Partida Rol por web

Sabía que probablemente alguno de los demonios evitara mis ataques o los de Raven, pero que evitaran la enorme garra de la dragona me dolió realmente. -Te veo algo oxidada.- Le dije a la dragona al ver como aquel Dark dog evitaba sus garras. Por suerte, la combinación con Raven seguía funcionando a la perfección. Era cierto que habían evitado algunos de nuestros ataques, pero habíamos dado buena cuenta de la mayoría de los demonios que venían a por nosotros, y debíamos seguir haciéndolo si no queríamos estar en un autentico aprieto.

Volví a atacar con la espada intentando quitar de en medio a todos los demonios que venían a por nosotros. Los demonios que habían conseguido sobrevivir a nuestro anterior ataque estaban bastante jodidos por lo que decidí enfrentarme primero a los nuevos que aparecían, irles desgastando, dejar que entre la dragona y el segador les remataran.

Krahjotdaan, quizá molesta por el comentario que había hecho, o quizá para ayudar a reducir el numero de demonio, se olvido de atacar con las garras y decidió atacar con las habilidades que la hacían, realmente, una temible adversaria.

Que lograran sobrevivir a la primera andanada era algo con lo que podía contar, no obstante, no estaba solo, ni desprotegido, los movimientos brutales de Geralt y su dragona facilitaban enormemente mi trabajo, aunque si bien, lograron atacarme, no tenía miedo pues tampoco estaba solo y mucho menos desprotegido.

Con un grácil movimiento, logre esquivar el primer golpe de los endemoniados perros, lanzando a la vez un corte veloz sobre su garganta, no obstante, el segundo aunque logro golpearme, no me asusto, pues el escudo de energía de mi traje se llevo el impacto, dejándome margen para rematarle mas tarde.

Por otra parte, la combinación de Geralt con sus fuertes movimientos hacia los recientes demonios y las habilidades de Krahjotdaan, hicieron de los ahora aturdidos demonios blancos mas que fáciles a los que abatir, ahora preparado para dar ejecuciones con el rifle, no desperdicie ni un momento para apuntar a las ahora desprotegidas cabezas de mis presas.

Pero no dispare, aún no, ahora paralizado, me acerque a uno de los Stalkers supervivientes y me dispuse a poner mi puño sobre su cabeza, liberando la cuchilla de mi brazo y atravesando su cráneo, sin posibilidad de responder ni atacar, no desperdicie aquella presa con disparos innecesarios, una ejecución...rápida y sencilla.

Luego apunte a el resto de enemigos frente a mi, eran muchos menos de lo que me esperaba, un buen trabajo por parte de mi compañero. 

- Bien hecho - espete mientras ahora liberaba dos veloces ráfagas contra mis enemigos, el primero mas preciso que el segundo, por su parte, Nova usaría su cañón contra uno de los minions que fueron capaces de resistir el miedo que podía inducir la dragona de la muerte.

Un trabajo en equipo...impecable, nuestra combinación siempre había sido de las mas eficientes y aquello lo demostraba.

Ahora y con una perspectiva nueva, decidí tomar un curso de acción diferente, reconociendo la efectividad en aquella pelea, yo no necesitaba aportar mucho mas de lo que podía hacer con mi rifle, por lo que, con ayuda de mis botas, me dispuse a despegar y mantener la distancia en el aire.

El cuervo alza su vuelo para observar mientras el lobo despieza sin piedad.

Geralt y Raven estaban en un autenticó frenesí sangriento, como dos baluartes infranqueables en lo alto de la muralla, uno tras otro, todo demonio que llegaba a lo alto, caía al instante ya fuera por la espada de Geralt o las rafagas de Raven. Ninguna cuerda de comando permanecía, ningun demonio duraba lo suficiente como para causar daños.

El resto de defensores tambien estaban aguantando estoicamente el embate, tal vez no con las mismas facilidades de Raven y Geralt, pero almenos la muralla aun permanecía despejada. Desde el cielo llovían gargolas y diablos muertos, que caían como moscas ante las espadas de Levistus y Justitia y al otro lado del combate de Maggie y Astaroth, Maria y Scott se habían coordinado perfectamente para lograr mantener el ritmo. Manejar el hielo cuando el enemigo trata de trepar una muralla se había convertido en una ventaja abrumadora, de forma que Scott tan solo tenía que encargarse de los pocos afortunados que lograban llegar arriba.

Por otra parte, el duelo de Astaroth y Maggie escaló como la mayoría esperaba, adoptando proporciones biblicas... literlamente.

Maggie ahora poseía el poder de las diez espadas templarias, podía controlar el clima al intante, replicar la lanza de Longinus, obtener energía ilimitada, usar ocultación sobrenatural, velocidad sobrenatural, manejo de elementos, etc. Todas aumentadas exponencialmente por las capacidades base de la propia Maggie. Algo capaz de poner en serios apuros incluso a Astaroth en su forma humana.

Sin embargo Raven y Geralt habían confiado aquel rol a Maggie, ellos tenían el suyo propio y no podían desperdiciar ni un segundo de su atención para observarles si querían aguantar hasta que el duelo se decidiese.

Las oleadas no se detenían, ahora eran Scarabs de la plaga lo que trepaba con extrema facilidad por la muralla, Geralt sabía de primera mano lo duros que eran los caparazones de aquellas criaturas, pero ellos no eran lo mas preocupante, tres quimeras escalaban agarrandose con sus multiples extremidades y encaramados por sus cuerpo, Inmoladores de la plaga, que se servían de aquellas abominaciones tanto para trepar como para que les sirvieran de escudo de carne.

Aquello tenía sus ventajas y sus desventajas, Geralt y Raven no podían atacar a aquellos Inmoladores, pero derribar a la quimera que los portaba les haría caer a ellos tambien. El problema era que si por algo se caracterizaban las quimeras era por su aguante, no acostumbraban a esquivar los ataques, pero destrozar tanta carne a menudo requería tiempo.

La batalla que se desarrollaba a mi espalda me pedía atención. Escuchaba el entrechocar de las armas a gran velocidad y con fuerza, una parte de mi quería dejarlo todo para contemplar como aquellos titanes combatían y como Maggie se alzaba con la victoria, pero era algo que no podía permitirme, nosotros teníamos nuestra propia batalla y no podíamos distraernos. -Espero que lo estéis grabando.- Aquella era una batalla que si vería.

Mas demonios seguían aproximándose y debía centrarme en ellos. Conocía la resistencia de las quimeras, pero también la de los Scarabs. Aquellos demonios podían ser muy peligrosos si dejábamos que vivieran el suficiente tiempo para hacernos daño.

Sin darles tiempo a reaccionar comencé a golpearlos en el momento que estuvieron lo bastante cerca como para que mi espada les hiriese, si no les daba tiempo a reaccionar y no conseguía matarlos, al menos se llevarían unas cuantas heridas importantes.

Krahjotdaan al parecer no veía a ninguno de aquellos demonios peligrosos, y para ella no lo eran, pero sabía que para nosotros si. Ataco a una de aquellas quimeras succionando su vida, intentándola hacer caer y que se llevara a los molestos inmoladores con ella a la vez que restauraba mi energía, para que pudiera mantener el ritmo durante mas tiempo.

- Creo que os debo una disculpa.

 Comenzó Adirael para no enfrentar una situación que pudiese acarrear su desaparición en un suspiro, despertando los egos de aquellas entidades y su lucha por conservar el poder. Claro que eran diferentes a los demonios, pero eran parte del problema. 

- No es lo mismo una correa de lino que un yugo de acero. Pero, en lenguajes insuficientemente desarrollados, en miras poco elevadas, no he encontrado la sabiduría para hablar en otro sentido sino en este. 

Mi lucha no es contra el vínculo. Éste no es más que un síntoma de la enfermedad que aflige al universo y las sociedades y civilizaciones que la ocupan.

 No es mi labor aquí cuestionar la autenticidad, el valor material y cultural de las mismas, tienen mi más devota admiración por haber llegado hasta aquí.

 Mi lucha, paradójica, es contra el conflicto. Contra el eterno ciclo de destrucción a partir del que se fundamentan los pilares de todo cuanto se ha construido.

 Habéis llegado muy lejos. Pero es insuficiente. La esencia misma de lo que representamos ha de ser depurada. - Adirael meditó como podía hacerles entender lo que realmente sentía que debía comunicarles - Mi objetivo último en este largo viaje bien podría haber sido movido por la sed de venganza o por la defensa de la justicia para mi pueblo, un fin egoísta en muchos casos que sólo me conduce a un fin egoísta, que mi pueblo sea salvado.

 Pero mi pueblo no necesita salvación. - espetó, pues si el equilibrio dictaba que los humanos debían perecer, Adirael no era nadie para interponerse. Pero, no era el equilibrio quien había encargado tal empresa. - nuestra petición, si no es más bien un mensaje cordial, es acerca del futuro y la necesidad de cambiar.

 El vínculo del que hablo está ligado a las etiquetas que utilizamos para nombrarnos. Orden y Caos luchan, en un vínculo que sólo expone otros. Estamos vinculados a esa lucha desde que nacemos, y nuestra elección, no por el influjo de un ente superior, sino por el lugar que ocupamos en el universo, nos obliga necesariamente a luchar contra nuestros contrarios.

 Esta lucha ha ofrecido grandes beneficios a cambio del sufrimiento y la desaparición de individuos y especies incontables. Es violento, caótico, y ofrece respuestas muy intermitentemente. Lo que llamamos equilibrio hoy, no es sino una pugna.

 Vuestro hermano ha comenzado una nueva pugna, a la que podéis responder eliminándolo. Es, en la lógica limitada de mi especie, la mejor alternativa posible.

 Y no podría sino aceptar en su nombre, ciegamente, que así sea. Y que después, cada uno tome su camino, como entes ligados al caos o ligados al orden, o que elijan ser parias de las dos posiciones "naturales" en el universo.

 Pero intentando ver más allá de lo que somos...

 Cerró los ojos para recordar su encuentro con Kadmon.

 - Mi propuesta es renunciar a esa pugna. 

Al hacerlo voluntariamente, por consenso, se podría llegar a un equilibrio universal como nunca antes, justo, en el que todas las partes están representadas, no por su nacimiento, por sus tendencias, sino por sus actos. Aquel que desea ser esclavo, puede serlo, si aceptamos que la libertad es realmente alienable. - Adirael no lo pensaba así, pero asumía que no tenía todas las respuestas - con una demostración de fuerza por vuestra parte, contra su hermano, considero que sólo conseguiríamos un periodo de caos y paz temporales, muchas vidas humanas, pero apenas un insignificante segundo para entidades como vosotras.

 El cambio ha de ser posible de otra forma.

 Así expreso mi deseo de buscar una alternativa. Donde nuestro futuro no es diferente en objetivos al que planteáis en vuestra sabiduría, pero sin la necesidad de elegir un bando.

 El conflicto permanecerá, diseminado. Será más rico, como será más fácil aprender de aquellos que son más diferentes a nosotros.

 Si Kadmon se unió como uno - concluía - lo hizo para encontrar con más facilidad la meta de su existencia. El error fue erradicar su individualidad, matar la multiplicidad. 

 Hoy puede comenzar un nuevo tiempo, en el que hablar de caos u orden no tengan sentido, donde hablar de progreso sin importar las tendencias naturales de nuestros orígenes, donde colaborar por el verdadero propósito, como hermanos - como el hermano que se ofrecía a acabar con su familia para el bien común - un tiempo que no ha de hacerse actual en el mismo momento en el que pronuncio estas palabras.

 Hay mucho que debatir, mucho que luchar, mucho que perdonar, prejuicios que borrar.

 Quizás mi especie ya esté perdida mientras hablamos.

 Y estoy aquí, ahora, no para clamar por venganza y un lugar entre vosotros, sino perdón, porque vuestro hermano no sabe lo que hace, pues es esclavo del falso equilibrio, de aceptar esos vínculos como lo único posible para seguir adelante.

 Si es asesinado, nada cambia.

 Si es transformado, si todos cambiamos, el universo dará un giro decisivo para sobrevivir, y quizás, para encontrar la verdadera respuesta al sentido de su existencia.

 Debemos aceptar a los otros, caos y orden deben ser uno, sin serlo.

 Asentí en señal de profundo respeto, aunque no respetase por igual su esclavitud ante el sistema que habían establecido por "naturaleza", y hablaba, sin tapujos, presente siempre la idea de que a través de la razón, encontraría el camino del entendimiento. Lo mismo esperaba del Rey demonio.

 - Dudo de mi capacidad para convencer a vuestro hermano si apenas consigo inspiraros para dar un paso hacia un cambio necesario.

 Esperaba, que tal vez, fuese demasiado pronto para las palabras que hoy os ofrezco.

Por eso solicitaría acompañar a quien enfrente al Rey Demonio, no para destruirlo, sino para intentar transformarlo, cambiarlo.

 Ante la inminente lucha, quizás la sangre, el dolor, la muerte y la desesperación, nos abran los ojos a un nuevo camino.

 Su muerte, puede llegar a ser mi propio fracaso en el camino que he elegido - pues si renunciaba a su vida voluntariamente habría tenido éxito, pero si se resistía, si buscaba la destrucción del libre albedrío como pudiese hacerlo, entonces su muerte sólo significaría un nuevo retorno al conflicto eterno entre caos y orden, un círculo del que no lograrían escapar jamás.

 - Por eso pido vuestra ayuda, no por otro motivo.

 Si su elección era matarlo, sin más, algunas cosas cambiarían, no todo estaría perdido...Adirael podía predecir otros escenarios a su favor, por ejemplo, que aquella entidad descendiente directo de Kadmon pereciese justo en el momento en el que perecía su hermano.

Gracias a la combinación de ataques de Geralt y mía, ningun demonio duraba o suficiente como para ser una amenaza y ahora mientras volaba sobre la muralla, podía observar con mejor perspectiva a nuestros enemigos y a nuestros aliados, no obstante, no tenía tiempo que perder en ninguna otra cosa que no fuera matar, pero la situación podría comprometerse de un momento a otro.

Ahora y con nuevos objetivos me fije en el tipo de enemigos que teníamos a nuestro alcance, geralt estaría en problemas si no hacía algo pero tambien debía ocuparme de los detalles de las cuerdas, por suerte, el poder atacar indiscriminadamente era una de las ventajas que tenía con el rifle, siempre que el núcleo aguantará la presión.

Abriendo una continua y feroz refriega de disparos sobre los demonios, como si de una lluvia letal se tratase, dispare y dispare hasta que el núcleo de la mutantur me lo permitió, podría sentir el calor del núcleo irradiar con tanta intensidad que me freiría sino fuera por el traje, tanta energía liberada en tan poco tiempo era una locura pero era lo mejor que podía hacer.

Por su parte Nova no se quedaría atras, aunque solo pudiera disparar una única vez, priorizaría a las amenazas mas importantes las quimeras.

Con suerte tomaría la vida de la mayoría de los demonios gracias a la asistencia de Geralt pero si la suerte no estaba de nuestra parte, Geralt tendría una calurosa y no deseada bienvenida de nuestros enemigos.

Raven volvió a aumentar dramáticamente su lista de bajas, entre los dos habían conseguido deshacerse de la mayoría de demonios de la oleada entrante.

Pero cometieron un error.

Una de las quimeras, a duras penas y llena de agujeros, logró llegar a lo alto cargando sus tres inmoladores. Geralt y Raven debieron priorizar los que sin duda eran los objetivos mas peligrosos, bastante mas que los escupitajos de acido de los scarabs, almenos a corto plazo.

La quimera trató de propinar un manotazo con su enorme brazo derecho, mientras que los inmoladores saltaron desde su espalda y cayeron directamente sobre Geralt. Las deflagraciones de aquellos explosivos orgánicos eran de muy corto alcance, pero tanto o mas potentes que una granada de mano en cuanto a daños. Ni siquiera el duro cuerpo de Geralt aguantaría semejantes explosiones.

Mientras tanto la batalla de Maggie y Astaroth se trasladó al aire, el general se bastaba con su telequinética para volar, mientras que Maggie lo conseguía con una serie de propulsores a lo largo de su cuerpo. Una vez con cierta elevación continuaron el intercambio de golpes mas rápido de lo que los ojos de un humano podían seguirles.

Pero lo problemas no acababan para Geralt y Raven, sin la protección de un cañón araña en ese sector de la muralla, un cronus se estaba acercando peligrosamente a paso lento pero seguro, era de la misma altura que la muralla misma pero el problema no era que fuera a derribarla, sino que su enorme cuerpo servía de torre de asedio para que las legiones trepasen con mucha mayor facilidad. Si eso pasaba, Geralt y Raven no serían, ni mucho menos, suficientes para defender la posición.

Sin embargo no eran todo malas noticias, tal y como había prometido, uno de los cañones araña de Maggie ya trepaba por la parte de atrás de la muralla para acoplarse lo antes posible en lo alto y disparar al cronus. Tendría que hacerlo nada mas llegar y anclar dos de sus patas en lo alto de la muralla. Si los demonios destruían aquellas patas, el cañón araña caería.

Los disparos de aquellas moles de metal eran ensordecedores, sobretodo estando tan cerca, pero no solo podían derribar un cronus tras varios disparos, sino que tampoco les dejaba avanzar. Mientras eso sucediese, Geralt y Raven no tendrían que lidiar con él.

La quimera consiguió golpearme con su mano, un simple rasguño del que no debía preocuparme, pero los inmoladores se abalanzaron sobre mi y explotaron a mi alrededor. La segunda explosión me lanzó al suelo mientras se me nublaba la vista y tras un tercer sonido de explosión, note como si una parte de mi cuerpo se destrozara y volviera a recomponerse al momento. Pero aquello no había conseguido matarme.

La tos acudía a mi cuerpo y borbotones de sangre salían de mis labios. Con esfuerzo conseguí darme la vuelta, ponerme boca abajo y comencé a levantarme con esfuerzo mientras mas sangre salia de mis labios. -¿Eso es... todo lo que tenéis?- Dije mientras intentaba recuperar el aire, erguía mi cuerpo y me volvía contra los demonios que no paraban de venir.

-Las legiones no podréis derrotarnos. ¡GROHIIK DWIIN YOL!- Grite de nuevo mientras volvía a cargar con la espada contra los demonios que venían hacia nosotros, intentando proteger al cañón que comenzaba a subir por el otro lado e ignorando deliberadamente al cronus.

Krahjotdaan se lanzo sobre el Deathmaster sin pensarlo dos veces con las garras por delante. Aquel enemigo era, sin lugar a dudas, el que mas problemas podría causarnos ahora.

Tras haber optado por sobrevolar el campo de batalla y evitar todo el daño posible, había abandonado en cierta forma a geralt, algo que mas adelante observaría tras el ataque de las quimeras y aquellos insectos, la visión de el cuerpo despedazado de Geralt volviendo a reconstruirse parecía mas que doloroso pero el seguía allí peleando sin miedo y sin dudar.

Las acciones de Geralt podría ser brutales pero efectivas, por lo que sin dudar de su motivación empece a descender a su lado mientras propinaba una buena combinación de veloces disparos junto al cañón energético de Nova, tomando como prioridad el Deathmaster empece a disparar sin desperdiciar mas tiempo sin olvidarme de destruir las molestas cuerdas que suponían algún que otro problema que prefería evitar.

- ¿Estas bien? - pregunte mientras me situaba junto a Geralt - Creí haber dicho nada de decisiones estúpidas o temerarias - bromee mientras observaba con calma nuestra precaria situación, incluso con la desventaja de los números podríamos pelear durante algún tiempo sin sufrir repercusiones, no obstante, tampoco estábamos en nuestra mejor condición.

- Te cubro las espaldas - espete sin obviar el hecho de que debíamos proteger ahora al tanque que ahora trepaba por el lado contrarío del muro - así que no mueras - algo complicado de hacer, tampoco sabía que nos depararía el futuro pero muchas personas dependía de nuestro éxito, fallar era un lujo que no nos podíamos dar.

Desde luego, el primer arcangel no pudo evitar ver a su propio hijo, a su propia creación mas que nunca en Adirael. Puede que no se tratase de un sentimiento paternal, pero el segundo arcangel, Yaveh, fue creado, al igual que el resto, con un propósito y con un potencial practicamente ilimitado.

-Propones una alternativa, tal y como lo hizo tu creador, hace mucho tiempo.

Casi parecía satisfecho de ver como almenos un humano había seguido la voluntad original de Yaveh: la búsqueda de otro camino, la creencia de que otro universo era posible.

-El conflicto como sistema de cambio y evolución ha dado siempre resultados, es caótico, como dices, pero ha quedado demostrado que es un camino válido para perpetuar la vida en este universo, mejorando su forma y su potencial.

Pero no somos portadores de una verdad absoluta, nunca hemos negado la posibilidad de alternativas. Kadmon no creó imperfectos, con la capacidad de cambiar y aprender, eso puede interpretarse como un rechazo a toda forma de estancamiento. El universo se encuentra en constante movimiento y en constante cambio.

Negar las posibilidades, es negar la esencia de lo que somos.

No estaba sino dandole la razón al humano. Todos los ahí presentes aún creían en la guerra del caos y el orden como medio para conservar la vida en constante cambio, pero tambien sabían y asumían la posibilidad de alternativas, fueran las que venía a proponer el humano u otras muy diferentes.

-Pero al igual que Yaveh, si los humanos proponeis un nuevo camino, es vuestra responsabilidad demostrar la viavilidad de ese camino. Las palabras no bastan.

Igual que Yaveh vió su sueño hecho realidad, vosotros, y solo vosotros, debeis hacer realidad el futuro del que hablas. Por el momento, en nuestra mano está tratar de garantizar que ninguno de los bandos impida que mostreis cuanto quereis mostrar, que hagais realidad un nuevo camino.

Que era precisamente lo que iban a evitar tras aquella reunión.

-Si realmente vuestra civilización prospera en tal sentido y no vuelve a caer en una espiral de autodestrucción como antaño, vuestro ejemplo será entonces el verdadero poder que cambie el universo entero. En vuestras manos está demostrar que la libertad es un camino mejor que nuestro eterno conflicto y el sacrificio de nuestra individualidad.

El Orden ya no será un observador impasible.

Y ese era el cambio real que Adirael había llevado allí.

-Acompáñanos pues a nuestro encuentro con el caos, estarás bajo la protección de Jubileus hasta  entonces, en cuanto los batallones del orden esten reunidos, partiremos.

El primer arcangel no parecía tener ningun problema en que Adirael estuviera presente en el que probablemente sería la reunión mas importante de la historia del universo en el que vivían.

-Continuaremos esta conversación tras nuestro viaje a la Tierra. Los remanentes de la humanidad deben escuchar tambien.

Aquella abrumadora presencia se desvanecería entonces, aunque si Adirael había comprendido la conexión que había entre los arcangeles, sabría que hablar con Jubileus, que permanecía flotando en el espacio delante de la nave, era casi lo mismo que hablar con cualquiera de ellos.

Una Atherial muy parecida a Irera, se acercó al humano y le ofreció lo que parecían unas barritas de algun tipo de comida sintética, lucían de todo menos apetitosas, pero eran mejor que morir de hambre. Al igual que la comida que fabricaba Maggie, lo importante era que le aportara los nutrientes que necesitaba para seguir moviendose.

Mientras tanto en el exterior, alrededor de la gigantesca Jubileus se iban reuniendo mas y mas criaturas similares a ángeles, tenían multitud de formas y tamaños, algunos eran muy parecidos a los descritos en la mitología, otros podían ser confundidos sin duda alguna con criaturas caóticas.

Todos llegaban a través de portales, pero tambien lo que a todas luces eran naves espaciales, tampoco muy diferentes a lo que la mente humana había supuesto en la ciencia ficción.

Un ejercito se estaba reuniendo allí, un compendio de especies y civilaciones trabajando y luchando juntas con un mismo objetivo, una harmonía con la que la humanidad no podía sino soñar.

La segunda al mando, la general Altoria, se dirigió de nuevo a Adirael.

-Partiremos en dos horas aproximadamente, Jubileus ha detectado enormes anomalías gravitacionales en el sector del Sistema Solar.

No hacía falta decir que por descarte solo podían tener su origen en la Tierra. Concretamente por lo que se había reunido allí.

-Probablemente traten de impedir nuestra llegada. Pero no podrán.

Dijo tal vez tratando de que Adirael mantuviera la esperanza de llegar a tiempo. Ninguna legión podría impedir la reunión del primer arcangel con el rey demonio.

 Adirael agradecía los cuidados y molestias que se tomaban por él. Tenía la opción de encajar, de ser uno más, incluso de renunciar a la responsabilidad y encomendarse a la voluntad de otro ser. Allí estaba, una gota de agua en el océano, recorriendo un camino iniciado hacía mucho tiempo, del que no conocía el principio, y del que desconocía el final. Era su momento de aprender, la única forma de resistirse a seres como el que había contemplado. Ahora enfrentaría un ser aún mayor, ante el que, sólo con su poder, no podían nada. El futuro pertenecía a aquellos que soñaban, y los sueños de Adirael empezaban a convertirse en realidad. Pronto agotaría su existencia, lo que podía aportar al universo, lo que podía aportar a la humanidad. Cuando llegase el momento de enfrentar aquel que había comprendido el mensaje, he incluso había apoyado que fuera posible, de revelar las verdaderas cadenas, sólo esperaba que aquellos que le precedieran viesen los hilos con la claridad con las que Adirael se sorprendía de verlos. 

 - Inmersos en un intercambio equivalente, la destrucción que causaremos con nuestros actos, ante su resistencia, será terrible. - no sólo contaba con las bajas en aquel bando, sino con los millones de demonios que perecerían.

 La muerte.

 ¿Es lo que habían traído los actos de Adirael?

 Con razón entonces podía llamar a Geralt como lo hacía, y a su hermana y a Jason. Con razón se sentía ligado a ellos de alguna forma.

 - Lo que hoy vivimos comenzó hace mucho tiempo - compartió con la segunda al mando - aunque aniquilen a mi especie, ya no lo podrán parar.

 Le dedicó una inocente sonrisa, propia de alguien que ha llegado más lejos de lo que nunca esperó, y aún así, no había alcanzado todo cuanto habría deseado. Aquella lucha no ponía nervioso a Adirael, la suerte estaba echada, y la responsabilidad que había asumido se desvanecía lentamente, hasta, quizás, el momento en que pudiese hablar con el Rey Demonio, algo que no tenía porqué suceder.

 - Agradezco sus palabras.

 Seguro que si pueden hacer algo por nosotros, lo harán, cueste lo que cueste. Si es necesario contactar con los que se resisten para facilitar el acceso, quizás pueda seros de ayuda.

 Aprendo rápido . Obvió aquello, porque no importaba, porque su ego allí no tenía nada que ver.

 La visión de aquellos que para los hombres serían considerados dioses, no tranquilizó las ansias de saber y de un futuro en la mente de Adirael. Aquel "orden", aquel poder físico en forma de entidades y grandes naves de combate, no significaban nada en las respuestas del universo. Eran una falsa seguridad que sólo reunía seres que no sabían nada y dogmáticamente asumían que su respuesta era la adecuada. El hijo directo de Kadmon no era más que una pantomima con poder, pero al menos, les había concedido la opción de seguir adelante. Así, se hacía responsable de su éxito, en el mejor de los casos, y no arriesgaba más de lo que arriesgaría de todas formas. Aquel era un peligroso movimiento por su parte para la humanidad, algunos caerían en el engaño de que su camino era el adecuado, el más beneficioso, el correcto. Conectarían con él, y renunciarían al ideal de Yavéh, renunciarían a su libre albedrío, en cierta medida. Era el menor de los males, pero, algún día, sería un problema real.

 Sólo faltaba por resolver el asunto del Rey Demonio...

 ¿Cómo cambiarlo sin destruirlo? ¿Cómo cambiarlo sin hacer que fuese algo peor de lo que ya era? Quizás, en aquel conflicto, sustituir esa variable fuese necesario. En aquel caso, el otro hijo de Kadmon saldría ganando notoriamente. El equilibrio se destruiría.

 Por otro lado, no menos preocupante, estaba Yehudit. Había jugado bien sus cartas. ¿era el comodín? O sólo otro tipo de perdición...

 - Aunque sospecho que tienen allí quien tome las medidas adecuadas. - Levistus y Justitia estaban allí, si no habían perecido, contactar con ellos para Jubileus y otros sería algo sencillo. La propuesta de Adirael no se trataba de sencillez, sino de sorpresa, era un mensaje que los demonios podían prever, pero ¿un mensaje desde las estrellas a alguien como MAGGIE? Seguramente no lo habrían tomado tanto en consideración.

 Había quedado atrás algún que otro cabo suelto. ¿Pensarían en la Tierra que el seguía vivo y combatiendo con su armadura junto a ellos? Un engaño ejemplar si fuera así. ¿Qué habría sido de los generales? ¿Habría caído alguno?

 Sólo podía esperar, intentar reponer fuerzas y prepararse mentalmente para el caos que se avecinaba.

El verdadero poder de Krahjotdaan quedó patente entonces, no por la fuerza de sus golpes, algo en lo que el viejo Knurlkarathn podía superarla con relativa facilidad, sino por el poder del pacto realizado con ella. Mientras el Imperium Draconis y Krahjotdaan estuvieran presentes Geralt no moriría, su cuerpo sería reconstruido al instante en un doloroso proceso de regeneración. La guardiana de la muerte no le dejaría morir, tal era el poder de los dragones.

-Krahjotdaan- No te confíes, adalid, no puedo aplazar tu muerte por siempre.

Los humanos lograron de nuevo una mayoría de bajas, pero cada demonio que se colaba representaba una amenaza extremadamente alta, no solo por la escasa salud de Geralt, sino por que iban directos a por las patas del cañón araña, desviando su atención de Geralt y Raven. Si el nuevo cañón araña caía al vacío, la muralla estaba perdida.

Por su parte el cañón continuó disparando sobre el cronus una y otra vez sin apenas intervalos de enfríamiento, Alicia lo estaba forzando para acabar con el cronus lo antes posible.

Por desgracia, de entre los demonios que habían logrado sobrevivir a la fueria de Raven y Geralt, estaba el deathmaster que, aun gravemente herido, usó su magia de sangre para recontruir la quimera que acababan de abatir, un problema mucho mayor del que parecía teniendo que proteger aquellas patas mecánicas.

La batalla de Maggie y Astaroth se había elevado totalmente sobre la muralla, ahora estaban por encima de la cupula de la ciudad, las meras ondas de choque mantenían alejada cualquier ayuda por parte de cualquier bando, el clima re arremolinaba a su alrededor, todo tipo de ataques elementales impedían la visión clara de lo que estaba sucediendo, los poderes allí desplegados de verdad parecían sacados del apocalipsis narrado por la biblia.

Pero incluso en aquell dramática situación, heridos cansados y doloridos, Geralt y Raven debían confiar en su compañera, debían confiar en Maggie y cumplir con su parte, eso hacían los equipos y gracias al trabajo de todos durante todo este tiempo, ahora humanidad y maquinas miraban todos en una misma dirección, tanto como para detener a generales y legiones por igual.

Nuevas oleadas, mas y mas demonios trepaban, mas y mas demonios caían, un ejercito de cuatro, contra un ejercito infinito. A lo lejos, Maria continuaba evocando hielo una y otra vez, Scot disparaba sin parar y sus drones le apoyaban, ambos estaban igual o mas agotados que Raven y Geralt, pero los demonios no tomarían aquella muralla hasta que ambos no estuvieran muertos y despedazados.

Lucharían hasta el final.

Que los demonios sobrevivieran a mis ataques me tomo por sorpresa y Geralt aún no estaba listo para combatir por lo que no desperdicie ni un instante para comenzar con un nuevo ataque masivo contra todos los objetivos que podía disparar, por otro lado el núcleo de la mutantur volvería a ponerse al límite pero era un riesgo que debía aceptar, por su parte, Nova preparo su lanzallamas para ayudarme contra los números de las legiones

En el instante que los tuvimos en la mira, empezamos a liberar un infierno de disparos y llamas a todos los demonios que pudimos, una pelea de desgaste era peligrosa pero debíamos proteger las patas del cañón araña de cualquier forma que pudieramos.

- ¿alguna idea? - pregunte a geralt mientras liberaba todo lo que tenía con el comienzo de cierto cansancio, mantener el rifle a punto consumía mas energía de lo que podía prever.

Gracias al ataque que Krahjotdaan había realizado, note como mis heridas mejoraban un poco, pero seguía estando demasiado mal herido. -Lo se Krahjotdaan, solo necesito que la pospongas un poco mas.- Por desgracia mas tiempo del que la quedaba en nuestro mundo.

Luego sonreí bajo el casco ante las palabras de Raven. -Creo que dijiste que nada de estupideces que tu arias compañero, esta es de las mías.- Vi como Raven disparaba a los demonios, pero aquello no era suficiente y para colmo ahora debíamos proteger al cañón araña. -Se me ocurre una idea, pero no te va a gustar.-

Deshice la invocación de Krahjotdaan y coloque la mano en el suelo de la muralla para volver a llamarla. -Bien, con eso tendremos mas tiempo para retenerlos.- -Krahjotdaan, protege al cañón araña, ponte en medio si es necesario pero que no lo golpeen.-

Inspire aire lentamente, me prepare para cargar contra los demonios de la legión y para lo que tenia en mente. -¡GROHIIK DWIIN YOL!- Grite mientras me lanzaba contra los demonios mas cercanos intentando cercerarlos por la mitad.

Acto seguido grite dirigiéndome a los demonios a los que no podría llegar mientras hacia chocar la espada contra el suelo. -¡Venid malditos perros, demostradme lo que podéis hacer!- Esperaba atraer su atención y distraerlos de atacar al cañón o a los demás, con el tiempo de Krahjotdaan renovado en nuestro mundo, estaba seguro de que podríamos aguantar.

La dragona, escuchando lo que le había pedido se dirigió rápidamente hacia el cañón, intentando golpear a uno de los Stalkers que ya estaban allí.

Los diparos de Raven lograron abatir al deathmaster, que cayó muralla abajo y con én una de las amenazas mas críticas, luego Geralt partió por la mitad a los tres debilitados minions, tambien hiriendo de gravedad a la quimera, pero no incapacitandola de nuevo.

Pero Geralt pronto descubrió que ninguna provocación funcionaba ahora, todas aquellas criaturas estaban bajo el influjo directo de Astaroth, y esté quería que el cañón araña cayera, de modo que todos los demonios se tiraban de manera suicida a por él, ignorando por completo el resto de amenazas.

Tratar de cortarles el paso era la decisión acertada (aparte de acabar con ellos), pero Krahjotdaan en su forma de dragon no era la mas indicada para ello, los stalkers se podían colar entre los huesos de su gigantesco cuerpo. De hecho eso hicieron los que sobrevivieron al fuego y a la espada de los humanos. Krahjotdaan logró agarrar a uno con una de sus garras y destriparlo al instante, pero el resto atacaron las patas del cañón araña y una de ellas terminó desprendiendose.

-Krahjotdaan- No soy buena para tareas de defensa como puedes ver, adalid, pero la casta de luz si, de hecho esa es su especialidad, llama a Manakel el mantendrá tu cañón a salvo ante cualquier ataque, pero de ti no puedo decir lo mismo, la decisión es tuya.

En última istancia era decisión de Geralt, pero para Krahjotdaan, el campeón de los dragones no estaba enfocando aquella situación correctamente, es mas, Geralt podría incluso mantener a Manakel y a Krahjotdaan a la vez, a costa de sus propias acciones, había muchas opciones pero estaba claro que aquella defensa no se sostendría ante la nueva oleada de stalkers que habían logrado trepar.

Mientras tanto, Nova ofrecía a Raven información a tiempo real de la intedridad de los soportes de las patas del cañón araña y el informe era preocupante, si los demonios destruían los soportes de la pata que quedaba enganchada perderían la muralla, debían protegerla a toda costa.