Partida Rol por web

En una fosa poco profunda

Jueves, 10 de junio de 2004. En ruta hacia Jefferson.

Cargando editor
21/01/2021, 11:24
Sue Ellen Watson

¿Viaje de negocios? —preguntó la señora Watson con amabilidad no exenta de su puntito de cotilleo. En su dedo había una alianza matrimonial bastante maltratada, señalando que no se la quitaba nunca o casi nunca. Ella olía bien, azahar o algún otro cítrico con un toque de Jazmín y las plantas eran todas auténticas y estaban bien cuidadas—. ¿Desean alguna de nuestras suites históricas o prefieren una habitación más sencilla?

La señora Watson puso astutatemente ante los agentes las fotos de sus mejores habitaciones: la habitación Blalockla habitación Torransla suite Diamond Bessiela habitación Victorian Parlorla suite Hayes Presidential y la habitación Lady Bird Johnson. Cada habitación rondaba los cien dólares por noche y las especiales apenas veinte dólares más. El Departamento tenía unas dietas ajustadas al coste medio del alojamiento en Estados Unidos, por lo que podían permitirse cualquiera de ellas sin que los de Contabilidad y Finanzas les tocaran las narices.

Notas de juego

EH, MILAGRO!

Bueno, bueno, que ha sido un empate, ¿eh? XD

Cambia tu condición de avergonzada suspicaz pero como el empate indica un coste menor, vamos a alargar la recuperación hasta que puedas enterrar tu cabeza en una de las mullidas almohadas del hotel.

Las marcas de estrés tampoco se borran todavía (las del sheriff tampoco), porque aún hay que verle el careto a Skinner. 

Cargando editor
22/01/2021, 11:09
Scott Bennet

Scott había pasado buena parte del viaje hasta el hotel Excelsior en silencio, mientras su mente analítica le daba vueltas a lo que había tenido lugar en la comisaría. El sheriff Smith y sus ayudantes habían sido bastante distintos al sheriff Taylor y todo apuntaba a que iban a dificultar la investigación todo lo posible. Conocía demasiado bien a ese tipo de hombres.

Al llegar al hotel, Moira indicó a la encargada que reservarían unas habitaciones individuales, mientras que Scott permanecía en silencio y escrutando a la agradable y simpática propietaria del Excelsior con la mirada.

-No exactamente un viaje de negocios -El tono de Scott continuaba siendo neutro y con cierta seriedad, aunque dejó entrever una leve sonrisa de cordialidad a la mujer-. Somos Rangers -Prefirió no añadir nada más al respecto, esperando a comprobar cuál era la reacción de la señora Watson. A primera vista, le dio la impresión de que era el tipo de mujer chismosa que podía hablar más de la cuenta, y tal vez pudieran aprovecharlo bien-. Me alojaré en la Victorian Parlor -le comunicó a la señora Watson, posando sobre la foto de esta su dedo índice.

Como era habitual en Scott Bennet, no dirigió ni una sola mirada o palabra a Moira, como si no le importase en lo más mínimo donde fuera a alojarse su compañera. Había gestionado de un modo decente su visita a la comisaría y había resultado ser más competente de lo que se podía pensar por su edad, aunque eso no la convertía en su amiga ni confiaba en ella más de lo que lo haría con cualquier otro compañero ranger.

Cargando editor
22/01/2021, 12:04
Moira Greenwrim

Moira se había entretenido más de la cuenta buscando en la cartera la tarjeta que les habían cedido en el departamento para los gastos y que a tan buen recaudo tenía, no queriendo gastar más de la cuenta. Sabía que su padre habría puesto una dieta más hinchada de lo normal a pesar de no haberlo comprobado, y que esperaría que pillara la habitación más lujosa que encontrara… pero no tenía intención de ello.

Sin embargo, para su sorpresa, Scott decidió escoger una de las más caras para asegurar su comodidad, tal vez aprovechándose de esa pequeña ventaja que tenía al ser compañero de la hija del jefe. ¿100 dólares? Hizo cálculos mentales, como si hubiera asumido la contabilidad de aquella extraña relación antes de terminar de decidirse.

Prefiero una habitación más sencilla.- Sólo quería una cama, un baño y a poder ser algo con lo que refrescarse. Si no tenía aire acondicionado improvisaría con demasiadas duchas o directamente abanicándose, pero no iba a gastar más de la cuenta.- Una básica estará bien, gracias.

Le dio la tarjeta mientras miraba de reojo a Scott, no esperando que confesara el motivo por el que estaban ahí, o parte. Se fijó también en la reacción que pudiera tener la mujer, queriendo saber sobre todo si intuía porqué dos Rangers de otro lugar habían decidido alojarse por trabajo en su hotel.

Cargando editor
22/01/2021, 13:13
Sue Ellen Watson

¿Rangers? ¿Texas Rangers? —se sorprendió la mujer para, seguidamente, sonreír de nuevo—. En ese caso no deben preocuparse por el precio. Tenemos descuentos especiales para los miembros de las fuerzas policiales, nuestros chicos del las fuerzas armadas y el personal médico y de emergencias*. Política de empresa. Queremos devolveros una parte de todo lo que hacéis por nosotros día a día.

Con un gesto de la mano dispersó las palabras de Moira y le acercó las fotografías.

Si me permite, agente, creo que la Diamond Bessie le vendrá de perlas. Luminosa, acogedora y con acceso al patio, como su compañero, desde un coqueto porche —sugirió con entusiasmo que aprovechó para disimular el interés con el que hizo su siguiente pregunta: —¿Piensan quedarse mucho tiempo? Lo digo por ir pensando en servicio de lavandería, desayunos e incluso cenas...

Como buena profesional aprovechaba para vender sus servicios y para informarse mejor sobre la visita de los Rangers sin presionarles todavía sobre el motivo de su llegada a Jefferson.

Notas de juego

*True story. Lo vi en la web del hotel y me hizo mucha gracia :D

Podéis continuar roleando en la recepción, hablar en las habitaciones, hacer otra cosa o pasar ya a ver a Skinner.

Cargando editor
22/01/2021, 15:22
Moira Greenwrim

Al escuchar las palabras mágicas, Moira centró toda su mirada en la mujer tras la recepción. Descuentos especiales. Puede que la “madurez” o la maternidad le hubieran dado ese carácter de más edad donde buscaba las mejores ofertas para los productos o todo tipo de descuentos con tal de ahorrarse un poco de dinero extra. Justamente gracias a eso se planteó escoger habitación, imaginándose la cara de felicidad que acabaría teniendo su padre.

Le agradezco el servicio, aceptaré entonces esa habitación.- Sonrió mientras echaba una ojeada al dormitorio que quería adjudicarle, gustándole la gama de colores y la tranquilidad que parecía transmitir la habitación.

No sabemos cuánto tiempo sería. Supongo que por ahora reservaremos para toda la semana.- Dudaba que resolvieran un caso que llevaba años abierto en un par de días, pero quería confiar en que tampoco les costaría más años. Tal vez fuera demasiado confiada o positiva en ese sentido.- Después de la semana iremos reservando para un par de días.- Miró a Scott esperando su afirmación antes de volverse hacia la mujer, queriendo hablar un poco con ella.- Hemos visto que este hotel está cerca de la comisaría. ¿Conoce al Sheriff? – Le interesaba saber cualquier dato sobre el sheriff y sobre todo sus ayudantes, queriendo estar preparada para su “encuentro” con Skinner.

Notas de juego

A todo esto, intuyo que esta gente tienen maletas, no? ¿Dónde estarían?

Por mi podemos quedarnos un rato hablando, además de que no sé si Scott querrá venirse a la "visita" con Skinner o irse por su cuenta.

Cargando editor
22/01/2021, 16:21
Sue Ellen Watson

¡Magnífico! —exclamó radiante la mujer—. Pues bienvenidos al Excelsior, agentes. Me llamo Sue Ellen Watson y soy la propietaria de esta joya que administro junto con mi marido Julius, al que conocerán más tarde, durante la cena, si es que les apetece unirse a nosotros.

Con presteza comenzó a llevar a cabo el registro de los dos huéspedes, tropezando un par de veces en la parte informática del papeleo.

No me manejo bien con estos cacharros. Mi marido sí que lo lleva mucho mejor, ¿quién lo diría? —se echó a reír divertida—. Veamos... Click aquí, esto no... El sheriff, bueno, sí, todos conocemos al jefe Smith. Es un auténtico veterano. ¿Van a trabajar con él? Es algo cabezota, eso sí, pero su secretaria, bueno, una de ellas, Marlene, es un encanto de chica. Y... Ya está. Ya son oficialmente nuestros huéspedes.

No hacía falta ser muy suspicaz para darse cuenta de que la señora Watson estaba dando rodeos para no tener que expresar su verdadera opinión sobre Zack Smith. Sus labios se contrajeron varias veces, sus ojos brillaron de forma distinta y buscaba con ellos las palabras exactas que comunicar a los Rangers.

Notas de juego

No es necesaria tirada de Empatía esta vez. Moira se da cuenta de que a la señora Watson el sheriff no le cae bien. Scott no se percata del tema, porque está más preocupado porque la mujer haga correctamente el registro :P

Edito,

A todo esto, intuyo que esta gente tienen maletas, no? ¿Dónde estarían?

Por mi podemos quedarnos un rato hablando, además de que no sé si Scott querrá venirse a la "visita" con Skinner o irse por su cuenta.

Llevaréis una maleta pequeña cada uno. Os va a hacer falta servicio de lavandería porque la sudada diaria no os la quita nadie.

Podéis hablar entre vosotros hasta que me digáis. 

Cargando editor
23/01/2021, 13:32
Scott Bennet

Seguramente cualquier Ranger hubiera mostrado su entusiasmo, alegría, sorpresa o cualquier tipo de reacción positiva al oír que en el Excelsior se ofrecían descuentos especiales para los representantes de la ley, militares y personal médico. En vez de ello, Bennet escrutó a Watson con la mirada, pensando en cuál podría ser el motivo de esa política de empresa.

-Ya veo -fue todo lo que dijo en un primer momento, en tono neutro. El ranger decidió adoptar una postura más amable y empática, al menos todo lo empático que podía ser el frío Scott. Escuchó que su compañera ya respondía sobre cuánto tiempo permanecerían alojados-. ¿A qué se debe su política de descuentos? Imagino que por la labor policial, militar o sanitaria al país o... ¿Tiene algún familiar que trabaje en el gremio? -preguntó, en tono más cordial que antes.

Scott enarcó una ceja al oír que la mujer daba a entender que el sheriff Smith tenía varias secretarias, aunque el nombre de Marlene les era por el momento desconocido. Recordaba que el enojadísimo Smith había llamado Peggy a su secretaria. ¿Qué clase de sheriff de una población pequeña precisaba de varias secretarias a su disposición? Scott no pudo evitar pensar que Watson sería una buena fuente de información sobre Smith si se le tiraba un poco de la lengua.

-Creo que podríamos unirnos a usted y a su esposo durante la cena -tomó la iniciativa el ranger, esbozando una leve sonrisa. No lo hacía porque le apeteciera cenar con una pareja de ancianos a los que no conocía, sino porque podía ser una buena oportunidad para indagar acerca del sheriff Smith, sus ayudantes y quizá tantear de una forma sutil el tema de las desapariciones.

Cargando editor
24/01/2021, 10:16
Moira Greenwrim

Le alegró saber que ellos no habían sido los únicos que tuvieron un “encuentro” con el Sheriff, pareciendo ser una conducta típica del hombre. Al menos, pensó, las culpas de su mal genio no iba resumida en los botones de una camisa que ahora estaba casi empapada de sudor.

Claro, si no es molestia nos gustaría unirnos a la cena.- Le gustó la iniciativa de Scott, aunque se imaginaba que quería sacarle más información a los dueños del hotel con una copa de alcohol entre manos para soltarles la lengua. Por su lado, también lo veía una forma de buscar aliados en ese paraje enemigo donde se encontraban.- Por ahora creo que necesito una ducha de agua fría.- Sonrió mientras miraba el reloj de muñeca que tenía en la diestra, calculando el tiempo que tenía para tener que reunirse con su nuevo “mejor amigo”.- ¿Por dónde se encuentra la habitación?

Miró los pasillos para buscar algún tipo de señalización, aunque todavía no había recogido ni siquiera la llave de la habitación. Volvió a mirar a la mesa, esperando a que se la tendiera o guiaran antes de girarse a su compañero, queriendo saber también qué haría él en su ausencia, o si iría con ellos.

¿Vas a hacer turismo ahora? – Preguntó en un susurro disimuladamente, no queriendo desvelar a Sue sobre la detención del profesor ni su encuentro con Skinner.

Cargando editor
25/01/2021, 00:15
Sue Ellen Watson

Oh, bueno, no es una iniciativa original nuestra —explicó la señora Watson—. Después de la tragedia del 11 de septiembre decidimos sumarnos a esta campaña por aquellos que dieron su vida aquellos días y por todos los que continúan haciéndolo hoy, dentro y fuera de nuestro país —una sonrisa de agradecimiento hacia los agentes iluminó su rostro.

Mientras entregaba las llaves y conducía a Moira y Scott a sus respectivas habitaciones, les iba explicando las normas de la casa y los horarios de cena y desayuno. Finalmente, con la promesa de verles esa noche a las siete ante un buen plato de jambalaya cajún, la anfitriona dejó a ambos ante sus respectivos cuartos, situados en la planta baja y con salida hacia el patio interior de estilo Nueva Orleanas. Quizás por la noche o mejor en primavera, resultaría un espacio fresco y acogedor, pero ahora, con el sol en su cénit, aquel lugar ardía como el infierno. Por contraste, las habitaciones, limpias y ordenadas, estaban dotadas de aire acondicionado centralizado que ya comenzaba a notarse a pesar de que acababa de ser encendido por Sue Ellen.

Notas de juego

Bien, chicos, tenéis una oportunidad más de hablar entre vosotros o pasamos directamente a la escena de la detención de Richard Matteis. Mi intención es tratar de volver a unir la línea temporal entre ambas parejas que, ahora mismo, está separada por 24 horas; de modo que si avanzamos, mucho mejor.

Cargando editor
25/01/2021, 13:47
Scott Bennet

-Comprendo -dijo Scott, con el frío hermetismo que tanto le caracterizaba, cuando la señora Watson explicó que aquellos descuentos se debían a una campaña post 11-S y no era una inicial personal del Excelsior-. Es una bonita iniciativa, no hay duda -añadió, no queriendo parecer demasiado poco empático al respecto.

El ranger tomó las llaves de su habitación justo cuando escuchó la pregunta de Moira. La miró, esperando no reflejar su claro desconcierto. Arqueó una ceja y le fue inevitable esbozar una leve sonrisa. ¿De verdad le estaba preguntando si iba a acudir al encuentro con Skinner? ¿Esperaba que se quedara en la habitación viendo tele por cable? Era obvio que Moira no entendía a Scott y, pese a creer haber ido calándola a lo largo del día, Scott acababa de darse cuenta de que él no entendía tampoco a su compañera.

-Claro, ¿esperaba que la dejara sola, Greenwrim? -le preguntó a su compañera, sin cambiar su tono. Hablaba bajo para que la señora Watson no les escuchara y pudiera saber a dónde se dirigían-. Usted conduce. Quiero leer el informe -No especificó a qué informe se refería, aunque la joven ranger podía intuirlo. Bennet hablaba del informe que le había entregado Max Jordan en la comisaría.

Notas de juego

Si estamos tan atrasados temporalmente de los compis del FBI, yo avanzaría ya hasta la escena de la detención del profesor. Ya habrá ocasión de que los PJs interactúen más.

Por cierto, Scott leerá el informe de Jordan.

Cargando editor
25/01/2021, 15:46
Director

Los dos Rangers abandonaron el hotel tras haberse instalado en sus respectivas habitaciones. La señora Watson no se encontró con ellos hasta el momento en que decidieron salir y lo hizo tan sólo para desearles una buena tarde y recordarles de nuevo la hora de la cena. A pesar de sus buenos modales y de su profesionalidad no cabía duda de que aquella buena mujer ardía en deseos de averiguar qué hacían aquellos dos policías en Jefferson, ni tampoco de que en cuestión de horas la noticia de su llegada habría corrido como la pólvora por aquella pequeña villa de escasos dos mil habitantes.

Fuera les recibió de nuevo el caluroso bochorno del mediodía. Todavía quedaba al menos una hora para la salida de los colegios, pero Moira insistió a su compañero en que aparecieran por la oficina antes de la hora convenida porque intuía algún tipo de jugarreta por parte de aquellos palurdos uniformados*. Si no había ningún movimiento extraño, podían tomar algo fresco en un local que había situado un poco más allá, en la otra acera, frente al edificio de los juzgados.

Sin embargo, tal y como había sospechado la sargento Greenwrim, justo al pasar frente a la oficina del Sheriff, vieron a Skinner charlando con su jefe fuera, al pie de un coche patrulla. Parecía estar recibiendo las últimas instrucciones antes de subir al vehículo y partir, con toda probabilidad, en dirección a la escuela elemental de Jefferson.

Sin necesidad de intercambiar ningún tipo de diálogo, el sheriff Smith indicó desde su posición a los Rangers que subieran a su pickup y siguieran a su alguacil, que puso en marcha el coche para salir de allí sin esperarles. Scott y Moira tuvieron que apresurarse para evitar perderle, lo que causó una sonrisa de satisfacción en el viejo agente de la Ley.

Skinner giró a la izquierda en la primera calle y avanzó hacia el corazón del pueblo. Torció de nuevo a la izquierda a unos cuatrocientos metros, luego a la derecha por la avenida que cruzaba Jefferson de Norte a Sur y finalmente de nuevo a la izquierda antes de detenerse frente al edificio escolar. El recorrido en conche no les había tomado más de cinco minutos y, al llegar a su destino, los agentes lo entendieron todo de golpe: el curso escolar ya había terminado en aquel condado y el recinto estaba poblado únicamente por el personal docente y de administración.

El ayudante Skinner bajó y fue por delante de ellos todo el tiempo, con sus gafas de sol y su sonrisa burlona. La directora del centro escolar, Cynthia Mitchum, que no ocultó su antipatía por Richard Matteis, les recibió en su despacho y les informó de que el maestro no estaba allí: había entregado ya su acta y había comenzado sus vacaciones de verano. Afortunadamente el docente vivía en Jefferson y a unos minutos a pie cerca de la escuela, en una casa pequeña de una sola planta cuya dirección facilitó la directora casi antes de pedírsela.

Pero Richard Matteis no estaba en su domicilio ni tampoco su coche particular, aunque todos los indicios apuntaban a que no se había ido lejos: el buzón de correos estaba vacío, las llaves de paso del agua estaban abiertas y desde la ventana de la cocina se podía ver que el frigorífico estaba conectado y funcionando. Sin lugar a dudas el maestro pensaba regresar aquel mismo día o al día siguiente.

Skinner informó de inmediato al jefe Smith que le ordenó regresar a comisaría. Dado que no existía riesgo de fuga, comunicó a los Rangers que intentaría la detención de nuevo al día siguiente por la mañana, si realmente les corría mucha prisa. Ante las objeciones de los agentes estatales accedió a dejar a uno de sus hombres delante del domicilio de Matteis por si regresaba aquella misma tarde, pero advirtió que no estaba dispuesto a perder más el tiempo con aquel asunto. Su ayudante se marchó en cuanto Smith habló por radio con los Rangers dejándoles en aquel barrio de casitas unifamiliares que parecía bastante apacible.

Notas de juego

*Tiro de tu proeza, sentido del peligro, de manera narrativa.

¿Qué vais a hacer? No tenéis orden de registro para entrar en el domicilio y debéis confiar en que, realmente, un alguacil vaya a vigilar la casa de Matteis. Por otro lado podemos pasar a la cena con los Watson o directamente al día siguiente y el nuevo intento de arresto del docente.

Vosotros mandáis.

Scott, dime qué quieres hacer con el informe de Jordan y si quieres hacer alguna tirada.

Cargando editor
26/01/2021, 16:14
Moira Greenwrim

Después de llegar por segunda vez al hotel tras el fallido intento de entrevistas al profesor, Moira subió a su habitación con intención de darse una nueva ducha mientras pensaba en todas las horas que habían perdido a lo largo del día. El tiempo fluía como el agua cayendo por la alcachofa redondeada de la ducha, sin dejar ni un momento de espera simplemente para contrarrestar sus propios fallos.

Deslizó los dedos por los botones de su camisa mientras pensaba en su llegada en el avión, en la conversación con el sheriff y sobre todo el desafortunado encuentro con el ayudante que había debilitado parte de su seguridad. Ambos grupos habían tanteado sus límites, sus capacidades pero, ¿para qué? ¿Acaso están realmente protegiéndole? Tiró la camisa sudada al suelo con intención de recogerla luego mientras se quitaba esta vez los pantalones, recordando la tensión de sus músculos mientras conducía la pickup en una carretera que no conocía. Durante el trayecto sintió que intentaba despistarlos como si de un juego se tratase, eso o hacerles perder el tiempo en recorridos de callejones cuando podían ir en una perfecta línea recta a pesar de ser cinco minutos.

Una vez terminó de desvertirse, dejó unos segundos para disfrutar del apacible frescor del agua sobre su piel. Su cuerpo había estado expuesto a una temperatura alta debido al clima del lugar, sumado al propio bochorno de la situación. Recordaba perfectamente el mal humor que sintió cuando se encontraron una casa vacía y una promesa de vigilarlo, sabiendo que la confianza que tenían en ellos era nula. Sí, le están protegiendo.

Sus ideas se iban por el desagüe, pero no las preocupaciones. Tenían un dúo del FBI investigando uno de los casos que comprendían todo el suyo sin saber si sus caminos acabarían coincidiendo; un compañero con el cual no sentía conexión actualmente debido a la diferencia de personalidades; un enemigo claro que quería ponerles las cosas difícil, la propia comisaría de Marion; un asesino que no tardaría en volver a secuestrar con un patrón aparentemente claro; y, lo ocurrido antes de la primera salida, un hijo enfadado con ella al no entender que tenía que estar fuera, negándose a hablar con ella cuando llamó por teléfono*.

Se frotó el rostro con las manos, escupiendo el agua que hubiera podido colarse entre sus labios para borrar ese pensamiento y concentrarse en el caso. Sheriff, Matteis y niños. Después de cenar volveré a llamar para darle las buenas noches.

Cerró el grifo poco después, terminando de quitarse algunos restos de champú en el pelo al escurrirlo con sus propias manos. Salió de la ducha, buscando una toalla para enrollarla en su cuerpo con cuidado de no resbalarse, tanteando con los pies las zapatillas que les habían regalado en el hotel para ponérselas.

Tenía todavía un poco de tiempo libre antes de la cena, suficiente para secarse, ponerse algo cómodo, sacar algunas cosas de la maleta y preparar los informes que habían obtenido para estudiarlos, como si fuera la preparación de un examen, queriendo dedicar parte de la noche en corroborar datos, buscar posibles rutas con un mapa que descargaría por internet o foros donde hablaran de los desaparecidos.

Todavía quedaba mucho trabajo por delante pero, por ahora, era momento de cenar.

Notas de juego

* He querido añadirte un poco de trama personal, aunque fuera una línea, por si más adelante quieres usarlo.

Cargando editor
26/01/2021, 19:02
Scott Bennet

Desde el momento en que se instaló en su habitación, Bennet decidió echar un vistazo al informe que le había entregado el agente Jordan.

Recordaba que la situación había sido tensa desde el primer momento, pues no había sido plato de buen gusto para ninguna de las dos parejas encontrarse con competencia que investigara el caso. Sin embargo, todo había ido in crescendo desde el momento en que Bennet había mencionado la visita y registro a los O'Hara. Y las palabras de Jordan y el informe eran la pieza clave para entender al agente del FBI. De los dos, Jordan era el difícil. Si sabía lidiar con Jordan, podría lidiar con Lewis, que tenía una personalidad fuerte y directa pero estaba lejos de resultar problemática.

Una vez que abandonó la habitación y se reunió con Greenwrim, aún leyendo el informe, ambos se dirigieron a la oficina del sheriff, subiendo en la pick-up para seguir al alguacil Skinner. La tensión se respiraba en el ambiente. A Bennet no le caía bien Smith y a Smith no le caía bien Bennet, pero era algo distinto que lo que había sentido con Jordan. A Bennet, el sheriff le recordaba demasiado al tipo de hombre que era su padre y sabía que con esa clase de personas, uno no podía terminar lidiando pacíficamente.

La visita al centro escolar fue infructuosa. La directora les indicó que Matteis no estaba allí y, para colmo, no se hallaba en su domicilio, sino que el tipo había iniciado ya sus vacaciones de verano, aunque a primera vista su salida no parecía que fuera a ser larga. Por desgracia no disponían de una orden de registro de la vivienda y tampoco es que confiara en que los hombres de Smith les fueran a ser de mucha ayuda. Bennet sentía que centrarse en Matteis era dar manotazos de ciego. Tal vez el hombre fuese un depredador sexual, o quizá la quinceañera se lo hubiera inventado, pero desde luego no era el hombre al que buscaban. Los chiquillos desaparecidos un tanto más inferiores, por lo que una adolescente desarrollada no encajaba en el perfil de la víctima. Aun así, un depredador podía querer experimentar, cambiar sus hábitos... cuanto antes descartaran al señor Matteis, antes podrían comenzar a centrarse en los casos de cada niño desaparecido, estudiándolos uno por uno. De regreso al hotel, no dejó de pensar en que todos los niños eran fruto de familias desestructuradas, con padres distraídos o incluso negligentes. Había un patrón claro y debían tirar de él.

Notas de juego

Scott, dime qué quieres hacer con el informe de Jordan y si quieres hacer alguna tirada.

Si hay fotos de Jordan, Scott las mirará embelesado. No, esta parte es broma xD. Pues leeré todo el informe porque Scott quiere hacerse una idea de qué le sucedió a Jordan para saber cómo tratar con él de cara a un futuro. ¿Tendría que hacer tirada de Empatía?

Cargando editor
27/01/2021, 06:55
Director

La señora Watson condujo a sus dos huéspedes a un recoleto comedor privado que se destinaba principalmente para eventos. Por lo general la cena se servía en las mesitas dispuestas para el desayuno en otra sala espaciosa que daba, al igual que el comedor privado, al patio trasero de la fuente. En el hotel se alojaban otros huéspedes, un matrimonio joven que parecía disfrutar de su luna de miel y un representante médico, habitual del establecimiento. Sin embargo la señora Watson solamente había invitado a los Rangers a comer con ellos.

Encontraron a Julius, el marido de Sue Ellen allí dentro, ultimando los detalles de la mesa. Cuando vio entrar a los agentes, el hombre sonrió y se acercó a ellos con intención de saludarles. 

Encantado de conocerles por fin, agentes. Sue Ellen lleva todo el día hablándome de ustedes y veo que todo lo bueno que me ha contado era cierto.

Por lo que pudieron observar mientras se sentaban a la mesa, Julius Wallace Watson se comportaba como un auténtico caballero sureño, con unos modales excelentes que denotaban educación y, casi con total seguridad, algún tipo de enseñanza superior.

Su esposa parecía feliz de estar a su lado y ambos parecían haber alcanzado esa envidiable relación de convivencia que permitía a los matrimonios resistir toda la vida sin conflictos de importancia. Ambos se coordinaban como un verdadero equipo para acomodar a sus invitados y comenzar a servir los entremeses

Notas de juego

Scott, este es el informe sobre el caso de los Jordan.

Cargando editor
27/01/2021, 22:30
Moira Greenwrim

Los dueños le parecían una pareja entrañable, los protagonistas de una película romántica de los años 80 cuyo final eran pasar una vida juntos sentados en el porche mientras veían corretear a sus nietos. Sin embargo sabía perfectamente que aquellas películas sólo eran eso, fantasía con un guion escrito, y que aquellas personas tendría sus problemas, sus dilemas y lloros, sus enfados y diferencias… A pesar de todo, les deseaba una próspera vida.

Por favor, llámame Moira.- Sonrió cuando la denominó como “agente”, queriendo resultar más familiar para ellos mientras se sentaba en la mesa, mirando a un lado a otro para fijarse en el resto de comensales.

Bebió un poco de agua para calmar el hambre que sentía, no queriendo parecer una ansiosa. Al fin y al cabo su única comida durante el día había sido un sándwich de carne y, a pesar de haber tenido durante horas el estómago cerrado, después de estar más relajada reclamaba comida.

No puedo evitar preguntar, ¿cuánto tiempo lleva en activo el hotel? – Aunque no le disgustaba saber la historia de ambos, su principal idea era tener presente si la pareja estaba en el condado con el comienzo de las desapariciones, pudiendo tal vez rascar datos.

Cargando editor
28/01/2021, 00:25
Julius Wallace Watson

En ese caso me tendrás que llamar Julius y tutearme. Veamos —el señor Watson dejó el cestillo con el pan en la mesa y se sentó como si fuera un conferenciante—, el Excelsior es el establecimiento de hostelería más antiguo de Texas y opera como tal desde 1858, cuando fue fundado como casa de alojamiento para los viajeros de los barcos de vapor que remontaban el bayou. Ha servido desde entonces ininterrumpidamente y se han alojado en él nuestro presidente Ulysses Grant, el disoluto escritor inglés Oscar Wilde y, más recientemente, Steven Spielberg... Una asociación privada sin ánimo de lucro lo administró desde 1961, pero lo sacaron a subasta en 1992, el año en que mi esposa y yo lo adquirimos.

Ante las ganas de charla de su marido, Sue Ellen fue la encargada de terminar de servir la mesa, colocando ante los comensales como principal el famoso jambalaya cajún*.

Espero que les guste la comida criolla —señaló la señora Watson un poco temerosa de la reacción de sus dos invitados—. Julius tiene buena mano en la cocina y siendo de Shreveport suele adornar nuestra carta con especialidades cajún. Dios no nos concedió ningún hijo —cambió radicalmente de tema—, así que vimos este negocio como una oportunidad de poder cuidar y mimar a nuestros huéspedes.

Sue Ellen, querida —interrumpió su marido con dulzura—, no atormentemos a nuestros invitados con nuestras desdichas. Lo cierto es que regentar este hotel ha sido la mejor decisión de nuestras vidas. Antes trabajaba para el Ejército, como personal civil en la fábrica de municiones de Karnack, pero aquello iba a acabar con mi salud. Sue Ellen era profesora de secundaria aquí mismo en Jefferson —la señora Watson asintió con nostalgia.

Lo dejé hace muchos años. Los chicos... ¿saben?, fueron cambiado con el tiempo. Se perdió el respeto por la autoridad de los docentes... —su gesto se endureció un poco antes de volver a su sonrisa—. Pero, bueno, ¿y ustedes dos qué se cuentan? No, no, no quiero inmiscuirme en su trabajo, me refiero a lo personal, como concesión a esta vieja cotilla... —rió divertida—. ¿Están casados, tienen críos? Son ustedes realmente apuestos. Me extrañaría que no hayan encontrado una buena pareja.

Julius miró al techo buscando paciencia pero, en el fondo, no es más que una convención social: el marido siempre debe quejarse de los "arrebatos femeninos" de su esposa.

Notas de juego

*Arròs amb coses de Louisiana, lo llamarían los puristas valencianos XDD

Cargando editor
28/01/2021, 12:10
Moira Greenwrim

Le resultaba curiosa la breve presentación histórica del hotel, incluso cuando mencionó las ilustres entidades que se hospedaron, sin saber realmente si era cierto, tuvo la inercia de preguntar en qué habitaciones se alojaron simplemente para acercarse y hacerse una foto para el recuerdo. No todos los días puedes decir que has compartido colchón con Spielberg. Distrajo sus pensamientos cuando el olor de la comida inundó sus fosas nasales, teniendo que beber otro trago de agua para que no se escuchara su rugido.

Nunca había escuchado el nombre de “jambalaya cajún”, incluso era posible que no supiera pronunciarlo a la primera sin equivocarse en las consonantes, pero con el olor ya la había conquistado por completo, esperando que el sabor también cumpliera sus expectativas.

Esperó a que todos volvieran a acomodarse en su asiento y que algunos se sirvieran para no parecer una muerta de hambre, tomando después una cucharada que dejó con cuidado en su plato, pendiente de que no cayera nada sobre la mesa. En realidad, si fuera por ella, se comería el plato completo.

Creo que nunca he probado nada de la gastronomía cajún.- O si lo había hecho no se acordaba, ya que nunca solía fijarse en los nombres. Dejó que contaran su historia sin interrumpirles mientras saboreaba pequeñas porciones de la comida. Tengo que pedir la receta de esto, está buenísimo. Tuvo que concentrarse en lo que decían para no devorar su plato aunque no fue necesario, puesto que al mencionar su profesión la atención fue directamente hacia Sue.

Volvió a beber un nuevo sorbo de vaso de agua, percatándose que estaba vacío. Con disimulo, buscó la botella para llenar su vaso y, ahora sí, darle un trago antes de hablar.

Tengo un niño de cinco años.- Se limpió los labios con la servilleta antes de dejarla doblada al lado de su plato. Aunque, como madre orgullosa, hablar de Kurt llenara su pecho de alegría, en esos momentos de tener tantos kilómetros de distancia entre ambos suponía más un peso sobre sus hombros.- Se llama Kurt. Esperen.- Con permiso, sacó su teléfono del bolsillo y miró entre las carpetas de imágenes. El 95% de la carpeta eran fotografías de él, ya fuera solo o acompañado con un familiar, así que no tardó en decantarse por una donde salía con el rostro manchado de helado de fresa y un cucurucho en sus manos, además de tener una chaqueta con el logo de los Ranger en el brazo, siendo un regalo del padre de Moira.- Estoy segura de que le hubiera gustado venir y escuchar su historia cuando trabajaba para el ejército.- Se dirigió a Julius mientras le enseñaba la fotografía a Sue con una dulce sonrisa.- Sue, ¿hace mucho que dejó su cargo de maestra en la secundaria? – Guardó el teléfono, no sin antes echar ella misma un vistazo a la imagen, para centrarse en la cena.

Cargando editor
28/01/2021, 12:38
Scott Bennet

Scott Bennet había leído el informe sobre el agente Maximilian Jordan. Lo primero que llamó su atención fue que se tratase de un informe tan antiguo, nada menos que de 1979. Eso hacía que, por aquella fecha, Jordan tuviera entre veinte y veinticinco años si había calculado su posible edad correctamente. Veinte años, concretó mientras leía informe. Mientras leía el informe, la expresión hierática del rostro de Scott fue cambiando. El agente del FBI era muy joven para cuando se lo habían arrebatado todo. Su esposa... Su hija... Podía entrever los motivos por los que se había convertido en agente del FBI y por qué un caso que implicaba la desaparición de una menor había mostrado a Jordan tan implicado emocionalmente. Scott había leído el informe estoicamente, aunque la imagen de Rachel Jordan le había hecho dar un ligero vuelco. Pensó en sus tres hijos. Recordaba el temor que había sentido al ver los rostros de sus pequeños rodeados por una diana trazada con rotulador rojo y las cruces sobre sus ojos y boca.

Horas después, Scott se encontraba cenando con los Watson, aunque parte de su mente ya estaba cavilando acerca del modo en que enfocar su relación con el agente Jordan. Empezaba a pensar que, de no haber solicitado ese traslado, puede que ahora su vida no sería distinta de la de ese hombre.

-Un placer conocerle, señor Watson -saludó Bennet al anciano, cortésmente-. Soy el agente Scott Bennet. Ustedes pueden llamarme Scott.

El agente escuchó con interés cómo el señor Watson les explicaba la historia del Excelsior, mencionando a algunas de las celebridades que habían vivido en él. Scott no pudo evitar observar a Watson con interés cuando mencionó a Oscar Wilde. Ese hombre y él compartían una aficción en común y se preguntó en qué habitación habría estado alojado Wilde o si su paso por el Excelsior le había inspirado de alguna forma.

-Reconozco que no he probado mucha comida criolla -le dijo a la señora Watson, con amabilidad-, pero hay que reconocer que el plato tiene una pinta estupenda -afirmó, pinchando con su tenedor un pedazo de carne con arroz para llevárselo a la boca-. Y sabe aún mejor de lo que aparenta -aseguró, degustando el sabor en su paladar.

-Tiene razón. Ya no hay respeto en los centros escolares -le aseguró a la señora Watson, disimulando su sorpresa de saber que aquella mujer regordeta y cotilla había sido profesora-. Las nuevas generaciones han perdido ese respeto a los profesores, generalmente por padres permisivos que consienten todo a sus chicos. Yo también soy padre -añadió, cuando Moira reveló que tenía un chico de cinco años-. El Señor nos bendijo a mi esposa y a mí tres veces. Dos niños y una niña. Diez, siete y cuatro años.

Bennet dirigió una rápida mirada a Greenwrim cuando esta le preguntó a la señora Watson si hacía mucho que había dejado su cargo como profesora de secundaria. La joven agente había sido sutil. Si Watson y Matteis habían trabajado en el mismo centro escolar por la misma época, ahí podían preguntarle sutilmente acerca de si estaba al tanto sobre lo que había sucedido con Matteis y la denuncia de la quinceañera.

Cargando editor
28/01/2021, 13:25
Sue Ellen Watson

Ohhhh, por Dios, qué ricura... —se enterneció Sue Ellen al ver las fotografías del pequeño Kurt. Ella y su marido musitaron un amén cuando el agente Bennet habló de la bendición de sus tres hijos; se alegraron visiblemente de ver que era un hombre religioso—. Si no recuerdo mal creo que mi último curso de trabajo fue el 89-90. Estaba muy quemada. Trabajaba en el centro de secundaria de Marshall, en el condado vecino. Padecía muchísimo estrés rodeada de tanto adolescente maleducado y algunos delincuentes. Comencé a beber cuando volvía a casa. Julius trabajaba turnos muy largos; prácticamente no tenía horario fijo, me sentía sola y pagaba mi frustración con él. Fueron años muy duros...

Le dije que lo dejara —prosiguió el señor Watson cuando vio a su mujer emocionarse y dejar escapar una lágrima—. Sue Ellen no quería, su vocación era auténtica; había soñado desde que era una niña con ser profesora. Pero aquel trabajo iba a terminar con ella. Yo tampoco estaba mucho mejor. La fábrica era veneno puro, literalmente; allí estuvimos desmantelando misiles nucleares cuando Reagan firmó aquel acuerdo con los comunistas. Hoy día la planta está cerrada, abandonada y medio desmantelada desde el 97; pero hay tantas sustancias tóxicas allí que llevará años adecentarla para cualquier otro uso...

Nos vimos los dos en el paro, aunque con algunos buenos ahorrillos y entonces nos enamoramos de este sitio —retomó la palabra Sue Ellen—. Vendimos todo lo que teníamos para pujar en la subasta pero, por suerte, el precio de salida no subió mucho. Nadie quería encargarse de este sitio, estaba un poco ajado y, además, algunos decían que había fantasmas...

Cariño, por favor, no frivolicemos —Julius se puso serio—. Esas absurdas historias atraían clientes antes, al principio; pero se nos volvió en contra y decidimos eliminarla de la página web. Menudos chalados tuvimos que aguantar...

Cargando editor
28/01/2021, 20:32
Moira Greenwrim

De entre todas las opciones disponibles, habían tenido la suerte de que fuera profesora de Marshall, increcentando más todavía si pudiera el interés e importancia que tenía sobre esa charla. Una bonita casualidad. Se anotó ese punto en su agenda mental para sacarlo más adelante, cuando la confianza y tal vez las copas de vinos empezaran a aparecer sobre la mesa, dejando que la lengua se soltara.

Nunca es tarde para perder un sueño.- Espetó a la mujer, terminando de tragar un pedazo de carne.- Hay niños recluidos en sus casas por diferentes razones y tienen profesores particulares, eso sin contar las ayudas externas para los cursos más difíciles en época no escolar.- A pesar del dolor que le había ocasionado en su vida y los problemas que había sufrido la pareja, sentía en ella un reflejo de su propia historia, donde quería continuar con el sueño que tuvo desde niña y que muchos quisieron quitarle. De alguna forma lo estaba cumpliendo, pero todavía había retazos de pesadillas que debía eliminar.- Lo siento, no quería entrometerme más de la cuenta.- Sonrió a modo de disculpa, descansando un poco la comida al dejar los cubiertos sobre el plato y decidiendo cambiar de tema.

¿Historia de fantasmas? – Apuntó mentalmente buscar por Internet sobre el hotel. Aunque dijeran que hubieran borrado sus datos, estaba segura de que encontraría algo en algún foro sobre fanáticos de lo macabro. Por suerte la red era un depósito para todo tipo de entidades.