Partida Rol por web

David asombrado por el comentario de Lucas, se enerve a la pregunta del muchacho. Sosteniendo toda su rabia por dentro, sin decir una palabra se gira y se va del correo.

Al salir por la puerta, puede ver un poste y le intenta pegar una piña para descargar toda su rabia.

¿Porque todo el mundo piensa y dice esas cosas de el? Este pueblo es una mierda, ya quiero irme de aqui.

Esteban agarra su bicicleta y se va directamente a la agencia de viajes.

Es mejor que no averigue mas sobre Esteban, al proximo que me diga algo asi, lo tumbare a golpes. Ahora queda ver quien carajo anda preguntando por mi

Diego sale a la calle y su bicicleta sigue en el mismo intacto lugar que antes... desatada como la ha dejado.

Todo estaba desierto a pesar de ser un horario laboral en el que todos los negocios permaneces abiertos.

Una vieja barre la puerta de su negocio de ropa, un hombre de la misma edad limpia el vidrio de su tienda de joyería barata con relojes de poco precio y dos hombres hablan frente al correo, cada uno con su bicicleta agarrada de la mano.

David toma su bicicleta, y mira el alrededor del correo, para divisar al menos si los extraños sujetos que estaban buscandole estaban merodeando aun por el lugar.

Pero que estupido que soy, debi de darle una piña a Lucas. divisa a las personas alrededor Para que carajo miro, si no conozco a los sujetos que estan buscandome... Pasare por la agencia, pedire con Noemi, y si no. Volvere a casa, ya apareceran.

David toma su bicicleta, y se encamina hacia la agencia de viajes. En el transcurso, tan solo se detenia a mirar el camino. Aunque se notaba que en su cara habia algo marcado, como un puñal al medio del pecho.

Es tan inevitable, tantos años... Supongo que no me hace mejor persona, preocuparme tanto

David doblaba las pocas cuadras que habia hacia la agencia, al llegar, deja su bicicleta atada esta vez con cadena en un poste, de la esquina. Al terminar, se encamina despacio, hacia la agencia que estaba a metros del corner, donde estaba su vehiculo.

Buenas... ¿Vos eras...? Parecía que Noemí recordaba la cara de David, pero los rasgos se le confundían con los de alguna otra persona ya que no consiguió pronunciar su nombre en los primeros 15 segundos de conversación.

Siempre he dicho que el mundo es una gran casualidad mezclada y formada por otras pequeñas casualidades.
Casualmente hoy vinieron a preguntar por tí...

Em, si, eso mismo... Le mira con un frunce de cejas Casualidades, sisi. Por suerte todo bien, señorita noemi. Le hago una pregunta, de eso mismo. No se si se acuerda de mi. Soy david Oro, vivo por los cerros del este, y me han dicho que unos sujetos estan buscandome, me podria especificar quienes son? Vera, he venido del correo y me ha dicho el muchacho de alli, que los habian enviado de aqui mismo.

David le pregunta amablemente

Ehhh...sí, lo tengo, David de los Oro del Este... así me has recordado el resto de la historia.

Noemí parecía haber encastrado los engranajes y ahora se dejaba llevar por una conversación sin sentido con ella misma

Recuerdo lo de tu accidente, es que el pueblo ha hablado tando de eso en su época que es dificil de olvidar. Mientras acomoda el escritorio en el que se encuentra su notebook toma la taza de té que tenía en frente.

Bien como te decía, han pasado dos hombres de traje por aquí preguntando por la familia Oro, sabían que vivías por aquí. Como no te había conocido en persona les he dicho que apenas estaba enterada de si aún vivías en el pueblo, pero lo que más lógico me pareció fue mandarlos al correo. ¡Vamos que todos los habitantes de este cerro tienen que comunicarse vía carta con alguien que sino seríamos una tribu!, los hombres me han preguntado...
Hace una pausa mientras toma un sorbo del té, un té que hacía horas reposaba a un lado del mouse inalámbrico.

¡Pero... la puta mad...! Eh... mm.. disculpá Agitada y a la vez velozmente intenta pedir disculpas mientras se sonroja por las blasfemias.

Me he quemado hasta la campanilla,pero... cómo es posible?

Mientras sigue hablando para sí misma, intenta meter el dedo índice en la taza para asegurarse de que estaba tan caliente como lo había notado su lengua.

David se da una palmada en la cara pero que mujee mas idiota.

¿Como puede ser que? La taza esta caliente, acaso no ve que esta CALIENTE

Comenzaba a ponerse nervioso:

Por favor no sea vueltera, he pasado toda la tarde llendo de aqui para alla, en busqueda de estos señores que me andan buscando, solo quiero saberRepite entre suspiros de cansancioQue... pregun... ta... ban...

No, no es la taza lo que está caliente. Es el té lo que está extremadamente caliente... es más... ¡mire!

Aterrorizada Noemi señala su propia taza para ver el contenido.

Tranquila señorita, que mas ardiente que un té no puede haber... pongale agua....

David asoma su mirada, lentamente hacia el contenido de la taza.

Noemí seguía mirando aterrorizada a la taza.
Ese te está hirviendo.

Cuando David se asoma para ver el contenido de la taza, pudo advertir cómo salían burbujas del fondo dela taza. Lo increíble era que parecía como si la misma estuviera sobre el fuego directo.

Noemí agarra la taza y la lleva detrás del biombo que había al fondo de la agencia. Seguramente habría una cocinita allí para los empleados.

David no dejaba de ver la taza, extrañado por la situacion extraña, le dice a Noemi desde el otro lado del mostrador.

Si se trata de calor, no se preocupe, ayer por la noche he tenido un sueño terrible con llamas. No me extraña que en este valle y este pueblo pasen cosas extrañas.

Se cruza de brazos: Como un accidente, como personas chusmas involucrandose en la vida ajena sin permiso.- Desde lo lejos david le seguia contestando:

Tire el te, y hagase otro. Le recomiendo el cafe, creo que es mas energizante que un yuyo.-Tragando saliva-Por cierto señorita, justamente vengo del correo, y estos...Silencio dos segundosSeñores que andaban buscandome. Han hecho alguna referencia del porque o situacion que los trajo exclusivamente al venir aqui a verme a mi?

Nada. Dice mientras tira el té.
Nada que yo recuerde por lo menos. Dijero que le conocían. Supuse que eran familiares de allí de la Capital, aunque ellos llevaban trajes. Me pareció extraño que sean parientes.

Tras escuchar el comentario referido al fuego Noemí se escandaliza.

¿Cómo puede decir una cosa así?, ¿Cómo puede hablar libremente de lo que puede o no pasar en este pueblo, y menos auguriar fuego así como así. Yo que usted respetaría un poco más a la catástrofe.

Ahora más que una agente de viajes parecía un oráculo en conexión directa con el más allá.

Tras las palabras, que mucho menos que aliento llevaban con su voz, Noemí le pide que se retire de allí.

Pues vaya que caracter, ya veo porque nadie viene de visita a este pueblo. Con ese caracter, y esa extraña voz de bruja del clima, cualquiera se asustaria. Dice en voz muy baja para si mismo.

David sin decir una sola palabra se larga de la agencia. Toma su bicicleta que habia dejado estacionada con cadenas, y prende rumbo hacia su casa.

Respetar a la catastrofe... respetar a la catastrofe... decia burlandose de las palabras de Noemi La catastrofe no nos respeto cuando se llevo la vida de los padres de mi ex-mejor amigo. Un incendio en este bosque y se mueren todos estos bichos malcriados.

Seguia pedaleando cada vez con mas fuerza en signo de enojo:

Ojala esos señores fueran familiares. Para asi me llevaran lejos de aqui.

David sigue pedaleando camino a su casa nuevamente, camino hacia el aburrimiento.

Dos cuadras adelante la confitería de Becky Coleman despedía un olor a pan caliente que llamaba a tentación de cualquiera.

Dos viejitas caminaban debajo de su paraguas de sol mientras hablaban sobre el resto de los ciudadanos. David las mira con odio y sigue su camino.

A lo lejos, aproximadamente 100Mts o 150Mts, un auto algo destartalado se dirigía al norte de la ciudad, camino por el que necesariamente David debía pasar para llegar a su casa.

El coche se estaciona en la comfitería de Becky y tras otras tres cuadras del recorrido de David, el hombre y la mujer que se habían bajado a comprar pan, quizás, suben a su carromato y aceleran la marcha.

David no conocía al coche, cosa extraña para un lugar con tan pocos habitantes.

Que extraño... Un auto hecho mierda con un par de gentuza. Parece dirigirse hacia las cabañas altas.

david despistado, por el auge de ira que tenia desde el correo y a la gente del lugar, pedalea unos 200 mts mas, mientras el auto se iba alejando.

Mirando como este se alejaba, david reacciona y despavorido grita:

Son los sujetos que me andaban buscando!!!-Sin saber si eran ellos, david comienza a pedalear rapidamente, sus pies parecian iguales a los del correcaminos.

En intento de ir tras el auto, david comienza a seguirles, chiflandole detras como si fuera una cotorra.

El auto sigue unas cuantas cuadras mientras David lo seguía a toda prisa.
La situación era extraña. Un auto desconocido andando por las calles de un pueblo perdido en el medio de la nada, un chiquillo que sin conocerle los persigue como llevado por los mil demonios. Algo quizá no estaba saliendo tan bien como lo esperado.

David pedalea más y más fuerte. Tanto que logra llamar la atención del conductor.
Unas cuantas mujeres con sus pañoletes en la cabeza saludan desde lo lejos de sus aceras a David. Un jardinero que le conocía desde que se había mudado allí y una madama encubierta en su salón de “belleza” para mujeres jóvenes (algo que no abundaba por esas zonas), de ese modo siempre podía alegar que cualquier mujerzuela que entrase era una muchacha en busca de una imagen estética presentable, y no una prostituta pueblerina y sin futuro. Obviamente evadían impuestos.
El auto destartalado frena lo suficientemente fuerte como para que dos peatones giren sus vistas hacia la calle, pero nadie termina por prestarle la suficiente atención. Por algún motivo sus quehaceres eran veces más importantes que detenerse en un carromato viejo.

El auto estacionado era de un blanco ya perdido con el tiempo. Los vestigios de choques y alguna que otra inundación se hacían presentes a ambos lados y adornando cada una de las ventanas con surcos oxidados que anunciaban peligro para cualquiera que no conociera bien dónde apoyar firmemente sus manos al ingresar al auto.
El Fiat 147 abrió sus puertas para dejar bajar en primera instancia a una mujer de cabellos rojizos y lentes oscuros. Aquella estaba vestida con un vestido hasta las rodillas que ajustaba sus nalgas firmemente, o quizá sus nalgas ajustaban de la misma forma al vestido. De cualquier manera todo aquello era precioso.
Un cinto blanco con lunares negros haciendo juego sujetaba su delgada cintura, un maletín en la mano izquierda y con la derecha baja sus anteojos.
Por finExclama en voz baja para su compañero.

El conductor baja también del 147 blanco vestido de traje. Una sonrisa se asuma bajo su sombrero negro. Ambos personajes estaban vestidos para fiesta. Por lo menos era demasiado extravagante para un pueblo en que los casamientos se realizaban entre siesta y siesta.
¡David! ¿No es así?