Partida Rol por web

La noche estaba quieta y la casa algo solitaria.
David se encontraba recostado en su habitación mirando hacia el techo de madera de la cabaña alpina en la que vivía con sus padres.

Justo por encima de los pies de su cama, en la pared opuesta, había una ventana que mostraba las maravillas de las montañas y las brillantes estrellas que, a diferencia de la ciudad, se mostraban con todo su esplendor gracias a la falta de polución.

La televisión estaba apagada, los libros de su pequeña mini-biblioteca, a la derecha de su cuarto, estaban todos acomodados por volúmenes y categorías.

La Pc no funcionaba hace siglos, a su lado: una caja de herramientas y otras tantas cajas con placas.
David había recibido ese mismo día por expreso la memoria Ram que había pedido, la placa gráfica y un nuevo mother.

David sentia que en dia, se sentia algo agobiado, habia esperado por dias el paquete que estaba esperando, miraba las placas y la pc a lo lejos desde su cama, sin ganas de armarla y de integrar sus componentes.

No siento ganas de armar el mother, podré sobrevivir sin pc por unos dias mas. -Se replanteaba en su cabeza-Debo tambien estudiar para rendir la semana que viene el examen en la cuidad-Se gira de la cama, y ve a los libros sobre la estanteria, alli todos ordenados-Me costo mucho ordenarlos, seria una pena sacarlos ahora, para leer tan solo un rato.

poniendose boca abajo en la cama, y tapandose la cabeza con la almohada, comienza a bostezar, sin fuerzas, la pereza en el dia le estaba ganando el dia.

Bendito dia! Hoy me ha atacado el alma no hacer nada- Se decia bajo la almohada que cubria aun su cabeza.

Estirando sus piernas y brazos en signo de aburrimiento, David tira a un costado la almohada y ve el paisaje por fuera de la ventana. Las estrellas le daban una sensacion de paz y la noche, algo fria y solitaria, le dieron fuerzas. Se levanto de la cama con mucha fuerza de voluntad, agarro una campera de corderoy, y salio hacia el exterior para ver el paisaje, por fuera de la casa.

El colchón de hojas secas en el piso le hicieron de alfobra durante el tiempo en que estuvo caminando.
Salió de la casa y bajó los tres peldaños de la escalera que conducían al pórtico principal.

Su casa era pequeña, el viejo taunus verde dormía en el garage a su izquierda y el faro que iluminaba su manzana apenas tenía fuerzas para emitir un sonido entrecortado de algún cortocircuito entre los, a lo sumo, dos cables que lo mantenían prendido.

la calle transversal era pavimentada y frente a su casa tan sólo había bosque.
a su izquierda, y más allá de su propio garage, estaba la casa de su vecino Esteban.

Esteban era un adolescente de unos 19 años que vivía con su hermana.
Ambos habían perdido a su familia biológica en un accidente el año anterior:
Habían ido a visitar a su abuela, Nora, en las afueras de la ciudad a un extremo opuesto de Mendoza.
La mujer cumplía sus 93 años el día en que la pérdida de gas en su cocina fue detonada de algún extraño modo y ella misma, junto con los padres de esteban y el hermano menor, Leandro, murieron en el fuego.

David recordaba perfectamente aquél día. Él se encontraba allí.
Esteban era uno de sus amigos más frecuentes desde hacía años. Ese día lo había invitado con ellos:
Salieron de mañana todos apretujados en el auto del padre de Esteban.
Entre juegos y corridas David sintió un olor extraño. Al acercarse a la cocina, cruzó el umbral y todo voló en mil pedazos.
David estuvo internado quince días y fue allí donde se enteró de la muerte de los padres de Esteban.
Durante el último año ya casi ni se hablaron ya que Esteban se apegó muchísimo a su hermana y David no quería entrometerse en su relación.

David al salir y recorrer las solitarias calles del pequeño pueblo, alejado de la soberania de la cuidad. Sus ojos estaban caidos, y los faroles no ayudaban mucho con su estado de animo, caminando paso a paso, algunas veces pateando a las inocentes e inanimadas hojas que estaban el pavimento.
Su recorrido duro unos cuantos minutos, una vuelta manzana y retorcimientos en el estomago, le causaron malestar y dolor de cabeza. Rumbo de vuelta a la casa, casi inadvertido perdido en sus pensamientos y en su misma mirada al raz del suelo, un pequeño zumbido hizo que se girara a la izquierda inconcientemente.

En un primer momento, no reaccionó, pero a la tercera pisada, una segunda mirada, hizo que se girara y se detuviera un momento en la casa. Mirando, totalmente parado a la casa, y haciendo una sonrisa caida, de pena y dolor, reconocio la misma casa la cual se quedo mirando por unos minutos. Entre pestañeos y donde solo el silencio de la mirada y los recuerdos que se avecinaban en su cabeza sobre aquel accidente, que ya no recordaba solo en momentos por la noche. Siguió rumbo a su casa...

Al llegar, no quiso entrar, se fue directamente a la parte trasera de la misma, y comenzó a recordar lo poco que se acuerda del aquel accidente.

Hace tiempo que Teby no aparece por aqui. -Le decia Teby a su "mejor amigo" Esteban-Ha pasado ya un año... Vaya que ha pasado largo tiempo.-Sentado en una silla-hamaca, comenzaba a tambalearse en la misma en signo de incomodidad emocional-La explosion, sus padres, dias de agonia... Es demasiado con tan solo pensarlo, desde entonces, solo me lo he encontrado de a ratos, durante semanas de cautiverio hogareño junto a su hermana...-Se amacaba cada vez mas fuerte-Me siento algo culpable por lo sucedido, quizas si yo no hubiera abierto esa puerta, ellos estarian vivos...o quizas no.-Dejando se amacarse, en silencio, mientras la hamaca perdia poder de impulsividad y se iba deteniendo, David se concentraba en el cielo y en las estrellas, para cuando la silla-hamaca paró, baja la cabeza hacia el suelo, se toma una de las rodillas Ojala algun dia, teby pueda entender lo que es para mi todo esto...Por algo la vida, quizo que yo estuviera aqui hoy, lamentandome.-Se levanta y recorriendo el corto tramo de la silla hasta la puerta de la casa. Girando la perilla, se dice en voz alta, como si las palabras salieran de su alma-No hay nada que pueda hacer en este momento...

Ya eran las dos de la mañana del viernes 09 de Noviembre.
La noche se ponía fría y las luces de las pocas casas vecinas se iban apagando poco a poco indicando que sus habitantes ya dormían.

La casa de Esteban se encontraba cobijada por un enorme, pero cálido, silencio.
Por la ventana que daba a la sala, se veía a alguien descansando brazos y torso sobre el marco. Todo a sus espaldas estaba apagado.

Por otro lado, la casa de los Menendez, a su derecha, reproducía gritos y peleas: Nada acorde al horario.

Dentro de la casa de David pululaba el mismo fantasma que en la casa de Esteban, el fantasma de la oscuridad y la angustia.

Entre los colores de su propio parque y los aromas salvajes que despedía el otoño en Mendoza, se mezclaba un sabor amargo. David no distinguía bien qué era.

Cerrando la puerta del patio trasero, david se divisaba con la cocina, sin rastro de hambre en su interior, abre la heladera y saca la botella de agua,la cual comienza a tomar del pico, sin vaso. Una vez terminado su sed, la deja a un costado por encima del mostrador. Al caminar a la sala de estar, los gritos tenues que llegaban de la casa de los Menendez no preocupaban a David, aun mas a esas horas.

Todos tienen problemas, incluso las familias mas perfectas. Quizas por ello nunca tube hermanos.

Dejandose caer sobre el sillon individual de la pequeña sala de su triste y deshabitada casa, David se toma del pelo y comienza a fregarse los ojos con sintomas de sueño, pero sin cansancio encima. Sus dias son aburridos, y aun mas cuando sus padres no estan.

Creo que mañana mismo comenzare a ensamblar las piezas de la Cepeu. Por lo menos me entretendre de a ratos con algun que otro juego, hasta cuando puedan ponerme internet.

Levantandose, y dirigiendose hacia una ventana, corre la cortina y mira de reojo la casa de Esteban. Solitaria, sin colores y totalmente entre la oscuridad. David suspira resignado que nada puede hacer por ellos, al menos por un buen tiempo mas.

Su sueño era de aburrimiento, pero no sentia sueño,habia dormido toda la tarde, y sin agotamiento fisicos, el sentia como si fuesen las 12 am, sus energias estaban al maximo aunque sus ganas y su voluntad para hacer cosas no decia lo mismo.

Rondeando por la casa, como un perro buscando su propia cola, el joven no sabia que hacer. La tele era muy ambigua a esa hora, y solo mucho no podia hacer.

Tomando un mazo de cartas de un cajon medio empolvado, comienza a jugar un solitario tirando absurdamente las cartas sobre la mesa de tomar el te.
Los minutos se tornaban muy alargados, cada as sobre la mesa era totalmente un mal augurio. Entre bostezos y bostezos, david comienza a sentir un gusto amargo. La soledad, el silencio, la oscuridad de la casa y mas aun sobre su alrededor, no eran de las tipicas noches en las cuales solia estar acostumbrado. Dejando el mazo restante sobre la mesa. David se asoma a la ventana nuevamente pero esta vez a la que daba al parque trasero de su casa, arrastrando la cortina hacia un lado, y asomando su mirada hacia el sillon-hamaca, veia que este se estaba meciendo a causa del viento que comenzaba a soplar mas fuerte.

Parece que va a llover.

"La cocina ardía en llamas, los gatos estaban sobre la mesada de mármol maullando sin cesar. La escalera de madera que se encontraba a la izquierda ya había entrado en contacto con las llamas y se habían mimetizado en una sola. Los cuartos eran inaccesibles a causa del fuego.

Esteban seguía afuera con los amigos de ambos. David no podía contener el huracán que se desataba en su pecho.

De a poco la visión se le iba nublando y el humo se apoderaba de los pocos sentidos que le quedaban en pié. Los gritos eran lejanos y su instinto de supervivencia se apagó junto con sus intentos de respirar.

La escena cambió como si la página de un libro hubiese sido volteada.
Había muerto, o al menos eso le decían sus ojos y su corazón.
Sus piés ardían. Una barrera de fuego lo acorralaba.
David estaba en una isla desconocida. Todo a la lejanía era agua.
El círculo que le contenía se elevaba hasta sus hombros dejándole tan solo espacio para moverse no más de dos pasos a cada lado.
-¿Ya elegiste?

Luego de oir la voz en su cabeza, David se despierta.
La ventana seguía abierta pero esta vez pintaba un paisaje veraniego. La hamaca estaba inmóvil esclavizada por las cadenas de la monotonía.
Las hojas otoñales seguían acolchando el suelo, pero detrás de las montañas el sol bienvenía un espléndido día.

El mendocino se encontró tirado en el suelo, habría de quedarse dormido mientras pensaba.

La casa seguía solitaria, todo el resto era igual que la noche anterior a diferencia de la hora:
El reloj marcaban las 11Am.

"La cocina ardía en llamas, los gatos estaban sobre la mesada de mármol maullando sin cesar. La escalera de madera que se encontraba a la izquierda ya había entrado en contacto con las llamas y se habían mimetizado en una sola. Los cuartos eran inaccesibles a causa del fuego.

Esteban seguía afuera con los amigos de ambos. David no podía contener el huracán que se desataba en su pecho.

De a poco la visión se le iba nublando y el humo se apoderaba de los pocos sentidos que le quedaban en pié. Los gritos eran lejanos y su instinto de supervivencia se apagó junto con sus intentos de respirar.

La escena cambió como si la página de un libro hubiese sido volteada.
Había muerto, o al menos eso le decían sus ojos y su corazón.
Sus piés ardían. Una barrera de fuego lo acorralaba.
David estaba en una isla desconocida. Todo a la lejanía era agua.
El círculo que le contenía se elevaba hasta sus hombros dejándole tan solo espacio para moverse no más de dos pasos a cada lado.
-¿Ya elegiste? "

Luego de oir la voz en su cabeza, David se despierta.
La ventana seguía abierta pero esta vez pintaba un paisaje veraniego. La hamaca estaba inmóvil esclavizada por las cadenas de la monotonía.
Las hojas otoñales seguían acolchando el suelo, pero detrás de las montañas el sol bienvenía un espléndido día.

El mendocino se encontró tirado en el suelo, habría de quedarse dormido mientras pensaba.

La casa seguía solitaria, todo el resto era igual que la noche anterior a diferencia de la hora:
El reloj marcaban las 11Am.

David luego de lo acontecido, trata de reaccionar, su cuerpo lo sentia pesado, la luz del nuevo dia le fusilaban los ojos los cuales le costaba abrir. Estirando sus brazos a modo de expansion y con suspiros desmesurados, el muchacho se gira instantaneamente hacia la cocina, moviendo solamente sus ojos de un lado a otro, con su cuerpo inmovil, no comprendia el porque de una extraña sensacion inundaba de emociones extremas y un calor incesante en su cuerpo, le producia sensacion de calor y ardor en la piel, como la de un sol en pleno verano.

Volviendo al control de su cuerpo aun adormecido, por la posicion en la cual deperto, camina arrastrando los pies con destino al fregadero. Al llegar abre muy despacio el grifo del agua caliente, el cual comienza a salir de poco, y comienza a lavarse las manos. Al llegar con el roce del agua siente nuevamente un ardor en su piel reaccionando rapidamente comienza a abrir el agua fria para tratar de regular lo que creia que el agua estaba demasiado caliente, con mucho cuidado vuelve a rociar su mano sobre el agua, pero esta vez el agua estaba helada. Sin preocuparse demasiado toma con ambas manos un manojo de agua y se lo rocia en la cara. Varias veces hacia la accion hasta que en un intento erroneo el agua cayo directamente al suelo david como en camara lenta seguia el correr del agua hasta que esta se estrello contra el suelo y salpicando sus pies, ante los ojos de David en una mirada flasheada las gotas de agua, que tocaron sus pies, se habian convertido en gotas de fuego que estaban atormentando sus pies, sientiendo nuevamente el ardor por todo su cuerpo. Inmovil, samarreando su cabeza con los ojos cerrados no reaccionaba, hasta que al abrirlos de nuevo, notaba como el agua yacia en el suelo desparramado.

David dejo el agua alli, sin secarla la miraba confundido, sentia que quizas el lugar de su descanso y su preocupacion permanente por sus vecinos habia afectado su estado animico. Dirigiendose hacia la heladera tomó cuatro o cinco naranjas y las comenzo a cortar por la mitad, unas tras otra, las cuales comia dejando la cascara peladas. Al ultimo cuarto de naranja su cabeza, en un intento de quebrar articulaciones, se gira primero hacia el fregadero y el segundo giro de 180º, con el mismo intento de quiebro, puede percibir ante unos ojos pacificos la hamaca del patio. Algo en su piel le dio calosfrios. Samarreando nuevamente su cabeza y dejando la naranja sobre la mesa, salio caminando casi a trote hacia las escaleras que daban al primer piso, donde estaba su habitacion murmurando por el camino inconcientemente.

Debo elegir algo que hacer, antes que mi cabeza termine estallando.

Su caminar era direccional hacia su habitacion pero su cabeza no dejaba de emitir una sensacion de ardor sobre su piel.

Estrañado David entra en la habitación.
Las cajas para la PC seguían en el mismo exacto lugar. Sus párpados se vuelven pesados y siente que va a desplomarse contra el suelo. No era más que sueño.

¿Pero cómo?, ¿Sueño? si habría dormido muchísimo más de lo que solía.

Tambaleando por su habitacion David se balancea hacia una de las paredes de su habitacion.

La mala posicion y el corto lapzo que he descansado, deben haber afectado mi sistema inmunologico.-piensa lo que dijo un momento-Sistema inmunologico?-Creo que lo estudiado da resultado-

Pegando un salto hacia la cama y reboando en el colchon que parecia de agua en ese instante. David miraba el techo, y se quedo alli por varios minutos hasta que en un giro de cansancio, pudo notar las cajas de la cpu que tenia que armar. Mirandolas y mirandolas sin parar, frunce un seño y con poco vigor se levanta hasta sentarse en la cama.

Bien, creo que mi primera eleccion del dia sera comenzar a armar esta porqueria.- se levanta y comienza a revolver las cajas, hasta dar con el manual de instrucciones y comienza a desmantelar las piezas de las cajas.

Veamos como funciona esto.

En su intrepitosa marcha de armar el Cpu, david comienza a leer el manual, pero este parece como si estuviese en griego, el joven en un intento comienza a armar parte a parte segun entendia, al ver que no podia, tira hacia un lado de la habitacion las cosas que estaba haciendo, y sale de su habitacion y baja nuevamente las escaleras y se va directamente hacia el baño de la planta baja.

Al llegar abre el agua, y comienza a lavarse la cara. Luego, toma su billetera, sale al patio trasero y toma su bicicleta, la cual lleva caminando hacia el patio de su casa. Apoyandola justo en la pared de lado. Cierra con llave la puerta principal de su casa, y se asegura que este todo cerrado, toma nuevamente la bicicleta, y se sube en ella...

Estupida cpu, luego reclamare por telefono, por mandarme un manual erroneo.

Pedaleando por las calles del Valle encantado, david se dirige hacia el pequeño centro comercial del pueblo para buscar algunos viveres para almorzar.

Al regresar luego de terminar de almorzar, debo ponerme a estudiar para terminar de una vez esa materia. Ya espero poder recibirme de una vez en robotica aplicada.

Pedaleando cada vez con mas fuerza como con ira, por lo que acababa de acontecer con la Cpu.

Pero si no puedo armar una simple Cpu, como carajo ire a aprender robotica...

David pedalea por las calles del su ciudad. Las calles eran de asfalto en su mayoría hace varios años. Las casas iban transformándose en réplicas unas de las otras. El estilo era el mismo, si bien la ubicación podía variar, o la cantidad de metros de frente. Pero no mucho más que eso entre todo.

Pocos eran los autos que a su lado marchaban mientras se dirigía a la ciudad.
Quizá cruzaba de vez en cuando a uno que otro "conocido de supermercado" o amigo de alguna otra época.

La poca gente que se daba a conocer esa mañana iba a pié.
La calle era suya, excepto por otras dos bicicletas que paseaban a una o dos cuadras de él.

Dirigiendose hacia el correo del pueblo, david seguia pedaleando, sonriendo a las personas, cada vez que se paraba en una esquina, cuando algun que otro traseunte pasaba para cruzar.

En su monotonia el pueblo era significado de paz, pero para un adolescente era signo de "declive emocional".

David siempre habia querido irse a las grandes cuidades alejado de el pueblo, cada vez que salia hacia el, su estomago revolvia de nervios. Todo el pueblo sabia de todos sus habitantes, hasta cuando se iban a dormir.

Esa no es la vida que David queria, por lo menos para el. Aunque toda su infancia estaba en esas calles que transitaba en el momento, tan solo era eso... Su pasado...

Llegando al correo, estaciona su bicicleta en la senda para bicis, pone la cadena, y se adientra en el correo. Solia ir una o dos veces a la semana al correo, para ver si habian llegado sus apuntes sobre la carrera.

David cursaba a distancia, los apuntes para los examenes le llegaban al correo de la cuidad, ya que en el pueblo no habia servicio de correspondencia a domicilio. Cada dos o tres meses, segun indicaba la fecha de examenes, solia ir hacia Bs. As. para dar dichos examenes. Cada vez que llegaba ese dia, lo unico que le importaba era alejarse de todo ese rejunte de chusmerios y cotorreo de viejas, que todo el pueblo tanto hablaba.

Acercandose al mostrador, le pregunta al encargado.

Buenas tardes Sr.... Como le ha ido en la semana? le preguntaba con mucha amabilidad al señor del otro lado ya que era un conocido de David-Pues, he venido a ver si habia alguna correspondencia para David Oro. Y de paso, retiro la correspondencia de mis padres. Los "ORO"

Buenas buenas!!! ¿cómo anda la vida?... yo me embolo bastante acá adentro. Si bien nadie escribe a nadie hoy en día y menos por correo, hoy parece la muerte... te asombraría que te cuente que sos la tercera persona que viene hoy por acá.

Lucas se acerca más al mostrador de madera caoba.

Hablando de eso!!!

Lucas evade la primera pregunta de Diego y comienza el relato que no duró más de unos segundos.

Hoy te buscaban dos señores por aquí, creo que los mandó Noemí de la agencia de viajes. Me dijeron que habían preguntado ahí...

Te interesas en lo que dice:

Me imagino que pueden ser de la universidad. ¿Hacen esas cosas de venir a tomarte exámenes no?

Raro pero tranquilo, David le responde a Lucas.

Que raro, por lo general, siempre he ido a rendir examenes a Buenos Aires, es por ello que siempre vengo a buscar mis apuntes al correo. ¿Estas seguro que han preguntado por mi? No creo que sean de la universidad, para que se vendrian hasta este remoto pueblo perdido entre los bosques.- Se rie, lentamente, se retracta en el momento - Es broma lo del pueblo, pero... Silencio momentaneo Quizas eran parientes de alguno de mis padres que estarian buscando nuestra casa. ¿Sabes o te han dicho para donde irian ahora?

Nada digno de destacar.

Mientras dice esto va a buscar un vaso de agua del dispenser. Al parecer estaba bien fría ya que le costó tragar el primer sorbo.

Igualmente no le he dicho dónde vivías. Mira si no querías que te encuentren... o que se yo. Mejor que te llamen por teléfono si son conocidos ¿no?

Claro, claro Acompañaba con su cabeza las palabras

Pues bien, me haré una escapada hasta la agencia, para ver quienes eran. Quizás Noemi pueda decirme algo.-David, se da media vuelta dandole un saludo a Lucas. Dando dos o tres pasos hacia la puerta, se clava en el suelo, inmovil. Unos segundos de silencio alargados, David se da vuelta, da un paso hacia Lucas nuevamente y le pregunta:

Una pregunta...-Le mira a los ojos a Lucas, esperando una respuesta rapida-¿Que sabes de Esteban?-Una preocupacion momentanea, hizo que David se cruzara de brazos.

Ja ja ja... ¿De Esteban? Nada que no sepa todo el mundo. El flaco está loco.

Para un minuto para pensar.
Emm... disculpame si te ofende, sé que eran buenos amigos...

Lucas vuelve a reír al recordar un dicho del pueblo.

¿Es cierto que se curte a la hermana?