Partida Rol por web

Cuando caminas, pasas por esa oficina con una enfermera recepcionista, que conduce a la puerta del consultorio. La enfermera te hace una señal para que entres, y al abrir la puerta encuentras el mismo espacio de siempre. Miras todo con tedio y al fondo encuentras al psiquiatra quien esta escribiendo en unos documentos.

Escucho que abren la puerta mientras escribo las evoluciones del caso anterior, miro a Julio, está muy molesto. Sabía que sería un caso dificil. Buenas noches señor Julio. Me levanto del escritorio y le hago una señal para que se siente en el sofa.

 Me acerco a su mesa y, haciendo en principio caso omiso de su oferta del sofá, le digo:

 - Buenas noches, Doc. - Enfatizo "Doc" con algo de sorna en la voz - Antes de continuar con esto tengo una pregunta para usted ¿Cuanto tiempo se supone que tengo que estar aquí dentro?

 Hago una pequeña pausa para ver su reacción y, antes que consiga soltarme alguna obviedad, apoyo mis manos en su mesa y continúo diciendo:

 - Ya sé que me dirá que depende de la evolución de mi caso y más zarandajas de esas que le permiten a la gente como usted evadir preguntas directas. Por favor, ahorreselo. Quiero que me hable con franqueza y me diga cuales son sus espectativas respecto a "mi caso". Por que ya he visto la fauna que corre por aquí y, la verdad, los hay realmente tarados y... con todo respeto... o incluso sin él... pero están a años luz de mi.

Podía proveer esta pregunta desde hace mucho, así que sonrío y sentándome cómodamente le digo de manera totalmente sincera. No sé cuánto tiempo dure señor Julio, lo miro de frente, usted cuando ingreso, estuvo de acuerdo que sería yo quien decidiera su tiempo de permanencia, y eso solo dependerá de usted señor, y que yo vea que está avanzando.... no hay tiempos establecidos.

 - ¿Lo ve? A eso me refería. - Le respondo indignado - No es capaz de hablar con franqueza y decirme exactamente lo que piensa de mi "caso". Sólo actúa con evasivas. Como si fuera usted un cazador que ha preparado una trampa y yo la presa que deba caer en ella.

 Me yergo con altanería.

 - Cuando entré aquí no podía imaginar la magnitud de los problemas de los aquí internados. Esto es un auténtico manicomio... y yo sólo sufrí una crisis que quizá no vuelva a repetirse. ¿Soy yo el único que ve la diferencia?

 Señalo al doctor para decirle:

 - O usted cree que mi "caso" es más grave de lo que yo mismo creo o aquí alguien está cometiendo un error que no quiere reconocer. Si eso es así, le exijo que me explique con pelos y señales qué es lo que usted cree que me sucede. Qué es lo que justifica verme encerrado con ese atajo de locos. Ya somos mayorcitos, ¿no cree? Hablemos claro entonces.

Señor Julio, usted se nota muy exigente en relación al centro, a lo que quiere y a lo que no quiere. Sonrio, usted pide honestidad,  ¿no es cierto?, pues  en cierta forma  es lo que yo también le estoy pidiendo, yo siento que usted no ha sido del todo honesto con migo, es más parece que me esta ocultando algo. No suelo hacer confortaciones de este tipo, pero Julio parece que la pide a gritos,  su actitud de yo soy mejor de los demás es algo que francamente puede sacar de quisio a cualquiera.

Cuando el médico dice eso, sientes un corrientazo en todo tu ser, en realidad es algo de lo cual no quieres hablar ni estas dispuesto, y menos a ese hombre.... ¿quién es acaso?. Sientes algo de furia recorrer por tu interior, te sientes confrontado, y sientes que este hombre es más peligroso de lo que pensaste.

 Una irreprimible mueca de desprecio se dibuja en mi cara.

 - ¿Cómo se atreve a acusarme de poca sinceridad usted? Le recuerdo que no ha sido capaz de mostrar el más mínimo atisbo de sinceridad por su parte. Todo lo que ha dicho son evasivas.

 - Maldito loquero aficionado - Pienso con incontenible desprecio - Se cree que con sus tretas de circo puede tratar de engañar a un gran artista como yo.

 Le doy la espalda y me dirijo a la salida.

Mientras observo cómo se levanta y se va, lamento haber sido tan directo con él dado que es difícil acomodarme con un paciente que cuestiona todo, y adicionalmente que oculta que tiene un problema, pero estoy seguro que tendremos tiempo de hablar. Mi experiencia me hace saber que no me equivoco, hace mucho que camino entre los no vivos. Está furioso, porque esa confortación le ha dolido, signo claro de que di en el blanco.

Señor Julio. Le digo de manera calmada. Puede retirarse sí lo desea, pero recuerde,  que estaré aquí sí lo necesita, se que está furioso, pero la única forma de que usted se cure, es enfrentarse a sus propios demonios, y eso deberá hacerlo, lo quiera o no.

Comencé mal con este paciente, pero espero buscar la forma de terminar bien.

Sin mirar al médico, sales por esa puerta furioso.