Partida Rol por web

Giselle saca la pequeña carpeta y la coloca junto con las suyas, en plan de ocultarla... aunque mira a todos lados con semejante cara que te preguntas como el guardia puede ser tan estúpido de no venir a ver que pasa..

- Niña, esto qué-- entonces se da cuenta de que son los registros del médico, y abre los ojos como una chica superpoderosa. ¡Ay, pero que hago yo con esto ahora, no puedo quedarme con esto, no me metas en tus robos!

Si sigue gritando así, el guardia seguramente se va a dar cuenta. 

El cuerpo cae en la tierra, enfirándose lentamente. Yunque llega a tu lado, lo recoge y manda dentro de la parte trasera del auto. Luego toma las llaves y cierra la puerta... mira los cristales y te dice: Ahora cualquiera que se acerca sabrá que algo pasó. No tenemos mucho tiempo, tampoco... Trix nos vendrá a buscar en 15 minutos.

Corren hasta la pared perimetral. Hay dos cámaras apuntando hacia la entrada, pero pueden observar que detrás de la pared hay una gruesa hilera de arbustos. 

- Oye, cual es el lugar por donde nadie pone cámaras, pues no espera que nadie pase? 

Dow miró hacia arriba, como tratando de conservar la paciencia.

—Cierra tu puta boca de mama vergas y léelo —ordenó en tono amenazante.

Una lágrima se le cae por la mejilla mientras hojea rápidamente el cuaderno, evidentemente no sabe qué es lo que busca, o las lágrimas le impiden leer. Con nerviosismo metes la mana y abres en las primeras hojas, el análisis de ADN. Le señalas la línea final.

- Entonces...  balbucea Giselle, este... Maxwell es tu padre? Pero a mí me dijeron que eras huérfana! Tienes un teléfono para contactarlo? Porque si está vivo, puede firmar tus papeles! 

Te mira con su encantadora pero estúpida sonrisa.

No se que decir...me parece absurdo poner cámaras y luego dejar estos arbustos tan a huevo para pasar. Podría ser una trampa. Que tal si te lanza al techo de la casa o me lanzas tu y entramos por allí a las bravas?. Señalo el tejado con un dedo.

Down suspiró con resignación.

—Gracias a Dios tengo una genio por abogada, de lo contrario no sé que sería de mí. —meneó la cabeza con escepticismo—. Recuérdame que te regale El Quién es Quién de los superhéroes. Maxwell Conrad es El Protector y está preso aquí mismo.

Alzó las cejas y se quedó observándola, a la espera de su reacción.

Giselle se sonroja, toda excitada. - Oh, claro! Y bueno, terminé entre los primeros diez de mi clase, pero no es para darme aires... Baja la voz en tono conspiratorio. Entonces no digamos más. Voy a hablar con este Sr Conrad. Ya vuelvo! 

Te guiña un ojo y se va, presurosa, mientras esconde la carpeta. El guardia también se retira tras ella, y quedas sola en la habitación.

Bola mira la pared, la casa, se nota que hace un gran esfuerzo por pensar en forma lógica.

- No lo sé... la casa está separada de la pared unos... 15 metros, parece? Ambos somos muy pesados, aunque muy fuertes, es un riesgo.

Luego se sonríe. A mi me gusta pasar a través de paredes. Un golpe, pum, adentro, carrerilla, pum, adentro de la casa. Ráfaga no dijo nada de sutilezas. 

Pues que le den a la sutileza...yo entro por aquí y tu por el otro lado y tiramos a tomar por culo las paredes. Yo tampoco soy muy sutil, y después de la celda tengo un poco de ganas de marcha Bola. Te doy un minuto para que llegues y luego cargo contra la casa...de acuerdo?.

Bola asiente. Te palmea el hombro al pasar. Al final me vas a caer bien, mierdita, dice riendo.

Desaparece bordeando el paredón. Dentro escuchas movimiento, un perro que le gruñe a otro.

Te suenas los nudillos, apoyas las manos contra la pared, y comienzas a contar mentalmente... 

Mierdita no...soy Pelota.

Tras su marcha, espero los 60 segundos de rigor y cargo contra la casa, sin tratar de ser sutil.

Cuentas lentamente los segundos... cuando llegas a 40 crees oír a cristales rotos a la distancia y te dices Qué mierda! 

Apoyas ambas manos en la pared, tiras el puño hacia atrás y con un sólido impulso estás del otro lado, con cascotes y tierra cayéndote encima. Arrancas de cuajo unos arbustos que te hacen cosquillas, y sientes a un perro furioso clavado en tu pierna... claro que solo está prendido del jean, porque tu piel es de acero. Levantas el otro pie y lo pateas, con cuidado. El perro queda tirado al costado, pero no te detienes a ver si vive. A 15 metros ves la casa, estás justo en frente de un enorme ventanal con cantero y flores. Comienzas a correr hacia él, otro perro vuela en el aire para colgarse de tu espalda y te lo quitas de un manotazo.

No observas dónde cae porque pegas un salto y atraviesas la ventana como un tren; el estallido de cristales, hierros y maderas es como una campanada de gloria. 

Caes en un amplio estar, todo fino de madera, con un hogar y mullida alfombra haciendo juego. Por una puerta vez la cocina; en ella el hombre que has venido a buscar, vistiendo bata en tela escosesa, sostiene tembloroso una taza de té recién hecho mientras te mira, y tantea con nerviosismo en el interior de un cajón de la cocina.

Tomo un trozo de ventana que aun conserva los cristales y lo arrojo como un disco volador con fuerza a la altura del estomago del tipo.

Servido el señor. Lastima que no estuviera con alguna putilla.

El viejo instintivamente se arroja al costado, detrás de la puerta de la cocina. El pedazo de ventana barre con la cocina derribando cuanto encuentra. 

Pierdes de vista al viejo Max, que evidentemente está escondido tras la puerta abierta de la cocina, o tras la heladera.
 

Atónito observo como el puto viejo esquiva mi ataque.

La madre que le pario...pues no nos ha salido Bruce lee?...Luego, sin importarme donde se ha escondido, cargo contra la pared tras la que se oculta, para tirársela encima y aplastarlo. Espero que de eso no se pueda librar el jodido.

No solo no hay zorras puto viejo, sino que encima me vacilas...

Das un paso y un salto y arremetes contra la pared, derribándola junto con la heladera. Te frenas justo a tiempo para no perder el equilibrio entre los escombros, para ver al viejo con una vieja pistola de cowboys apuntándote.

Dispara dos veces, más ruido que otra cosa, aunque una bala te pega en el hombro izquierdo perforando el sweater e incrustándose en tu piel. Como de costumbre, no siente nada, solo una comezón equivalente a una picadura de insecto. 

El viejo corre por la puerta que tiene detrás, hacia el parque, pero al segundo de desaparecer Yunque lo trae en el aire, cogido del cogote y pataleando.

- Fuck, Pelota, no me has esperado y te has montado todo el show tú solito!

Que dices bola...si has sido tu el que ha entrado medio minuto antes para pillar toda la fiesta para ti solo. Si quieres matarlo mátalo ya, yo voy a mirar si hay alguna putilla en la casa.

Miro la cocina, buscando señales de que puedan vivir dos personas en la casa, como dos juegos de platos en el fregadero, o dos vasos sobre la mesa.

Yunque apoya al viejo sobre la mesa de la cocina, sobre los restos de vajilla y platos rotos. Lo mira fijamente entre los ojos, la cara a unos centímetros. 

- Hey ustedes, si de alguna forma sacan algo de este cerebro putrefacto luego de que me lo cargue, Tommy dice que la cortes o vamos por ustedes.

Acto seguido toma con su mano libre la cabeza del viejo y con un pequeño y casi suave movimiento la da vuelta. El cuelo hace crack! como un palito seco. Yunque lo apoya con cuidado en el piso, y pasa por delante.

- Vamos Pelota, afuera.

Distraido, viendo que no se ve nada sobre que hubiera otra persona en la casa, abres la heladera y tomas una botella de cerveza de litro, saltas la tapa y bebes un largo trago. Con la botella en la mano sigues a Yunque fuera de la casa.

Casi de pasada, piso la pelvis del tipo y hago fuerza hacia abajo antes de seguir a Bola enfurruñado.

Que mierda...ni un coñito que llevarnos a la boca.

Luego voy hasta donde se supone que nos recogerá Trix.