Partida Rol por web

Estas realmente impactado.  Te das cuenta que ya ha oscurecido y que la luz del sol se ha ido, la mujer con la cara quemada se desordena el pelo. No sabes exactamente cuanto tiempo ha pasado, no sentiste que hayas dormido mucho. De repente escuchas esto.

Señores, estamos a punto de aterrizar en el aeropuerto Internacional José Martí  de Cuba, por favor manténganse sentados y con el cinturón de seguridad.

¿cuba?...

 Cuando la puerta se abre  puedes sentir el clima cálido y el ambiente salino. Bajas del avión con inseguridad mirando a todas partes. Jose te dice que aún no ha terminado el viaje, lo cual te impresiona. Toma de la mano a Clau (cómo si fuera una niña) y caminan hasta otro sector del aeropuerto: el helipuerto.

Un helicóptero los está esperando. Te subes con un poco de precausión al mismo, y te sigue Jose, y Clau. Mientras te pones cómodo te preguntas, porque tanto viaje, ¿Dónde quedará ese tal centro?. Las aspas del helicóptero comienzan a moverse, y el hombre gordo, los asegura a ambos en la silla, y cierra la puerta. Te concentras en el sonido de las aspas que prácticamente no deja escuchar nada más... te sientes tan cansado.

El aparato se eleva y puedes ver de repente el mar negro  desde las alturas, las olas haciendo espuma en cada vaivén, y el olor a sal que inunda el ambiente. No puedes dejar de pensar donde es que se encuentra ese sitio. Ves pequeñas islas iluminadas y otras oscuras e impenetrables desde arriba. El helicóptero hace una curva y en ese momento la vez.

¿una isla pequeña?, ¿el centro está en una isla?. Una imagen mental se te construye en la mente,  recuerdas la cárcel donde los reos no podían escapar... sientes miedo.

El helicóptero ateriza en un sector costero de la misma. No es muy grande, piensas.

Llegamos.  Digo al bajar del helicoptero. Siganme por favor, el médico los está esperando.

Caminas  fijándote en cada detalle, estas muy nervioso.

El camino está iluminado con bonitos faroles, y está decorado de manera sobria.  Pueden escuchar los grillos y otros insectos de la noche. Pasan por un pequeño puente  del que cruza un riachuelo pequeño y desde ahí se puede ver una estructura arquitectónica.

Al fondo en letras hermosas dice.

Centro de tratamiento Fenicia.

Phoenicia Treatment Center

Centre de traitement Phoenicia

La gran casa  de color blanco los espera, no tiene un estilo definido, parece una combinación de todo.

Caminan por el corredor y  entran al edificio. Un escritorio largo es lo primero que ven. Las palabras “recepción” están escritas en varios idiomas.

Una hermosa secretaria los espera, y los saluda.

Todo es muy limpio, muy luminoso, demasiado abierto. Me ajusto la capucha intentando ocultar un poco mi rostro, aunque no oculto demasiado hay demasiada luz

Nos recibe una mujer hermosa, es demasiado y desvio la mirada incomodo.

Permanezco en silencio a menos que me digan algo y asiento en silencio a la mujer dejando la maleta donde me dice y pasando a ver al doctor

Pese a todo empiezo a tener mucha curiosidad sobre este doctor, nunca habia oido nada como lo de este centro

Jose!, que bueno verte... buenas noches. Saludo a los dos pacientes que llegan nuevos, trato de evitar reaccionar frente a la presencua de ambos.¿ellos son los pacientes del programa?, bien,  Bienvenidos al Centro Fenicia, soy Margaret, recepcionista del centro.

Veo que José me pasa en un papel sus nombres, en realidad cuando llegan así, no tenemos datos anteriores.

¿la señorita C y el señor E?

Veo que ambos me miran extraño por llamarlos por las letras por las cuales comienzan sus nombres, pero, todos lo hacen. Terminan asintiendo. La idea de la confidencialidad es importante en este centro.

Un momento .  Tomo el citófono  y digo al escuchar al doctor desde la otra línea: Doctor el señora c y el señor E llegaron... pacientes del programa. Escucho su respuesta afirmativa y miro a los dos hombres. Puede pasar, el doctor Linus los estará esperando, atenderá primero a uno y despues a otro,  no se preocupen, pueden dejar las maletas acá, estarán seguras.

Pasare primero a Clau, Everet, con ella no se demorará mucho. Digo mientras camino por el corredor que hay al consultorio.  Lo hago sentar en una silla cercana.

Ves como un hombre de bata recibe a la mujer y  cierra la puerta. Notaste como la observo bien, antes de que entrara a la consulta. Te miró de reojo, no mostró ninguna señal de rechazo. Pasan Diez minutos, y así como dijo Jose, no demoró casi con ella. Abre la puerta y le hace una señal a Jose, quien te invita a pasar.

Después de tantos años en la labor he aprendido que nunca se debe ser muy experto en todos los casos, uno nunca sabe, que puede aparecer, y a veces uno se lleva sorpresas.

Mmm veamos, que tenemos aquí. Un Samedi, por este sector hay muchos de ellos, este parece deprimido, se esconde.. Me concentro y veo su aura

Nuestro paciente sin lugar a dudas ha vivido entre la miseria, nunca me arrepentire del programa de apoyo aquellos menos favorecidos. Tiene miedo, y dolor. Parece odiarse... sí, hay odio, e ira.... resentimiento..

Buenas noches. Les digo de manera cordial   siga por favor.  Le señalo el interior de mi consultorio.

El consultorio del psiquiatra es un  espacio amplio pintado con colores claros. El espacio se puede dividir en dos partes, la primera parte un escritorio de fina madera con múltiples papeles ubicados de manera ordenada. Al fondo de este una pared con varios diplomas y títulos profesionales.

La segunda parte es una especie de sala cómoda con sillones mullidos de cuero. El espacio en si hace respirar algo de tranquilidad.

Notan que tiene dos puertas, una de entrada, y otra que conecta algún otro sitio.

Te sientas en el sofá cómodo mientras sientes un momento de tensión y nerviosismo propio de estar frente a un especialista.

Buenas noches, soy el Doctor Marcus Linus, soy psiquiatra y terapeuta, y además el dueño del centro, mi misión es ayudarte a superar las dificultades que tienen en estos momentos. Lo miro  tratando de que se sienta cómodos. Me gustaría saber un poco sobre tí para conocerte.

la amabilidad del doctor me incomoda, como este sitio, es como si yo no fuera yo

-¿sobre mi?- la pregunta me descoloca, ¿cuando fue a última vez que alguien me pregunto algo así? pero es lo que se debe esperar de un psiquiatra

-bueno, soy un samedi, un zombie, yo...- me remuevo incomodo en el asiento, no se que decir, aunque me gustaría decirle tantas cosas

-soy un ser horrible, he hecho cosas terribles, no debería seguir viviendo pero.. pero no me atrevo a acabar con mi vida- tras confesar esto me siento incomodo y le observo con ansiedad esperando su rechazo

Lo miro de manera calma. Entiendo, siento el hecho que no le guste su apariencia, supongo que con lo que me has dicho has tratado de suicidarte, ¿cómo lo has intentado?, ¿hace cuanto estas así?. Necesito que hable para hacer el examen mental.

 No se si me gusta o me incomoda que reaccione con tanta calma, supongo que las dos cosas. Decido que ya que he llegado hasta aquí será mejor continuar

-yo, intento quedarme al sol, cuando llega el nuevo día-  no se si extenderme mas con los detalles, decido que no y continuo con su otra pregunta

-¿Así? me abrazaron a principios del siglo XX, no se quien. Me abrazo y me tiro al agua del puerto- recuerdo esto con rabia, no tengo ninguna pista de quien fue mi sire, eso me hace odiarlo mas

Hace mucho. Lo miro con preocupación, evidentemente los vampiros siempre causan dolor, y más cuando no se hacen cargo de sus chiquillos, en si es un samedi, en apariencia, pero realmente es un sin clan, un desterrado...

Bueno, supongo que si viniste aquí es por que deseas ayuda.... o un cambio. Le hablo con respeto. En realidad, esto va ser un proceso entre los dos, yo tratare de ayudarte, pero tu tendrás que ayudarte a ti mismo, entre ambos decidiremos, sí mejoras, donde podrías volver a futuro... Miro el citófono... dame un momento.

Tomo el citófono y hablo. María, el paciente de la habitación 5, pronto irá para allá. Cuelgo y continúo.

El centro tienen algunas normas importantes, Aquí no hay distinción de clanes o sectas, no hay diferencias, ni privilegios. Tampoco usamos apellidos, en realidad, desde ahora  se dirigirá a los otros por su nombre, una política que tenemos es la confidencialidad, aquí todos somos iguales.

Asistirá a las actividades programadas, tomará los medicamentos que se le suministren, y adicionalmente, tendrá en cuenta las recomendaciones del personal. Lo miro. Los enfermeros y enfermeras están acá para apoyar su proceso de recuperación, pero no son criados. Se deben tratar con respeto.

La alimentación se la dará el centro, es vitae de un banco de sangre, y garantizo que no contiene nada que le perjudique.   En el sector común habrá sangre fresca que podrá tomar cuantas veces quiera.

Está prohibido cazar dentro del establecimiento. Así mismo están prohibidas las peleas entre los internos, o las agresiones al personal de apoyo.

No se permite el consumo de alcohol o de otras sustancias psicoactivas. Tampoco se permiten armas de algún tipo.

Podre tomar acciones disciplinarias sí se rompen alguna de las reglas. Lo miro a los ojos.

¿entiende las normas?

Sigo dudando porque vine aquí realmente, pero atiendo cuando me dice sus normas.

Casi ni recuerdo mi apellido, no lo uso desde que era un mortal, no tendré problema con eso, ni tampoco con no fijarme en clanes o sectas, hace tiempo que me desvincule del sabbat.

Me hace gracia que me diga que no use al personal como criados y entonces caigo en que lo que me cuenta es una formula hecha para todos los internos, lo que hace que me relaje un poco mas, solo soy un paciente, no un bicho raro, a saber que mas habrá aquí dentro.

Asiento al resto de reglas sin problemas, no cazar, no peleas, no drogas. Drogas, en mis tiempos en la manada probé unas cuantas, queda tan lejos ahora

Apenas tengo tiempo de recordar porque ya acaba la charla y me pregunta si he entendido las normas

-si, no hay problema-

Parece que ya hemos acabado, miro hacia la puerta y le pregunto -¿entonces yo soy el paciente de la habitación 5?-

Me levanto. Everett, deseo que estés cómodo, ¿entiendes?, sigue por aquí. (le abro la puerta lateral que es distinta a la que entro). Te darán una medicación leve,  estamos comenzando la noche, pero bien puedes acostarte a dormir, más tarde podrás conocer el resto del centro.

Abro  la puerta y veo que Julio pasa por ahí..

Julio, Everett va para la habitación 5, por favor guíalo...¿Clau ya quedo instalada?

Miro al nuevo paciente, después de años en este oficio ya no me sorprende las apariencias, aunque, debo aceptar que este hombre impresiona. Sí doctor,  en la 11 como usted dijo... observo al paciente, señor soy Orlando de enfermería, sígame por favor.

Caminan poco, pasan por un corredor a la izquierda, y la habitación queda también al mismo lado. Orlando te abre la misma, y puedes ver que la maleta ya está puesta encima de la cama.

Es un espacio 5*4 tiene un escritorio, una mesa de noche, una lavamanos empotrado en la pared (hay un espejo pequeño). Tiene un buen  armario para guardar las cosas, y está bien iluminado.

Notas que no tiene ventanas, ni ducha.

Vendre en unos minutos, póngase cómodo. Digo al verlo entrar.

Me quedo en el marco de la puerta mirando la habitación, la falta de ventanas no me importa en lo mas mínimo, es mejor así para cualquier vampiro, pero hay demasiada luz, e incluso un espejo

Mi primer impulso es entrar y romperlo rápidamente, pero aun estoy algo impresionado por toda la novedad de este lugar y me contengo, espero en la puerta a que vuelva el guardia "¿Orlando?" para pedirle que lo quite, y que apaguen algunas luces, no necesito luz