Partida Rol por web

Turno 003B

Estaba contento cuando le comentó todo aquello. Incluso se puso algo ansioso, como si se meara encima. - Si, si. No preocupe. Esperaré aquí, y si quiere, vigilo yo el acceso en su ausencia. Se ofreció.

Había posibilidades. Si se hospeda aquí se podía localizar, y si había marchado, igual era hacía relativamente poco y podría, con suerte, alcanzarles.

- Esa cerveza había sido una buena inversión. Igual tendría, cuando regrese, que darles una más a cada uno de aquellos tres borrachines. - Y mira que la paga el noble local. Realmente, para las arcas, era una inversión, ya que si se marchaba, podrían de dejar de gastar en su alojamiento y manutención. De acuerdo que para ellos era un inversión bien hecha, pero, para si mismo no tanto. Si, vivía relajado, pero ... prisionero. Prisionero en una jaula donde era libre y una jaula de sus propios sentimientos.

Turno 003

El soldado dudo un poco antes de marcharse, aunque no era tan normal dejar a su compañero solo, nunca lo hacían cuando alguien acudía a las puertas. En este caso era diferente, aquel hombre tenia el beneplácito de su capitán, incluso del conde Naduin.

- Aguarde - le dijo para después darse la vuelta y desaparecer por la entrada.

Fuera quedo el ailgratha y el otro soldado, sin demasiado que decirse. El diligente soldado seguía firme, con su lanza ladeada para impedir el paso, y con los ojos vigilantes. Su compañero no tardo en salir, y lo seguía su oficial

- Salve Freagulf - le dijo a modo de saludo, mientras el soldado que fue a buscarlo retomaba su posición. Ahora sus lanzas ya no estaban cruzadas.

- Buscas a Agranil, y has de saber que lo has hallado - dijo para regocijo del ailgratha - Pero esta descansando, y nos ha pedido no ser molestado - le comunicó - Puedo dejarle un mensaje si lo deseas... - se ofreció.

RESOLUCION TURNO 003
 

El sol brillaba en lo alto, y aun así el punzante frio hacia recordar que al invierno aun disponía de varias semanas para mostrar su ferocidad. En los días anteriores había llovido, y en las calles aún se acumulaban multitud de charcos. No todo estaba empedrado, cuando se salía de las arterias principales de la ciudad, el barro se hacía dueño de las calles. Las casas de piedra, y sus techos cubiertos de tejas, aguantaban bien los rigores del clima y mantenían a la población bien asilada de las temperaturas extremas. El mediodía había pasado, y las gentes comenzaban a preparar sus guisos. El aire olía a pan caliente, y a pescados y carnes cocinándose.

Cuando Freagulf llego al cuartel, dos soldados le impidieron el paso, algo lógico para un extranjero. Pero a él lo recordaban, el ailgratha que acompaño a los exploradores en la recuperación de Tir Limclaro. Había pasado poco más de una semana de aquello, todo estaba aún reciente en la memoria colectiva de la ciudad.

Los dos soldados le saludaron, y le instaron a esperar a su oficial para que le informara. No tardo en salir. Amablemente le dijo que el esgarothiano estaba descansando y que no quería ser molestado. El ailgratha no sabía bien como encajar aquello, el oficial se ofreció a dejarle un mensaje si lo deseaba.

Turnos 004A

Al mirar hacia el cielo se dio cuenta. Era hora de comer. Además, los aromas que llegaban hasta él, penetrantes, hacía que su estómago empezase a protestar. Inspiró profundo, relajando los músculos, tras pasar la tensión de la posibilidad de haber perdido la posibilidad de tratar otra vez con Agranil.

Miró a los soldados, con brillo alegre en los ojos y una inocencia que parecía casi infantil. : - ¿Y podrían decirle que estoy buscándole? Un amago de picaresca y de derrota también se notaba en su mirada: - Tendré que conseguir una ronda completa para todos aquellos borrachines. Pero aún con eso, se sentía satisfecho. No había perdido al comerciante, y podría acompañarle. Detestaba tener que iniciar el viaje solo y estaba demasiado falto de recursos, dinero y suministros como para iniciar aquel viaje. - Me alojo en la Posada. Y se la intento describir, por no recordar el nombre.

Junta las manos y pregunta otra vez: - ¿Podrían hacerme el favor? - Además, tendré que ir a comer. Imaginaba que muchos soldados, sobre todos los líderes, aunque fueran de menor rango sabían donde encontrarlo, pero ... quería que les dijeran algo. Si era afirmativo, regresaría alegre a comer. Si no...tendría que esperarse allí. Aunque fuera sentado en el suelo, jugando con un palito y la tierra.

Turno 004

- Claro, se lo diremos - dijo bajando el tono de voz, no estaba seguro de que se le permitiera.

- ¿En "El Tejon Azulado"? - pregunto extrañado tras la descripción de la posada que le hizo Freagulf - No, creo que sea un lugar adecuado para Agranil... - continuó el soldado. - Ni esa ni la "Trucha Saltarina - eran los nombres de dos de las tres posadas de la ciudad

- Definitivamente, si quieres encontrarte con Agranil, te aconsejo que vayas a "La Rosa de los Vientos" - dijo señalando calle arriba - Pasa algunas tardes allí, le diré que lo esperas allí - dijo hacendoso

RESOLUCION TURNO 004
 

Freagulf, supo que lo más probable es que pudiera encontrar a Agranil en una posada llamada “La Rosa de los Vientos”. Sin embargo, dado que le dijeron que pasaba algunas tardes allí y que aún tenía que comer, decidió volver al “Tejón Azulado”. Allí comería algo junto a alguno de los parroquianos y más tarde iría al encuentro del esgarothiano.

La vuelta, ya sin demasiada prisa, lo llevo por las mismas callejuelas, algo más liberadas de gente ya. Seguramente cada uno estaba en su casa degustando un guiso sobrio en familia, descansando tras la jornada de trabajo, o ya durmiendo de cansancio. El mismo barro y el mismo olor de los deshechos lo acompañaron. Cuando llego a la puerta de la destartalada posada y entró, solo pudo ver al posadero, que recogía sin demasiado afán las mesas sucias.

El posadero, como después conto a Freagulf, había echado a aquellos hombres de tan borrachos que estaban ya. Algo que lamentablemente ocurría con demasiada asiduidad. El ailgratha estaba solo en la posada, allí no olía tan mal como fuera, se respiraba un olor a guiso que en parte tapaba el hedor a alcohol que había en el ambiente.

Freagulf comió allí, solo. El guiso se podía comer, costillas con patatas, al menos era lo que dijo el posadero. En realidad, eran todo patatas con algún hueso suelto, y la carne deshecha por todo el plato. Además, estaba salado, algo que denotaba que el guiso era de días anteriores. Se terminó su plato, acompañado de vino especiado, antes de que comenzase de nuevo a llenarse con nuevos clientes.

Turno 005

Entro un grupo de tres personas, querían comer pese a que era ya tarde para hacerlo. El posadero los ubico en una mesa alejada de Freagulf, y les sirvió vino mientras traía la comida. Después se acerco a la mesa del ailgratha

- ¿Desea algo mas? - pregunto mientras retiraba el plato vacío - Tenemos tarta de manzana y un licor de higo estupendo. - Le ofreció.

Turno 005A

Sonrió al posadero y no quería ser más carga de lo que ya sería: - La tarta estaría bien, pero no tenga prisa, atienda a los clientes antes. No quería ponerse antes de nadie, y además, dejándoles hablar, podría escuchar sus voces. Le picaba la curiosidad de quienes podrían ser.

Intentó ser amable, y procuró no hablar demasiado alto para no parece brusco ni denotar.

Turno 005

El posadero se encogió de hombros. Siguió con lo suyo, fue a la cocina y tras un rato salió con tres platos y una pota de barro con el guiso. Lo llevo a la mesa y tras dejarlo volvió a la cocina para llevarles un pedazo de pan y otra jarra de vino. Solo cuando hubo acabado de servirles, fue hasta la mesa de Freagulf con una porción de tarta. Después se fue a la barra sin mediar palabra.

Los clientes se pusieron a comer, no es que hablasen demasiado, y cuando lo hacían simplemente hablaban de cosas banales y cotidianas. No se escuchaba demasiado desde donde estaba el ailgratha, pero lo suficiente para saber que no se trataba mas que de tres tipos que se habían entretenido en su trabajo antes de la comida.

Turno 005B

El explorador estaba sinceramente decepcionado. Espera poder escuchar algo interesante. Algo que le alegrase el día o incluso algo que le diera pistas de cuales eran sus funciones o a qué se dedicaban. De todas maneras este posadero no parecía demasiado afable, y eso de poder cumplir con otros clientes ... no era demasiado agradecido: - ¿Tendrá algo contra mi?

Empezaba a tener dudas, pero no lo podía creer. Era amable con él. El propio noble pagaba sus gastos, así que era una entrada de dinero continua y estable. Un cliente constante. No se podía creer que desdeñase eso, así que o es que el tipo era un "seco" o empezaba a pensar que tenía algo personal con él. No sabía si era por su raza, si era por su origen, por su altura, por su color de pelo o qué ... pero empezaba a tener esa sensación. Aún no se había siquiera planteado el exponérselo, ya que si lo hiciese, tendría, si había algún tipo de problema, que marchar. No quería apurar su salida, y menos tener que salir ... mal parado.

Turno 005

El posadero termino de recoger, aun no había comido, esperaba a que sus clientes acabasen para hacerlo el. Pero no tenia prisa, el tipo picaba algo mientras secaba las jarras. Cuando termino de hacerlo, fue a recoger los platos de la otra mesa y aprovecho para ofrecerles el mismo licor y la tarta que había sugerido a Freagulf. Ellos aceptaron amablemente ambos.

El dueño de la posada, al poco, apareció con dos pedazos de tarta, dos vasos, y una botella de barro. Dejo los platos sobre la mesa y sirvió en los dos vasos algo del licor de higo.

- Bueno amigo, ¿le sirvo una copa? - dijo aprovechando que pasaba junto al ailgratha, no muy convencido de que aceptara - Es muy dulce, quizás demasiado fuerte - añadió sonriendo picaramente, como lanzando un reto.

Turno 005C

- No, no. Gracias. Contestó con una sonrisa. - Me suele hacer daño en el estómago y suelo evitarlo. Realmente había visto demasiadas cosas desagradables por pulpa de los brebajes y licores, así que, por mentalidad, solía evitarlos y evitar los lugares donde prodigaban esos bebibles.

RESOLUCION TURNO 005 y 006
 

Tras comer, el posadero ofreció postre y licor al ailgratha. Este lo rehusó amablemente por lo que el hombre se volvió a la cocina para servir la comida al otro grupo. Freagulf permanecía atento a lo que pudiera oír, escuchaba con claridad casi todo lo que decían. Una conversación completamente banal sobre el día que habían pasado, por lo que decían debían de ser tipos con algunas tierras de labranza. Algún tipo de pequeños terratenientes que debían tener gente trabajando sus tierras, pero que no les daba para vivir más que con lo justo.

Hablaron de comprar aperos de labranza, de despedir a algunos de los labradores, y de cómo les costaba pagar a todo el mundo con lo poco que conseguían cultivar. Se lamentaban tanto, que podría parecer que eran ellos mismos los que recolectaban patatas, verduras y alimentaban a los cerdos.

Cuando aquel grupo terminó, el tabernero les sirvió la misma tarta y licor que había ofrecido a Freagulf. Ellos si que la aceptaron. Cuando pasó junto al ailgratha, volvió a ofrecerle el licor de higo. Tan solo quería vender, era su trabajo. Freagulf rehusó de nuevo. El posadero retiro el plato vacío de tarta y se fue a dejar los platos.

Los clientes terminaron y se quedaron hablando tranquilamente desfrutando de una buena sobremesa. El dueño de la posada estaba atareado, se había puesto a fregar platos y cacerolas mientras el rohir se quedaba en la mesa, observando. No quiso preguntarle de nuevo si quería tomar algo, y se dedicó a lo suyo.

Turno 007

Al cabo del rato, un enano entro en la posada. Pidió comida, no muy educadamente, y el posadero lo sentó en una mesa. Al poco le sirvió el guiso y le puso algo de vino.

El naugrim se quejaba de que nadie quería ayudarlo, y no era capaz de encontrar a Agranil. Por lo que decía, había ido al cuartel y casi lo detienen cuando fue a preguntar por el. Con los modales que gastaba, tampoco era de extrañar...

RESOLUCION TURNO 007
 

Freagulf disfrutaba de su bebida, había terminado hacia un buen rato de comer. Los clientes de la mesa próxima hablaban entre ellos, sin alzar mucho la voz, aunque sin pretender tampoco ocultar sus palabras.

Al poco tiempo apareció un enano, parecía malhumorado, y algo hastiado. Cuando el naugrim entró, no reparo en la presencia del rohir. Decía haber ido al cuartel, por la recomendación del posadero, para encontrar a Agranil. Conto como no solo no obtuvo ninguna información, sino como casi acaba detenido. El posadero trato de excusarse, pero decía no saber mucho más de Agranil. Después el enano se limitó a sentarse y esperar por su comida.

Turno 008

El posadero se marcho para volver casi de inmediato con un plato, cubiertos y una fuente de barro.

- Aquí tiene - dijo dejando la fuente - Carne con patatas, espero que le guste - después se volvió a sus tareas.

La pota de barro tenia un guiso caldoso, con muchas patatas y algún pedazo de carne flotando en medio.

Turno 008

Gwalin dio buena cuenta de la comida en un periquete. Se notaba que el guerrero tenía hambre...hambre como solo un enano puede tener. Y tras zamparse la comida y beberse la jarra de cerveza, miró de soslayo a su lado y descubrió a un tipo que portaba armadura, más liviana que la suya, pero al fin y al cabo armadura.

Limpiándose los restos de comida con la manga, el enano se levantó y se dirigió hacia el tipo que estaba en una mesa.

-Buenas tardes -dijo el enano-. Perdona que te moleste, pero ando buscando a alguien que me diga algo sobre Agranil y su gente y he visto que llevas armadura, cosa que si no erers de la guardia de esta ciudad, que por cierto son bastante reacios a comunicarse, no hevisto a nadie más y como Agranil acaba de venir de una liza en un pueblo vecino, pues quizás tú fueses alguien de su gente, o a lo mejor conoces dónde están...o te suene...

Gwalin miró al tipo y se dio cuenta del rollo que le estaba contando. Entonces sonrió, respiró hondo y volvió a dirigirse al tipo.

-Perdona, es que llevo un día de perros. Empiezo de nuevo.

-Soy Gwalin hijo de Talin -se presentó tendiendo la mano al otro para estrechársela-. ¿Me permites que te invite a algo y charlamos un momento?

Turno 008A

Escuchó estupefacto al enano, pero cuando le invitó a algo se puso en pie y le mostró donde sentarse, cosa que él no haría hasta que Gwalin lo hiciera. - Encantado de conocerte Maese Gwalin. Toma asiento por favor. Estaba tan sorprendido que esto rompía los esquemas que tenía sobre el comportamiento enano. Bueno, sólo un poco. Ariscos, en general, pero en este caso estaba haciendo un esfuerzo por ser educado, tras una "carga de caballería". - Daba igual, el posadero tampoco era muy educado que fuera.

Ya un poco más relajados, esperó a que tras tomar asiento la cosa se calmase un poco. Luego diría lo que tenía que preguntarle, pero antes de nada de se interesaría por él. - Yo si intento ser amable. ¿Y qué ha pasado en este duro día que me puedas contar Gwalin hijo de Talin? Había bajado la voz bastante. No quería no molestar a los otros parroquianos ni tampoco mostrarles datos que pudieran llevar a chismorreos.