Partida Rol por web

Ered Nimrais, más allá de las Montañas Blancas

Cap. 0: La Rosa

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26/11/2018, 19:09
Freagulf

Turno 20

 

Ya sentado tranquilizó a su compañero: - Tranquilo, aquí vamos a estar de acuerdo más pronto que tarde. No había otro remedio. Era lo que había. O tomaban la decisión de ponerse bajo las órdenes y condiciones de los comerciantes de la "Ciudad Flotante" o había poco que hacer. Tal vez, algún osado y buen negociador, consiguiera alguna prebenda o merced más de lo que ofrecían, pero la misión y condiciones ya estaba prefijadas. Freagulf lo sabía. Y no solo eso. Es que las condiciones de los contratadores estaban limitadas. También estaba seguro, que como eran comerciantes, empezaría de un punto de partida bajo, para que, según corriese la negociación, pudieran llegar a un punto que satisfacería a todos. - Es para poder adelantar tiempo. Se negocia y se come a la vez. Ya sabes que vivimos los edain menos tiempo y tenemos que optimizarlo. Dio un momento. - Además ¿Qué honor esperas sacar de luchar con un viejo comerciante Maese Gwalin? Su comentario sabía que llegaría a un luchador veterano y de honor como eran los enanos. Como era su amigo enano. - Todos ganamos. Lo que no se es quién ganará más.

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26/11/2018, 20:52
Gwalin

Turno 020

-Mmmmmmggrrr -gruñó por lo bajo el enano mientras miraba a los comerciantes.

-No, los humanos tenéis otro talante para los negocios y sus conllevadas negociaciones. Creemé, he vivido unas y otras y con los humanos se tarda, pues cada uno sube y baja sus pretenciones, pero al final se negocia; con los enanos es rápido pero no se negocia, o se acepta o no habrá mucho margen de mejora.

Gwalin miró nuevamente a Agranil y sus dos compañeros. Les veía tranquilos, sabedores de que muchos de ellos querían o necesitaban viajar con ellos, así que podo podían negociar. Y en realidad poco le importaba a Gwalin, pues él quería viajar y vivir aventuras. Si era acompañando esa expedidión bien, si no iría por su cuenta.

-Bah, no hay honor en pegar a una persona que te ofrece un trabajo honrado, aunque alguna cosa no te guste o cuadre. Pero realmente me da igual pues este viaje lo haré con Agranil o sin él. Aunque mejor con él, así me sale más a cuento -comentó risueño el naugrim.

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26/11/2018, 21:28
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 20

Edan siguió a los comerciantes por el pasadizo hasta la bodega. Iba justo detrás del Rohirrim y en más de una ocasión hubo de agarrarse del peculiar pasamanos. No porque el trayecto estuviese mal iluminado, sino por la cercanía entre los candidatos.

De no ser por la amistosa invitación de Egorant y el lugar en que se encontraban, hubiese tenido la sensación de dirigirse hacia una trampa. Pero Edan se mostraba tranquilo, aunque tanto secretismo no hacía mas que acrecentar sus expectativas sobre aquel encargo.
¿Que diablos habrán perdido estos comerciantes? pensaba silencioso cuando llegaron por fin a la bodega.

Cuando Agranil y compañia los invitaron a tomar asiento, Edan dejo que el Rohir y su amigo enano se sentasen primero y a continuación tomo asiento en la silla contigua. No le hubiese importado que Grimbeorn se sentase a su lado, pero se abstuvo de hacer ningún comentario al respecto. Los negocios eran eso, negocios. Y no había razón para mezclar sus asuntos con los del hombre de los bosques. Dar la impresión de que ambos formaban un dúo no era apropiado, eso pensaba. En primer lugar porque no era así, y en segundo porque las opiniones de uno podrían ser tomadas como buenas para el segundo y eso era algo que no les convenía a ninguno.

Tras la invitación de sus anfitriones, agradeció la comida y comenzo a cenar imitando a sus compañeros.

Tomó algo de pan con queso y tocino y empezó a devorarlos dando pequeños tragos de vino para bajarlos por la garganta.

No tenía prisa, pero Edan no era de los que desprecian una invitación semejante, de modo que no se privó de nada y comió hasta saciarse por completo. Cuando terminó pidió permiso para sacar su pipa y preparó algo de tabaco mientras esperaba las explicaciones de sus anfitriones.

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27/11/2018, 00:51
Ional

Turno 020

El montaraz bajó a la bodega junto al resto de sus compañeros y se sentó en la mesa donde esperaban los esgarothianos. Todo estaba preparado para ser una fiesta en la que les dirían su nuevo destino. Comida y bebida había a raudales en la mesa y el ambiente era bueno entre ellos.

Por lo menos si a alguno no le cogen se irá con la tripa llena y el espíritu feliz de haber pasado este excelente momento junto a todo el grupo.

El pensamiento de Ional se acrecentaba mientras pasaba la velada con los presentes. Realmente estaba a gusto por lo que esperaba que todos siguieran con los mercaderes.

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27/11/2018, 16:00
Grimbeorn

Turno 020

El animista siguió al resto de candidatos aunque, para su sorpresa, no fueron llevados al privado en el que anteriormente habían sido entrevistados. Los acompañantes de Agranil les guiaron a una especie de bodega, al menos esa fue la primera impresión del norteño cuando comenzó a descender por unas escaleras. Si no hubiera sido por la convicción de que Rovis no estaría muy conforme con las manchas de sangre en su local, por muy apartado que estuviera el recinto, Grimbeorn no las hubiera tenido todas consigo antes de iniciar el descenso.

Sin embargo, si durante el descenso ya había empezado a sospechar algo, cuando llegó abajo ya tuvo claro de qué iba aquello. Lo que fuere que les habían robado los orientales debía ser tan valioso que, de conocerse su verdadera naturaleza, cualquiera podría sentir la tentación de quedárselo. Era lo único que, tal vez, podía explicar el nivel de discreción y privacidad de lo que iban a tratar todos ellos sentados a una mesa con abundante surtido de viandas y bebida. Llevado por la inercia, Grimbeorn tomó asiento en el lugar contiguo al que Edan ocupó antes de darse cuenta de que llevaba puesto el yelmo una vez más. Se disculpó para, acto seguido, despojarse del tocado y colgarlo en el respaldo de la silla. Mientras tanto, no le pasó desapercibido el intercambio de susurros entre el enano y el humano con el que había estado. Parecía que al enano le desagradaba algo. O sólo era algo habitual entre su gente y el desconocimiento de su cultura le llevaba a presuponer cosas.

- Buenas noches y gracias por su generoso convite, señor Agranil. - El animista agradeció humildemente el gesto del esgarothiano y se dispuso a cenar tan pronto como aquel hombre y sus ayudantes se sentaran y comenzasen el banquete. Al hombre del bosque le intrigaba lo que les iban a contar, después de ver todo aquel despliegue, pero también sentía curiosidad por algunos de los manjares que no había visto hasta ahora. Aunque no se apartaría de su frugalidad habitual, nunca estaba de más descubrir algo nuevo; sobre todo si tenía buen sabor.

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27/11/2018, 23:37
Leofred

Turno 020

Entusiasmado por poder continuar, Leofred siguió sin dudar a los comerciantes aunque le extrañó un poco descubrir que les habían preparado una especie sala de reuniones en la enorme bodega de la Rosa de los Vientos. No conocía las costumbres en locales de tan buena presencia, pero dudaba que aquella sala se usase para el propósito que le estaba dando Agranil aquella noche; probablemente aquello se sumase a la lista de motivos por los que el tabernero les había cogido ojeriza a los aventureros y mercenarios.

La invitación a cenar fue una sorpresa agradable; no todos los días podía uno hartarse de tan buena carne y queso. Tras un asentimiento de cabeza a los Esargothianos presidiendo la mesa, y exhibiendo una ancha sonrisa, se sentó a la mesa cuidando sus modales, pero sin privarse de los platos que les habían ofrecido.

- Una comida excelente. Sin duda son unos grandes anfitriones. - El bardo no había tardado demasiado en quedar satisfecho. Entre el sopor por la comida y la noche amenazaba con dormirse antes de que todos hubieran terminado de cenar, de modo que apartó la silla un palmo de la mesa para tener libertad de movimientos, sacó su fídula, y tras afinarla un momento comenzó a tocar; nada complejo, solo una melodía lenta y sencilla para acompañar la poca conversación hasta terminar la cena.

- Tiradas (1)

Notas de juego


Fídula
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28/11/2018, 02:38
Director
Sólo para el director

RESOLUCION TURNO 020
 

 

Agranil encabezaba la mesa, a su derecha Egorant y a la izquierda Dorhand

Rovis bajaba de cuando en cuando, y no dudaba en abrir alguna botella de vino si hacía falta, en retirar platos vacíos, o en traer más comida cuando veía alguna fuente casi terminada. La sopa estaba bien caliente y generosamente nutrida de pedazos bien picados de verduras. El hígado en salsa se sirvió en una sola bandeja, dejando que su salsa a base de vino y cebolla empapase la carne. Servía de acompañamiento al cerdo asado, que esperaba en el centro de la mesa ya cortado en buenas porciones. La sala donde se encontraban, la bodega de La Rosa de los Vientos, había perdido ya su olor a tierra húmeda para cambiarlo por el de la comida.

Todos comieron ávidamente, la comida estaba deliciosa, así como el vino. No hablaron demasiado, no al menos del tema que los había llevado hasta allí. Continuaron con las conversaciones que habían iniciado arriba, bromearon, pero todo ello eran charlas banales. Freagulf y Gwalin intercambiaron entre susurros cosas que el resto apenas llego a escuchar, aunque no pasó desapercibido a nadie. Los Esgarothianos no dijeron nada al respecto, pero sus miradas mostraban su descontento. No les duro demasiado, al fin y al cabo, todo aquello tenía un aura misteriosa de secretismo.

Cuando algunos empezaban a sentirse saciados, Leofred saco su fídula y no dudo en ponerse a tocar una tranquila tonada, a un volumen no demasiado alto que permitía seguir hablando al son de la melodía. Rovis bajo al final de la cena, para recoger todo. Cuando la mesa estuvo limpia dejo un par de botellas de licor y varios vasos limpios. La música continuaba. El posadero se despidió, dirigiéndose a Agranil para informarle que volvería a bajar cuando él lo deseara, señalando una cuerda que había en un rincón. Sonaría una campana arriba.

 

 

Notas de juego

► Fin del capitulo

► Continuamos en el “Cap. 0: Rastros Imposibles”