¡Mike! ¡Emily! ¡Sr.Butler! ¿Dónde estáis?
El paso de la pareja por entre el lodo y el barro era patética, pero la certeza de que ese maldito mausoleo y sus infames inquilinos estaban a pocos minutos de su espalda les daba fuerzas para continuar.
¡Emily! ¡Mike! ¡Necesitamos ayuda!
Hola,
necesito una tirada de Escuchar.
Un saludo.
Os parecerá mentira, pero...
Necesito que me hagáis una tirada de escuchar.
Un saludo.
En la primera tirada me he equivocado. La buena és la segunda.
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Resultado: 21
Tirada oculta
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 42-
Resultado: 73 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 65 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 54-
Resultado: 69 (Fracaso)
Milagro! jaja
Tirada oculta
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 1 (Exito)
Puedes escuchar en la lejanía, ruido de coches que proceden de la mansión Butler.
Saliendo brevemente del estupor causado por la muerte de su compañero y amigo Richard, la investigadora se dirige al único compañero que permanece junto a ella:
Creo que oigo ruido de coches por allí - mientras señala en una dirección .
PNJotizado por el Guardian.
¿Coches? –dije sorprendido al escuchar la voz de la mujer. "¡Coches! Estaremos cerca del camino" -Vayamos a ver-.
La cercanía de una posible ayuda infundió ánimos a Nathan para retomar el avance con más energías.
Al aproximaros hacia el ruido, podéis ver como un par de coches vienen en vuestra dirección. Rápidamente, Sheila les hace señales con las manos y estos paran. Una vez detenidos los vehículos, podéis ver como bajan de los mismos vuestros compañeros Jospeh y Mike, además del doctor Butler y su esposa Hannah. En el interior de un vehículo se acierta a ver dos figuras más...
Ya estáis reunidos de nuevo. Vuestro siguiente post que sea para los cuatro: Sheila, Nathan, Joseph y Mike.
Mientras os alejais de la mansión por esos terrenos enfangados, los faros de los coches aciertan a iluminar un par de figuras: son Sheila y Nathan. La investigadora os hace señas y detenéis los coches. Os bajáis tanto vosotros como el doctor Butler y su esposa
Ya estáis reunidos de nuevo. Vuestro siguiente post que sea para los cuatro: Sheila, Nathan, Joseph y Mike.
Se le había hecho larga aquella espera hasta reencontrarse con sus compañeros, demasiado. Le parecía que había pasado una eternidad desde que había salido de aquel horrible mausoleo de pesadilla, pero al fin estaban juntos y reunidos. El escritor se acercó a ambos y con una voz que mezclaba la duda y la alegría dijo. - Nathan, Sheila ¿estáis bien? -
Un hombre educado como él jamás hubiera tratado a ambos sin la debida educación pero la situación no era algo ordinario y el profesor había perdido algunos modales de cortesía por el camino. - ¿Qué ocurrió en el mausoleo? ¿Y Richard? ¿Y la prima? - Tenía muchísimas preguntas sin respuesta, quizás demasiadas y no sabía como afrontarlas. Sus palabras se entremezclaban y hablaba demasiado rápido fruto de los nervios y el alivio de ver a ambos con vida.
Estamos lejos de donde creemos haber dejado el cuerpo de Emily en este momento?
Si, bastante. No tengo los planos aquí y han desaparecido de la escena de mapas, pero estáis bastante lejos.
Nathan se protege los ojos con la mano de la potente luz de los faros de los coches. El tímido paracientífico tiene ahora un aspecto débil y muy vulnerable.
Descubierto de su habitual sombrero y con su larga gabardina abierta y desgarrada, el pelo le cae calado de agua sobre la frente, y su fina constitución parece más bien la de un perro mojado que la de un hombre joven.
Con la otra mano sujeta un pañuelo contra un costado, pero es un esfuerzo inútil. Tanto el pañuelo, como la camisa, como los pantalones están totalmente empapados de sangre.
¡Mike, Joseph! –Grito ahogadamente- ¡Por fin los encontramos! –Me paro unos segundos para recobrar el aliento, con la mirada en el suelo-. Yo… estamos vivos, esto es lo mejor… Sheila está en estado de shock, creo que ha visto algo terrible allá dentro… quiero decir, aun más que nosotros -el joven hace una mueca de dolor y se mira el pañuelo. Es evidente que ya no puede absorber ni una gota más de sangre, pero de todas formas vuelve a cubrir la herida de su costado con el mismo trapito de tela.
Yo… tú ya los vistes Mike ¡ya los vistes! Dime que sí, tú lo sabes igual que nosotros ¿no? Esas cosas estaban muertas y estaban vivas a la vez ¿eh que si? Yo…
Sheila y Richard sacaron sus pistolas y empezaron a disparar allí dentro. Yo me defendí como pude pero no estoy preparado para una situación así. –ahora se ve que Nathan tiene otra herida en el hombro, donde algo desgarró su gabardina, su ropa y su piel.
Alguien mató a la señorita Butler, su cabeza simplemente… lo siento Sr. Butler, pero es que estaba intentando matarnos a todos, esto es una locura.
Yo entonces me fui, me fui corriendo y cuando ya estaba fuera escuché el grito de Sheila. Ella salió en estado de shock de dentro del mausoleo y yo la agarré de la mano y nos fuimos corriendo. De Richard no sé nada.
En el coche se vislumbraban dos personas más, “ojalá sean policías” pensó Nathaniel.
¡Hasta el martes que viene!
Luego de un corto tiempo que se había sentido como horas, lo que parecía imposible sucedió: los autos en marcha y todos alejándose de la casa. Aún faltaba mucho, pero ya estaban más cerca de abandonar ese maldito lugar para siempre y Joseph de volver a su agradable y previsible vida, en la cual ya no habría lugar para varias de las personas con las que había compartido los últimos días.
No habían llegado a moverse mucho cuando se encontraron a Sheila y Nathan. Mike hizo las preguntas obvias, aunque las respuestas no eran demasiado satisfactorias. Nathan estaba bastante herido y, como Mike, hablaba de muertos vivos. Sheila no había hablado, pero al menos parecía estar total o parcialmente recuperada de su shock, pues fue quien hizo las señas para detener a los coches. Ya junto a ellos estaban más cerca de irse, pero aún quedaban algunas cosas por resolver.
_En el otro coche está la familia Buttler, pero no hablen con ellos. Ni una palabra de lo que ocurrió con Alexandra. Si preguntan, ustedes no la han visto; ya habrá tiempo para explicar cuando estemos lejos de aquí. Mike, conduce tú a partir de ahora, yo revisaré al Sr. Rush y a la Srita. O'Connell en el asiento trasero. ¡Al auto, vamos! No es seguro aquí y menos con esta lluvia.
Joseph quería preguntar a la Sheila por su compañero, pero haría eso dentro del auto. No lo diría en voz alta, pero sabía que lo mejor para todos sería que estuviera muerto, para no tener que volver por él.
El profesor universitario consiguió respirar algo más tranquilo al ver que al menos dos de las personas que habían estado con él en el mausoleo estaban vivos. No eran todos, pero dado lo mal que había salido todo aquella noche, casi podía darse con un canto en los dientes. - Vi algo extraño antes por aquí, por las afueras cuando salí del mausoleo. Debemos meternos en los coches rápido y poner tierra de por medio, esto... esto... nos supera. - Negaba de forma repetida, una y otra vez con insistencia tratando de borrar lo que había visto a lo largo de esa noche, al menos de forma temporal.
- Cuando salgamos de este horror podremos ayudar mejor a Sheila, estoy seguro y... Richard... me encantaría ayudarle y buscarle, pero... no me atrevo a ir allí. - El simple pensamiento de tener que volver a adentrarse en aquel lugar en busca del investigador privado le rizó la piel y un frío recorrió su espalda. Era pavor lo que tenía a verse de nuevo en aquella situación.
-¿ Fuisteis capaces de acabar con aquellas cosas? - el tono era de evidente temor, poco a poco Henry se encaminó hacia el coche, al asiento de conductor para hacer lo que Joseph le había pedido. Mientras esperaba que Nathan respondiera a todas sus dudas.
En cuanto estuvieran todos dentro del coche Mike arrancaría para tratar de salir de allí.
Cuando Mike comenta que él ha notado alguna cosa rara por aquí fuera, Nathan pierde la poquita seguridad que había ganado los últimos minutos.
-Ehhh… si, marchémonos rápidamente. Quizás podamos pasar la noche en ese pueblecito que vimos antes de llegar a casa del Sr.Butler. Allí estaremos más seguros y alguien podrá alertar a las autoridades.
Nathan hace una mueca de dolor cuando entra en los asientos traseros del coche. Sin duda la tapicería va a sufrir lo suyo esta noche.
Mike le pregunta al parapsicólogo por los engendros, quiere saber si quedó alguno “con vida”, pero Nathan se encoge de hombros, –alal menos había unouno en pie- tartamudea antes de resoplar de cansancio.
Joseph estaba gratamente sorprendido. Sin discusiones; todos de acuerdo en que debían marcharse de alli. No era que tuvieran demasiadas opciones ni que las otras fueran demasiado tentadoras, pero ese grupo desde el comienzo había mostrado diferencias entre los integrantes y solo una situación de ese calibre parecía poder unirlos.
No le había pasado desapercibido tampoco que Mike había cambiado su postura. Antes hablaba de una promesa que incluía a Richard. Parecía que dos rescates sobre tres posibles alcanzaban para acallar a su conciencia. No era prudente darle oportunidades para arrepentirse, de modo que abrió una puerta trasera para subir al auto.
_En marcha, Mike. Recuerda el camino que debemos hacer para recoger el cuerpo de Emily. Y no nos detendremos en ningún pueblecito de por aquí, nos alejaremos de aquí tanto como nos permitan nuestras fuerzas.