Partida Rol por web

Entre sombra y sombra

Lo que vino después

Cargando editor
22/10/2017, 03:03
Narrador

Dicen que lo primero que Dios hizo fue la luz. No si miras ha Biblia, claro, ahí cuentan que antes fueron los cielos y la tierra, pero sin luz, ¿quién puede creerlo? En cualquier caso Él simplemente habló, y con eso fue suficiente para iluminarlo todo. Eso dicen.

Para Cosette aquel día hubo algo antes que la luz. Un pitido. El pitido. Ese que se había metido dentro de su cabeza de una manera constante, como si llevase ahí desde siempre. Antes siquiera de que pudiera abrir los ojos lo oyó, y lo volvió a oír, una y otra vez. Y de alguna forma se supo ya acostumbrada a él.

No tuvo que hacer más que terminar de despertar para hacerse consciente de dónde estaba: un hospital. Su brazo izquierdo estaba enganchado a una vía, y había varios aparatos conectados a ella. El pitido procedía de uno de ellos.

Alguien había desnudado a la chica y la había vestido con un camisón azulado. Se encontraba en una camilla, en una habitación pequeña, tapada sólo con una sábana. Tenía los brazos vendados desde las muñecas hasta prácticamente los codos, y en su mano izquierda la vía la alimentaba.

No había ningún doctor ni enfermero a la vista. La habitación era pequeña y gris, con la pintura de las paredes caída en algunos lugares y al lado de la camilla que Cosette ocupaba había otra vacía. En aquel cuarto no había ni una silla ni ningún otro mobiliario para las visitas. La puerta estaba entreabierta, aunque desde donde ella se encontraba no podía atisbar el pasillo.

Se encontraba débil hasta el punto de que le costaba enfocar la mirada. Aún así consiguió leer en las sábanas el nombre del hospital, uno de los más cercanos a su casa. Estaba en Nueva York. Y viva.

Cargando editor
24/10/2017, 12:48
Cosette Mercier

No era la primera vez que Cosette despertaba en un hospital, confusa, con los brazos vendados y con la sensación de haber fracasado una vez más. Sin embargo, esta fue diferente, porque no recordaba haber sido ella quien se cortase las muñecas. Se movió un poco y se le escapó un gemido tenue. Bill se las iba a pagar cuando le pillase, joder. No sabía qué mierda le había dado, pero había tenido el peor viaje de la historia y esperaba que al menos se lo currase y le regalase alguna dosis gratis para compensar aquello. 

—Joder... —musitó, haciéndose consciente en ese instante de que tenía los labios secos y la garganta rasposa.

Las imágenes de pesadilla todavía revoloteaban en su mente, mezclándose con la realidad, pero entonces recordó de golpe lo sucedido en el club. El ataque del pervertido ese, la discusión con Brad... Joder, había perdido el curro, ¿verdad? Y entonces, de repente, algo se hizo más urgente que cualquier otra cosa. No tenía puto seguro y sin trabajo no podría pagar la factura del hospital. 

Movió la cabeza, tratando de localizar algún botón que pulsar para que alguien se acercase. Tenía que largarse a casa. ¿Quién coño la había llevado allí, para empezar? 

Cargando editor
26/10/2017, 03:03
Enfermero

La bailarina no tardó en encontrar un pulsador con el que llamar al personal. Pudo oír, desde su posición en la camilla, un sonido suave en algún punto del pasillo: probablemente el aviso. Después de eso apenas pasó medio minuto antes de que un hombre con todos los indicios de ser un enfermero entrase por la puerta. Tendría unos cuarenta años y todo el aspecto de ser un guaperas empedernido.

—Has despertado —dijo enunciando lo evidente con una sonrisa—. Supongo que estarás desorientada —enunció acto seguido antes de decir otra obviedad—. Bueno, estás en el hospital.

El chico hizo una pausa, como si esperase a que asimilaras aquello que tan claro parecía.

—Te trajeron hace unos días después de encontrarte, pero un poco de sutura, transfusiones... Y ya estás casi recuperada.

Cargando editor
26/10/2017, 14:30
Cosette Mercier

Cosette no se entretuvo demasiado mirando al hombre que había entrado por la puerta, demasiado acostumbrada a que ese tipo de miradas se tomasen directamente como una insinuación. Así que le echó un vistazo rápido registrando que no sólo era guapo sino que era plenamente consciente de ellos y después bajó la mirada hacia sus muñecas vendadas mientras él hablaba. 

—¿Quién me trajo? —preguntó cuando él terminó, apresurándose a meter baza otra vez antes de dejarle responder—. Verá, no puedo quedarme aquí. No tengo seguro y si llevo ya días no voy a poder pagar la factura. 

Alzó la mirada para volver a contemplar al hombre durante un instante y luego miró la bolsa de suero. 

—Así que necesito que me quite esto y me deje irme. Por favor.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tengo Leer persona, así que hago tirada para ver por dónde me podría camelar al tipo XD. 

Cargando editor
27/10/2017, 01:17
Enfermero

En cuanto Cosette comenzó a hablar el hombre dio un paso adelante, adentrándose más en aquella escueta habitación. Tampoco respondió de inmediato, sino que dejó que la chica hablase antes de responder. Como si ella necesitase desahogarse. Y aún cuando acabó él hizo un movimiento con la cabeza, como queriendo que su pelo volviera a un lugar de falso despeinado, antes de hablar.

—Tómatelo con calma —dijo, atacando primero a la prisa de la chica antes de nada—. No te van a cobrar más porque te quedes hasta hablar con el médico. Y de todas formas yo no puedo darte el alta —enunció alzando un poco las manos, como si se declarase inocente de a saber qué. Fue entonces cuando Cosette lo vio claro. Aquel hombre, fuese por lo que fuese, quería verse como el héroe de cualquier historia. Si había un príncipe, ese tenía que ser él.

Con un paso más se colocó en los pies de la cama y tomó el informe médico. Lo observó sólo un instante antes de ladear un poco la cabeza mirando a Cosette. Para otros sería difícil saber si era curiosidad o un intento de seducción lo que había en su gesto. Por desgracia para la bailarina, sin embargo, lo segundo siempre solía estar presente.

—Te trajo la policía. La verdad, no sé si querrán hablar contigo antes de que te vayas.

Cargando editor
28/10/2017, 17:42
Cosette Mercier

La espalda de la chica se tensó de inmediato, erizándose por instinto al escuchar la palabra «policía». Pestañeó, confusa por lo inesperado de ese detalle, y se quedó en silencio algunos segundos. ¿Cómo y por qué la había encontrado la policía? ¿Acaso Brad les había mandado a su piso con alguna treta? 

Suspiró entre dientes, volviendo a mirarse las manos. Si la había llevado la pasma a lo mejor se hacían cargo ellos de la factura. Al fin y al cabo había sido su jodida decisión, ¿no? Ella no habría ido si le hubieran preguntado. ¿Y cuándo coño se había cortado? No recordaba haberlo hecho, joder. Bill se las iba a pagar. A saber con qué mierda había cortado el caballo que le había vendido. 

Finalmente levanto de nuevo la mirada, con ojos suplicantes. Tenía que intentar sacar lo que pudiera de aquel tipo para prepararse. Conocía a los de su tipo, vaya si los conocía. Tan ansiosos de elogios y protagonismo. Iban al club como todos los demás, pero estos siempre querían salvarte la vida, sacarte de la tarima y prometerte una vida mejor. Al menos hasta que se les pasaba el calentón y con él se olvidaban también de todas esas buenas intenciones. 

—¿Sabes por qué me trajeron? ¿Alguien les llamó o algo? ¿Y qué me ha pasado? No recuerdo nada de... —Alzó los brazos, como mostrando las vendas—... esto.

Cargando editor
01/11/2017, 23:12
Enfermero

Los ojos suplicantes de Cosette se encontraron con los de aquel enfermero que como resultado dio un paso adelante, metiéndose más en la habitación. Las preguntas de la chica encontraron primero una sonrisa que intentaba ser agradable como respuesta. Después el tipo avanzó un poco más, colocándose ya en el lateral de la cama.

—La verdad es que no tengo ni idea —dijo con aparente sinceridad—. Un tío calvo ha pasado por aquí preguntando varias veces. Se supone que le tenemos que avisar cuando estés como para hablar —expuso sin pararse a pensar si aquello no sería, por algún motivo, confidencial. En ese momento se sentó en la cama, al lado de la chica.

—Y lo que te ha pasado tiene toda la pinta de ser que te has cortado las venas —enunció sin ningún tipo de tacto—. Es normal que no te acuerdes. Nuestro cerebro a veces elimina los momentos más traumáticos, y lo tiene más fácil cuando son justo antes de la inconsciencia.

—En tu historial dice que tampoco es la primera vez que lo intentas —expuso yendo directo al grano. Entonces no se cortó a la hora de buscar la mano de Cosette con la mirada y luego volver a sus ojos—. Pero no te juzgo, esta ciudad tiene mucha mierda. —Cambió entonces su postura, dejando sus dedos sólo a dos centímetros de los de la chica—. Eso sí, estaría bien que no lo intentaras aquí. Para nosotros es un verdadero jaleo y, bueno... Aunque quieras irte pronto, estoy para lo que haga falta. —Y entonces sí, llegó ese momento. De manera aparentemente casual rozó la piel de ella. No es que no hubiera lascivia en sus palabras, su mirada o sus gestos, pero al menos aquel tipo parecía disimularla. De momento.

Cargando editor
02/11/2017, 04:06
Cosette Mercier

Cada paso de aquel tipo, cada pequeño avance, se iba restando de la cuenta atrás que inconscientemente Cosette había adquirido con el paso de los años. Siempre había un punto de no retorno y sólo esperaba sonsacar al enfermero lo máximo posible antes de llegar a él y tener que echarle el freno. 

La mención al tío calvo le hizo pensar en el policía que la había interrogado en el club. A esas alturas no recordaba cómo se llamaba el tipo, pero sí se acordaba de que no la había tratado como un objeto, que ni siquiera la había mirado de más. Pero cuando el tío habló de lo que se suponía que Cosette había hecho, la chica se miró las muñecas vendadas de nuevo. Si le preguntasen a ella habría jurado que estaba demasiado colocada como para hacer algo así. Pero, teniendo en cuenta el mal viaje de mierda que había tenido... No sabía si ese juramento sería del todo sincero. No se acordaba, pero a la vista saltaba que lo había hecho. 

Y, de repente, Cosette sintió el roce del enfermero en su mano, tanteando el terreno, y se le revolvió el estómago. Estaba tan hastiada de aquello... Resignada también, sí, pero profundamente hastiada. Apartó la mano con una mirada tímida y empezó a ponerse nerviosa. Se sentía desprotegida tumbada en la camilla y enchufada a la vía. Seguramente sólo llevaría el camisón y aunque estaba muy acostumbrada a desnudarse en una tarima o en una sala privada del club, en aquel momento se sintió vulnerable con sólo esa prenda. 

Evitó mirar más al tipo, para que no tomase el gesto como una invitación a seguir y entonces se llevó la mano a la frente, como si se encontrase fatal.

—Muchas gracias, pero ahora creo que lo que necesito es descansar un poco... 

Esperaba con eso ganarse al menos un rato de soledad, pero sentía una incertidumbre temerosa a que el enfermero no se fuese. ¿Se quedaría con ella buscando el momento para aprovecharse? ¿Lo habría hecho ya mientras estaba inconsciente? Esa idea la asqueó profundamente, pero después de la mierda que había visto a lo largo de su vida no se atrevería a desdeñarla fácilmente. 

—Supongo que intentaré dormir algo antes de que venga la policía y me dejen marcharme.

Cargando editor
12/11/2017, 23:16
Enfermero

La timidez en la mirada de Cosette cuando apartó su mano detuvo los avances del enfermero. Por el momento, al menos. Escuchó con cierta lástima lo que ella dijo, y su mirada se desvió hacia la puerta. Quizá comprobaba si había alguien que pudiera pillarles.

Una vez la bailarina insistió en su idea de descansar él pareció valorar qué hacer. Al final acabó por levantarse de la camilla y girarse en su dirección. Antes de decir nada alisó el lugar sobre el que se había apoyado, como si no quisiera dejar huella de que había cruzado aquella línea invisible.

—Te dejo descansar entonces —prometió—. Puedo traerte un calmante, si quieres. Iré avisando lo de que quieres marcharte, y bueno... —Dejó aquella frase a medias en el aire antes de llevarse una mano al cogote—. Si quieres cualquier cosa sólo tienes que pulsar el botón.

Cargando editor
13/11/2017, 02:13
Cosette Mercier

Cosette se sintió aliviada cuando el enfermero se levantó apaciguando sus peores temores y mantuvo la mirada baja, en sus propias muñecas vendadas. 

No te preocupes, estoy bien —respondió al asunto del calmante. Si el tipo no sabía nada más prefería no tenerlo cerca. Se frotó la frente otra vez, esperando parecer agotada—. Gracias por todo. 

Y con esas palabras apoyó la cabeza en la almohada y la giró hacia la pared, como si estuviese lista para intentar dormir un poco. No tenía nada de sueño, pero quería desembarazarse del enfermero y quedarse a solas intentando aclarar sus ideas hasta que llegase la pasma. 

Cargando editor
27/11/2017, 00:16
Jeremy Andrews

Tras sus palabras Cosette tardó varios segundos en escuchar la sucinta despedida del enfermero. El hombre debía haberse quedado ahí, como esperando a que ella dejase de darle la espalda. Finalmente los pasos indicaron a la bailarina que él había abandonado la habitación.

El tiempo comenzó a pasar lentamente. Un par de veces él pasó por allí, pero parecía buscar más la atención de la chica que ninguna otra cosa. El médico no llegó a aparecer.

Había pasado cerca de una hora cuando tres golpes en la puerta advirtieron a la chica que volvía a estar acompañada. Era el mismo policía que ya había conocido, con la misma ropa o una idéntica, y trayendo consigo el mismo olor a tabaco.

No dijo nada mientras entraba, e ignoró totalmente a la muchacha sólo para darse media vuelta y salir cuando echó un vistazo a la habitación. Un par de minutos más tarde volvió con una silla en las manos, la colocó ante la cama y tomó asiento.

—Bien, señorita Mercier —enunció lentamente, con el mismo desinterés que había mostrado anteriormente—. Cuénteme qué recuerda de lo que ha pasado.

Aquella era prácticamente la misma petición que había hecho la otra noche, cuando se habían conocido. Ni siquiera se molestó en preguntar cómo se encontraba: parecía acostumbrado a decir exactamente eso y a escuchar tomando notas. Era difícil saber si eso le convertía en un policía terrible o simplemente en un funcionario más. En cualquier caso en aquella ocasión se permitió una pequeña broma falta de gracia.

—Sé que le dije que no querría tener que volver, pero no era necesario el cambio de escenario —dijo, y por algún motivo algo parecía desentonar entre sus palabras y su actitud, probablemente el hecho de que recordase qué había dicho la otra vez. Entonces bajó la mirada hacia sus notas—. Estoy escuchando.

Cargando editor
29/11/2017, 21:09
Cosette Mercier

El rato que Cosette pasó a solas no le sirvió para aclararse a sí misma qué había pasado, pero sí para hacerse consciente de que no iba a servirle de nada intentar mentirle a la policía sobre su viaje. Estando en un jodido hospital no existía la posibilidad de que no hubieran encontrado la droga en su sangre. Y si llevaba allí tanto tiempo como había dicho el enfermero... Era tarde para que la pasma no lo supiera también. 

Intentó forzar su mente a recordar, pero con la oscuridad tras el pinchazo sólo se entremezclaban retazos de sueños, de pesadillas más bien, y sólo podía maldecir a Bill por el caballo chungo que le había vendido. 

Se hizo la dormida cada vez que el enfermero entró en su habitación, evitando darle cualquier tipo de ánimo para hacer más avances de los que ya había hecho antes. Y así, cuando el agente entró en la habitación, se incorporó un poco en la camilla para observarlo ir y volver con la silla. Intentó esbozar una sonrisa con la broma que dejó caer, pero no le salió demasiado bien. 

—E-en realidad no recuerdo demasiado —dijo, bajando la mirada a sus muñecas—. Después de hablar con usted me despidieron. Fui a casa.

Se mordió el labio. Notaba ese picor en el brazo y empezó a mover la mano para rascarse, pero la tensión de las heridas y las vendas la hicieron detener el movimiento sin llegar a completarlo.

—Me metí un chute —reconoció con un tono cargado de inevitabilidad—. Y me desperté aquí. 

Frunció los labios en una especie de mueca y se encogió de hombros. 

—Parece que no me sentó muy bien. 

Cargando editor
03/12/2017, 02:40
Jeremy Andrews

Ya en el momento en que Cosette dijo no recordar demasiado la mirada del hombre se dirigió a su libreta. Comenzó a tomar notas. No parecía apresurado, ni mucho menos, y sin embargo parecía que estuviera apuntándolo todo.

El escaso tiempo que pasó desde que la bailarina dijo haberse ido a casa hasta que reconoció que se había drogado el hombre lo pasó aún mirando hacia abajo. Aquello no pareció despertar en él demasiado interés, ni curiosidad, ni tampoco adoptó esa actitud entre aconsejadora y amenazante que solía venir con el trabajo cuando oían algo así. En lugar de eso siguió escribiendo, y sólo cuando ella terminó de hablar él respondió con otra pregunta. La hizo sin mirarla aún a los ojos, como si aquello fuera pura rutina.

—¿Qué recuerda de ese chute? ¿Cómo es normalmente para usted? ¿Se acuerda de algo fuera de lo común?

Cargando editor
06/12/2017, 01:55
Cosette Mercier

Por un instante Cosette miró al policía extrañada, planteándose si había alguna forma de que él supiera que había sido diferente esa vez. Tal vez la habían visto hacer algo o había dicho algo mientras estaba inconsciente... Era imposible saberlo y la stripper empezó a tironear con los dientes de una piel suelta de su labio, fruto de los nervios. Hasta que finalmente suspiró y empezó a responder. 

No fue normal —reconoció, intentando no darle demasiada importancia a la normalidad—. Al principio sí, pero luego tuve pesadillas raras. No me había pasado nunca.

Se sentía extraña junto a aquel hombre. En cierta forma agradecía no tener sus ojos recorriéndola mientras la escuchaba, como solía pasarle. Pero, por otro lado, esa diferencia la hacía sentirse aún más insegura, como si se tambalease la solidez del suelo que siempre había dado por hecha. Le costó, pero finalmente reunió el valor para añadir algo más, mirando hacia sus muñecas vendadas.

—Disculpe, pero... ¿puedo preguntar por qué la policía está interesada en lo que me ha pasado? —Hizo una pausa y bajó un poco más el tono, titubeante—. ¿D-debería buscar un a-abogado?

Por todos los cielos esperaba que la respuesta fuese negativa. Sin trabajo no podría afrontar los honorarios de un abogado, aunque ni siquiera se le ocurría de qué podrían acusarla. La policía no movilizaba tantos medios sólo por un caso de consumo de droga. 

Cargando editor
09/12/2017, 03:28
Jeremy Andrews

El policía apartó su vista de la libreta en el mismo instante en que Cosette reconoció que aquel chute no había sido normal. Apuntó algo más con cierta parsimonia y luego siguió escribiendo.

Para cuando ella comenzó a preguntar él tardó unos segundos en contestar. Habló con calma, con una sinceridad que era desconcertante.

—La verdad, señorita Mercier, es que no creo que pueda pagarse uno propio —enunció sin llegar a mirarla. Aún hablaba con el mismo tono de quien sólo hace su trabajo un día más—. Y con los que el estado ofrece más le valdría esconderse y ser considerada una fugitiva que ser defendida por uno de ellos. Ganaría más tiempo de libertad.

—En cuanto a por qué estamos interesados... —Ni siquiera en ese momento llegó a mirarla—. Que la misma noche que sucede una muerte de la que se le podría considerar culpable usted intente suicidarse resulta, cuanto menos, sospechoso.

—Mientras estaba drogada —prosiguió sin la consideración de dar tiempo a la chica de que asumiera lo que él acababa de decir—, ¿no recordará haber visto un conejo blanco?

Cargando editor
09/12/2017, 23:30
Cosette Mercier

La realidad de su economía pesaba como una losa al escucharla de labios del policía e hizo que Cosette volviese a mirarse las manos. No, no iba a poder pagar a un abogado ni en mil años. Y nunca había tenido problemas con la pasma, pero por lo que había oído a la gente del club... Bueno, el hombre tenía razón con lo de los abogados de oficio. 

Empezó un suspiro, pero se le cortó en seco al escuchar que ella podía ser sospechosa de la muerte de aquel tipo calvo. Levantó la mirada como un resorte y notó que los labios le temblaban. ¿Culpable? ¿No era ella la víctima? Pensó que eso podía ser una venganza de Brad, intentando culparla por lo que le había dicho esa noche. Boqueó, tomando aire en dos tiempos, sin ser capaz de plantearse a qué venía la pregunta del policía. 

—¿B-blanco? —repitió, por pura inercia, antes de que sus labios respondiesen—. No. Había una chica con una máscara de conejo. Una especie de chica —matizó.

Frunció un poco el ceño al pensar en las pesadillas que le habían jodido el cuelgue, pero fue un brevísimo instante antes de que regresara a lo más importante.

—P-pero, pero... ¿Cómo que se me podría considerar culpable? Y-yo no hice nada, ese hombre me atacó. Había mucha gente en el club, ellos lo vieron. Yo no le hice nada.

Tomó aire, asustada por la magnitud de aquella posible acusación. Sentía cómo los ojos le picaban y pestañeó varias veces antes de añadir algo más, con la voz teñida de inevitabilidad.

Y ni siquiera recuerdo haberme cortado esta vez. 

Cargando editor
09/12/2017, 23:59
Jeremy Andrews

La respiración entrecortada de Cosette no atrajo la atención del policía más que un instante. Sí la miró un poco más cuando continuó hablando de la chica con máscara de conejo, pero no tardó en volver a llegar sus ojos hacia las notas.

Luego, con la pregunta y posterior justificación de ella, el hombre no llegó ni a encogerse de hombros. Habló con calma dando claramente más información de la que cualquiera debería dar.

—El problema de la gente de su club, señorita Mercier —comenzó— es que prácticamente ningún cliente quiere hacer una declaración oficial. El portero, el señor Hudson, ha testificado en su favor, pero es evidente que lo ha hecho para cubrirla: ni siquiera estaba allí. Y nuestros forenses han dictaminado que es prácticamente imposible que ese hombre se clavara la navaja con esa fuerza en ese ángulo preciso.

En ese momento el hombre sí dejó de apuntar, Probablemente porque estaba hablando más él que la propia bailarina.

—Así pues, es usted nuestra única sospechosa. Nadie cree que fuera algo intencionado, sino en defensa propia. Pero en cuanto esté lista para marcharse de aquí deberá acompañarme a comisaría.

El detective seguía hablando con la misma calma de siempre. No había llegado a aclarar si Cosette le acompañaría en calidad de detenida, pero parecía bastante probable que así fuera.

—Otra cosa más. Este caso se cruza con otro de narcóticos, uno relacionado con drogas en mal estado. Por si acaso voy a tener que pedirle que me dibuje a esa chica de la que habla, o mandar a alguien para que realice un retrato robot.

Cargando editor
10/12/2017, 22:07
Cosette Mercier

Una honda tristeza anidó en el pecho de Cosette al escuchar hablar al detective. Claro que nadie iba a querer hacer una declaración: estaban en un club de striptease, sus mujeres, sus novias, sus hijos... No querrían que nadie se enterase de que habían pisado un lugar como ese. Tuvo un fugaz pensamiento agradecido para Todd, pero no tardó en perderse en el miedo que empezaba a extenderse bajo su piel. Había pasado gran parte de su vida encerrada en el orfanato. Ahora podía acabar encerrada en la cárcel. Ninguna de las dos cosas serían culpa suya, pero así era el mundo. 

—No fui yo —insistió, sintiéndose débil—. Ni habría podido. Me estaba aplastando y tenía el cuchillo en mi cuello... No le hice nada. 

Sintió ganas, por un instante, de escapar y esconderse, como el mismo agente le había sugerido. Pero ese impulso no tardó en ahogarse entre el miedo y la tristeza. No se sentía con fuerzas para rebelarse ante la autoridad de aquel policía. ¿Y dónde iba a ir? No podía meter a Jack en un lío así, después de todo lo que él había hecho por ella encontrándole el curro en el pub. Y, sin embargo, no se le ocurrían muchas más opciones. 

El resto de palabras del detective, esas sobre las drogas chungas, le resbalaron un poco, con lo que tenía encima. Asintió de forma desvaída. 

—Yo no sé dibujar —fue todo lo que respondió antes de que su garganta se cerrase y sus ojos se quedasen vidriosos, contemplando las vendas de sus muñecas. 

Cargando editor
22/12/2017, 00:34
Jeremy Andrews

El hombre escuchó las palabras de Cosette sin mirarla a los ojos. Parecía que no importase realmente lo que ella pudiera decidir. Aún así tomó nota de algo en su libreta y cuando ella terminó de hablar se tomó un instante antes de ponerse en pie.

—Personalmente, la creo —dijo hablando como si tener una opinión le diera cierta pereza—. Pero mi trabajo no es creer una cosa o la otra, sino encontrar un culpable. Y los forenses dicen que no puede haber sido él —aseguró, mirando a los ojos a la muchacha como si lo hiciera por primera vez. En ese momento mantuvo un instante de silencio, por si ella quisiera añadir algo. Una confesión, quizá, aunque no pareciera probable.

Con lo que había dicho sobre su trabajo el detective no parecía pensar que estuviera diciendo nada disparatado a pesar de lo evidente que resultaba. Es más, incluso daba la impresión de creer que ese era de verdad su cometido, y que eso fuera precisamente lo que desde el principio le causase esa misma desgana con la que había obrado todo el tiempo.

—Enviaré a alguien que dibuje.

Cargando editor
22/12/2017, 00:48
Cosette Mercier

Cosette levantó la mirada con aquella declaración perezosa pero al mismo tiempo sorprendente que llegó de boca del detective. Se preguntó si sería significativo en algún sentido que él la creyera, pero enseguida él mismo aclaró que no y la chica empezó a morderse el interior del labio, nerviosa y desesperanzada.

—Si no pudo hacérselo solo, alguien de los que estaban allí debió hacerlo —dijo, con la voz impregnada de desesperanza—. Pero yo tampoco pude y no lo hice. 

Tras esa última y débil protesta ante un sistema que podía culparla injustamente, apartó la mirada del detective y recostó la cabeza en la almohada, esperando a que simplemente se marchara y la dejara sola.