Partida Rol por web

Elysium Rebuild

Anexo 3:Judicator

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19/02/2014, 00:17
Director

-Es la hora, hijo del Caos...

Una voz, grave, atronadora, monstruosa, paternal...

-Que con tu llegada se cumpla el pacto mas antiguo de todos y se perpetue por toda la eternidad. Engendrado con el espiritu del color del fuego, pero despertado como judicator universal, con el cometido mas importante sobre tus espaldas. Yo Athatriel, te llamo a alzarte como guardian del equilibrio, como judicator de la orden de Kadmon, como hijo mio...

Aquellas fueron las primeras palabras que el demonio escuchó tras su despertar, y la primera imagen que captaron sus ojos, fue la de su creador.

Al principio de los tiempos, el vacío absoluto, el Ain Soph. De él emanó una singular conciencia, un ente con el poder de crear, y de destruir, este fue Adam Kadmon. Al salir de Ain Soph solo encontró un universo vacío, detenido, sin tiempo, sin espacio, sin materia.

Kadmon marcó el principio de la linea de tiempo en el nuevo universo, luego creó el primer reino y lo llamó Elysium, para crear en su cima el trono universal desde el cual sería testigo de su propia creación. Y asi dio nacimiento al orden a partir del caos absoluto.

Pronto fue consciente de lo insignificante de su creación en el basto y nuevo universo, asi que lanzó la esencia de la creación en todas direcciones hasta los confines de ese universo, para luego crear en su diestra el poder de ordenar esa esencia, y en su siniestra el poder de devolverla al caos. Ambos poderes se proyectaron hacia lados contrarios del universo pero no tardaron en expandirse y mezclarse para dar lugar al primer ente nacido del caos, sin forma, y al primer ente nacido del orden, en constante cambio en la busqueda del orden absoluto.

A medida que las dos fuerzas se mezclaban, ambos entes comenzaron a crear la siguiente generación del caos y del orden. Fundando los reinos de Mechanus y Limbo. Con el tiempo, las nuevas generaciones fundaron nuevos reinos hasta encontrarse, iniciandose asi la primera guerra que duraría por toda la eternidad, en la que se crearían nuevos reinos y otros se destruirían, en la que generaciones desaparecerían y otras nacerían, y solo aquellas creaciones mas perfectas prosperarían.

Por incontables milenios esta guerra a definido la forma del universo y de las criaturas que viven en él, pero siempre estarían diferenciadas por aquellas con la fuerza del caos en su interior, cuya aura es roja, y aquellas con la fuerza del orden, con un aura azulada.

Para preservar el equilibrio entre las dos fuerzas y que el poder de creación y destrucción siguiera su curso, el mismo Adam Kadmon hizo que ambos bandos cumplieran un pacto, por el cual debían seleccionar a uno de sus hijos cada mil años, para unirse a una orden neutral que velaría por el cumplimiento de las reglas que regulaban aquel conflicto eterno. Esta fue llamada la orden de Kadmon, y sus integrantes, Judicatores.

Pero despues de interminable eones de guerra y equilibrio, sucedió un imprevisto que amenazaría el mismo universo.

El rey demonio, hijo del Limbo, que junto a su contraparte, el primer arcangel, hijo de Mechanus, eran los maximos responsables de respetar las normas del equilibrio, pero el rey demonio decidió saltarse las normas del conflicto, tomando parte él mismo en la guerra y aniquilando a los Judicatores. Uno tras otro fueron cayendo hasta que la Orden de Kadmon fue masacrada, de forma que ya nadie velaba por el cumplimiento del mas primordial tratado. El cual establecía que una raza no podía ser atacada en su mundo natal por las fuerzas de ningun bando mientras que esa raza no estuviera preparada para el conflicto universal, mientras no fueran capaces por si mismos de viajar a través de los caminos de las estrellas.

Notas de juego

Como ves he copy pasteado el post de la otra partida y le he añadido la situación actual, a partir de aqui create tu la historia y si tienes alguna pregunta, ya sabes.

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20/02/2014, 19:45
Levistus

Nombre: Levistus.

Raza: Demonio.

Lealtad: Kadmon.

Rango: Escriba.

Altura: 1.69 m.

Peso: 55 kg.

Pelo: Media melena oscura y desordenada.

Ojos: Grandes, de color verde profundo y pupilas felinas.

Constitución: Ectomorfo.

Color de piel: Extremadamente pálida.

 

 

 

Claves de una posible historia:

-El rey demonio atraviesa su pecho durante el ataque a la orden de kadmon. Al borde de la muerte y como medida desesperada para sobrevivir de aquella herida mortal, utiliza todo su poder y se sella a sí mismo dentro de su katana.

-La katana logra pasar desapercibida hasta que es encontrada más tarde en el lugar X (¿tal vez en la Tierra?), por el personaje X (¿tal vez el templario hawaiano?) quien le ayuda a restablecer parte de su esencia.

-En este punto se dirigiría a la Tierra, si aún no estaba ya allí. Estaría en forma humanoide (para no asustar a los humanos y no llamar la atención de sus poderosos enemigos) y con la katana que además de arma es el recipiente de su forma apocalíptica verdadera.

-A partir de ahí puede liberar la energía de la espada consiguiendo una restauración temporal de su forma y poder original. En ningún caso puede restaurarse de forma total ni permanente, por X motivos a determinar que intentaría resolver a lo largo de la partida como objetivo personal (dando posibilidad a muchos ganchos).

-Cuando libera la esencia de su espada cambiaría su aspecto en función de la cantidad y la espada desaparecería (tengo imágenes de dos formas a mayores), algo así como si se fusionaran. (Por eso en forma murciélago no tiene katana corriente).

Objetivos:

-Recuperar su poder y forma.

-Objetivos como miembro de la orden que tú me indiques (restaurar la orden, etc).


 

Notas de juego

Estan muy bien, ambas skills me atraen pero me quedo con Sellos. como ves ya la he usado de escusa en la historia, mira a ver q tal, se puede añadir o cambiar lo que haga falta. Basicamente he adaptado lo de bleach para que cuadre o justifique las fotos sin más.

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20/02/2014, 20:23
Director

Ok, pues mira te digo lo que se me ha ocurrido, si te parece bien lo dejamos asi:

Como Judicator

-Despues de que Athatriel te creara y te presentara como el candidato del caos para ingresar en la orden de Kadmon, te fue asignada una compañera en la misma, Justitia "la inquebrantable", hija de Jubileus (una arcangel tocha). Desde el principio, incluso aunque os emparejaran siendo uno del caos y el otro del orden, os entendisteis a la perfección y defendisteis la orden y sus objetivos durante eones. Algunas otras parejas morían o se separaban, pero vosotros tuvisteis mucho exito trabajando juntos.

Justitia llegó a ser el unico "ser" que llegaste a respetar y con el que te sentías realmente a gusto desempeñando un papel que tendrías que jugar por toda la eternidad o hasta tu muerte, pero bueno, te gustaba tu trabajo. Ella era un angel, un ser del orden y una guerrera formidable, normalmente se encargaba ella cuando era cuestión de combate y tu cuando eran asintos algo mas complicados, pero siempre había una total simbiosis.

El ataque del rey demonio

-El ataque del rey demonio no era algo previsible, se supone que tanto el rey demonio como el maximo arcangel son los mas interesados en mantener el equilibrio, porque la victoria de uno de ellos, rompería el equilibrio del universo y por tanto, conllevaría su desaparición.

Nadie os avisó a ti y a Justitia de que el rey demonio os estaba masacrando, un dia sin explicación alguna, a ti te atravesó el pecho sin mas para matarte. Sin embargo, con tu ultimo aliento, realizaste un sello en tu propia espada, sellando tu alma en ella y la fuerza vital que te quedaba. Siendo al unica forma de recuperar tu cuerpo, que alguien diera energía a la espada y tu fuerza vital reestableciese tu cuerpo, aunque tu alma quedara sellada para siempre en esa espada con los inconvenietes que eso conlleva. No sabes que fue de Justitia pero das por echo que murió como el resto.

A partir de ahí hay un vacío, tu personaje no lo sabe pero tu espada la encontró un demonio y se la quedó, era una buena espada al fin y al cabo. Ese demonio acabó en una de las legiones que atacó la tierra y en un momento determinado, Marco De Angelo (el templario loco) se cargó al demonio pero se dio cuenta que había algo especial con aquella espada asi que la guardó para estudiarla.

Y aqui es donde podemos empezar a rolear, cuando el templario encuentra al forma de darte la energía de nuevo para que tengas un cuerpo y "revives" por asi decirlo.

Humanidad

-Sabes que en al tierra había una raza primitiva llamada ser humano (para ti cualquier raza que no pueda viajar por los caminos de las estrellas es primitiva, lo cual no quiere decir que sea debil). Sabes que a esa raza la creó un arcangel del orden llamado Yaveh "el errante". Es una raza muy joven aun, pero prometedora, es una de las pocas manifestaciones de poder de este arcangel del que poco se sabe.

Objetivos

-Aqui tu debes establecer tus prioridades, pero en su dia le consagraste tu vida a la orden de Kadmon, no hay nada mas importante que guardar el equilibrio, de ello depende el universo, tu no eres de ningun bando, sirves a una causa mayor y mas importante, eso implica que a veces tienes que aliarte con unos o con otros. Tanto seguir cumpliendo sus objetivos como rehacer la orden de Kadmon en la medida de lo posible, es tu maxima.

-Objetivos personales: Devolver el alma a tu cuerpo. Tu situación actual es delicada, porque si te alejas de la espada tu cuerpo quedará inerte o si la espada es detruida, tu moriras definitivamente. El alma es una fuente de poder, asi que tu tienes cierto acceso a tu poder mientras empuñes esa espada o la lleves contigo, pero tienes muchas mas limitaciones que en tu forma verdadera. ¿Que necesitas para devolver el alma? hay dos formas: primera, arrebatando fuerza vital suficiente a otros seres vivos (matandolos) hasta que obtengas el suficiente poder como para realizar el rito de sellado de alma de nuevo. Y segunda, encontrar a un alguien que sepa tambien hacer el sellado de alma y te lo haga (eso es algo que está solo al alcance de demonio o arcangeles de las primeras generaciones).

-Objetivos opcionales: no está de mas avisar a los humanos de que nadie va a venir en su ayuda, que han masacrado a los que deverían velar por ellos y que el bando del orden no se va a saltar las normas para ayudarles (almenos lo seres del orden mas importantes). Proteger a la humanidad o ayudarles directa o indirectamente puede ayudar a que no se extingan, por lo que tambien es una opción. Tienes libertad absoluta para buscar aliados en cualquiera de los bandos.

Tambien quisieras averiguar que fue de Justitia, si murio (como es de esperar) estaría bien encontrar su espada o su escudo, o algun recuerdo de ella.

Reglas y limitaciones

-Eres un judicator de la orden de Kadmon, no matas por diversion, usas la violecia solo cuando hace falta, debes evitar cualquier muerte innecesaria. Respetas la vida y la muerte, y sabes que en el conflicto entre el orden y el caos está el equilibrio del universo.

Claro que esto es relativo, siempre está sujeto a tu interpretación y puede que consideres necesario matar muy a menudo, o al contrario, puede que nunca veas la necesidad de matar sin mas.

La humanidad debe vivir porque asi lo dictan las reglas (ayudarles no es un acto de compasión sino de deber). No tienes problemas en presentarte ante un arcangel o ante un demonio poderosos, se supone que todos deben respetarte porque representas al maximo Creador, pero despues de lo del rey demonio, es probable que muchos demonios queran matarte tambien, asi que mantienes un perfil bajo y andas con mucho cuidado, con unos y con otros.

Notas de juego

Si tienes preguntas dispara.

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22/02/2014, 00:06
Levistus

ATRUBUTOS (7/5/3)

Atributos
Físicos 7 Sociales 3 Mentales 5
Fuerza •••• Carisma ••• Percepción ••
Destreza ••• Manipulación Inteligencia •••
Resistencia (Salud) ••• Apariencia •• Astucia •••

Para calculat reserva de salud y energía:

Resistencia/inteligencia 1 2 3 4 5
Valor total 100 300 600 1000 1500

HABILIDADES (13/9/5)

Habilidades
Talentos 13   Técnicas 9   Conocimientos 5
Alerta •••          Armas C.C •••   Ciencia  
Atletismo •   Armas de fuego   Religion moderna  
Orientación   Conducir   Explosivos  
Empatía •   Interpretación   Lingüistica
Esquivar ••••   Pericias   Medicina  
Expresión   Seguridad   Ocultismo ••••
Intimidación   Sigilo •   Sabiduria popular  
Liderazgo   Supervivencia •      
Pelea •••   Trato con animales      
Subterfugio •   Hechicería ••      
Seducción   Afinidad mental ••      

TRASFONDOS (3)

Trasfondos
Mentor 3
Contactos  
Fama  
Posición  
Recursos 4

VIRTUDES (7)

Virtudes
Conciencia ••
Autocontrol •••
Coraje •••••

Humanidad: 5
Fuerza de voluntad: 5+3

Meritos/Defectos
Méritos Defectos
Espada de La Desesperación "Merikel" - 3 Compulsión limpieza +1
Biblioteca esotérica - 2 Recién llegado +1
Camarada Angel - 3  
Santidad - 2  

Reserva actual

  Actual Total
Energía 600 600
Salud 600 600

Puntos gratuitos gastados en:

FV 3

Recursos 4

Meritos 8

HABILIDADES ESPECIALES

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23/02/2014, 21:14
Marco

Tiempo: Desconocido ; Lugar: Planeta tierra, hogar del los seres humanos, hijos del arcangel Yaveh.

Tras el ataque del rey demonio y el sellado del alma de Levistus en su propia espada, Merikel, el destino quiso que dicha espada acabase en un planeta en el que, supuestamente, no debería haber ningun ser del caos, ni por necesidad ni casualidad. Sin embargo la espada de Levistus estaba allí, junto a miles de legiones del ejercito del caos comandadas por cuatro de sus generales mas importantes.

El alma dormida de Levistus, de pronto comenzó a detectar la energía de alguien que le animaba a despertear, que le buscaba, era energía de un ser del orden, un humano que sin saberlo, no solo estaba cambiando el ya oscuro destino de la Tierra, sino del universo entero trayendo de vuelta la esperanza a la orden de Kadmon, a un representante del maximo Creador.

Como una proyección física de la espada, el cuerpo de Levistus se materializó y lo primero que vió fue al singular humano.

-Uhmmm... un demonio... singular. Dime, ¿entiendes mi lengua?, ¿cual es tu nombre?.

Toda la habitación había sido decorada provisionalmente para algun tipo de ritual, probablemente con el que había insuflado energía vital a al espada para revivir al demonio que residía en la espada. Aquel humano llevaba una especie de kimono blanco impoluto, daba una sensación de serenidad.

A su lado, había un artefacto que podría llamar la atención de Levistus, era otra espada con un alma sellada en su interior, pero un alma del orden, su aura era azul.

Aquel humano aguardó a que Levistus fuera consciente de su situación y tratara de comunicarse... o atacarle. Tras su despertar estaba debil, apenas un atisvo del poder que ostentó en el pasado como uno de los mejores Judicatores de la orden de Kadmon, junto a su eterna compañera Justitia.

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24/02/2014, 19:53
Levistus

Energía, luz, despertar...

Poco a poco sentí que recobraba el sentido. Una amalgama de sensaciones me inundaba inquebrantablemente, sin misericordia alguna. Huesos quebradizos y carne carente de consistencia hacían de mí una silueta enjuta y temblorosa, pero aquello me abrumaba y conseguía que el dolor de ese debilitado cascarón palideciera hasta consumirse, como lo hace un mero entumecimiento pasajero. Aunque la realidad fuera muy distinta.

Recuerdos, recuerdos de una perfidia insidiosa y cruel...

Mi diestra avanzó instintivamente hasta mi pecho, rememorando, comprobando el verdadero origen de aquel dolor abrasador, descubriendo con su tacto que mis últimos recuerdos no habían sido una mera pesadilla.

La mente se esforzó por recoger y unir todos aquellos fragmentos desperdigados y marchitos lo más rápido posible y por primera vez mis ojos fueron capaces de prestar atención a todo lo que ahora me rodeaba, descubriendo así a esa criatura...

También pude ver el arma que esta portaba, contenedora de un alma azulada. Al descubrirla, busqué como acto reflejo a mi propia arma, la cual encontré no muy lejos de mi posición, en aquel momento comprobé también que no eran muy diferentes. Sabía y percibía lo que aún se albergaba en las entrañas de Merikel.

Mi aspecto actual no se diferenciaba demasiado al de aquel hombre y notaba que la energía que desprendía de alguna manera era la responsable de mi despertar, en ningún caso amenazante. No albergaba ninguna duda, ya había logrado comprender lo que había pasado.

-Entonces el sello ha funcionado... – Mis labios pronunciaron por primera vez en mucho tiempo aquella lengua primitiva. Fue su primera reflexión, cargada de incontables conclusiones, pocas de ellas resultarían esperanzadoras, pero al menos servirían para creer que no estaba todo perdido aún.

-Mi nombre es Levistus, hijo de Athatriel, Judicator y guardián del Equilibrio - Comence entonces con la presentación, intentando aplacar todas las preguntas que mi liberador había formulado.

Pero en mi cabeza solo había sitio para las preguntas. Muchas de ellas no tenía esperanzas de verlas resueltas.

-Agradezco lo que has hecho... ¿Quién eres? – Podría decirse que a esas alturas le tenía cierto respeto a alguien capaz de comprender y realizar aquel tipo de liberación, además de deberle todo mi agradecimiento. No obstante, mi semblante parecía imperturbable, como en todo momento, la muestra de emociones no era característica entre los guardianes del Equilibrio. Mi expresión permanecía invariable pues de algún modo eso reflejaba la neutralidad que representaba. Al menos así lo veía yo desde mis orígenes.

En cierto modo tenía prisa por actuar y restablecer de nuevo el Equilibrio, pero tenía la sensación de que no me resultaría nada fácil y de que aquel tipo aún podía ayudarme, así que decidí otorgarle un poco más de tiempo. Él tal vez pudiera conseguir que mis ideas se centraran, haciendo así que mis actos futuros fuesen todo lo correctos que yo desearía que fueran.

La experiencia me había enseñado a valorar la prudencia.

-¿Qué lugar es éste? – pregunté observando los restos del ritual, sin embargo, no tardé en darme cuenta de que aquella pregunta no era tan importante y lo que en realidad quería saber era:

-¿En qué tiempo estamos? – añadí casi al instante, como si de esa forma intentase corregir la primera cuestión planteada.

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24/02/2014, 20:42
Marco

-Hmmmm...

Se mostró pensativo. Acto seguido se puso a descolgar los adornos, simbolos, sabanas y mantas que había colgado alrededor del ritual, tambien procedió a quitarse el kimono blanco, dejando ver un atuendo bien distindo debajo, una camisa hawayana, bermudas largas y sandalias.

-¡Marco!. -exclamó repentinamente- Marco D´Angelo.

Aquel extraño hombre parecía estar solo, tampoco parecía ser joven teniendo en cuenta la esperanza de vida de aquella raza pero dada su contitución delgada y a la vez atletica, su edad podría ser dificil de determinar. No aportó mas información de si mismo, comprendiendo que el echo de se un templario no le diría nada a aquel demonio.

Marco obtuvo mas respuestas escuchando las preguntas del demonio, que formulando las preguntas él, su corazonada había resultado ser cierta, el demonio encerrado en aquella espada no tenía nada que ver con las legiones que habían atacado ¿una oportunidad de obtener información importante? tal vez si, o tal vez no.

El templario cojió la espada de aura azul, pero no para bladirla, sino para alejarla y dejarla apoyada en una esquina de la sala, comprendiendo que cabía la posibilidad de que Levistus se sintiera incomodo con ella cerca.

-Estas en lo que queda del planeta Tierra y su civilización, lo que no es mucho. En cuanto al tiempo, me temo que situarte sería imposible para mi. Pero sí puedo decirte que hace tres años que miles de legiones demoníacas llegaron a este mundo y lo arrasaron, exterminando a la mayoría de la raza humana.

Un demonio al que parecían gustarle las espadas raras, portaba dos bastante inusuales, una le pertenecía a los humanos, de la otra has salido tu.

Dijo mientras cojía un cigarro y señalaba a Merikel. Era obvio que él había acabado con ese demonio.

-Jajaja... no puedo evitar asociar el echo de que un "guardian del equilibrio" haya sido sellado en una espada y que de pronto millones de demonios exterminen a una raza por que les apetece. Parece que alguien se ha empeñado en ir en contra de algo similar al equilibrio.

Dijo en tono irónico, estaba claro que aquel humano estaba algo "tocado", para empezar, por lo que Levistus sabía, la raza humana era una raza social, y no parecía haber ningun otro humano cerca.

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25/02/2014, 13:30
Levistus

-¡No es posible! – Por primera vez el rostro de Levistus perdía su estoicidad, tornándose sorprendido y desconsolado. Al oír las palabras de aquel humano sintió nuevamente la misma sensación de dolor e impotencia que la experimentada al ser atravesado por la poderosa garra del Rey Demonio.

-Me entristece oír eso… - Le faltaba el aliento, no por lo que ahora sabía, si no por lo que todo ello implicaba de forma irremediable.

¿Cuánto tiempo había estado encerrado? ¿Quedaba algo de lo que alguna vez había conocido?

-Si todo lo que dices ha sucedido hace ya tanto tiempo, debo asumir que nadie vino aquí para ayudaros. – Agachó la cabeza, orientándose hacia el suelo, pensativo, consternado, lamentando todo lo que había ocurrido.

-En ese caso, vuestra raza debe saber que eso no cambiará. – Informaba sin intención de amenaza, pero sí de alarma y urgencia. – Nadie vendrá en vuestra ayuda. – Lamentó profundamente ser heraldo de semejante noticia. Oír sus propias palabras le causaba gran aflicción.

¿Cuán violado había sido el Equilibrio?

-La Orden de Kadmon fue atacada por el Rey Demonio en persona. Desconozco si actualmente queda algo de ella aparte de mí... – Su expresión sugeriría al humano que esa Orden era la única que debía velar por su protección y que en la situación actual, para lamento de muchos, bien podría ser él lo único que recibieran de ella. – Los enemigos del Caos tampoco actuarán en vuestro auxilio. Ellos nunca quebrantarían el Pacto Sagrado.

-La traición alcanza cotas que nadie hubiera imaginado jamás. – Como bien había dicho Marco, la relación existente entre los dos acontecimientos era evidente.

-Al principio no alcanzaba a comprender el motivo de la traición, pero ahora veo que ese fue su primer paso... – No podía tratarse de un hecho aislado, seguramente toda la orden había sido exterminada, dejándole así vía libre.

-Hacia la destrucción del universo. – Añadió lacónico.

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25/02/2014, 14:39
Marco

Levistus no tenía porque sentir compasión alguna por la raza humana, porque incluso la compasión era algo irrelevante cuando se trataba de guardar el Equilibrio. La raza humana no debía desaparecer, de la misma forma que no debían hacerlo otras tantas razas que seguramente hubiesen sido atacadas ya. La magnitud de los acontecimientos era tal que se antojaba irreal, una pesadilla que solo podía ser fruto de las mentes mas pesimistas y paranoicas.

Marco mostró una irónica sonrisa. Había hecho el mayor descubrimiento de su vida y obtenido una información vital, pero esa información decía que basicamente, estaban solos, confirmando ya las sospechas.

-Há... los pocos que quedamos perdimos la esperanza hace tiempo de que tuviesemos aliados ahí fuera. Lo que no imaginabamos es que no los teníamos porque los han matado. Asi que el "Rey Demonio" ¿eh?...

Se quedó pensativo, de alguna manera creía en las palabras de Levistus y empezaba a ser conciente de su peso.

-Esto le queda grande a la Humanidad.

Levistus le estaba revelando a aquel humano la Guerra Universal, un conflicto que supuestamente tenía como arbitro a esa "Orden de Kadmon".

-No parece una estrategia muy complicada, si quieres ganar el juego haciendo trampa, solo tienes que acabar con los arbitros. Ademas cuentan con la certeza de que su contrincante seguirá las reglas hasta el final.

Basicamente era lo que estaba sucediendo, Marco lo había sintetizado a su manera.

-Dime una cosa, Judicator. ¿Quien es Kadmon? ¿el fundador de vuestra orden?.

Lo cierto es que en realidad lo era, pero mas importante que eso "Adam Kadmon" era como se refieren las primeras escrituras al maximo creador, el origen del universo, del orden y del caos.

-¿Que harás ahora que has "vuelto a la vida"?

Se ofreció a ayudar por el momento, ¿es que acaso un simple humano podía ser de alguna ayuda a un Judicator una vez resucitado?.

Notas de juego

Siempre que tengas dudas acerca de lo que debes saber, pregunta.

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25/02/2014, 17:13
Director

Notas de juego

Tu mentor es Athatriel. Normalmente cuando un demonio entra en la orden de Kadmon corta toda relación con su creador, pero en vuestro caso, por beneficio mutuo, seguisteis en contacto. Él es un demonio muy poderoso, un decimosexta generación, lo que te hace a ti un demonio de decimoseptima generacion originalmente.

Sabes la localización de su palacio en el reino Pandemonium. Puedes abrir un portal alli o a localizaciones en las que hayas estado previamente.

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25/02/2014, 19:28
Levistus

Levistus agradeció que el humano comprendiera a la primera toda la información que le había confiado. Sin embargo, descubrió que había dado por supuestas demasiadas cosas.

¿Acaso no sabían nada de Kadmon, del Rey Demonio, ni de la Guerra Universal?

-Adam Kadmon es el origen de todo lo que se conoce. Del Orden y del Caos, de la creación y de la destrucción, cuyos miembros se enfrentan en la Guerra Universal definiendo constantemente la forma del Universo y sus criaturas. – Comenzó con lo que sería un breve repaso por la historia que según él, la humanidad debía conocer, aunque solo fuera por honrar al máximo Creador.

-La Orden de Kadmon, integrada por seres seleccionados de esas dos grandes fuerzas, fue creada para velar por el cumplimiento de las reglas que regulan ese conflicto eterno y preservar así el Equilibrio.

Sin embargo ¿qué quedaba ahora de ella?

Guardó silencio y reflexionó, pensativo.

Era consciente de que su presencia ni siquiera representaba una ayuda destacable. El precio que había pagado para poder sobrevivir había resultado ser demasiado alto. Sentía su propia energía latente en el interior de Merikel, pero sin ella, sin su poder original, nunca podría revertir aquel sello por sí mismo...

Volvió a hablar tan pronto como pudo, pues no quería que su silencio fuera tomado como una señal de luto.

-Seguiré cumpliendo con mi cometido. – Espetó con convicción plena, haber rememorado los orígenes del universo, aunque fuera de una manera tan fugaz, le había servido para recordar la importancia de sus obligaciones y enorgullecerse de ellas.

-Hare todo lo que esté en mi mano para restablecer el Equilibrio. La raza humana no debe desaparecer. – Afirmó con seguridad al tiempo que recogió su arma y la colocaba en su faja.

-Sintiéndolo mucho, debo quedarme con ella. – Añadió refiriéndose a un tesoro recuperado por Marco que el humano bien podía considerarlo como suyo por derecho, mas aquello no era algo negociable.

-Aún guarda la mayor parte de mi poder original. – No le importó admitir que era una pequeña porción del guerrero que un día fue, de otro modo no podría explicarse el verdadero poder y responsabilidad de la orden de Kadmon. Además tal vez le ayudara a encontrar una forma de hacerlo, al fin y al cabo había demostrado ser un tipo hábil en esas y otras cuestiones.

-Vosotros, los hijos del Errante, sois una raza muy joven pero prometedora, no debéis perder la esperanza. Sin más aliados, vuestro destino se encuentra en vuestras propias manos. – Si bien Levistus no pertenecía a ningún bando, por el bien del Equilibrio ahora sus objetivos  convergían con los de la raza humana. Su colaboración y apoyo mutuo serviría a su gran y sagrada causa.

-Veo una prueba de ello en vuestra gran resistencia a desaparecer. – Según sus palabras llevaban tres años de postguerra y aún seguían resistiendo cuando ni siquiera la orden lo había logrado... - No podéis rendiros.

-Este mundo es desconocido para mí, pero creo que el primer paso sería informar a tu raza de su verdadera situación en el universo, a partir de ahí podríais afrontar la batalla con mayor efectividad. - A pesar de las palabras de ánimo, el demonio se encontraba un poco perdido y lo último que deseaba era errar por aquel planeta indefinidamente. Nuevamente no le importó admitirlo. Le hubiera gustado conocer todo lo posible de la raza humana.

-¿Me ayudarás? – Se había sincerado con aquel desconocido y ahora era él quien necesitaba conocer el alcance de su implicación en aquella guerra. No había duda de que sabía apañárselas solo, pero ¿dónde estaba el resto de su gente? ¿por qué no estar unidos en una situación como esa?

-No te preocupes, no tienes por qué contestarme ahora, tendrás tiempo para pensarlo. – Añadió casi al instante. Tenía esperanzas de recibir una respuesta afirmativa de un guerrero como él, pero lo importante sería responder a ¿de qué forma podrían actuar como un equipo?

-Ahora debo comprobar algo... – Sabía que tenía que empezar a moverse y establecer contacto con aquellos que pudieran ayudarle cuanto antes, solo de esa forma sería consciente de todas sus opciones.

-Pero volveré... - Utilizó su poder para crear un portal, si Marco quería decirle algo antes de que volvieran a verse, tendría un minuto, luego entraría en Pandemonium.

Por suerte no había roto todos los lazos con sus aliados al entrar en la Orden. ¿Seguirían con vida?

Notas de juego

Vale, igualmente si ves algo que no cuadra o que lo enfoco de forma errónea avísame.

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26/02/2014, 01:35
Marco
Sólo para el director

No era poca cosa lo que Levistus estaba revelando, incluso para un hombre de edad y mente abierta como Marco, aquello era dificil de asimilar de una vez. En cualquier caso el humano afrontaba aquello con una admirable serenidad y una sonrisa en el rostro que si bien se entojaba irónica, tambien escondía reflexión.

-Cultivo sandías en el patio de atrás, se acerca el tiempo de cosecharlas, cuando vuelvas compartiremos una.

Que no era sino una forma de responder y a la vez despedirse, tal vez no fuera malo tomarse un tiempo para pensar.

Marco no puso pega alguna en que Levistus cojiera su espada, él parecía bien servido ya, es mas, en ningun momento mostró temor hacia el poder latente en la espada o el poder del propio Levistus, no muchos podían decir eso en el pasado.

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26/02/2014, 01:56
Athatriel

Reino: Pandemonium ; Localización: Llanura de Agathion, palacio de Athatriel "el historiador".

Pandemonium, uno de los reinos mas cercanos al Limbo. Su aridez y naturaleza caótica contrastaban ahora aun mas que Levistus venía de el planeta Tierra.

Un fuerte viento silvaba y castigaba las rocas y esqueletos de cuantos habían perecido en la llanura de Agathion. Hace milenios un importante bastión de las legiones del caos, ahora un lugar polvoriento y olvidado.

Sin embargo, Athatriel "el historiador", había hecho de la antigua fortaleza de Agathion su palacio particular donde solo vivían él y sus posibles creaciones. Levistus apenas podía recordar la última vez que fue a visitar a su solitario padre.

Las puertas estaban selladas con un poderoso sello, sin embargo, dicho sello si permitiría el paso de Levistus, los portones crepitaron al abrirse por primera vez en eones.

Aquel lugar había caido en el olvido y solo los demonios mas viejos sabían de su existencia, debido a eso era el lugar favorito de Athatriel, allí nadie le molestaría en su busqueda de saber y de desentrañar los secretos del universo. Sabiduría que le llevó a ser participe del Pacto Universal, creando a Levistus para que fuera Judicator y velara por lo mas importante.

El eco en el interior daba una idea del tamaño del palacio por dentro, sin embargo el silencio no tardó en romperse por la potente y grave voz del Señor de Agathion.

-Oscura la hora en que vuelves a mi de entre los muertos, hijo mio, con el ocaso cercano y el equilibrio pendiente de un hilo.

Esas fueron sus primeras palabras, finalmente Levistus pudo ver a su creador bajando por la escalera principal del hall.

Aquel palacio tenía sus guardianes, que permanecían inmoviles alrededor de Levistus, eran creaciones de Athatriel por lo que en cierto modo, eran hermanas del visitante. La inspiración en las sucubos, una de las creaciones mas exquisitas del rey demonio, era evidente.

-Puedo ver el precio que has pagado Levistus, pero puede que haya sido en vano. Los que antes erais respetados ahora sois perseguidos, los que antes erais escuchados ahora sois silenciados.

Esta traición puede marcar el punto final de un historia que se antojaba eterna.

Y esa era la obsesión de Athatrel, registrar y estudiar la historia en los incontables tomos, tanto nuevos como ancetrales que se guardaban en la biblioteca del palacio.

Un conocimiento acumulado al que Levistus tenía acceso como privilegio directo concedido por Athatriel.

El padre de Levistus era considerado un demonio desconocido y solitario, eso era sinonimo de miedo, ya nadie viajaba a la llanura de Agathion, pues entre los demonios de mayor generación se extendían rumores del poder que allí habitaba. Una defensa a menudo mucho mas efectiva que los muros o la magia. En cualquier caso Athatriel tenía enemigos, de no tenerlos no estarían aquellas guardianas únicas cuidando cada rincon de la fortaleza.

Levistus había acudido al lugar adecuado, pero tambien era consciente de que ahora, su presencia allí, podía poner en peligro al propio Athatriel, echo que de momento no pareció importarle, era un demonio que acostumbraba a cuidar a su prole, la cual tampoco era muy numerosa.

Notas de juego

Tu bilblioteca esoterica es la que se encuentra en ese palacio, en teoría es de Athatriel pero te deja total acceso a ella.

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26/02/2014, 20:24
Levistus

La visión de aquel mundo conocido trajo a mi mente recuerdos de tiempos pasados y gloriosos, mucho mejores que los actuales. Resulta curioso cómo en ocasiones, incluso el más inclemente erial puede convertirse en el hogar más acogedor para un demonio solitario y relegado al olvido, allí me sentí cómodo.

Pero no me conformaría con el exilio, acababa de emprender una búsqueda que podía cambiar el rumbo del destino. Un destino que no estaba dispuesto a aceptar, que no podía aceptar bajo ningún concepto, ya que había sido tejido al margen de toda ley.

La osadía ya se había prolongado durante demasiado tiempo.

La visión de Athatriel me reconfortó, al menos aún había algo que perduraba a aquella traición.

-Me alegro de veros, padre. – Saludé con una ligera inclinación, símbolo de respeto a aquel que no solo le había dado la vida si no que también le había elegido para ese cargo tan importante.

-Por suerte la sabiduría sigue con vos... – Advertí tras escuchar sus comentarios. Sin duda era una de sus virtudes destacables y la causa principal que me había arrastrado hasta él.

-Es cierto, el precio ha resultado ser alto – Secundé con un gesto afirmativo. - Pero al menos he conseguido prevalecer. – Añadí con determinación.

-¿Cuánto tiempo ha pasado desde mi ausencia? – Quizá no importara demasiado, pero al menos sentía curiosidad, una curiosidad que no podría saciar de otra manera, pues no conocía a muchos que pudieran responder a esa pregunta.

-Sin duda sabréis el motivo de mi llegada... – Dejé a un lado las formalidades, siempre innecesarias y farragosas desde mi pragmático punto de vista, para abordar directamente el tema que ahora me preocupaba a mi y al resto del universo.

Por sus palabras tuve la impresión de que mi padre había aceptado todo lo ocurrido y que afrontaba el futuro con resignación, algo que no le era favorable a nadie. Sabía que necesitaría toda ayuda y colaboración en su lucha, así que debía convencerle.

-Debemos permanecer unidos, incluso con los seres inferiores, si queremos salir victoriosos. – Sin duda me refería a los humanos, a quienes había podido conocer (al menos a alguno de ellos) y quienes me habían librado de aquella prisión. Pero también me refería a los aliados, de cualquier ámbito o facción, que pudieran acudir en nuestra ayuda. No era un tema personal ni egoista, en realidad, se ayudarían a ellos mismos.

Pero para ello debían tener ganas de seguir existiendo...

-¡Aún tenemos algo que decir al respecto! – Las fuerzas del Rey Demonio aun encontrarían oposición.

-¿Ha sobrevivido algún otro miembro de la Orden? – Por sus palabras, podía suponer que sí, pues se refería a nosotros en plural; pero en realidad lo que me interesaba era poder saber quiénes eran y dónde se encontraban.

Efectivamente, el primer paso era que la Orden de Kadmon volviera a ser lo que fue. Si conseguíamos reunirnos todos los supervivientes, podríamos organizarnos como un todo y tendríamos así muchas más posibilidades.

También calló en la cuenta de que el dolor de mis huesos y músculos empezaba a ser insoportable. Si quería que no afectara a la consecución de mis objetivos no podría ignorarlo ni posponerlo por más tiempo, tendría que encontrar un momento para reconfortarme.

Así pues, observé con distracción los alrededores. Aquellas silenciosas siluetas me rodeaban con aspecto guardián, más no me sentía amenazado por ellas. Me resultaban ciertamente extrañas, pero a falta de otras, bien podrían servir para aplacar algunas de mis necesidades fisiológicas...

-Si me lo permite, también abusaré de su hospitalidad. – busqué su aquiescencia con aire infantil, al tiempo que mi diestra rascaba la parte trasera de mi cabeza.

-Como mínimo necesitaré hacer uso de las termas, un buen festín y la compañía de algunas de vuestras hijas... – Intenté exponerlo con total normalidad, sabía que si se ponía en mi lugar, podría comprenderle y accedería a mis peticiones terrenales pero básicas.

-Después también haré uso de su biblioteca. – informé para finalizar, suavizando el resto de mis abundantes exigencias.

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27/02/2014, 00:42
Athatriel

-Cuatro años han pasado desde la desaparición de los Judicatores de Kadmon, no he hayado pistas de ninguno salvo las de su muerte, aunque mis investigaciones se han limitado a aquellos judicatores con origen en el caos como tú. Es previsible que los judicatores del orden tambien hayan perezido ante el poder del rey demonio.

En aquel grupo estaba incluida Justitia.

-Basta de preguntas por ahora, tu condición actual no es digna de un hijo mio. Ve a curar tu maltrecho cuerpo y luego comparte un festín conmigo, hablaremos entonces, puede que no tengas este privilegio nunca mas.

Las cosas estaban por cambiar. No comentaría nada al respecto de la activa iniciativa de Levistus, si aun pensaba que eso era posible, es que aun no se había dado cuenta de lo grave de la situación.

Tan solo una de aquellas guardianas acompañó a Levistus, no era su función satisfacer a los invitados pero en el caso de Levistus, Athatriel haría una excepción, solo una, aunque sería mas que suficiente, aunque su anatomía estuviera modificada, se notaba el fuego ardiente de las sucubos en su aura.

Acompañó a Levistus a través de varios pasadizos del palacio, siempre hacia abajo hasta llegar a unas termas de formación natural cuyas aguas tenían propiedades curativas.

La guardia de la fortaleza, en apenas dos movimientos se quitó todo cuanto la cubría salvo la mascara y se metió al agua, una vez ahí esperó al invitado.

Incluso con la mascara puesta, Levistus podía percatarse de que aquellos demonios únicos no tenían ojos, boca o nariz, llevaban mascara para ocultar un rostro sin cara, se guiaban por la visión de la energía que las rodeaba, una caracteristica muy propia de las sucubos puras: la sensibilidad a la energía. Su cuerpo estaba adaptado para el combate, no para resultar atrayente, pero aun asi hay ciertos instintos que nunca se pierden.

Levitus podría tocar su piel, suave como la porcelana, impermeable hasta tal punto que el agua resbalaba por completo, manteniendo seca cada parte que no tocaba el agua. Usaban la telepatía para comunicarse, pero la compañía de Levistus en ese momento, estaba en silencio, solo se expresaba con sus finas y alargadas manos, adaptadas al manejo de armas.

Cuando se sintiera satisfecho, podría volver al salón principal del palacio, donde Athatriel preparaba el primer festin para un invitado en milenios.

Notas de juego

Es obvio que te dice una medida distinta a "años terrestres", pero al cambio vienen a ser 4 años mas o menos

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27/02/2014, 12:58
Levistus

No hubo demasiadas palabras, pues estas no eran necesarias para aplacar mis actuales menesteres, me limité a relajar mi cuerpo y mi mente. Me esforcé por disfrutar de todo lo que allí se me ofrecía, egoístamente, en aquel breve momento no importó nada más.

A lo largo de mi existencia no había encontrado ningún ser capaz de igualar las delicias ofrecidas por las súcubos, pero reconocer en mis hermanas particularidades inspiradas en ellas, hizo que la compañía resultara algo más placentera, pues aunque solo representara una mínima parte de estas, yo tampoco estaba preparado aun para mucho más. Pude conformarme.

Sin duda las propiedades purificadoras de aquellas aguas termales representaban un tesoro digno de los más importantes príncipes. Una vez limpio y fortalecido volví a equiparme con mi indumentaria y acudí sin más dilación al gran salón.

Durante el trayecto tuve tiempo de reflexionar sobre las palabras de Athariel, no podía evitar encontrar en todas ellas una gran salpicadura de pesimismo. Había algo que no terminaba de gustarme...

Odio la actitud derrotista.

-Ya estoy aquí. – Comuniqué amablemente, disculpándome por la posible demora. Mi aspecto y porte eran inmaculados.

Aún no era consciente de las consecuencias, ni de si sería capaz de soportar el peso que recaería sobre mis hombros, si en verdad era el último de los Judicatores... Más no había sido entrenado para aceptar la derrota. Prueba de ello era mi propio resurgimiento.

¿Acaso él lo haría?

Tomé asiento con formalidad, ansioso de que el banquete diera comienzo, el olor no hacía sino aumentar mi voraz apetito.

-¿Qué queríais decir con que tal vez no pueda volver a hablar con vos? – La pregunta fue directa, era el momento de dar la cara, las preguntas no podían ser evitadas por más tiempo. Necesitaba oír todas sus respuestas.

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27/02/2014, 17:49
Athatriel

-Toma asiento, Levistus.

Era una mesa enorme en medio de un salón que hacía milenios que no se usaba para recibir visita alguna. La guardiana de palacio que había acompañado a Levistus se mantuvo a unos tres metros detras de él, había otra a la entrada, ambas ahora quietas como estatuas.

-Los tiempos en que el rey demonio permanecía ageno al conflicto mientras solo creaba nuevas razas del caos en su busqueda de la perfección han terminado. Él en persona a hecho el llamamiento a sus generales y ha movilizado a las legiones, todos sus hijos debemos elegir entre responder a ese llamamiento, o morir.

No soy tan importante como para llamar su atención, pero si se diera el caso, puede que yo tambien sea tu enemigo eventualmente, Levistus. Solo los seres del caos que se unieron a la Orden de Kadmon se les permitió romper ese vinculo.

Athatriel era un aliado de Levistus, pero era un demonio al fin y al cabo, si el rey demonio le requería para algo, debía aceptar, o morir. No es que la fortaleza de Agathion fuera totalmente desconocida, al igual que el propio Athatriel.

-Mis guardianas han percibido el rastro de energía de los hijos del arcangel Yaveh en ti. Eso quiere decir que fue uno de ellos el que te ayudó a regresar ¿no es asi?.

Athatriel miró hacia una de tantas pinturas que adornaban la sala. Pinturas que representaban echos sucedidos en todo el universo, los hijos del Errante parecían en una de ellas.

-El Errante es uno de los pocos arcangeles que ha perseguido a traves de todo el universo la sabiduria de Kadmon, de ahí su apodo, poco ha sido lo que ha creado, pero entre sus creaciones está esa singular raza mortal, fragil pero con un potencial desconocido. De haber alcanzado el desarrollo necesario hubisen sido un poderoso aliado para las fuerzas del orden, puede que ese haya sido uno de los motivos por los que han sido destruidos.

Ahora necesitas aliados que no rindan cuentas a ningun bando o esten directa o indirectamente en contra de la iniciativa del rey demonio, no son pocas las razas que secretamente estan en su contra. Los humanos pueden ser un comienzo, pero cuidado, poseen libre albedrío, carecen de lealtad mas que a si mismos, eso los hace peligrosos y traicioneros. Si les demuestras que luchas pos su causa, puede que te ayuden.

Luego se acordó de Justitia, que a pesar de ser una angel del orden, gozaba del reconocimiento de Athatriel, ella y su hijo habían sido la mejor pareja de Jusdicatores de la que tenía constancia y se enorgullecía de ello.

-Es previsible que Justitia, haya perecido, pero solo una arcangel puede confirmarte eso, su madre Jubileus "la reina de los siete rostros". Puede que ella aun te reconozca y pueda confirmarte el destino de su hija, merece la pena asegurarse.

Athatriel alzó la diestra y realizó una invocación, formó un pentagrama del que sacó uno de tantos tomos que había en la biblioteca del palacio. Pasó las paginas hasta que encontro la parte donde aparecía Justitia "la inquebrantable" la compañera Judicatora de Levistus "el escriba".

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27/02/2014, 21:03
Levistus

-Ya veo... – Su planteamiento era correcto, para mi desazón. Verdaderamente puede que no hubiera caído en la cuenta de aquel detalle si no hubiera sido por sus palabras. Entendí que mi ausencia prolongada en este mundo complicaba mi entendimiento del mismo hasta límites insospechados.

Los cambios habían sido muchos...

-Tiene poder para eso. – Lamenté con un prolongado suspiro. Evidentemente comprendía que no podríamos hacerle frente si se presentaba personalmente en el campo de batalla o incluso si se limitaba a comandar a sus generales. Aquello sería para él un juego de táctica no muy diferente al ajedrez.

En ese caso mi padre podía convertirse en un simple peón del tablero. Ni siquiera tenía poder para tumbar esa pieza, entonces cómo ganar la partida si tras él se encontraban además torres, alfiles y caballos...

-¿Sabéis ya cuál será vuestra decisión llegado el momento? – Preguntó cómo lo haría alguien interesado en el porvenir de una criatura a la que aprecia y con la que comparte una amistad, no por cuestiones estratégicas.

Athariel era considerado una criatura de abundante sabiduría, algo que muchos de nuestros congéneres subestimaban pero que, sin duda, resultaba más valioso que la fuerza bruta y las habilidades de combate...

La fuerza de la sangre, acuerdos, leyes y tratados milenarios por los cuales debían aceptar, si querían tener opciones debían conocerlos a la perfección y jugar al mismo juego. Habría que estudiar la letra pequeña y bordear la legalidad, utilizar todo eso en contra de quién lo inventó...

En definitiva, encontrar una alternativa oculta que velara por su causa. Yo creía en sus posibilidades, incluso accedería a ayudarle en esa búsqueda, sabía que sería capaz de encontrar una salida. Seguro que ya había pensado en algo.

Por mi mente nunca paseaba la opción de combatir directamente contra él.

-Así es, un humano me ha rescatado. – Desconocía cualquier cosa relacionada con ellos, salvo lo más básico, de hecho era algo que había dejado pendiente y esperaba cumplir ampliamente cuando regresara junto a Marco.

Asentí con un gesto de cabeza. Por el momento agradecí la información facilitada, así como sus consejos. Estaba claro que no podía confiar plenamente en todos ellos. Eso era algo que se tendrían que ganar.

Entonces oí su nombre. La cara de la moneda en la cual yo representaba la cruz. Un ser que representaba demasiadas cosas para mí y cuya ausencia entristecía cualquier situación, por increíble que esta fuera.

Cerré los ojos, como queriendo evitar la contemplación de la ilustración de aquel libro recién invocado, pues ese acto podía causarme gran pesar. Me obligué a ser fuerte, de una u otra forma debía de sacar fuerzas de aquel recuerdo. Aunque la realidad resultara tormentosa.

-Sí, es algo de lo que necesito estar seguro. - Reaccioné nuevamente, de improviso.

Su ausencia era algo con lo que ya había contado, así que cualquier cosa que me encontrara no podía resultar peor. Como mínimo el viaje serviría para honrar a su memoria y para avanzar en la búsqueda de aliados.

Puede que yo fuera el único demonio libre del vínculo con el Rey Demonio, así que si quería encontrar aliados, debía de encontrarlos en el otro bando.

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28/02/2014, 03:02
Athatriel

Athatriel, miró a los ojos a su hijo.

-Como hijo del caos, le debo lealtad y si me requiere para la lucha justa contra las fuerzas del orden, entonces acudiré. Pero si sus designios van en contra del equilibrio establecido por Kadmon, entonces da igual que opción elija, la muerte será mi destino o el de todos.

En otras palabras, si le desobedecía moriría por su mano, si le obedecía y contribuía a romper el pacto mas sagrado y antiguo de todos, terminarían por morir todos. Es decir, no daría caza a Levistus si se lo ordenaban, lo que significaría su muerte. En cualquier caso no había muestra de temor o arrepentimeinto alguno en Athatriel, era un demonio que abrazaba la los principios de Kadmon, el equilibrio era mas impotante que su propia vida y asi lo aceptaba. De lo contrario no habría acojido a Levistus, ni tampoco le habría creado.

Athatriel volvió a pasar paginas de aquel tomo hasta que encontró una de sus ilustraciones principales, la cual mostró a Levistus.

-Esa es Jubileus, una poderosa arcangel que vive en el reino de Arcadia, en la basilica de Cuthberr. Te proporcionaré la dirección en tu pergamino de portales para que puedas ir directo.

Recuerda, Levistus, desconozco cual es exactamente la postura de los seres del orden respecto a esta situación, nisiquiera tienen porque tener una opinión conjunta. Puede que para ellos tambien hayas perdido tu posición como Judicator, aunque es poco probable.

Jubileus es una arcangel, de las mas poderosas, dirigete a ella con respeto y puede que te ayude, los altos seres del orden no suelen ser tolerantes con las criaturas del caos, incluso tratandose de un Judicator.

Puede que incluso culpara a Levistus por no hacer nada a pesar de seguir con vida, no tenía porque entender su situación, o si. Levistus debía ir preaparado para cualquier cosa.

-Tambien debes permanecer alerta, es muy probable que el rey demonio haya dispuesto "sabuesos" para dar caza a posibles supervivientes de la orden de Kadmon, puede que haya demonios tras tu cabeza, o incluso la mia si saben de nuestra colaboración.

¿Hay algo mas que desees consultarme?.

Aguardó, sereno, no había pasado por alto la reacción de Levistus al mencionar a Justitia, por eso le había dado los detalles de Jubileus.

Notas de juego

Pergamino de portales: Recuerda, solo puedes ir con un portal a un sitio en el que hayas estado antes. Por ejemplo: puedes volver directo a donde estaban con Marco porque ya has estado ahí. Pero en este caso, nunca has estado en esa basilica, asi que Athatriel te actualiza tu pergamino de portales para que puedas ir como si ya hubieras estado. Digamos que es uno de los pocos que tiene ese poder y muchas localizaciones que un demonio no suele tener.

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28/02/2014, 15:32
Levistus

-Si es la mitad de virtuosa que su hija, me daré por satisfecho. – Expuse con tono bromista. Estaba acostumbrado a lidiar con todo tipo de seres, más no sabía ya que debía esperar de aquella turbulenta época. No sentiría temor alguno por presentarme ante nadie, aunque mis credenciales se vieran relegadas a la censura.

Sea como fuere, si Jubileus me daba también la espalda, estaba decidido a continuar apoyando a los humanos en solitario.

-Por el momento ya me habéis dado más de lo que puedo pagaros... – Su acogida, su tiempo, su sabiduría... Todo ello me había ayudado a atisbar los cambios en el universo que yo conocía y a encontrar mi lugar entre ellos.

-No quiero poneros en peligro. – Informé mientras memorizaba las coordenadas de la basílica de Cuthberr, luego asentí en señal de aceptación hacia los  consejos allí aportados.

Entendía que era de vital importancia que nadie descubriera mi propio paradero, ni siquiera mi reciente despertar. Si conseguía permanecer oculto a ojos de mis enemigos, tendría un poco más de ventaja, evitando que se me echaran encima.

-Comprobaré una última cosa en la biblioteca y luego partiré de inmediato. – Tenía interés en saber si el arma que portaba el humano estaba registrada en los libros, tal vez encontrara información útil al respecto, tal vez fuera una nueva clave para la guerra o tal vez fuera una simple reliquia sentimental e inútil, debía comprobarlo.

También debía echar un ojo a las Leyes involucradas en este conflicto, como siempre, en busca de algún resquicio legal del que pudiera sacar ventaja.

No podía dejar nada al azar y aunque tenía la certeza de que podría utilizar aquel lugar como si de mi hogar se tratara, prefería estar preparado ante el encuentro que llevaría a cabo a continuación.

-Espero que volvamos a encontrarnos en circunstancias más favorables. – Aquello podía ser nuestra despedida, mi tono se vio teñido por un ligero aire de melancolía. A partir de ahora sabía que solo intentaría acudir a él cuando no quedara otra alternativa.