Partida Rol por web

-hagamos una cosa, poneos de acuerdo entre vosotros dos con lo que quereis, llegad a un acuerdo y lo discutimos con un canutillo, ba?

Si ellos llegan a un acuerdo será mas facil complacerlos a los dos.

Por cierto lobo, tu que eres grande, feroz y rápido. Tengo un trabajito para ti... Estoy buscando una llave, pero nose donde esta. Dudo si la tiene la princesa Zelda o la bruja piruja en un collar. Que tal si me la consigues, y hablamos de una recompensa más sustanciosa...

Anillos mágicos, llaves misteriosas... Cada invitado parecía estar escondiendo secretos que podrían cambiar el curso de aquella pequeña historia en la que el destino los había envuelto.

La princesa Zelda ya no se encontraba en la sala cuando primero el cazador Elmer y después la reina regresaron al salón de baile. ¿Pero no habían ido hace un momento en busca de la bruja? ¿En dónde demonios se había metido aquella hechicera justo en el momento en el que más se la necesitaba? 

La bruja Piruja no tardó en regresar. Con paso resuelto, la hechicera se acercó al centro de la sala, donde sus Majestades hablaban en voz baja. Más alejado, asomando la cabeza por el umbral de la puerta, apareció también el gato con Botas. ¿Pero no le habían dicho al felino que se quedara en la biblioteca alejado de la fiesta? Por fortuna la princesa Zelda ya no se encontraba en la sala. ¿Adónde habría ido aquella chiquilla?

Uf, tengo que convencer al Porky... ¡Qué plan!

- Claro, rey, me mola lo que me pides. Y cuando vuelva, lo dejamos todo claro con un mai. ¿Cómo lo ves?

Ahora a buscar a Zelda. Esto sí que es cosa del karma, justo lo que yo quería.

-¿Pero no habia una princesa a la que salvar urgentemente, o qué pasa? -resolló El Gato al entrar en el salón-. De hecho, parece que ninguna de las dos princesas nos honra con su presencia...

Me quedo mirando a los presentes con gesto firme. Cualquiera de ellos podría ser. Solo descartaba a dos. Pero... incluso así había demasiada gente. Cojo un vaso de whisky y me acerco al bardo.

-¿Que a pasado señor?

Volvía al gran salón y vi. Que estaba el Gato con Botas, no se si querrá hablar conmigo ahora que había encontrado un hueco en mi ajetreado trabajo.

Me acerco donde esta el Gato con Botas y le digo muy sutilmente. –Señor Gato con Botas, no tenia que hablar conmigo, pues ahora es el momento. Cuando quieras hablamos.

Me eche hacia un lado y vi que ya había llegado la Reina de Picas y Elmer de buscar a la bruja piruja... Y vi. como algunos conversaban con los demás, ya estaba mas o menos mas calmado, y no se si la princesa se encontrara bien, con lo que le ha pasado y con lo que vio..

Regresa de nuevo al salón. Mira alrededor, sin saber muy bien por dónde comenzar.

Elmer se fue con el bardo... ella quería hablar con él, pero el cazador se le había adelantado. "Bueno, ya habrá tiempo para ello". Quizá si... hablar con Encantador es buena idea. Sabía que a su hija Zelda de le gustaba, y como buena madre, quería lo mejor para sus hijas.

Se acerca a él, con una sonrisa hospitalaria y agradable.

-¿Disfrutáis de la velada?-Pregunta con un tono suave y tranquilo.

Al entrar en el salón de baile eché un vistazo a los invitados que se encontraban en la estancia. Algunas ausencias significativas se hicieron notar pero entre ellas destacaba la desaparición de la princesa Zelda, a la que me esperaba desmayada en medio de la sala con la comidilla de cotillas pertinentes a su alrededor. ¿Para eso nos habían hecho llamar y arrastrado fuera de la sala de juegos? ¿Habría habido alguna otra razón por la que hubieran reclamado nuestra presencia en aquel lugar? No tenía ni idea pero no estaría de más averiguarlo.

Para ello pretendía dirigir mis inquisiciones a la Reina, pues era ella principalmente quien me había llamado, pero parecía ocupada entablando conversación con el que podía ser su futuro yerno por lo que no quise interrumpir y así no ganarme otra reprimenda de mis malos modales.
Opté por su marido, el Rey de Picas, al que saludé con una inclinación de cabeza antes de preguntar:

- ¿Y su hija Majestad? Su esposa llegó fatigada con el cazador Elmer a (lo que supongo) nuestro encuentro pues por lo visto la princesa Zelda se había desmayado. ¿Puedo preguntar si la dama se encuentra en mejores facultades? De ser así supongo que no se requieren mis dones.

-Ah, querida. Disculpa por haberme marchado de improviso antes.-Contestó el Gato con Botas a Mary Rose, haciendo una reverencia y sacándose el sombrero con gracia felina. Toma, qué bien me ha quedao.-Tranquila, no era nada importante. Llevaba toda la velada viéndote entrar y salir, entrando por aquí, desapareciendo por allá... Debes de conocerte muy bien el castillo. Si no te importa la indiscreción, ¿cuántos años hace que estás al servicio de Sus Majestades?

Veo que me hace una reverencia y me aparto... porque yo no era nada importante para que mi hiciera el Gato con Botas una Reverencia, eso se lo tenia que hacer a nuestras Majestades. Que para eso son lo Reyes y mandan entre todo nosotros. Pero lo vi muy respetuoso.

Me pregunto si no era de mucha indiscreción, ¿Cuántos años hace desde el servicio de mi Majestades?, no tenia ningún problema. Pero a que tanto interés por los años que hago al servicio de los Reyes... no se que quería averiguar.

Le mire con una sonrisa amable y le respondí a su pregunta. – Llevo mucho tiempo, pero no me acuerdo exactamente. Porque era muy jovencita cuando me puse a trabajar en el palacio, y me conozco todos los rincones del palacio como su fuera mió.

No me incomoda para nada que me preguntase cuantos anos pero exactamente no me acordaba ya que era muy joven. Y no me a avergonzaba trabajar en ser el ama de llaves y la jefa de los sirvientes, Gracias a mi trabajo fui ascendida a la ama de llaves, y los Reyes si no tuvieran a la plebe no sabrían vivir sin nosotros...
 

-tranquila bruja piruja, la princesa se encuentra mejor -  le digo, alegrandome de que halla venido.-  la verdad, siento que antes os fuerais así, no fue intención de la corona ofenderos en ningún momento.

-Por cierto, me gustaría hablar con vos en privado, creo que tenemos cosas que aclarar.

Mi intención es salir de la sala con la bruja y hablar a solas, a ver si empezamos a zanjar asuntos y a atar cabos sueltos.

No se porque Mary Roose la ha ocultado a mis ojos, y no se si ella sabe lo que pasa. La verdad, ni yo mismo estoy muy seguro.

Mientras conversaba con El Gato con Botas observaba a todos lo invitados haber si estaban bien... me llamo mucho la atención que el Rey de Picas se acerco a la bruja piruja... no podía permitir que se acercara a ella, me decía mi corazón que no entablara una conversación con el Rey... Tenia que hacer algo para que no, intentase averiguar nada de lo que había pasado hace unos años. Yo exactamente sabía quien podría ser la Bruja Piruja pero, no era el momento decirle de sorpresa que yo era su M… Porque unas cuantas personas se verían implicadas y estallaría la guerra.

Tenía que tener el momento acertado de poder hablar con ella tranquilamente y explicarle las cosas que paso, y con delicadeza para decírselo. Pero todavía no veía el momento.
 

El Gato con Botas, como siempre, se iba fijando en lo que hacía la Bruja Piruja. Al darse cuenta que ella estaba conversando con el Rey frunció el cejo y entrecerró los ojos. Esto no me gusta. Como salga por la puerta con ese... Vamos, no pienso despegarme de sus talones. Y... y como la toque pienso saltarle a la cabeza, aunque sea el Rey. Maldito bastardo.

Se volvió hacia Mary Rose y observó que estaba mirando la misma escena con cara de preocupación. ¿Qué debería estar pensando? ¿Por qué mira a Piruja y al Rey con tanta intensidad?

-Señora, ¿acaso le preocupa algo? Es que... ¿Conoce a Piruja? -Maulló el Gato. Algo dentro de él hizo click. ¿Y si fuese ella? ¿Podría ser...? ¿Sería posible? ¿Con ÉL?

El Gato se quedó mirando el rostro de Mary Rose, fijamente, perdido en sus propias cábalas.

Me acerco a mi compañero, el lobo exferoz:

-Amigo, no todos los seres son vegetarianos como tú. Hay muchos humanos omnívoros, muchísimos. No podemos obviar esto ni caer en la ingenuidad de que algún día cambien para alimentarse sólo de vegetales como tú lo haces. Sabiendo esto, ¿no ves aquí una forma espléndida de negocio? Nosostros no somos como los animales no parlantes. Somos un punto intermedio entre ellos y los humanos.  Bueno, ¿nos fumamos eso, Majestad? Yo no tengo nada de mercancía.

Que un rey se disculpara en nombre de la corona era digno de presenciar. Que lo hiciera hacia mi persona era cuanto menos increíble.

- Ni lo mencione Majestad, debería ser yo quien se disculpara ante vos y ante la corona, por lo visto ni mis palabras ni mis actos se adornan de las florituras necesaritas a la vez que requeridas en la corte. Podría excusarme diciendo que vivir en el Bosque Oscuro no le hace a uno refinado. - miré a mi preciado felino por un instante.- Ni a una claro. - dije volviendo a centrarme en mí. - Pero no le quiero aburrir con la historia de mi vida aunque algunos la encontrarían fascinante. - sonreí fría pero educadamente. - Si desea conversar conmigo en privado, no seré yo quien se lo impida. Si es posible, podríamos retomar nuestra última conversación antes de que aquí la presente pegara un estufido y se marchara de la sala. - imité una pequeña reverencia, la verdad es que no se me daba bien del todo. - Le sigo.

Me disponía a partir junto al Rey cuando eché la vista atrás para observar al gato.
- Pssss. - susurré para captar su atención. "A h o r a v u e l v o" vocalicé claramente con mi boca sin llegar a producir ningún sonido. Luego, me llevé el índice de mi mano izquierda a mi oreja y a continuación a mi boca junto al pulgar para simular un silbido. "¿R e c u e r d a s?". Las habilidades como espadachín de aquel felino me habían salvado millones de veces y estaba segura de que acudiría a mi rescate en caso de necesitarlo. Porque tanto le necesitaba yo a él, como él me necesitaba a mí.

En aquel momento la princesa Peach entró en el salón de baile con su perfecto pelo algo despeinado y la cara visiblemete colorada. Detrás de ella unos cascabeles anunciaban la entrada de Jóker.

Todas las miradas se clavaron en la princesa y los primeros murmullos maledicentes se empezaron a escuchar en la sala. ¿Qué estarían haciendo aquellos dos en la sala contigua para llegar tan acalorados? El lobo feroz, por su parte, aprovechó el desconcierto general para escabullirse fuera de la sala.

Los reyes llevan varios anillos en sus dedos como símbolo de su estatus, pero te parece raro que la princesa no se diera cuenta de que el anillo que busca está en manos de sus propios padres. Aunque con lo rarita que es la princesa, nunca se sabe. Elmer y Mary Rose también exhiben sendos alianzas matrimoniales, mucho más discretas.

Y Asurancetúrix parece que todavía no ha respondido a tu petición. 

Estaba esperando a que el bardo me respondiera cuando recordé mi mision en el castillo esta noche. Vi entrar a Joker y la princesa y el mundo se me fué abajo. ¿Que demonios hacía ese imbecil? ¿En medio de la fiesta y sin ningún tipo de precaución? Harás que todo se vaya a la mierda! Sin perder un segundo me dirigí raudo hacia el rey con el corazón en un puño.

-Perdonad la interrupción majestad y señora.-digo hablando con el rey y con la bruja. La bruja me recordaba a cierta joven un pequeño ser que pudo tener un lugar en la familia... Pero eso era imposible.- Parece que siempre os interrumpo, nada mas lejos de mi intención pero necesito hablar con el rey durante un solo segundo os prometo que luego será solo vuestro.-Me giro al Rey con la mirada fija y determinada- Majestad ya tengo resuelto el problema. Solo necesita actuar y todo habrá terminado..