Partida Rol por web

Era esta una mañana como todas, pero en especial, ésta era una mañana un poco más fría, más oscura, acorde con vuestro estado de ánimo. Al pasarse los efectos del alcohol comprendéis lo que hicisteis ayer y los gritos de dolor de Thardowen resuenan en vuestra mente.

No os atrevéis a miraros a la cara, unos por la brutalidad con la que mataron al hada oscura, y otros por no haberla ayudado. En lo único en lo que estáis de acuerdo es en que Azidahaka se hace más fuerte con cada muerte, y todos teméis ser el siguiente en ser sacrificado.

Con estos tétricos pensamientos en vuestra mente avanzáis por los oscuros corredores del templo hasta llegar a un pasadizo al fondo del cual se ve una puerta de la que parece provenir una extraña y fantasmal luz rojiza.

Sobrecogidos entráis en ella, y al hacerlo llegáis a una sala en la que desde la misma entrada podéis ver un altar sobre el cual se alza un vórtice oscuro del que emana la luz roja que tanto os había llamado la atención. ¿Quien sabe a donde conducirá?. ¿Tal vez a los oscuros dominios de Azidahaka?.

Al acercaros al altar podéis ver que lo que parecían ser estatuas alrededor del mismo son en realidad cuerpos de los que el vórtice parece extraer su poder drenando su energía vital, cuerpos posiblemente pertenecientes a antiguos héroes que al igual que vosotros decidieron entrar al templo para destruir el mal que anida en el. Tal vez este sea vuestro destino si al igual que ellos fracasáis en vuestra misión.

Sea como sea, este puede ser el lugar desde el que Azidahaka hará su entrada a este mundo así que decidís indagar en el este día, pues si este es el lugar por el que Azidahaka vuelva también puede ser el lugar desde el que evitéis su entrada.

Sin que os percatarais de su presencia una hermosa mujer apenas vestida con una capa roja bajo la que no lleva absolutamente nada aparece a vuestras espaldas.

Saludos nobles héroes, espero que tengáis más suerte que estos predecesores vuestros. Soy Morrigan la tres veces condenada. Mi deber es vigilar el templo y cuidar el vórtice desde hace eones, yo al igual que vosotros entré al templo con otros enemigos de Azidahaka y di mi vida y mi alma a cambio de poder ayudar a quien entre a este lugar con nobles intenciones.

Algo en sus palabras os hace pensar que tal vez su concepto de nobles intenciones sea distinto al vuestro, al menos al de la mayoría...

Decidme ¿que tres de vosotros cruzarán el vórtice para hallar la sabiduría de los antiguos?.

Una extraña bruma inunda la sala y cuando se disipa Akor Ultar vuelve con vosotros, por suerte o por desgracia su paso por el otro mundo no ha sido muy largo.

Olisqueando el aire, como buscando algo me dirijo al cadáver del orco. Allí, al rededor del mismo, están las herramientas de tortura con las que ha sido muerto en dos ocasiones.

Tras observar un rato me atrevo a coger las herramientas y juntarlas todas. Un brillo malicioso surge de mis ojos.

Probemos a ver si sólo el orco podía hacer uso de estas cosas cosas afiladas.

Galen. Piel rosa pintada... cosa hembra. Maaaaalaa. No tenía muy claro que cosa era. ¿Eres tú la cosa demonio que nos está matando? Habla o te rajaré con esto. Sí sí, con estas cosas cosas -digo erizando el pelo y casi tendiendo las herramientas, sin mucha idea de como usarlas.

 Luego me sobresalto al oler otra cosa. Una cosa hembra. Una cosa humana hermosa.

Yo pasaré -digo tras escucharla ensimismado en sus curvas. Hago restallar la cola contra el suelo por la excitación. Y dejo caer las herramientas de tortura.

Pasaré al otro lado o donde tu digas... Diosa.

Ursue observa con calma a todos sus compañeros. Se puede aprender mucho sólo mirando. Sin pensárselo un instante, responde a la mujer.

- Yo también pasaré. - dice dando dos pasos al frente. En sus viajes ha aprendido mucho y experimentado cosas en lugares increíbles. Un simple vórtice no le va a echar atrás.

Morrigan se acerca a ambos voluntarios y acaricia sus caras.

Sois muy valientes, cuando haya otro voluntario y esté el equipo completo os diré más sobre lo que podréis ver al otro lado del vórtice.

Después se gira seductoramente hacia los demás y les habla en tono burlón.

¿Sois héroes, pero una rata es más valiente que vosotros?. Azidahaka estará complacido, seguro que con vosotros aquí no tiene nada que temer...

Yo... yo.. tambien kiero ir... zeguro que allí eztare mas zeguro que en ezte templo oskuro.... Se adelanta unos pasos

Curioso grupo... Nunca imaginé que los más valientes fueran una rata y un pequeño goblin...

Tras detenerse unos segundos para pensar en lo que iba a decir a continuación continua hablando mientras pasea a vuestro alrededor.

Iréis al plano donde están los héroes caídos, allí podréis averiguar muchas cosas que os serán útiles, pero volver no será fácil, tendréis que hacer un gran sacrificio para volver, es todo lo que os puedo decir, pues los que no entren no tienen derecho a saber más.

Con un movimiento de su mano Morrigan hace levitar a los tres héroes hacia ese extraño vórtice y desaparecen de vuestra vista de inmediato.

Como acostumbro a hacer cuando avanzamos a una nueva ubicación del templo, me gusta cubrir la retaguardia, por lo que cuando llego, apenas atisbo a ver el final de la conversación de la mujer llamada Morrigan y, acto seguido, se lleva a tres de los nuestros, hacia el lugar en el que se encuentran los muertos. Esto no me gusta nada, me da la sensación de que una mujer que aparece de la nada en el templo de Azidahaka no tiene muy buenas intenciones, así que deberíamos andar con cuidado con ella.

Me muevo en silencio detrás del grupo pues estoy hasta las narices de tratar de ser el líder y recibir quejas. Eso sumado al dolor de cabeza por los excesos del día anterior me tienen bastante silencioso.

Tranquilamente observo a tres de nuestros compañeros desaparecer ante nuestros ojos por hacerle caso a una mujer desnuda que intenta provocarnos sin demasiado éxito. Escucho a Glehan y no puedo hacer otra cosa que asentir a sus palabras. Estoy de acuerdo contigo, Glehan, no creo que haya sido muy inteligente por su parte meterse en ese vórtice.

Luego vuelvo a sumirme en mi silencio. No vaya a ser que hable y de repente sea culpa mía que se hayan metido ahí por ser el líder. Pienso con ironía.

-Y además sin consensuar con los demás...  añade Raessa, que se había sorprendido de la velocidad con que sus compañeros decidían dividir el grupo y marcharse

-Estoy de acuerdo, no me ha parecido muy inteligente ¿qué haremos ahora? ¿les esperamos?- Espero la opinión de mis compañeros sin perder de vista el presunto vórtice mientras me pregunto si realmente han viajado a otro plano o están alimentando al demonio.

Una enigmática sonrisa se dibuja en los labios de Morrigan antes de contestar ante tanta desconfianza hacia ella.

Mucho habláis pero debéis saber que veo el otro lado, veo los sentimientos de los demás, sentimientos que en muchos de vosotros son una máscara de hipocresía. Deberíais más protegeros de vuestros compañeros que de misma.

Definitivamente no soy el alma de las fiestas. La resaca aun no se acaba, si bien es mucho menor que el día anterior la verdad es que la falta de líquidos me tienen aun indispuesto.

Llegamos a un altar y sale una tía desnuda y muy buena por demás a proponer meterse en un vórtice a ve tu a saber donde. Ni de coña. Pero la rata el golbin y el samurai se tiran de cabeza. Lo dicho mucho bicho raro en este sitio.

Por mi como si hubieran hecho una votación. Ni loco me meto en esa vaina. ¿quien dice que es un portal a los héroes caídos y no una cárcel o peor?

La verdad este templo es enorme. Pienso mientras comienzo a caminar, tal vez pueda encontrar algo de utilidad, como esos 5 el primer día. 

Me giro a la mujer antes de continuar. Por cierto señorita. Podría vestirse un poco mas, La fuerza de mi vos se desvanece, hablarle a las mujeres no es mi fuerte. Siento como me suben los colores al rostro de la vergüenza que siento. 

Mis manos recorren mi cabeza despertando de aquel extraño sueño que me había llevado a la misma muerte...

Cuando comprendo que esta pasando recubro mis vestiduras con mis manos en busca de mi vial carmesí... Había desaparecido, estaba indefenso en un templo de oscuridad... Entre susurros espeté: Que la luz nos proteja

No sabía ni quien ni como, me había traido pero debía de agradecer el hecho de que pensaran en mí. Agradezco a aquel que fuera, que me traigaís a la vida, pero durante mi muerte, he perdido mi vial resurrector... estoy indefenso, y lo peor aún ahora soy poco válido...

Excepto para una cosa... Puedo confirmar que Lautaah era una elfa ducta en el contacto con el más alla, lástima que la muerte velara sus ojos, y ahora no podamos contactar con ella más...

Greebo no necesitaba demostrarle valentía a esa mujer, sino otras cosas más íntimas. Luego negó con la cabeza cuando sin consultar 3 se metieron en el portal. Un gran ejemplo de la comunicación que había en ese lugar, eso si que complacería a Azidahaka.

Entonces Akor regresó, y en sus palabras surgió una pregunta en Greebo. ¿Entonces nadie de aquí puede contactar con los caídos, sólo podía ella?

En cualquier otra ocasión, me habría sorprendido si veo volver a alguien de entre los vivos, me habría, cuanto menos, asustado o sorprendido, sin embargo, en este templo ya nada parece extraño, así que sin mayor contemplación me acerco a Akor Ultar para preguntarle acerca de lo que nos ha dicho.

Akor, podrías decirnos por qué sabes eso acerca de Lautaah?

Bayard sabe que tiene que tomar una decisión otra vez. Cansado mira al cetro frunciendo el ceño. No tengo ni puñetera idea de quienes son los malditos asesinos. Esto de ser el líder no es tan divertido como parecía. Alza la cabeza y la voz. Lo siento chicos, tengo que votar por alguien. Voto por Elbaraen. Porque me cae mal y me parece una pija que se quiere aprovechar de Ungar.