Partida Rol por web

Subes a la planta superior, siguiendo al matrimonio que te ha hecho cruzar de norte a sur toda la nación y quetanto te ha decepcionado.

Una vez allí se dirigen hacia la habitación que está junto a su dormitorio y llaman suavemente: Isabella, sal, tenemos que irnos.

Puedes notar que Hannah se queda atrás, con una expresión entre de disconformidad y de miedo.

Tras unos momentos de incertidumbre, se abre lentamente la puerta de la habitación. De ella sale una mujer joven, aunque vestida casi como una niña y que con una voz infantil y con un leve temblor, pregunta:

¿Que pasa, donde está Alexandra?

No debería ser yo quien se dirija a esa chica, sea quien sea. No me conoce y yo ni siquiera soy el dueño de casa. Esto es algo de lo que debería ocuparse Isaac. Además no encuentro muy tranquilizador decirle "la loca de tu novia quiere matarnos a todos".

Aprovecho entonces ese momento en que dejo a Isaac que se encargue de la situación, para acercarme a Hannah. Me llama la atención su comportamiento. Le hablo al oído.

_¿Quieres decirme qué es a lo que le temes?

Del vistazo rápido del libro, deduces que habla de una deidad de la fertilidad llamada Nebhrot y que podía conceder tanto la vida eterna como la fertilidad de mujeres estériles.

Para enterarte de algo más, deberías leer el libro con calma (lo que implica bastante tiempo, alrededor de un mes).

Estaba claro que no podía sacar mucho más en claro de todo aquello y si podía, no estaba seguro de querer. Todo lo que había descubierto le aterrorizaba de forma profunda, estaba comenzando a creer que su cabeza no funcionaba con claridad. Estaban siendo demasiadas emociones fuertes en un corto lapso de tiempo. Eso le estaba afectando de forma profunda, no había ninguna duda de ello.

Dejó el libro en la misma estantería donde estaba y suspiró. Había perdido la noción del tiempo, pero no estaba seguro de cuanto tiempo había podido pasar desde que él se encerrara allí. Pero si estaba seguro de una cosa, Joseph estaba tardando mucho tiempo. Por eso y siempre con su revolver listo se decidió a salir de la biblioteca y volver a la estancia donde habían dejado a Isaac y suponía que Joseph debía estar.

Tras un breve instante de vacilación, Hannah empieza a hablarte. PUedes notar que se esetá vaciando el alma y que realmente necesitaba este desahogo:

Joseph, perdónanos. Te hemos hecho atravesar todo el pais y después no has tenido ni una respuesta.  - mira de reojo a su marido, que le hace gestos de que va a entrar en el cuarto con Isabella y cuando ambos desaparecen, sigue hablando - No sé que le pasa a Isaac, es otra persona a la que conocías. Desde que estamos aquí, anda como distraido, obsesionado con su herencia familiar.

Su prima Alexandra es una mujer casquívana y decadente y la relación con esa pobre muchacha es enfermiza. Además, me parece que oculta algo y que trata de separarnos a Isaac y a mí. Isaac pasa las horas muertas encerrado en su estudio, entre esos libracos y haciendo cuentas para rescatar la hacienda.

Gullah es totalmente fanático de la familia y estoy segura que sería capaz de hacer cualquier cosa por protegerlos. Estoy totalmente perdida, no sé que hacer y si conseguís que nos vayamos de aquí, os estaré eternamente agradecida.

Joseph se ablandó un poco al escuchar las palabras de Hannah. Si bien seguía enojado, tanto como médico como como amigo podía sentir sinceridad y dolor en sus palabras. Una amistad de tantos años no podía tirarse a la basura, aunque una vez que estuvieran a salvo tendrían una larga charla.

_Quédate tranquila, Hannah, ya nos estamos yendo, espero que para nunca más volver.

La tomó por las manos y le dio un afectuoso apretón.

_Pero ahora me gustaría saber por qué vi miedo en tu rostro. ¿Le tienes miedo a esa niña?

Oh no, no me malentiendas - se apresura a contestar - Isabella es la criatura más pacífica que he conocido. Solo la veo enfadada cuando piensa que están alejando a Alexandra de su lado. Lo único que ocurre es que me parece una relación totalmente inapropiada y enfermiza y por eso no quiero ni acercarme a ella. Procuro casi ignorar su existencia en la medida de lo posible.

_Entiendo. Bueno, tranquila, pronto no tendrás que volver a verla. Ahora con permiso, iré a ver por qué aún no han salido.

A Joseph el lesbianismo no le molestaba. Como psiquiatra tenía acceso a muchos relatos al respecto, y sabía que era mucho más normal de lo que el común de la gente sospechaba. Y ni hablar de lo placentero que resultaba una práctica de lesbianismo en la misma cama en la que estaba uno. Pero todo aquello era mejor no compartirlo con Hannah. Se acercó entonces a la puerta y golpeó.

_¿Todo listo, Isaac? Debemos irnos.

Tu amigo sale de la habitación, mientras puedes oir sollozos provenientes de la misma:

Un momento, Isabella está preparando una maleta.

Una vez que Isabella ha preparado un pequeño maletín con unas pocas pertenencias, bajáis a la planta de abajo y os dirigís a la cocina. Allí está Gullah, que ha recogido un poco de comida y un maletín con unas prendas.

Os preguntáis donde está Mike, pero en esas, éste aparece y se reune con vosotros.

Una vez todos reunidos, ya no había nada que los mantuviera en ese lugar.

_¿Gullah, podrías por favor traer mi maleta y la del Sr. Sullivan? Ya están preparadas, con eso ya podemos irnos de aquí.

Joseph no quería separarse de sus amigos y además aún tenía que hablar con Mike, a quien le dirigió una mirada inquisidora.

Salió de entre las sombras, caminaba a paso lento, incluso dubitativo. En su frente se podía notar el sudor que surcaba por allí fruto de toda la tensión que había reinado en aquella noche. Respiró cansado, más por el cansancio mental que por el cansancio físico. Su mano estaba escondida dentro de la chaqueta, sobre el arma que había tomado. Aferrándola con nervios.

- Joseph, les prometí que iría, di mi palabra. No podemos dejar tirados a todos ellos... - maldita la gana que tenía de ir, maldita la gana de seguir por allí y maldita la gana que tenía de seguir viviendo en aquellos momentos. Sin duda aquella estaba siendo la peor noche de su vida.

_¿Les prometiste que irías? ¿De qué estás hab...? Oh.

Joseph ni se había acordado de los detectives. Una cosa era quedarse y arriesgar la vida por sus amigos y otra muy distinta era hacerlo por esos extraños, que para colmo se daban aires. Para darse aires ya estaba él mismo.

Miró a quienes estaban con él, luego al piso, mientras buscaba algún buen motivo para no alejarse de allí de una vez y para siempre. No la encontró, pero tampoco era momento para ponerse a discutir con Mike.

_Iremos con los coches en dirección a donde los viste por última vez. Si los vemos haremos que se suban, pero si ya no están, seguiremos nuestro camino. No tiene sentido buscarlos en medio de la noche si ni siquiera sabemos dónde están. Y primero pasaremos por donde dejamos el cuerpo de Emily. Si sigue allí lo llevaremos, y si no seguiremos nuestro camino. ¿De acuerdo?

Se mantuvo un rato en silencio dudando entre ir o no. El profesor se debatía entre su lógica, su miedo y su palabra. Cada cosa le orientaba hacia algún lado, aquella noche iba a acabar con él. No tenía la menor duda de eso. Sus nervios afloraban, su cordura empezaba a flaquear y cada cuestión que le comenzaban a plantear le resultaba más problemática y confusa. - La última vez que les vi, estaban dentro... si queremos verles habrá que entrar. - Murmuró arrepintiéndose de cada palabra.

Tras eso finalmente asintió la idea de Joseph era razonable, aquello les sobrepasaba, tenderían la ayuda que pudieran. Recuperarían a Emily y rezarían porque hubiera policía cerca para que pudiera ayudarles. Respiró despacio intentando recomponerse un poco y finalmente dijo - No hay tiempo que perder entonces. - Dijo finalmente con todo el aplomo con el que fue capaz.

Joseph asintió con la cabeza. La idea de volver a entrar al mausoleo no le gustaba en absoluto, pero no era momento de preocuparse por ello. Mike estaba aterrado, hasta el momento de llegar al lugar era posible que recapacitara, o que los detectives ya no estuvieran allí.

_Bien.

Como no quería hablar delante de todos acerca del estudio de Isaac, simplemente le hizo un gesto con la cabeza a Mike en esa dirección, como una forma de preguntarle si había hallado algo. Miró también de reojo a Gullah para ver qué pasaba con las valijas.