y también debería despedirme de ti, tienes trabajo que hacer. Aunque puede que te distraiga alguna vez mas.- Aunque en el fondo esperaba no tener que volver a verla hasta el momento de mi muerte, algo que indicaría que las cosas habían ido mejor a partir de aquel momento.

Con ayuda de Eva pude acercarme al lugar en el que Maggie y el general habían impactado. -Ahora tu hermana va a tener que crear un brazo para ti.- La dije mientras caminábamos. Quería saber como lo había perdido y que diablos estaba haciendo Adirael pero una nueva presencia hizo que me viera forzado a posponer mis preguntas, ademas de que prefería dejarlas para cuando todos estuviéramos recuperados.

Con la aparición de aquel ser con aspecto de mujer, alguien a quien no había visto nunca, las legiones se quedaron quietas, algo que no sabría decir si era obra suya o por la caída de Astaroth, aunque me decantaba por lo primero. Raven se dirigió a ella como si la conociera y por sus palabras pude deducir que era otro de los generales, el único al que no había llegado a ver hasta ahora. Aun apoyándome en Eva la mire a la cara y parecía calmada, como si aquel general no representara una amenaza, y lo cierto era que yo tampoco sentía ningún tipo de peligro.

Y aunque no estaba en condiciones de enfrentarme a ningún otro enemigo por el momento, y menos a otro de los generales, me prepare para invocar a un dragón si era necesario.

-Leviatán- ¿Una charla existencial? de verdad me gustaría algo asi, siempre me ha gustado hablar sobre la existencia.

Nova respondió entonces a Raven.

-Nova- Es una de sus proyecciones, aunque esta acumula mas energía que las anteriores. En cualquier caso, Leviatán está cerca, su verdadero cuerpo... mira hacia el mar.

Desde lo alto de la muralla de Gólgota podía verse la costa a lo lejos, el problema era que ahora el cielo estaba negro de la cantidad de humo generada por aquella batalla, el aire era desagradable y el olor a carne quemada casi insoportable. Pero entre las columnas de humo y la bruma oscura, todos pudieron distinguir la verdadera forma de la criatura responsable de aquellas proyecciones.

Un titan de varias cabezas había emergido a medias desde el mar, un ser similar a la hydra de las leyendas y aun desde varios kilómetros podían verse dichas cabezas mirando en dirección a Gólgota. Aunque los presentes no lo supieran aquel era un hito en la historia del universo, pues Leviatán había ocultado por milenios su verdadero cuerpo, su verdadera forma.

La proyección que tenían delante extendió entonces la mano hacía Maggie y una densa nube de vapor salió de su cuerpo, la tercera general ayudó a enfriar el cuerpo de la androide para que pudiera moverse de nuevo.

-Leviatán- A estas alturas ya no hace falta ocultaros mas cosas, aunque algunos, como Maggie, han sabido la verdad antes de lo que planeamos.

Un nuevo portal irrumpió en la escena y una figura mas que familiar salió de ella. Era Yehudith, ahora matriarca de todas las sucubos y junto a ella estaba Yecum.

-Yehudith- Fui yo quien pidió a Leviatán que hiciera algunas funciones de doble agente en este conflicto.

Repasó con la mirada a todos pero se detuvo en Avner.

-Yehudith- Hola, maestro. He vuelto, como prometí.

Pero sin pausa alguna otro portal diferente se abrió cerca de Geralt y de el salió Ragnarok, la matriarca de los dragones.

-Leviatán- Parece que por fin nos hemos reunido todos, me pregunto que tal le habrá ido a Adirael.

-Yehudith- No dudo de su convicción ni de su habilidad, pero sí de su puntualidad.

Maggie habló entonces, a sabiendas de que les debía una explicación a los presentes de por qué los que probablemente eran de los demonios mas poderosos que existían se habían reunido allí.

-Maggie- Geralt, Raven... todos. Fui yo quien pidió a Yehudith como reina de las sucubos, a Ragnarok como matriarca de los dragones y a Leviatán que nos ha ayudado con esta victoria, que nos reunieramos aqui.

La condena del rey demonio está por cumplirse, Adirael partió a sabiendas que ese es un hecho ya inevitable, partió a lo desconocido en busca de ayuda. Pero ese no es el motivo por el cual los hijos directos del rey demonio se han reunido aqui.

Leviatán tambien era una creación directa del rey demonio, estaba claro al ver su verdadera forma en el horizonte que era una criatura única.

-Maggie- Ellos quieren que se cumpla la voluntad de Kadmon, opinan que la existencia de criaturas libres como nosotros es algo natural y predestinado e impedirlo es, a la larga, un retroceso en la evolución del universo creado por Kadmon.

Una postura que no comparte el rey demonio, por eso ordenó nuestra destrucción. Pero si los generales no lo consiguen, él lo hará en persona.

Y él ya está aqui...

La legendaria hidra, la reina sucubo, el matriarca de los dragones y la primera verdadera IA jamás creada portando el arma mas poderosa de la humanidad pretendían se ahora quienes les detuvieran. Aunque no había que olvidar a los que desde un principio portaban aquella carga.

-Levistus- Puede que aun entre todos no tengamos la fuerza para detener a uno de los dos entes que dió vida este universo. Pero vuestra sola presencia, vuestra sola oposición, ya es el mensaje mas directo y poderoso que se le puede enviar al rey demonio.

Las creaciones mas poderosas del rey demonio estaban allí reunidas, sus hijas e hijos, la cuestión era si realmente aquello marcaría la diferencia o si realmente luchaban contra un futuro inevitable.

Ragnarok se acercó entonces a Geralt.

-Ragnarok- Es hora de un relevo, adalid. Esta lucha me pertenece a mi y a mis hermanas, vosotros ya habeis cumplido con vuestra parte y demostrado que teneis derecho a un lugar en este universo.

Estoy orgullosa de ti, Grohiik. Deja que me encargue yo de esta última batalla.

Dijo, por fin. Podrían ser palabras triviales viniendo de cuaquiera, pero no de la matriarca de los demonios mas poderosos que jamás han existido, Ragnarok no pronunciaba aquello a la ligera.

El problema era que había sonado como una despedida.

-Yehudith- No seas tan dramática, anciana. Quien sabe, puede que papá se emocione al vernos a todas juntas.

-Leviatán- Eso... lo dudo.

Maggie, recuperada de su sobrecalentamiento se alzó de nuevo con la lanza de Longinus en la mano, esperaría junto al último visitante que estaba por llegar.

Eva se habló entonces a su padre.

-Eva- Geralt, se que ninguno estamos en condiciones de luchar, y aunque estuvieramos no podríamos hacer nada. Aun asi quiero quedarme, me temo que da igual donde nos escondamos o a donde vayamos, nuestro destino se va a decidir aqui y ahora.

Nova no fue tan explícita, pero Raven sabía que era tambien voluntad de la IA permanecer lo mas cerca posible de Maggie hasta el final.

Observe algo atónito el cuerpo real de Leviatán y como Yehudith y Ragnarok hacían también acto de presencia.

La explicación de Maggie, por fin nos dijo donde estaba Adirael y el motivo de su ausencia y anterior engaño. -Esperemos entonces que Adirael venga con alguien que realmente pueda ayudaros.- Dije, pues si de verdad pensaban enfrentarse al rey demonio necesitarían la ayuda de seres tan excepcionales como lo eran ellos.

Luego, me dirigí a Ragnarok tras escuchar sus palabras. -Es todo un honor escuchar esas palabras viniendo de ti, Ragnarok.- Puede que me hubiera ganado el derecho de llamarla madre al fin, pero era algo que no me salia de manera natural. Saque a Ouroboros y se la ofrecí, como ella había echo conmigo. -Creo que esto te pertenece, y que te ara falta.- 

Eva tenia razón en sus palabras, si el rey demonio estaba aquí, y entre sus hijas, Maggi y Adirael con ayuda que hubiera encontrado no podían hacer nada, ni luchar ni escondernos nos salvaría de la destrucción. -Esta bien hija, nos quedaremos a ver lo que ocurre.- Seguramente llamaría a Panlong para presenciar aquella batalla, aun tenia fuerzas para invocar si era necesario y creía que al menos un dragón debía estar presente. La casta del agua era la mejor opción para aquello y dudaba que Ragnarok pusiera pegas cuando se enterase.

Observar la verdadera forma de Leviatan no me había sorprendido en lo mas mínimo, aunque su forma era imponente, cada Generalt era a su forma un ente de sumo poder y capacidad, podría tomarse literalmente su poder o nombre a su forma, que aquella criatura estuviera allí y fuera capaz de mostrarse con simples ilusiones, solo era muestra de su increíble poder.

No obstante, permanecí espectánte ante la conversación que sucedia allí, aunque con la llegada de los portales de los cuales tanto Yehudit como Yecum había provenido, como la reciente aparición de Ragnarok, aunque quedaban cuestiones que necesitaba saciar, por otra parte, las explicaciones de Maggie con respecto a todo lo sucedido me confundieron en cierta medida aunque no podía reprocharlo, había confiado en ella desde un principio dudar ahora era contraproducente, no obstante...

Me coloque ahora al lado de Lilith mientras que con una mano sujetaba la suya, dedicaba la mirada a todas aquellas entidades tan poderosas con una simple pregunta.

- ¿Por que?...- mencione confuso observando a Leviatan - que paso con la voluntad heredada, que paso con los ideales compartidos por el todo...- dije ciertamente confundido a sabiendas que aunque la respuestas podría ser increíblemente simple, necesitaba escucharla, por muy estúpido que pudiera parecer.

- Después de todo lo que hemos pasado, por que habeis demorado tanto tiempo en daros cuenta de esto...todas las vidas que se han perdido...todos los sacrificios que se han tomado...- medite con cierto pesar - y no solo por parte de la humanidad, en una guerra ningún bando queda impío, siempre hay dolor, siempre hay muerte...- espete, apretando la mano de Lilith conociendo su pasado, pensando en todas las vidas de nuestros compañeros.

- No me exculpare de lo que he hecho, pues también he pecado como el que mas, tampoco huiré ni me esconderé, pues pelear por la humanidad siempre ha sido lo que he hecho, incluso si no somos todos humanos, defenderé a el inocente sin miedo alguno - pronuncie ante todas aquellas entidades tan poderosas por si mismas que ahora su presencia se hacía abismal.

- Por eso mismo me quedaré, aún así...necesito saberlo...necesito una respuesta clara, que vais a hacer...y en que puedo ayudar - mencione no como héroe, no como guerrero, no como campeón de la humanidad, sino como un humano confuso y espectánte con el desenlace que se desarrollaría en ese instante.

Incapaz de aceptar con la misma facilidad con la que acepto Geralt aquella resolución, pedí con cierta sinceridad una respuesta mas clara y menos ambigua.

- No mas secretos...no mas verdades a medias...- les dije esperando al menos la sinceridad por la que había estado peleando durante todo este tiempo.

Ragnarok miró la espada un instante, luego de nuevo a Geralt.

-Ragnarok- Guardala, Grohiik. De nada sirven las armas en la batalla en ciernes, ni siquiera tratandose de Ouroboros. Guardala y no dejes que caiga en manos equivocadas, protege a tu linaje con ella, pues ahora tu linaje, tambien es el mio. Recuerdalo.

Dicho aquello, Leviatán procedería a aclarar algunas cosas, un mero gesto de cortesía sin importancia real para cuanto estaba por acontecer.

-Leviatán- El conflicto entre el rey, el príncipe y el general. Asi se refería a nuestro dilema Belphegor. Aunque por supuesto, como todo cuanto decía, era un juego de palabras, un galimatías que no escondía sino la verdad. Pocos son lo que entienden que él, dentro de su locura, era el mas cuerdo y todo un visionario. Esa era su condena.

-Leviatán- Fuimos Astaroth y yo quienes decidimos trazar un plan de acción a muy largo plazo, nosotros somos fieles a Kadmon, al maximo creador, al "Rey ausente", como decía Belphegor. Si en este universo nacieron criaturas con libre albedrío, independientes de su creador, es porque asi debe ser, la existencia misma de la libertad es pues, la voluntad de Kadmon. Pero el rey demonio (o el príncipe como decía Belphegor) está en contra de esa idea, para él la individualidad que poseeis es una infección que debe ser erradicada a cualquier coste y de esa forma preservar el equilibrio de este universo como se ha hecho siempre.

Y aqui llegamos al dilema del general, nuestro dilema, el conflicto entre lo que creemos correcto y la voluntad del rey demonio que no es sino la nuestra. Exterminar a la especie humana y a la vez salvarla incluso de nosotros mismos que estamos intimamente ligados al rey demonio, como genrales de las legiones.

El pálido rosotro de la proyección de aquella colosal hidra se tornó ahora hacia abajo, hacia el cadaver de Astaroth.

-Leviatán- Pero resulta que la respuesta no era tan complicada como parece. Astaroth me pidió un informe detallado, un analisis de vosotros, los humanos, me pidió que desentrañara el puzzle de vuestra esencia y fue ahí cuando comenzó mi afición por las charlas existenciales, era realmente entretenido mantener conversaciones con individuos humanos, pues poseeis una perspectiva única, equivocada en muchos aspectos, pero única y genuína.

No tardé en descubrir que sois seres mayormente emocionales, no es que otras especies del orden o del caos no  posean emociones, pero la influencia que ejercen sobre vosotros es, sin duda alguna, la mas significativa de todas las especies que conozco a todos los niveles.

Pronto, Astaroth y yo descubrimos que el proceso para haceros evolucionar, de que rompierais las barreras que vosotros mismos habíais creado de manera acelerada hasta el punto de ser capaces de vencernos, era casi el mismo que el de exterminaros. Una coindidencia tremendamente conveniente, solo debíamos hacer nuestro trabajo pero ser sutilmente menos efectivos, solo debíamos pecar de confiados y tomarnos nuestro tiempo, cumpliendo con la voluntad que nos es impuesta, pero dandoos una oportunidad de reaccionar.

Una apuesta arriesgada sin duda, pero a grandes riesgos, grandes recompensas.

Miró ahora a Maggie con una sonrisa en el rostro.

-Leviatán- Ella fue vuestra respuesta, inesperada sin duda, pero legítima y efectiva. La muerte de Astaroth es prueba de ello. Con esto se resuelve pues el dilema del general, ya no podemos exterminaros por mucho que tengamos la voluntad de hacerlo, ya no sois una raza subdesarrollada, Maggie es la prueba de que ya podeis sobreponeros a la mortalidad del tiempo y Adirael es la prueba de que podeis caminar por las estrellas, ahora teneis derecho a reclamar un lugar.

Y con esto finaliza nuestra misión como generales, por supuesto Lucifer no estaba al tanto, él solo era una sombra maldita y llena de odio, nunca habría accedido a este desenlace, Belphegor tampoco, era una criatura imprevisible y conllevaba demasiados riesgos ponerle al tanto de nuestros planes. Pero al final él llegó a las mismas conclusiones por si mismo, demasiado tarde como para ponerle al tanto del plan, pero al final resolvió el dilema, a su manera.

Hice creer a Adirael que yo había matado a Belphegor antes de partir, pues al final Belphegor se negó a acabar con vosotros y asi se lo manifestó al psiquico, algo que podía haber tentado a Adirael a quedarse o simplemente a no darse la suficiente prisa en su partida. En realidad Belphegor descansa a salvo lejos de aqui.

Por supuesto no todo estaba planeado, Yehudith, Ragnarok, Balban, las acciones de Lucifer y Belphegor, la plaga, etc. Todo eran variables con las que teníamos que lidiar de manera sutil y sobre la marcha, en el caso de Yehudith fue facil agragarla a nuestro plan, pues comparte nuestra devoción al maximo creador, a diferencia del resto. Fuí yó quien puso en la pista de Balban a Adirael, aunque él se encargó de sacar lo mejor de dicha pista y con ellos nos quitamos de encima al que probablemente era el mayor obstaculo en nuestros planes, uno que por muy poco no lo hechó todo a perder.

Aunque aquello no era del todo cierto, Geralt y Raven sabían que la intención real de Balban era morir y comprometer el desarrollo del proyecto mas importante de la humanidad no era mas que una provocación para su objetivo. Algo que obligaría a los humanos a encontrarle y acabar con él y su condena.

Pero de pronto una voz grave y ligeramente familiar salió de la nada para interrumpir, asi como una figura de sobra conocida: la del doctor Smith.

-Smith- Tu relato me decepciona, hija mia.

No hicieron falta presentaciones, el rey demonio estaba ante ellos, uno de los dos hijos de Kadmon y artifice del aquel universo.

-Smith- Habeis sido bendecidas con virtudes que ni siquiera yo anticipé, erais y aun sois objeto de mi orgullo, pero desgraciadamente no habeis entendido lo mas importante a la hora de trazar vuestro plan: mi propia existencia. No entendeis vuestros origenes y la relevancia de los mismos.

No hubo una reacción violenta o desmedida, tan solo silencio y postración, como si todas las fuerzas abandonaran a todos los seres no humanos presentes, incluida Lilith, cayendo irremediablemente de rodillas y apenas capaces de moverse, luchando por no caer simplemente dormidas. Incluso la colosal hidra, Leviatán, pareció dormirse a lo lejos, sus cabezas bajaron y la bestia yació en el suelo postrada.

-Smith- Mi hermano y yo tejimos este universo con nuestras propias manos, como dos caras de una moneda que forman un todo, una obra que se enriquece a través del imperativo cósmico y mediante el cual la vida cambia, evoluciona y se adapata para ser eterna.

Esa es la verdadera obra de Kadmon y la obra que estoy determinado a proteger.

Al terminar sus palabras, Ragnarok, Leviatán, Yehudith y Yecum yacían inmoviles en el suelo, como si estuvieran dormidas.

-Smith- Admiro vuestra determinación judicatores.

Ahora encaraba a ambos judicatores con una mirada inexpresiva en el rostro.

-Smith- Pero ni siquiera vosotros habeis entendido cual es la verdadera amenaza al equilibrio que defendeis. Y no estoy dispuesto a esperar mas a que entreis en razón.

De pronto los judicatores, Justitia y Levistus comenzaron a transformarse en cenizas, poco a poco el viento se llevaba volando sus cuerpos como si fueran mero polvo. Aunque antes de desaparecer, Levistus alcanzó a pronunciar algo.

-Levistus- Nada... es... para... siempre.

Pronunció exactamente las mismas palabras que Balban antes de morir. Luego sus cuerpos desaparecieron con el viento de la muralla.

Un absoluto terror se había apoderado del resto de humanos allí presentes, en shock ante el poder que se alzaba ante ellos, ante la impotencia de lo inevitable.

-Smith- En cuanto a vosotros, hijos de Yaveh, yo os condeno a desaparecer, pero vosotros...

Dijo refiriendose a Maria, Raven, Geralt y Claire, concretamente los humanos que habían participado en la muerte de Balban.

-Smith- ... vosotros sereis los últimos, vereis desaparecer a toda vuestra especie, y os consumireis lentamente con el derrumbamiento de vuestro mundo.

En cuestión de segundos, uno por uno, todos los humanos presentes fueron deshaciendose en cenizas, primero Scott, al que Maria se había abrazado, luego el resto de soldados, incluida Eva, Lilith, Ashley y todos los demas.

Maggie se lanzó entonces a la velocidad del rayo contra la figura de Smith, tratando de ensartarle con la lanza de Longinus, pero este la agarró con sus manos y la partió el artefacto por la mitad y luego se hizo añicos. Luego tras un solo roce arrebató toda la energía a Maggie y esta cayó tambien inerte al suelo.

-Smith- Observad el final y sabed que todo cuanto hicisteis fue en vano, se os advirtió de que este momento llegaría, pero no escuchasteis, al igual que mis propias hijas no entendisteis que yo soy el arquetecto, al cincuenta por ciento, de vuestra realidad.

No había batalla que librar. Vuestra existencia es un error que estoy en la responsabilidad de corregir.

La misma ciudad de Gólgota comenzó a deshacerse, sus edificios, sus murallas, las montañas de cadaveres y maquinas, todo desaparecía ahora restando un yermo cubierto de ceniza con tan solo en pie el trozo de muralla sobre el que estaban.

Todo bajo el llanto ahora impotente de Maria, lloraba impotente en el suelo al comprender que estaba ante el final. Claire estaba en shock, en silencio sin parpadear al ver todo el mundo desaparecer asi y ver cumplido el "dia de la ira" de la forma mas horrible posible: en el mas absoluto silencio, no hubo gritos de horror entre las personas que restaban en Gólgota, solo silencio.

La Tierra, todo el planeta se transformaría entonces en un inmenso erial, sin rastro alguno de que la civilización humana alguna vez existió, restando solo los cuerpo dormidos de Ragnarok, Leviatán, Yehudith, Yecum y Panlong, al cual había invocado Geralt. Tambien el cuerpo desactivado de Maggie.

-Smith- Dejaré que seais vosotros quienes decidais cómo acabar con vuestra vida, considero todas vuestras afrentas debidamente retribuidas.

Debían enteder que no había ayuda posible, ya no, daba igual la ayuda que pudiera traer Adirael, ya no había batalla que librar, ni vidas que salvar, todo había terminado.

Nova tampoco estaba ya en la cabeza de Raven, sus servidor había desaparecido junto a todo lo demas.

Escuchar aquellas palabras de Leviatan resulto cuando menos...gratificante, el poder escuchar cada paso de aquel plan era sin duda la prueba de nuestro esfuerzo, a pesar de las vidas cobradas, la recompensa fue a largo plazo enriquecedora, no obstante aún podía sentir el pesar de las vidas que se habían perdido en aquella guerra innecesaria pero con la nueva convicción de poder vivir con ello y a pesar de ello, agradeciendo a cada vida el poder haber estado allí para poder continuar con su legado.

Sin embargo...unas palabras tan familiares como reconocidas fueron escuchadas y como un sudor frío bajandome por la nuca sentí la incomnensurable presión de un ser sin parangon alguno.

al girarme y observar a el humano que tantas veces me había tratado hablar de aquella forma tan omnipotente, no me cabía la menor duda, su tono, su porte, su soberbia...era tan obvio y al mismo tiempo sorprendente, como alguien había sido capaz de estar allí tanto tiempo y no verlo.

Todas las criaturas provenientes o relacionadas al caos pronto se postraron sin la capacidad de oponerse ante el que obviamente era El Rey Demonio en persona, por otra parte lo humanos allí presentes solo podíamos observar atónitos aquel ser sin decir nada mas que el aire que salia de nuestras bocas en sorpresa por aquella revelación.

Ni siquiera los judicatores pudieron hacer mucho mas sino desaparecer, seres que creíamos mucho mas que poderosos ahora se desvanecían como las cenizas, un poder abrumador contra el que no podíamos luchar, pronto, fuimos condenados con la misma facilidad que había condenado a otros, despojándonos de lo que mas nos importaba, desvaneciendo a la humanidad sin la capacidad de luchar, sin la capacidad de responder...

Una mirada veloz me indico la precaria situación en la que no encontrábamos...Claire estaba en shock y María sollozaba de dolor y miedo, por su parte Geralt era un galimatías para mi, pero a esas alturas ni yo mismo podía saber que sentir, Lilith había desaparecido en un instante sin siquiera poder decir nada, su mano se desvaneció y consumió en cenizas para cuando me quería dar cuenta ya no había nada mas que los reminicentes de la humanidad.

Ni siquiera Maggie pudo combatir y el arma mas poderosa de la humanidad ahora se había perdido en el olvido, ni siquiera podía hablar con la compañera que había estado siempre allí pues ahora no respondería, la humanidad había sido básicamente erradicada y allí me encontraba yo, de pie, ver lo que había jurado defender desaparecer frente a mis ojos.

Sentir el aire seco en mi rostro y el vacio de la nada palpable a nuestro alrededor, solo los ecos de María se podían escuchar en aquel mundo hueco...¿era esto el final por el que habían peleado tan duramente?...

- No....- musite mientras comprendía las palabras de Leviatan, mientras pensaba en cada pequeño detalle de nuestra lucha, mientras pensaba en cada pequeño significado de cada conversación a lo largo de aquella infernal travesía.

- Estas equivocado...no existe tal cosa como la perfección...no existe tal cosa como un imperativo absoluto; Nosotros somos la prueba, hasta tus creaciones lo son - me excuse con aquel omnipotente ser que por tanto tiempo había estado allí y había observado pero que se rechazaba a aceptar el cambio, un cambio del que eramos la prueba misma de nuestra existencia.

- Dos caras de la misma moneda se pueden expresar de dos formas diferentes, la visión del cambio y la visión de la monotonía, tu habrás sido el constructor de la mitad de la existencia pero no el dueño de ella, Nosotros existimos, aprendemos, vivimos y continuamos con el futuro esperando algo mejor no para nosotros sino para un bien mayor .

Mientras que tu crees defender el balance de la existencia, solo defiendes tu propia visión de la realidad, tu interpretación de la obra de Kadmon es incorrecta, y tu trabajo como constructor es solo de forjarnos un lugar en el que pudieramos existir, tu mismo lo has dicho la vida cambia, evoluciona y se adapta para ser eterna pero no por un imperativo cosmico, no por una voluntad heredada o por una fuerza omnipotente, sino por nosotros, los seres que vivimos en el, los que cambiamos el entorno que nos rodea, los que cambiamos para bien o para mal para aprender de nuestros errores, para mejorar...- dije sin mas emociones que las que podría portar mi corazón.

- Tu solo eres dueño de la mitad de la existencia, no de toda ni de los seres que habitan en ella, te has tomado la vida de innumerables seres por tu propio egoísmo y soberbia cuando ese derecho no era tuyo, Kadmon nos puso en este plano existencial por que así lo deseo, tambien somos parte de su obra y somos creacion del Rey ausente, no tuya, tampoco eres dueño de la existencia como para tomarla, la forjastes con un igual un hermano y aún así decidistes tomarlo todo por unos ideales ciegos, haciendo caso omiso del cambio que sucedía frente a tus narices

Dices que nuestras afrendas son retribuidas pero el único pecador que veo aquí es el que tomo por su mano una responsabilidad que no le correspondía, un derecho que no era suyo e impartio un castigo que no le correspondía dar - dicho aquello, me acerque a María lentamente, desde hacía mucho no tenía el casco puesto pues ahora podría ver mi rostro, todos los presentes podrían verlo, era obvio, estaba conmocionado pero aún así no tenía miedo.

Trate de levantar a María como pude dejando descansar su brazo sobre mi cuello para poder ponerla en pie.

- Levanta pequeña...ser fuerte no es ser todopoderoso sino conocer tus debilidades y caminar con ellas - le dije mientras trataba de levantarla, acto que podría acabar en aún mas dolor o en un atisbo de esperanza.

Luego me caminaría hasta Claire, posando mi mano sobre su hombro y tratando de hacerla reaccionar.

- No pienses en el silencio...piensa en las voces de los que te hicieron llegar hasta aquí y de lo que tuvieron que dar para que continuaramos...su sacrificio no es en vano siempre que los atesores en tu corazón - pronuncie mientras pensaba en todos mis maestros y todos mis compañeros...y todo mi amor por la vida y mi respeto por el querer defendérla.

Luego camine hacía Geralt comprendiendo que el dolor que podría sentir podría ser abismalmente mayor que el mío pero sin olvidar que el dolor aunque nos podía dar fuerza, tambien nos podría volver locos de ira y nublar nuestro juicio

- Nada esta perdido...siempre que tengamos fe amigo mio...- le dije mientras me situaba a su lado confrontando con la mirada a el mismísimo Rey demonio - que la ira no impulse nuestras alas ni de forma nuestro camino, sino la esperanza del mañana y el amor por lo que hemos luchado durante todo este tiempo...- aquellas ultimas palabras eran la reprimenda personal que me impuse a mi mismo, pues hasta mi ser había caido en la desesperación y el dolor dejando solo que mi ira tomará las acciones que conllevarían a aquel desenlace.

- El valor...no es la ausencia del miedo...sino la aceptación de que estará siempre allí y aún así actuar a pesar de él - promulgue a los presentes.

Luego dirigí la palabra nuevamente a el omnipotente ser que se encontraba allí, en el que ahora era nuestro vacío mundo, no con rabia, no con resentimiento, sino con aflicción y pena.

- Que se siente...ser tan poderoso y ser incapaz de controlar nada...de tratar de dejarnos en la desesperación...y fallar...-

Allí solo quedaba los reminicentes de la humanidad pero allí era cuanto mas fuerte me sentía, sin miedo alguno a la muerte, a la desesperación, al dolor.

- Así como tratas de extinguir la esperanza, así como si nos borras de la existencia, así como si nos condenas como a otros, el cambio existe, el cambio esta ahí, es inescrutable e indetenible....- Luego observe a la poderosa Leviathan y a las grandes monarcas de cada raza.

- Esta es la prueba de nuestro valor, ser mártires de nuestra propia existencia, de nuestro propio individualismo, de nuestro propio ideal....- que seres como los generales pudiera tomar esa clase de decisiones solo era una prueba mas de la cruda realidad.

- Así que yo me postro ante ti, verdadero creador, verdadero rey, pues perdona a tu hijo por su error y déjale aprender de su agravio, pues aunque como humilde creación, mortal y finita, jamás perderé la fe, jamas perderé la esperanza....- aquellas palabras aunque pronunciadas frente al Rey demonio, eran obvias que no eran hacia el, pues incluso reconociendo su omnipotencia, el no era con quien me estaba dirigiendo.

Luego le dirigí una mirada al que una vez creí que era el buen Doctor y ahora el mayor villano de la humanidad, con una mirada amable y compadeciente.

- sabes...en nuestro pequeño mundo alejado de toda la existencia...un sabio dijo una ves...errar es humano, pero perdonar...es divino - Luego cerré el puño y lo puse frente a mi frente, preparado para lo que tuviera que suceder, ya sin ningún remordimiento, sin ningún temor.

- Perdóname padre...pues he pecado....- musite con los ojos cerrados y una pequeña sonrisa en el rostro, no volvería a dejarme llevar por el dolor o la ira, pues al borde del abismo, no había miedo, solo podía sentir...paz.

- Lilith...Nova...lo siento...pronto estaré con vosotras...- pensé mientras aceptaba mi incierto destino.

Tal y como había dicho la general, a las dos horas, una flota colosal de naves y seres alados de todos los tipos se habían reunido en aquel sector, todos bajo la supervisión directa de Jubileus.

Sin necesidad de mas comunicación que sus acciones, la arcangel abrió un portal del tamaño de una luna y la colosal flota se puso en marcha, entrando ordenadamente en el portal. Adirael descubriría que viajar por los caminos de las estrellas montado en un vehículo adecuado era infinitamente mas llevadero, aunque la percepción temporal fuese distorsionada de igual forma.

El viaje comenzó tranquilo a través de lo que parecía un agujero de gusano, todos permanecían en silencio y concentrados, todos sabían que el caos no se iba a quedar de brazos cruzados ante semejante movimiento de tropas del orden.

-Operaria- Aproximandonos al sistema solar...

-General Altoria- Todos en sus puestos, formación de combate nada mas salir del salto.

-Operaria- ¡Salto completado! hemos alcanzado el sistema solar.

-Operaria- ¡Atención! Bloqueo del caos detectado, confirmada presencia de un colonizador de la plaga en rumbo de intercepción. Visualizando en pantalla...

Hacía muy poco tiempo que Adirael había visto al ser mas grande jamás visto por la humanidad: Jubileus, pero de nuevo en un corto espacio de tiempo las escalas de los verdaderos titanes que poblaban aquel universo se revelaban mas allá de lo creíble. Jubileus era lo que una gaviota a un portaviones en lo que a tamaño se refería comparada con aquel "Colonizador de la plaga".

Aquella criatura, casi del tamaño de una luna, era una amenaza por si misma, pero tambien albergaba una legión entera de demonios en sus entrañas.

-General Altoria- Que las estaciones Rubí y Topacio centren su fuego en el colonizador, desplegad los cazas para protegerlas. Que el resto de la flota rodee a la criatura y mantenga una distancia de fuego constante.

Pero la general solo se limitaba a coordinar las naves, Jubileus fue la que avanzó al frente de todas las criaturas aladas de aquel increible ejercito, armados con armaduras, espadas y poderes que solo tenían cabida en la imaginación.

Pero el sitio de Adirael no estaba en aquella batalla.

El primer arcangel se proyectó de nuevo ante Adirael y abrió un pequeño portal para el humano.

-Primer arcangel- Me temo que no queda tiempo, ven conmigo, Adirael, iremos directos a la Tierra, nuestras fuerzas se encargarán de lidiar con las legiones del caos.

Aun quedaba otro salto hasta la Tierra, pero uno significativamente menor y mas rápido, como había dicho la operaria, se encontraban yá en el sistema solar y el Sol como tal era visible a lo lejos.

Al saltar de nuevo por el camino que les llevaría específicamente a la Tierra, Adirael se encontró a si mismo, protegido por una burbuja de energía flotando en el vacío ante un planera imposible de reconocer. No solo por su aspecto tan diferente, sino por el shock que aquella visión pudiera provocar.

La proyección del primer arcangel se mantuvo en todo momento a su lado.

-Primer Arcangel- Los caminos de las estrellas han sido desplazados para evitar nuestra llegada directa, solo me tomará un momento reestablecerlos. Aun no es demasiado tarde, quedan unos pocos con vida, mi hermano está con ellos.

La mitad del planeta había sido destruida y la otra mitad ya no presentaba apenas ningun tono azul, era un enorme erial, era tentador pensar que aquel no podía ser el planeta Tierra, pero lo era. Y unos pocos aun sobrevivían en ella.

La pausa no llegó a un minuto, hasta que el arcangel abrió el último portal que Adirael debía cruzar para volver a casa y junto a los últimos especímenes de la humanidad.

-Smith- He caminado entre vosotros desde que comenzasteis a caminar erguidos, hace mucho tiempo albergué la esperanza de que a pesar de las evidencias, vuestra existencia no aportara sino luz a nuestro universo.

Estuve entre vosotros, he sido rey y plebeyo, esclavista y esclavo, santo y hereje, señor y campesino. He recorrido y me he empapado de vuestra sociedad en sus alzas y en sus caidas, en la paz y en la guerra, he estado presente en todos sus ciclos y sido testigo de vuestras virtudes y vuestros vicios.

Pero sin importar como comenzaba cada ciclo, el final siempre es el mismo: estais consumidos por el odio. He presenciado la aniquilación de la vida sin sentido ni objetivo mas allá de la autosatisfacción, he visto atrocidades sin mayor motivo que el orgullo o el divertimento.

No importa en que època, no importa en que escala de vuestra sociedad, cada atisvo de virtud ha sido consumido por el odio y vuestras ansias de poder. Estais condenados a repetir una y otra vez la espiral de odio que consume todo cuanto tocais, a corromper la tierra donde pisais, como un tumor creciente en un universo unificado con un solo objetivo: perdurar.

A través de un gran sacrificio se os otorgó vuestra libertad, y no la habeis utilizado mas que para hacer el mal, para abrazar el odio hacia vuestros semejantes y el desprecio hacia el resto de criaturas de la creación. Sois la enfermedad mas peligrosa que ha conocido nuestro universo.

El ciclo se ha repetido incontables veces a lo largo de milenios, muchos entre vosotros a lo largo de vuestra historia han tratado de advertiros, individuos capaces de reconocer la aberración en la que insiste convertirse la humanidad una y otra vez, testigos impotentes de vuestra corrupción e impotentes ante el odio que os consume.

Raven no conseguiría llegar a ninguna de sus acompañantes, Maria estaba ahora destrozada psicológicamente y simplemente no podía dejar de llorar en el suelo cubriendose la cabeza con sus brazos en posición fetal. Mientras que Claire ni siquiera daba muestras de haberle escuchado. Era Raven el que no entendía que ya no había nada por lo que luchar, que en realidad nunca lo hubo, nadie podía cambiar aquel destino.

La maestra evocadora miró hacia abajo del trozo de muralla en el que se alzaban, dispuesta a suicidarse antes que morir en el yermo en el que se había transformado la Tierra en un instante.

En ese momento, en el mismo alto que se encontraban se abrió un pequeño portal del tamaño de una persona y de él salieron Adirael y una figura infantil hecha de luz a su lado.

La escena que se encontró el psiquico fue dantesca. Ragnarok, Yehudith, Yecum, Leviatán, Panlong yacían en el suelo de la muralla inconscientes, tambien el cuerpo de Maggie desactivado y sin energía.

Todo lo demas era polvo y cenizas, Golgota, el resto de la humanidad, sus ciudades, su civilización, la vida de la Tierra... todo había desaparecido y dehecho, restando solo cinco humanos en toda la existencia: Geralt, Raven, Maria y Claire y él mismo, todos presentes durante la ejecución de Balban. Mientras que el rey demonio tenía el aspecto del doctor Smith que tantas veces había atendido sus heridas. Aunque en realidad el aspecto poco importaba ahora.

-Smith- Cuanto tiempo sin vernos... hermano.

La pequeña figura infantil que acompañaba a Adirael se acercó a él y habló, su voz era en efecto similar a la de un niño.

-Primer arcangel- Desde el principio sabías cuales eran las consecuencias de tus acciones, hermano. Has traspasado una linea que nunca debió ser traspasada. ¿Cual es la razón real por la que has dejado a estos con vida? si sabias que venía, podías haber terminado antes de mi llegada.

-Smith- Precisamente porque asumo las consecuencias. Y porque a pesar de todo recuerdo que la tarea de cuidar de este universo me corresponde solo en un cincuenta por ciento, yo no puedo tomar esta decisión de manera unilateral. Finalizar o no cuanto he comenzado será decisión tuya.

-Primer arcangel- Ya sabes cual es mi decisión y lo que he venido a hacer.

-Smith- Cierto, pero permiteme una pregunta antes. Si has visto lo mismo que yo, si conoces su destino al igual que yo. ¿Que de ha llevado a una conclusión diferente?.

La figura infantil desvió entonces la mirada hacia el cuerpo de Maggie.

-Primer arcangel- La humanidad está condenada a caer el ciclo del odio, aunque no sean conscientes de ello, estan destinados a no entenderse y en ninguno de los futuros posibles logran salir de ese circulo vicioso...

Pero ha aparecido una nueva variable, ella.

Dijo refiriendose a Maggie.

-Primer arcangel- Su mera existencia convierte el cero absoluto de sus probabilidades, en un numero distinto de cero, convierte su futuro aciago, en un futuro incierto. Eso es suficiente para mi, suficiente para no sentenciarlos. Ironicamente, fue tu intervención la que procuró su creación.

-Smith- Siempre te gustaron las probabilidades, hermano. Pero es justo, dije que te otorgaría la última palabra y voy a cumplirlo, es hora de que cumplas lo que has venido a hacer.

Pero el niño se quedó en silencio, el humano que le acompañaba había manifestado su deseo de hablar, si iba a hacerlo, ese era el momento.

Mientras Raven hablaba, me había ido acercando poco a poco hasta el lugar en el que Ragnarok estaba tendida, la había cogido por los hombros y había comenzado a moverla intentando hacerla reaccionar. Ella me había dicho que impidiera que su espada cayera en manos equivocadas y que protegiera a mi linaje con ella, pero Eva acaba de esfumarse delante de mis ojos sin que pudiera hacer nada para protegerla, dejando un gran vació en mi corazón. 

Maggie no había conseguido acercarse hasta él y yo en mi estado actual sabía que nada podría hacer. Me sentía destrozado a todos los niveles posibles, tanto física como mental y emocionalmente. El ser al que hasta hacia un momento consideraba un gran doctor y uno de los nuestros había resultado ser el mismo que había ordenado nuestra extinción y a pesar de la oposición de sus hijas, estábamos claramente condenados al final.

Hasta el momento no había conseguido pronunciar ni una sola palabra, a diferencia de Raven o Adirael yo no era muy hablador y lo único que quería preguntarle ya había sido respondido por él antes de que pudiera formular mi pregunta. Pues aunque estuviera dispuesto a acabar con toda la humanidad, y nos había explicado lo que le había llevado a aquella conclusión, dudaba que fuera a matar a sus hijas aunque se habían revelado contra él, seguramente las daría un castigo ejemplar y con la muerte tan cerca de nosotros, de nada me serviría tampoco preguntarle por la suerte que ellas correrían. 

Me separe del cuerpo Ragnarok y agarre la empuñadura de Ouroboros, esperando el momento adecuado para atarle a pesar de conocer el resultado de antemano cuando otro portal se abrió en el lugar en el que nos encontrábamos.

Lo primero que pensé fue que algún otro demonio aparecería pero lo que surgió de el fue la figura del Psíquico y un pequeño niño de luz que le acompañaba. Cerré los ojos abatido, Adirael había conseguido encontrar ayuda y había vuelto, pero ya daba igual, ya no quedaba nada por lo que luchar, ahora todos moriríamos allí. O eso pensé, hasta que el rey demonio y el ser que acompañaba a Adirael comenzaron a hablar. 

No evité mirar directamente a los que habían sido compañeros o hermanos para mí, aunque en el reflejo de sus oscuras pupilas eran más remanentes sombríos de un mejor pasado. Los que tenían más voluntad para vivir seguían allí. Como no tan simples cucarachas peleando por respirar una bocanada más de libertad y de vida, aunque con ello disfrutasen de un mayor sufrimiento. ¿No era egoísta aferrarse así a la vida cuando ya no quedaba nada que defender? ¿No era insensato y sin sentido luchar por algo que ya no existe?

 La humanidad había sido erradicada. Y Adirael no lloraba como María, ni se encontraba herido, ni cansado. Simplemente había dado la espalda a la lucha con la que los demás habían defendido conceptos intangibles como el honor, la dignidad o el propio concepto de humanidad.

 Su rostro inflexible recorrió un ligero movimiento acompañando a su mirada, que se posó como una gélida mano sobre cada una de las cabezas de los combatientes derrotados. Ya no había nada por lo que luchar. Serio, el psíquico conservaba su pose de suficiencia y autocontrol. Como si todo aquello hubiese sido premeditado y entrara dentro de lo plausible y lo deseable. Las probabilidades del ente al que acompañaba no nublaron su juicio, el ya era consciente de que allí no tenía sentido hablar de aliados o enemigos.

  - Los árboles, habitualmente, nos impiden ver el bosque. - no se aclaró la voz, no hizo falta al brotar natural y segura de su garganta y entre sus labios firmes. - disculpad mi pretensión, no lo toméis como una lección. Aunque el aprendiz pueda llegar a enseñar al maestro, no es el asunto que nos compromete en este tiempo, en este lugar.

 Y el tiempo, es, en efecto, lo más crucial del discurso que presentas.

 Asintió al ente con aspecto infantil agradecido por la oportunidad. Di un paso al frente y miré a su pareja opuesta en el orden del cosmos.

 - Por eso es mi deber apuntar que vuestro experimento carece de la base misma necesaria de la corrección lógica que pueda atribuirle un sentido de Verdad, o satisfaga siquiera los elementos mínimos para garantizar una experiencia aproximada de lo que significa ser humano.

 Si no hemos entendido mal - involucró al resto, a pesar de su lamentable estado - has experimentado infinitud de situaciones asociadas a lo humano. Has adoptado sus conductas, su cultura, y has imitado su forma de vivir y de pensar.

 Es loable, y sin duda, imprescindible para empezar a entender. No obstante - apuntó, justo después de aquella especie de cumplido por sus molestias - no habrá pasado por alto el hecho de que vivimos muy intensamente. Nuestra experiencia de la realidad es única e intransferible, tal como estaríamos de limitados al tratar de explicarle a un ciego como es el color rojo, o que un humano empezase siquiera entender como percibe una súcubo la energía que le resulta apetecible para consumir. Incluso entre nosotros, sin diferencias anatómicas notables, sería difícil acordar fundamentos aparentemente sencillos como el dolor, los colores, u otras percepciones que podemos considerar, individualmente, como objetos de estudio menor. La experiencia personal e intransferible de cada uno de nosotros acaba perdiéndose, como el humo siendo atrapado entre los dedos.

 Hizo el gesto con la mano derecha. Como si pudiese sentir un cúmulo de humo escapando de entre sus propios dedos.

- Los humanos lo llamaron  - habló en pasado - Qualia.

- Una de las principales barreras humanas es el tiempo. Afortunadamente, o no, nuestro tiempo es limitado. En comparación con otras entidades un humano promedio apenas puede apreciar las dimensiones del universo en el que está contenido, de este modo, asociar a sus actos una pretensión o tendencia hacia la destrucción del conjunto de forma organizada o voluntaria sería ir en contra de los principios lógicos más básicos de lo particular y lo universal.

 Del mismo modo, dado que la voluntariedad puede no ser un motivo de peso en los asuntos importantes del cosmos, si que es importante la experiencia del tiempo.

 Uno no puede vivir como humano, tener una conducta humana, o entender realmente su motivación primigenia si no acepta todas sus condiciones. Dado que el sujeto múltiple de la prueba se encuentra ante mí, se deduce inequivocamente que nunca renunciasteis a vuestra longevidad o la inmortalidad virtual de vuestra condición. 

¿Cómo comprender lo efímero de la llama de una vela, si se arde como el eterno sol? La luz del astro rey sin duda opacará la luz de la vela, y es lógico pensar, que la intensidad de la llama, incluso si llegase a igualar la de una estrella en el firmamento, sólo propiciaría que se consumiera antes y su existencia terminase en menor tiempo.

 Así los humanos brillan con la intensidad de una llama, a la sombra de brillos que se antojan perpetuos para ellos, desconocedores e irresponsables de su destino y del destino del universo.

 Si supieráis que hoy es el día en que acaba vuestra existencia. ¿Actuaríais del mismo modo que lo habéis hecho? ¿Tiene siquiera sentido hablar de días, horas, o minutos para vosotros?

 Tal vez ahora, pero no antes. Para los humanos, cada instante, cuenta. Cada decisión es la decisión única y decisiva. Y en esta constante presión, en este sinsentido existencial, muchos fracasan ante el miedo, la duda, la fatiga o el deseo de brillar sea como sea sin importar que mañana esa llama se extinga.

 Sólo a través de su mortalidad se puede llegar a entender lo que sucede, sólo experimentando ser humano, puede hablarse de la experiencia que conlleva.

 Pues ya es sabido que aquello que no es, no puede ser. De modo que no siendo humano, jamás podríais serlo.

 Ahí concluía el primer punto. El experimento social del Rey demonio no era válido, pues no cumplía con las variables adecuadas, y tampoco consideraba las variables extrañas que le incapacitaban como juez de su propia observación.

 - No obstante, parte de la conclusión es acertada. Siempre que aceptemos que el proceder no ha sido el adecuado y salvando ciertos factores que podamos tomar como independientes, sólo asumiendo que no tengáis un interés subjetivo que tienda hacia una u otra decisión desde el primer momento. Algo harto probable, pues sólo se puede pretender de un sujeto que sea subjetivo, y de un objeto... - miró lentamente a MAGGIE, no con tristeza, sino con cierto entusiasmo oculto en una mirada fría y calculadora - que sea objetivo.

 Algunos humanos han deseado brillar con una tendencia clara, conductas autodestructivas, o simplemente tendencias con una brújula moral cuestionable. Algo de lo que vosotros mismos podrías ser culpables si cambiamos nuestro objetivo y en vez de analizar a la humanidad nos centramos en aquellos en los que reside cierto poder. ¿Por qué un trato diferente en este caso? ¿Es acaso una forma de castigar los actos de un sacrificio inapropiado? ¿De un acto en contra de las normas pre-establecidas?

Es incoherente que pretendáis que el modelo humano de la realidad se construya a través del mecanicismo y vosotros blandáis un modelo teleológico sin explicaciones más allá de Kadmon. ¿No es eso mantener una mentira?

¿No es el ataque a la humanidad un ataque para defender un modelo indefendible fuera de la tradición dogmática?

 Los seres humanos necesitan guías, pero no como le son necesarios a un esclavo o a un buey tirando de un arado. Han estado al margen por su condición, y han deseado labrar su propio propósito en un universo que no entienden.

 Con razón todos han sido aniquilados. - espetó sin remordimiento, premeditadamente, sapiente de que el Rey Demonio no estaba del todo equivocado.

- Quizás, podamos asumir que la humanidad no consiste en ser humanos, y por tanto, no podríamos limitar las denuncias que sufrimos, las condiciones de nuestra acusación, sólo a aquellos que disponen de nuestra anatomía o procedencia histórica. Si aceptamos vuestra forma de proceder, entonces muchos otros seres pueden participar de aquello que hemos llamado "ser humano", en último término, mostrar "humanidad". Sin duda resultará familiar asociar el término a aquello que es adecuado o beneficioso para el conjunto. Y quedaría, por último, determinar a que refiere el conjunto o si es ampliable, por ejemplo, al conjunto de lo que es real y actual.

 Ser humano, en este supuesto, ha de asociarse con algo que es positivo para sendos cincuenta por ciento. - se refería al caos y al orden - indistintamente de la condición, como uno, pero en la multiplicidad.

 Así un ingenio mecánico - señaló la carcasa de MAGGIE - puede participar de humanidad, aunque jamás será humana, por el principio de no-contradicción y siguiendo las enseñanzas de la tercera vía sobre la naturaleza. - enunció a Parménides. - y así es que llamamos humano a lo que se hace a través de la recta razón, que se toma como algo absoluto, aunque nuestra limitadas mentes consigan sólo arañar algunos de los principios más básicos.

 Y el resto, son construcciones sociales, a lo que os referís constantemente con "bien", "mal", "corrupción", desatinos de enseñanzas morales y religiosas, de creencias, es decir, de constructos a través de la imaginación, de aquello que no es real, sino simples sombras de lo real, la llama de la vela frente al gran sol de la Verdad.

 De este modo, nos encontramos en una situación clara de injusticia, en la que se ha aplicado la ley de la moral establecida y no se ha atendido a la responsabilidad racional de lo que ha sido, es y será, se ha hecho la justicia de los dogmas, pero no verdadera justicia.

 Los humanos que retratas optarían por el llanto desesperado. - no miró a María en ese caso - lucharían por el poder con la intención de reafirmar su existencia, o, ante la inminencia de su destino, os atacarían indistintamente, como foco de su dolor, incapaces de administrarlo por sí mismos.

 Pero eso no significa ser humano.

 Eso es sólo un etiqueta moralista.

 Una defensa falaz de una realidad que no existe. Un contrasentido, y un argumento retorcido para conseguir un fin pre-establecido.

 Los humanos han pagado con creces, y algunos, merecen la historia que les ha tocado vivir. A pesar de que sabían que no habría más oportunidades, actuaron, algunos lo hicieron plenamente, otros llevaron existencias vacías que conducían al vacío y a la falta de significación.

 Pero la humanidad persiste. Y lo hará. Pues ya no se puede detener lo que ha comenzado. - explicó tranquilo. Como si allí ya no se jugasen nada. Era el descanso de su jugada final.

 - He venido a pediros que renunciéis a la violencia, depongáis las armas y os retiréis aceptando las condiciones de lo que es humano.

 No es un proceso que deba imponerse, como se imponen los viejos dogmas - con el gesto de sus manos mostró el ejemplo vivo del dogmatismo pragmático del Rey Demonio, la Tierra destruida y los humanos y cuantos los ayudaron destruidos.

 - Es un proceso que requiere reflexión sobre el pasado, el presente y el futuro. Más allá de las probabilidades - añadió a los supuestos de la entidad infantil - nuestro ciclo de expiaciones, castigos y nuestro final, son sólo el reflejo inequívoco de algo más grande, que tarde o temprano, deberemos aceptar.

 Lo cíclico parece perfecto. Pero como habéis inducido vosotros mismos, llega un momento en el que se debe intervenir.

 El temor que os mueve, la intolerancia al cambio, es sólo el temor a haber sido lo que habéis visto en los humanos. Ver en nosotros el reflejo de vuestro propio ciclo, y de que a pesar de todo el control, de todas las herramientas, no habéis conseguido Nada.

 Otro camino es posible.

 Y aunque ya se ha llevado a cabo esta locura, tal vez, podamos aprender de ella y construir un nuevo futuro.

 Miró cara a cara a aquella máscara ridícula que el Rey se había construido.

 - De otro modo ... - profetizó - abrazaréis la guerra. - no sería tan idiota como para entender que aquello era una amenaza, no se trataba de algo tan vulgar. Era el ciclo. Si no aceptaban el concepto de humano como un cambio positivo en el ordenamiento del cosmos, la guerra comenzaría y no acabaría pronto, incluso si el Rey Demonio caía muerto allí mismo en aquel día.

- Irónicamente, esa es la llave de la humanidad. Pero nunca ha dependido de los humanos. - explicó para terminar. - si continúais, si no es tarde ya, sólo conseguiréis lo que pretendíais combatir. La humanidad, y no los humanos, borrados de la faz de la realidad, consumirá el universo conocido, en un futuro aciago que llevará al fin y a un nuevo comienzo en el que todo se repetirá.

 Lo lógico era tomar la alternativa, la variable que lo cambiaba todo. Aceptar la paz, aceptar la humanidad, y respetar la libertad, abrazar un nuevo orden que discutirían más tarde todos los entes del universo. De lo contrario, las intenciones del Rey Demonio quedarían expuestas, se habría convertido en aquello que decía combatir. No vio adecuado recordarlo, o explicarle minuciosamente las consecuencias de sus decisiones. No sólo hablaba para el Rey Demonio, el ente que le había acompañado hasta allí haría bien en escuchar.

 - Per aspera ad astra.

  La masacre acaecida, no cambia nada, no garantiza nada. - había perdido el tiempo.

 Adirael, por su parte, no parecía inquieto por haber perdido a todos los humanos que habían existido. Por haber perdido a Ahsley, o a otras personas cercanas. Como siempre, parecía saber algo más, tener en cuenta algo que podía escaparse para el resto.

 Así, finalizó su ofrenda de paz, con una proposición de cambio. Con un esfuerzos de todos para cambiar el destino aciago de un nuevo ciclo universal.

y Así, finalmente, se había bajado el telón, incapaz de atravesar el llanto de María o de alcanzar el vacio en que se había sumergido Claire no me quedo otra alternativa que observar esperando un resultado diferente de Geralt, que por su parte no parecía tener la mayor intención de continuar...

Yo ya no sentía dolor, ya no sentía miedo, ni desconsuelo, un sentimiento de decepción y lastima me invadio al observar como los remanentes de la humanidad se habían despojado de toda esperanza y habían decidido caer en el vacio y la obscuridad.

¿Entonces por que continuaba?, con el fin frente a mi por que quería seguir defendiendo el ideal de humanidad que tanto me costo forjar, la vida era un regalo de eso estaba seguro, observarla desaparecer un purgatorio pero aún así solo me alentaba a continuar defendiendo lo que creía...entonces...¿por que era el único seguía?...

Escuchar las palabras de aquel ser omnipotente no me desalento ni me amedrento, conocía muy bien nuestra propia espiral de dolor y aún así pretendia defender la poca esperanza que aún quedará en ella, no obstante, otros no pensaban igual, al ver a Claire ante el figurado y literal vació mis ojos se abrieron de par en par esperando no ver su vida desechada sin ninguna esperanza, afortunadamente un hecho sin precedentes había ocurrido de nuevo...No sería un milagro pero aún así prefería creerlo como tal.

Adirael había vuelto tal como habían dicho que lo haría y no solo precisamente, el hermano creador que había ayudado a la creación de esta existencia estaba con él y con eso un cambio en el destino o espereraba, por otra parte, la mirada de Adirael se torno pesada al sentirla sobre mi.

Incapaz de defender, incapaz de proteger, solo me quedaba mi fe y mi fuerza de continuar, aún sabiendo lo peor, aún sabiendo el desenlace, escuche atento y callado la conversación que sucedería allí pues, si mi sermón solo era un miserable fragmento del que Adirael había expresado, esperaba que al menos sus palabras fueran atendidas con una perspectiva que no podría haberle dado mejor.