Partida Rol por web

Después de un minuto que le cuesta pertrecharse, Anzak se reune con los demás en la rampa de entrada de la nave. Antes de llegar escuchó a Hannah hablando, y al llegar vio a la joven seguir con su monólogo mirando hacia la selva.

Tras abrocharse la mochila, mietras negaba conla cabeza, el contrabandista se acercó a Hannah y la cogió por los hombros mirándola fíjamente.

-Hannah, haz caso a Gunar, si hablamos o hacemos cualquier ruido podremos llamar la atención de cualquier bicho que crea que somos su almuerzo.

Luego se giró hacia el grupo y les habló:

-Todos unidos lograremos sobrevivir mejor. Uno por delante un par de metros explorando el camino...¿Gunar?. Yo detrás con el mapa en mi datapad para no perdernos. Gaheris ¿cierras el grupo?. Los demás como queráis sin sacar mucho la cabeza del tiesto. ¿Os parece?

Cuando mis compañeros interpretan mis palabras al senador sobre disponer de una nave como si fuéramos a recibirla como pago no se donde meterme avergonzado. Una fugaz mirada de Bail Organa me da a entender que como político esta acostumbrado a estas situaciones.

Al subir de nuevo a la Banshee la familiaridad con que se tratan Anzak y la capitana Sirona me confirman lo que pensé en el anterior viaje. Procuro dejarles el máximo de intimidad en una nave tan pequeña.

La llegada justo delante de un destructor imperial no parece la mejor forma de comenzar haciendo imposible que logremos encontrar la guarnición hastiada de aburrimiento. Debian tenerlo y ahora estarán ansiosos de localizarnos para salir de la monotonía. Por otro lado, no me acaban de dar buenas sensaciones la forma de vida de este planeta, no. Por mucho que le guste a Hannah.

No puedo dejar de admirar la habilidad como piloto de Sirona con su rápido aterrizaje antes de que los imperiales acierten a reaccionar.

No deseando robar les unos segundos a la parejita me limito a expresarle mi reconocimiento con el saludo militar de Alderaan justo antes de ir a recoger mi equipo y bajar la rampa esperando que nos guíen los más preparados para hacerlo.

Asiento ante las instrucciones que imparte Anzak sobre el orden de marcha colocándome con Hannah y Sand en la parte central.

Gunar asiente ante las palabras de Anzak, esperando que convenzan a Hannah. Desde luego suena mucho más convincente que Gunar, pero claro, Gunar es un soldado.

- Si estamos todos listos, adelante. Cualquier cosa extraña que escuchéis os paráis de inmediato y os agacháis ligeramente. Si quiero que retrocedáis os haré este gesto y cuando haya que avanzar de uno en uno... - Gunar acompaña sus palabras con gestos claros fáciles de hacer y de interpretar para todos. Así continúa explicando cómo se comunicarán en la selva si se encuentran con algún obstáculo, animal o patrulla, asignando símbolos a cada uno de ellos.

- ¿Todo el mundo lo tiene claro? ¡Adelante! A ver si la Fuerza nos acompaña un poco.

Un planeta con tanta vegetación y vida salvaje abrumaba mi percepción de la fuerza, hacía tiempo que no sentía algo así.

Parecía que mis compañeros ya tenían claro cuál iba a ser la manera de proceder, así que sin más me coloque en mi lugar en la formación que habían diseñado.

Mi puesto en la formación era próximo al de Hannah así que aproveche para dirigirme a ella –En Alderaan digites que creías que tu padre estaba vivo y era un jedi ¿Qué le paso?-
 

Cita:

Me sitúo en la posición asignada por Anzak cuando Sand, el Jedi del grupo se dirige a mi.

- ¿Mi padre? - le respondo con una sonrisa algo falsa, pensar en mis padres me hace poner triste - Huía junto a papá y mamá de unos miembros del Clan Darlight... son familiares nuestros que se han pasado al Lado Oscuro y adoptan ese apellido. Nos prepararon una emboscada y tuvimos que separarnos para poder salvarnos y huir. Después de eso no he sabido nada más de ellos, pero sé que están vivos. Papá es un Jedi, no tanto guerrero, prefirió elegir la diplomacia y es bueno en su tarea, ha mediado en algunos conflictos con resultado satisfactorio. Yo nunca pude desarrollar habilidades Jedi, no se si por que no soy capaz o por si papá no lo veía bien. Pero aunque no tenga esos poderes, se que mis papás están vivos. Si les hubiera pasado algo lo sabría... están bien, lo sé.

Aprieto los puños mientras reprimo una lágrima rebelde que asoma por mi ojo y quiere recorrer la distancia de melancolía que abarca mis mejillas.

- Desde entonces que los estoy buscando - digo mientras limpio con la manga de mi blusa la lágrima y los mocos que empezaban a caerme - Conseguí encontrar a mi prima Amaia, y me dijo que se habían encontrado y que ellos estaban vivos y escondiéndose para estar a salvo, y que confiaban en mi y sabían que nos encontraríamos. Amaia es Jedi y me dijo que me encontrara con Anzak. Se conocen y saben que Anzak cuidará bien de mi hasta que me reúna con mis padres. Es un bribón, pero leal, noble y con un enorme corazón.

Amaia es Jedi y me dijo que me encontrara con Anzak. Se conocen y saben que Anzak cuidará bien de mi hasta que me reúna con mis padres. Es un bribón, pero leal, noble y con un enorme corazón.

Anzak echó la cabeza hacia atrás y levantó una ceja al oír su nombre. Luego negó nuevamente y sin querer entrar en la conversación terminó de girarse y habló para todos.

-Chicos, debemos estar atentos ahí fuera. Es un planeta que no conocemos por lo que no sabemos cuales pueden ser sus peligros. Tenemos que poner todos los sentidos y hablar lo menos posible -y al decir esto miró a Hannah intencionadamente-. Somos un grupo y debemos funcionar como tal, ayudándonos los unos a los otros.

El contrabandista mira a cada uno de ellos y luego continuó.

-Bien, si estáis preparados, salgamos cuanto antes, no me gustaría estar mucho tiempo a merced de esta selva.

Vuestros primeros pasos en la superficie de Felucia dejan claro que el planeta está realmente vivo. Hongos gigantescos se levantan sobre vuestras cabezas, y sus  pabellones colgantes crean una espesura que bloquea casi toda la luz solar del planeta. Cada paso en el suelo de Felucia levanta insectos y otros hongos sobre la superficie. El sonido de la jungla es intenso y extraño, lleno de los sonidos de cientos de insectos y animales moviéndose entre los pantanos de hongos, formando todo parte de un ecosistema vivo y vibrante.

En la primera hora de viaje, Gunar entró por accidente en una poza de ácido, os apresurásteis a intentar sacarlo, mientras el líquido quemaba vuestros brazos, y piernas, y estuvísteis a punto de no conseguirlo, y menos de una hora después, al rozar uno de los hongos, varias esporas salieron disparadas hacia Raleg, que, afortunadamente, las vio con tiempo suficiente para agacharse, y éstas pasaron de largo impactando contra un grueso tronco que había detrás, y estallando.

Decididos a ir con más cuidado, las siguientes horas prestásteis bastante más atención, habíais estado avanzando en círculos, pero finalmente Gunar pareció comprender el efecto de este planeta sobre los aparatos electrónicos, y lograsteis avanzar hacia vuestro destino.

Caía la tarde cuando Hanna pasó demasiado cerca de unos hongos planos, que rasgaron la pernera de su pantalón y penetraron en el muslo como si fuera mantequilla, haciendo un feo corte en el mismo

Caía la noche y estábais agotados cuando de pronto Sand desapareció de vuestra vista, corrísteis hacia su posición, y le encontrásteis agarrado al borde de un agujero que había sido excavado por las raíces de las setas gigantes, el agujero oscuro parecía descender varios metros, ya que no se veía el fondo.

Tras ésto, decidísteis que era mejor dejar de avanzar hasta que volviera la poca luz que se filtraba por las copas de las setas, ya que temíais no ver el siguiente peligro al que os enfrentárais...

Teníais que acampar

Para tu sorpresa, cuando tratas de sentir la fuerza a tu alrededor, descubres que todo el planeta rebosa de ella, casi aturde tus sentidos, puedes mantenerlo, pero te levanta dolor de cabeza

La selva no les daba tregua y a cada paso que daban se enfrentaban a alguna prueba diferente y mortal que la propia selva les imponía como reto de supervivencia. No había espacio para débiles y melindrosos. O estabas atento o morías.

Anzak miró al cielo...o lo que podía ver de éste entre los sombreros de los gigantescos hongos que hacían una cúpula casi impenetrable. El sol se retiraba.

-Debemos montar un campamento -dijo escuetamente mirando a uno y otro lado buscando un sito adecuado.

Si bien por el día la selva les había sacudido como si fueran una piñata durante todo el trayecto, no quería saber qué podría depararles durante la noche. Debían buscar un lugar donde estuvieran a salvo y pudieran curar las heridas sufridas.

-Busquemos un sitio elevado, tendremos más oportunidades de ver qué se nos acerca. No quiero que nadie vaya solo, así que como mínimo en parejas incluso para ir al "baño".

Tras decir esto se giró y miró en su derredor para buscar un sitio en altura que les proporcionara algo de cobertura y estuviera más o menos seco.

 Escuché con pesar la historia de la chica, Hannah. Perder a tus padres, por culpa de la traición de unos parientes, no me imagino una traición peor.

 Luego Anzak sugirió montar un campamento y asentí:

 - Debemos establecer turnos de guardia.

Cita:

Devuelvo una sonrisa a Anzak, aunque no entiendo por qué me ha mirado a mi, si yo casi nunca digo nada...

Cita:

- ¡Ayyy! - no puedo evitar un grito de dolor al notar como esa maldita seta me rasga la carne del muslo. - ¡El pantalón era nuevo! Y encima es un Versaccio. Sí, de rebajas, pero no deja de ser un Versaccio. Y aquí no tengo nada para coser... Y no me gusta llevarlo rasgado, nunca me ha gustado esa moda de romper la ropa... No es nada elegante. En fin, tendré que arreglármelas así, si me tapo con la túnica no se ve mucho. - digo mientras tapo mi pierna, aunque creo que alguno ha aprovechado para mirar mi muslo. Alguna mirada furtiva ha habido, seguro.

Cita:

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- Ah, no, eso sí que no. Quiero mi intimidad. Si viene alguien tendrá que alejarse un poco y ponerse de espaldas.

La conversación con Hannah me había dado la esperanza de que no había sido el único jedi que había sobrevivido a la caza por parte del imperio. –Si esta en mi mano te ayudare a encontrarles-

El camino había tenido sus sobresalto, incluida mi ligera caída, el esfuerzo ya empezaba a hacer mella en mis compañeros y en mí. Así que cuando Anzak dijo de acampar, no perdí el tiempo y le secunde es su propuesta –La noche en movimiento puede ser difícil así que mejor descansar-
 

- Debemos establecer turnos de guardia.

 -Yo no necesito dormir, con solo descansar cuatro horas me llega, así que podre apoyar en las guardias a cualquiera de los que este-

Yo no necesito dormir, con solo descansar cuatro horas me llega, así que podre apoyar en las guardias a cualquiera de los que este

-Perfecto, entonces montemos guardias, serán necesarias. Yo creo que mejor de dos en dos, para apoyarnos y no quedarnos dormidos....todos me nos los heridos que descansen esta noche, pues mañana os quiero a tope ¿Hago yo la última con alguien?- se postuló el contrabandista.

- ¡Ayyy! - no puedo evitar un grito de dolor al notar como esa maldita seta me rasga la carne del muslo. - ¡El pantalón era nuevo! Y encima es un Versaccio. Sí, de rebajas, pero no deja de ser un Versaccio. Y aquí no tengo nada para coser... Y no me gusta llevarlo rasgado, nunca me ha gustado esa moda de romper la ropa... No es nada elegante. En fin, tendré que arreglármelas así, si me tapo con la túnica no se ve mucho. - digo mientras tapo mi pierna, aunque creo que alguno ha aprovechado para mirar mi muslo. Alguna mirada furtiva ha habido, seguro.

  Por suerte, mi máscara me permitía realizar miradas furtivas sin que nadie lo pudiera notar. ¡Madre mía, que muslo más apetitoso!. ¡La niña está para comer pan!.

 Cuando se estaba eligiendo los turnos, Hannah dijo algo que me preocupó:

- Ah, no, eso sí que no. Quiero mi intimidad. Si viene alguien tendrá que alejarse un poco y ponerse de espaldas.

 - Un depredador solo necesita eso para atacarte por la espalda y matarte antes de que tu compañero pueda darse cuenta de nada. - Le respondí directamente. - Puedo enumerarte media docena de seres que conozco, de diferentes mundos, que tienen esa capacidad, por así de pronto, y estoy seguro de que este planeta no es ninguna excepción. Es más, los planetas selváticos suelen ser el patio de juegos de ese tipo de seres...

Cita:

- Vaya, parece que sabes mucho de esto. Pues serás mi escorta y vigilarás bien y espero que no me pase nada, o sea que no te distraigas. Pero antes debo curar mi herida...

 Fue una suerte que mi casco tapara mi cara, pues debía de ser todo un poema en ese momento. Tratando de no fijar mi vista en su muslo, respondí, de manera fría y profesional:

 - Como quieras...

 Sin embargo, por dentro, estaba bailando de contento.

- Espero que entiendas - continuo mientras sigo mirando la herida - que eso quiere decir que no debes mirarme a mi, si no a todo mi alrededor. Si me miras a mí no verás acercarse a ningún bicho.

Le lanzo una de mis sonrisas malévolas.

 Con voz fría, respondí:

 - Por supuesto, soy un profesional...

  A continuación seguí mirando a mi alrededor, ignorando cualquier otro comentario malicioso por su parte, aunque para mí mismo pensaba:

 - Sigue mirándome así, niña, y te pondré mirando cara a Mandalore...

Anzak escuchó la conversación entre Hannah y Gaheris y negó con la cabeza.

-Dejarlo ya tortolitos. Ya tendréis tiempo para conoceros mejor cuando todo esto acabe -dijo Anzak mientras iniciaba la búsqueda de un lugar mejor para acampar-. Además...sí que me pegáis como pareja; los dos jovenes y apuestos, en la flor de la vida. Además, los extremos se atraen. Uno que aparenta fortaleza y decisión y la otra que aparenta fragilidad e ingenuidad...aunque quién sabe lo que realmente lleva uno dentro...Sí, pegáis.

En la cara del contrabandista había aparecido una sonrísa pícara, correspondiendo a las palabras que les había dicho a ambos.